Adiós a los pequeños reinos

De un tiempo a esta parte he conocido a muchas mujeres emprendedoras que, con bastante esfuerzo y pasión, han construido sus marcas que tras ella ofrecen productos y servicios. Pero el clásico problema que se entrampa es que hay una parte del proceso que no sabemos cómo resolver, pero tampoco estamos conscientes de cuál es. Por lo general, el puzzle se ve incompleto cuando las ventas no traen el retorno que esperábamos. ¿Qué estoy haciendo mal? es la pregunta que nos hacemos.

Las mujeres, cuando emprendemos, descubrimos habilidades y cualidades que desconociamos en nosotras mismas. La capacidad de hacer, de avanzar, de crear, de conectar ideas es impresionante, y cuando nos vinculamos con otras mujeres, esa fuerza femenina se multiplica por la cantidad de féminas reunidas. Tenemos una cualidad increíble de ver en las otras todo lo que les falta y, casi mágicamente, tenemos la receta para darle. Pero, ¿por qué no tenemos la misma capacidad con nosotras mismas?

Me ha pasado en el último tiempo reunirme con amigas que están emprendiendo y cada una sueña sus imperios, marcas que suenan a transnacionales, que quieren revolucionar una industria, que queremos cambiar el mundo, pero estamos solas, en nuestras casas, a veces incluso en nuestras camas con nuestro laptop y nada más.

Nos encontramos entonces con la realidad: mujeres con un alto potencial, con visión, con mucha energía, pero con la carencia de algo, que muy probablemente otra mujer tiene. La pregunta que surge acá es, ¿por qué no nos asociamos? La respuesta son muchos «peros», que van desde la falta de confianza, hasta perder el control de lo que algunas denominan como «un hijo», pero, ¿qué pasa si confiamos, cedemos parte de nuestro imperio, compartimos lo que sabemos, sumamos experiencia y potenciamos nuestras habilidades? La asociatividad no necesariamente implica ser literalmente socia de otra persona, sino que sumar las partes en pro de un resultado con mayor sustento.

En mi experiencia he reconocido la capacidad de identificar el valor comunicacional de múltiples productos y servicios, y en la construcción de mi empresa Wunder Group, Consultora de Comunicación y Marketing, he ido sumando talento con mujeres emprendedoras que son especialistas en sus áreas, como la capacidad de poder importar conocimiento norteamericano de BeST Innovation, el inmenso poder de convocatoria de 7 Reinas, el know how en tecnología de Girls in Tech, sólo algunos ejemplos concretos de colaboración real entre empresas dirigidas por mujeres, que finalmente persiguen un objetivo en común: colaborar a que el flujo de conocimiento sea cíclico, que escale a mejores soluciones y que impacte positivamente en la sociedad, lo que finalmente se traducirá en que el mundo sea un mejor lugar para vivir.

Cedamos nuestros pequeños reinos para que juntas podamos construir un gran imperio.

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

Fuente : Contenido inédito creado para m360.cl
Foto Portada extraida de  m360.cl
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Chile necesita a más emprendedoras

En mis 6 años emprendiendo en Chile, he conocido a muchas mujeres en la senda del emprendimiento. Y si bien los motivadores que hay detrás de esta alternativa de vida son diversos, hay ciertos aspectos que podríamos considerar como argumentos transversales para mantenernos perseverante por este camino y orgullosas de avanzar en nuestro país.
Porque Chile es un país de oportunidades. Según el Global Enterpreneur Monitor, Mujer y Actividad Emprendedora Región de Valparaíso 2014-2015 el 67% de las mujeres emprende por oportunidad, eso quiere decir porque detectaron algún nicho interesante para desempeñarse o bien para complementar sus ingresos actuales. En otros casos, la oportunidad está dada por todo lo que hay que hacer o rehacer en el país, repensar Chile también es una oportunidad. Incluso desde industrias tan tradicionales, y en transformación como es la minería hoy. 

Porque hay muchas mujeres haciendo cosas, y muchas no saben que lo que están haciendo solas puertas adentro, podría tener un impacto económico para ellas y su entorno familiar mucho más significativo si es que se asociaran con otras mujeres y más aún si se rodearan con mujeres que están emprendiendo también, porque de esta manera se genera una influencia positiva y así se mejora la actitud hacia el emprendimiento, aumentando su propensión a emprender.

