El sentido y el impacto.

Se dice que mi generación, la supuesta generación X, no quería trabajar. El hedonismo y otras “virtudes” era lo que nos “correspondía” y buscábamos.  Finalmente y años después nos dimos cuenta que simplemente queríamos encontrarle un sentido a nuestro trabajo, algo que nos moviera.

Me ha tocado circunstancialmente hablar con muchos dentistas en el último tiempo, y a su vez, recibir muchos currículos. La experiencia de analizar personas que quieren trabajar con uno ha sido bastante nutritiva en todo sentido. Y lógicamente yo en mis casi 40’s, me ha tocado lidiar con los reputados “milenials”, generación posterior a la mía.

He ido sacando algunas conclusiones que aún estoy procesando, pero que me gustaría compartir en esta columna.
Por formación, el dentista históricamente enfrenta y ve su quehacer desde un perfil bastante técnico. Esto tiene tal penetración en la cabeza de todos que mucha gente no se le ocurriría pagar una consulta al dentista “si no  le hace nada”, es decir, nos suena algún motorcito que haga “cosas”. Será que tendremos que volver a insistir que si bien el lado técnico y ejecutor de nuestra profesión es importante, el diagnóstico y el tiempo que pasamos entrevistando a nuestro pacientes es fundamental. ¿Como podemos tomar decisiones sobre otras personas sin entender e informar cuales son las necesidades de nuestros enfermos?.

Creo que el haber entregado la profesión al mercado, donde no hay propuestas de valor si no solo competencia de precios algo tiene que ver con esto.

Yendo más allá, y aquí voy a ser osado, me di cuenta que a un grupo grande de dentistas, si, dentistas, eso dice el titulo profesional, cirujano dentista, les gusta medianamente lo que hacen, el problema lo tienen en donde lo hacen. A un número importante de dentistas no les gusta el lugar donde trabajan. Se sienten menoscabados, usualmente mal pagados, presionados y sobre todo sienten que lo que estudiaron, incluyendo su postgraduación no puede ser aplicada bajo ciertos sistemas de trabajo. Es decir estudie algo, lo hago bien pero no puedo mostrar lo que hago porque mi “pega” no lo permite.

Dicen que la voluntad de cambiar es algo normal y aclaremos, en términos estructurales, cosas esenciales, el ser humano tiene una capacidad de cambio limitada, pero en términos de visión y forma, las posibilidades son enormes.

El cliché dice: es difícil cambiar si siempre haces lo mismo.
Aquí creo que el modelo de trabajo de nuestra clínica está dando ciertos frutos. Mentoring: un mentor que opine, que enseñe el “como”, que dé su visión y explique el por qué, un coach que acompañe el proceso de cambio, que vaya enseñando a cambiar, y alguien encargado de la educación financiera, no dejarse seducir por la banca y aprender a usarla.

Los modelos de cambio existen y son muchos, en el caso de la odontología se está llegando a un punto complejo donde el Dentista está inmerso, salvo honrosas excepciones, en modelos de trabajo sin regulación, donde no hay control sobre la práctica profesional.

Entender el sentido de la profesión y el impacto que ésta tiene en otros seres humanos es básico para empezar a ver. Cambiar la propia visión del yo, es un comienzo. Mi pregunta usual es “¿te gusta lo que haces?” y no, “¿qué sabes hacer?”.

Los insights aquí pueden ser salvajes, ¿estoy calificado emocionalmente para ejercer mi profesión como me gustaría?

La odontología, y esto también sin duda es una opinión, es una profesión hermosa y amplia, tener la oportunidad de mejorar la vida de alguien en un aspecto tan importante, es algo grande. Ocupar nuestro territorio de acción como herramienta de diagnóstico de condiciones de todo el cuerpo, no tan solo es importante, es muy entretenido. Ver la cara de sorpresa de nuestros pacientes cuando uno les dice como duermen, como está su pisada, su columna, sus dolencias que no han podido ser explicadas y se han resumido en “ud. es jaquecoso, suerte” o “tiene una condición idiopática” (en términos médicos suena hermoso, en términos prácticos quiere decir ; no tengo idea que tiene) genera una sorpresa al punto de decir: ¿como sabe esto si ud. es tan solo dentista? La respuesta usual es, es que soy un dentista con mucho tiempo extra, lo que genera risas.

Esto es grande y la mirada debe ser grande.
Debemos volver a escuchar, debemos ver de nuevo, debemos empatizar con nuestros pacientes, reencantarnos con lo que decidimos hacer en nuestro día a día.

La esencia al final de nuestro trabajo es eso, nosotros mismos.

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

www.brightclinic.cl

 

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Cada oveja con su pareja

por Dr. Patricio Doñas

Para empezar

La de hoy califica más como una columna de opinión y espero sea tomada como tal.

Cuando uno termina su carrera es un momento de una dualidad muy curiosa. Está la sensación de orgullo de haber cumplido una etapa pero también está la incertidumbre de lo que se viene en el futuro sobre todo en eso de entrar al mundo laboral.
Ya he escrito de diversos temas, y sigo creyendo que la educación para los pacientes, futuros pacientes, o quien quiera saber por lo menos de que se trata esto de la salud es fundamental, pues en lo personal tiendo a rechazar tanto la idea de “cliente” como la de “diostor”, ese profesional que habla desde un pedestal lejano de “sabiduría” que más bien suele ser arrogancia.

El “mercado” de la odontología respecto de la oferta de servicios se divide básicamente en tres:
1) Dentista del sistema público.
2) Dentista del sistema privado que trabaja en consulta particular, propia o arrendada.
3) Dentista del sistema privado que trabaja para un centro médico o isapre.

Antiguamente en mi época de docente de pregrado les preguntaba a los alumnos qué querían hacer después de egresar, muchos querían o fantaseaban con tener una consulta y trabajar en el mundo privado “