Porque seguimos habitando un ecosistema masculino. Eso hace que la estructura de nuestro sistema socio-económico aún tenga muy poca presencia femenina, por lo tanto el liderazgo que impera es de hombres, y en varios contextos y ocasiones tanto en el mundo público como el privado se requiere no sólo la presencia femenina, sino el liderazgo de mujer.

Porque la necesidad de equilibrio entre la vida personal y profesional es real. Ya dejó de ser una tendencia o un paper discursivo, hoy queremos vivir nuestra vida de manera balanceada, desarrollarnos como profesionales, pero también disfrutar de nuestra vida privada, del tiempo en familia, en pareja, con amigos. Queremos tiempo para vivir la maternidad sin que sea un castigo en nuestras vidas, ni una laguna en nuestra carrera profesional.

Porque el emprendimiento constituye una herramienta para superar la situación de pobreza. Así también tenemos que superar las relaciones de género que nos sitúan en un lugar secundario y subordinado. Recuperar la autoconfianza y encantarnos con la motivación de que hay un mundo de cosas qué hacer.

Porque la fuerza de más mujeres emprendiendo ayudará a formalizar el autoempleo, que hoy por hoy está asociado a condiciones de trabajo precarias, e inestables. Chile necesita más mujeres dueñas de empresas, que puedan cruzar de la soledad, anonimato e informalidad, a trabajos asociativos, renombrados, escalables, rentables y formales.

Porque hoy tenemos todo a nuestro favor. Hay un entorno que nos apoya, hay una importante evolución en términos de uso de TICs y penetración de internet, que favorecen el acceso a información de los clientes, productos y servicios; acceso a herramientas para mejorar los negocios, a otros países, contactos y medios de pago; nuevos canales de venta y publicidad sin necesitar de una tienda física; y colaboración en línea e intercambio de ideas impulsando la internacionalización.

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

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10 tips para organizar tu semana y hacerla más productiva

Muchas me han preguntado cómo lo hago para poder cumplir con todas mis responsabilidades y placeres personales, sin caer en el estrés. Les comparto con mucho cariño 10 tips que he incorporado en mi vida y me han funcionado muy bien.

1. Despertar temprano
Para mi la primera clave para tener un día a día productivo es despertar temprano. Me gusta tomarme el tiempo para todo lo que hago, desde la ducha en la mañana hasta para hacer deporte. Es por eso que no me gusta andar apurada, dentro de lo posible despierto de madrugada, así puedo preparar mi desayuno y hacer mi rutina de mañana tranquila y a mi ritmo. También evito los atochamientos, saliendo temprano de mi casa tengo más alternativas de transporte en caso que ande a pie o si ando en auto, puedo evitar los tacos y manejar sin apuro.

2. Decir que no
Algo que cuesta y he aprendido con el tiempo es a «seleccionar mis batallas», como se dice, y esto va desde el ámbito personal al profesional. No me obligo a mi misma a ir a un compromiso social si es que estoy cansada, así como tampoco acepto a cualquier tipo de cliente, soy selectiva en todas mis elecciones y eso me ayuda a valorar más mi tiempo y también a filtrar las opciones.

3. Aprender a delegar
Si hay algo que nos cuesta a las mujeres es delegar. Consideramos que nuestro sello es único en todo lo que hacemos, y sí es cierto, pero hay veces que necesitamos delegar y aprender hacerlo en todos los ámbitos de la vida es muy importante, porque así logramos despejar nuestra agenda personal y tenemos más tiempo libre.

4. Segmentar el calendario por colores
Una práctica que me encanta y me funciona muy bien es segmentar mi calendario en 4 categorías de actividades: Bienestar, Trámites, Reuniones y Tiempo Productivo. El bienestar es todo aquello que me genera placer, como por ejemplo, un almuerzo con amigas, pintarme las uñas, pasear a mi perro, ir a ver a mis abuelos, todo lo que amo hacer también lo agendo. Los trámites se agendan con tiempo y van desde pago de patentes hasta compra de cosas para mi oficina, las reuniones son ineludibles, y por supuesto se agendan y el tiempo en donde tengo que sentarme y dedicar mis horas hombres a trabajar las agendo también, a cada una de estas 4 categorías les tengo un color, lo cual al final de la semana me permite ver el equilibrio entre todos los aspectos de mi vida y así ajustar para la que viene. Esto me ha resultado increíble.

5. Destinarle un tiempo determinado a cada función
A todas las actividades que hago en el día le asigno un tiempo, y me esfuerzo en llevarlas a cabo en ese tramo, en caso que no alcance las vuelvo agendar para otro día, de esta manera trato de tener días equilibrados.

6. No sobrecargarse de tareas
Cada una sabe lo que puede hacer día a día, de acuerdo a las energías, ánimo y estilo de vida, en muy importante en la medida que más nos conocemos, no exigirnos más de la cuenta, porque al final del día nos genera mucho estrés no cumplir con lo que nosotras mismas nos impusimos.

7. Despejar la mente de pendientes
Un ejercicio que hago a diario es que, cuando se me ocurre una idea o me acuerdo de un pendiente, me mando un auto-email, de esta manera despejo mi cabeza de ese pendiente y puedo andar tranquila sin olvidar la ocurrencia.

8. Al final del día recolectar todo en un solo lugar
Hoy en día son muchos los lugares en donde vamos recopilando información; nuestro celular, email, cuadernos, agendas, post it, pizarras, fotos. El ejercicio que hago todas las noches es ordenar y recopilar todos mis pendientes en un solo lugar, y así centralizar la información.

9. Darle orden de prioridad a las tareas
Una vez que centralizo todo, discrimino entre ideas, proyectos y responsabilidades, de esta manera me quedo con la sensación de que no deje pendientes y puedo proyectar en el tiempo todo lo que quiero y debo de hacer.

10. Notas de audio
Yo soy muy respetuosa con el tiempo de los demás. Antes de hacer un llamado, mando un Whatsapp preguntando si está disponible y, en caso de que no respondan, dejo una nota de audio con el motivo de mi llamado. Por lo general a la hora de almuerzo o medio día tengo varias respuestas que las escucho en tiempos de espera, como por ejemplo en las colas de los trámites, en trayectos de un lugar a otro, o incluso en el baño, así optimizo mi tiempo al máximo.

 

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

Fuente : Contenido inédito creado para m360.cl
Foto Portada extraida de  m360.cl
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«Si te va bien a ti, me va bien a mí»

Estamos viviendo una nueva era en donde, literalmente, estamos construyendo una nueva realidad. Las reglas a todo nivel se están reescribiendo, y somos justamente la nueva generación de profesionales quienes estamos redefiniendo normas, estructuras, modelos de trabajo, de negocios, maneras de cómo ganarnos la vida y de cómo vivir la vida. Y somos así también las mujeres, quienes estamos cumpliendo un rol importante en esta nueva construcción de reglas, que yo las resumo en tres:

Colaboración

Esta palabra se está cargando de simbolismo y valor, tal como lo hicieron la innovación y la sustentabilidad en sus respectivos momentos. Hoy la colaboración, desde el paradigma más moderno, se entiende por personas de la era CO: que colaboran, co-construyen, co-diseñan, co-trabajan, lo que básicamente quiere decir que hagan lo que hagan lo hacen de manera conjunta. Ya quedó en el pasado el temor de contar una idea por el miedo al plagio, o de no pedir ayuda cuando se necesita.

Hoy más que nunca, las mujeres nos hemos permitido mostrar nuestra fortalezas y debilidades a nosotras mismas y otras mujeres, con el objetivo de crecer como personas y profesionales. Somos muchas las que estamos remando para el mismo lado, y es así como las redes sociales, eventos de networking y espacios de trabajo colaborativo han permitido que las mujeres tengamos más instancias para compartir y de complementarnos, porque cuando se unen dos fuerzas que sueñan similar, la fuerza se multiplica.

Tolerancia

Me ha pasado en eventos en donde mujeres convocan a mujeres y las temáticas son en pro del emprendimiento y empoderamiento femenino, que algunas asistentes han criticado -por ejemplo- que una mujer como ellas amamante a un bebé, o que nos incomode que alguien hable mucho de sí misma como ejemplo de superación. ¡Mujeres! Para que podamos avanzar en la senda de Colaboración de una construcción de una nueva era y de una nueva realidad, necesitamos de manera imperativa ser tolerantes con la realidad de la otra, con la etapa de su vida, con el contexto o historia desde dónde nos habla. Y es en este mismo ítem en donde se hace fundamental integrar en nuestras conciencias que si no nos vinculamos desde la diversidad, probablemente siempre lleguemos al mismo lugar. Abracemos la diferencia y aprendamos de todo lo que eso nos pueda entregar a nuestras vidas.

Búsqueda de sentido

Es cada vez más común en estos tiempos el aumento de las depresiones, insatisfacciones y frustraciones que acarrea la cotidianidad y la falta de reflexión. En las últimas semanas he escuchado más de una vez cosas como: «Me siento vacía» o «Siento que algo me falta, pero no sé qué». La respuesta, después de ahondar en nosotras mismas, es que muchas veces lo que hacemos, el cómo lo hacemos o el para qué lo hacemos está carente de sentido. Lo hacemos porque sí o porque todo el mundo lo hace, pero no sabemos si es bueno para nosotras o si realmente lo queremos hacer. El permitirnos el tiempo de reflexión es la clave para encontrar sentido en TODO lo que hacemos y desde ese lugar, con sentido, la vida es mucho más próspera.

Finalmente, si logramos encontrar nuestro propósito, nuestro sentido del ser y hacer, será muy natural asociarnos, pedir ayuda y colaborar con otras mujeres, desde la tolerancia, abrazando lo diferente y complementarias que somos.

 

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

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UN DÍA EN AIRBNB HQ

 «Airbnb es la combinación de personas, lugares y amor» 

Airbnb se encuentra en un barrio recóndito de San Francisco, que por apariencia jamás uno se imaginaría que detrás de esos portones se esconde una edificación de más de 5 pisos y la diversidad más impresionante de personas que he visto en un mismo espacio. Lo primero que llama mi atención fue la moderna arquitectura,  con espacios colaborativos en su planta baja, flexible, que dispone que todos los espacios sean ocupables, muros verdes  muy bien cuidados.

La multiculturalidad es real, una chica asiática de pelo celeste conversando con un hombre de raza negra parecían coordinarse para almorzar. Todo funciona, y en perfecta armonía pareciera que cada uno maneja sus tiempos, seguramente el sistema de trabajo es en base a objetivos. No se logra distinguir un modelo tradicional de trabajo, no se reconoce a un jefe, o ningún tipo de jerarquía, al menos apreciable en el uso del espacio o vestimenta, en Airbnb las personas interactúan de manera lineal, enfocadas cada una en lo suyo, pero en pro del funcionamiento de un sistema mundial.

El edificio sorprende, tiene esquinas inesperadas con escritorios formales, me encuentro con personas almorzando en los pasillos, conversando de estrategias, tomando decisiones, pareciera que en Airbnb todos los lugares son un buen lugar. Me gusta como integran lo lúdico con lo funcional. Airbnb la tiene clara, y de esa manera lo declaran en sus muros, la evolución de la marca, el crecimiento y en  lo que se han convertido hoy en día. Empapan la historia, y explican que todo tiene un proceso, que ese edificio fantástico no emergió de un día para otro.

Airbnb es la combinación de personas, lugares y amor. Es de las empresas que están determinando cómo será el futuro, y eso emociona. Caminar por sus dependencias, es realmente un viaje express por el mundo, tienen tantas salas de reuniones con nombres de ciudades como distintas nacionalidades de trabajadores hay. Lo entretenido es que cada una de sus salas están condicionadas realmente como si fuera un living de la ciudad que alude, me senté en Amsterdam,  tomé té en Londres, me comí unos macarrones en Paris, y disfrute de Bali. Airbnb es una empresa del mundo para el mundo, con trabajadores de todas partes, y en eso son coherente en todo, incluso en la configuración de uno de sus espacios más concurridos, la cocina, que tiene literalmente todos los tés posibles.

En Airbnb hay espacios curiosos; hongos casas de muñeca, quitasoles adentro de las oficinas para cubrir la entrada de luz natural, sillones gigantes, de verdad gigantes. Tienen una guardería de niños, con parvularias permanentes que entretienen a los hijos de los trabajadores, y que tranquilidad más grande saber que se puede trabajar con los hijos ahí mismo… Airbnb entendió, e implementó todo lo que soñamos cuando pensamos en el trabajo con las dependencias ideales. Y no sólo se puede ir a trabajar con los hijos, sino que también con las mascotas, y es cierto, después de ver al segundo perro debajo de una mesa deja de sorprender, pero es real, un labrador en los pies del amo mientras trabaja.

Airbnb es el futuro del trabajo.

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

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¿Por qué las emprendedoras deberían trabajar en un coworking?

Quiero contarles mi historia. A principios del año 2010 yo llegaba a Chile después de haber estado dos años fuera del país con una Work and Holiday Visa en Nueva Zelandia. Cuando volví dimensioné lo difícil que era contar con las condiciones laborales y económicas que tenía en ese país. Guardando las proporciones culturales, sociales y políticas, entendí que no en corto plazo llegaría a igualar la oferta que allá recibía, fue entonces cuando decidí emprender. Tenía 24 años y ya fundaba mi primera empresa.

En ese momento nacía el ecosistema de emprendimiento e innovación en Chile, pero aún estaba «puertas adentro». Seguía siendo un grupo de elite que podía acceder a la información y a los beneficios, pero la buena noticia es que ya se estaban dando a conocer conceptos claves como el COWORKING.

Fue ese mismo año que, tocando puertas, llegué a conocer el TOF (Telefónica Open Future), que hasta la fecha, es la hermosa casa de Start Up Chile administrada por Urban Station. Cuando por primera vez pisé ese espacio fue como volver a Nueva Zelandia. Vi un montón de extranjeros, estilo backpackers (mochileros) pero profesionales tech, con sus laptops y un ambiente muy motivador, pero en CHILE.

En ese momento entendí que se podían combinar las dos cosas que más amo en la vida: viajar y hacer mis proyectos realidad. Fue ese año que conocí los maravillosos beneficios de ser parte de una comunidad, porque trabajar en un coworking no es sólo compartir el espacio de trabajo, sino que aumentar las redes de contactos, colaborar con profesionales de otras áreas muy diferentes a las tuyas, lo cual te ayuda a aumentar tu perspectiva de la vida, generar conocimiento permanente de múltiples temas, y por supuesto y casi lo más importante generar nuevos negocios.

Estar inserto dentro de una comunidad de un coworking es como estar haciendo un estudio de mercado permanente, porque todo el tiempo se están poniendo a prueba nuevos servicios y productos. Además, se puede vivenciar «in situ» las demandas de los emprendedores, que van desde requerimientos de backoffice, a guardería de niños, y es porque la diversidad de personas que están iniciando nuevos negocios es cada vez más amplio. Ya no son sólo los emprendedores tech que están liderando Start Up, sino que hay múltiples perfiles, como seniors de 50 que están reinventándose, mujeres profesionales que han sido madres y quieren compatibilizar trabajo y familia, matrimonios que quieren comenzar con una Pyme, expertos en áreas específicas que han sido empleados toda su vida y quieren externalizar sus servicios a la compañía que trabajan y ahora escalar su negocio y conocimientos, y así suma y sigue.

Emprender en un coworking es, según mi experiencia, la mejor opción, porque te ayuda a dividir el espacio personal (tu casa) del laboral (tu trabajo), te permite tener ese segundo espacio, que es tu oficina, pero en un formato mucho más cool y agradable que las estructuras tradicionales que conocemos de trabajo, pero sí con todas las facilidades que puede tener una empresa, como centro de impresión, cafetería, recepcionista, baños, salas de reuniones privadas.

Haber conocido Urban Station, la red de coworking más grande de latinoamérica me permitió llegar a lugares inimaginables, gracias a generar una rutina de trabajo todos los días en este lugar logré nuevas amistades, que además resultaron siendo asociados a mi emprendimiento Wunder Group, Consultora de Comunicación, PR & Marketing, sino que además logré generar mi cartera de clientes.

Mis primeros ocho clientes fijos surgieron del coworking, y los 10 siguientes vinieron de referidos de mi red generada en Urban Station. Gracias a estas redes, logré participar de eventos destacados como 7 Reinas o la Feria Taconeras, y gracias a las personas que conocí en estos eventos terminé representando a Chile en giras internacionales en Silicon Valley e Israel, que son dos de los polos de emprendimiento e innovación más importantes del mundo.

Hoy soy parte del equipo de uno de los proyectos más innovadores en coworking de la Región, se trata de Urban Mujer, el primer coworking de mujeres que aterriza en Chile y que comienza en marzo su versión piloto para recoger desde la experiencia todas las necesidades reales de las mujeres, quienes según el diario El Mercurio, en su tabla de supervivencia por género publicada el 20 de febrero 2017, somos más perseverantes en nuestros emprendimientos que el género masculino. Para ser exacta 56,7 vesus 49,9%.

Cada vez somos más emprendedoras y cada día necesitamos espacios adecuados a nuestras necesidades, porque ser emprendedora en Chile sigue siendo un desafío, iniciativas como Urban Mujer las aplaudimos y nos queremos sumar.

 

Nicolle Knüst

Periodista, Licenciada en Comunicaciones.

Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile

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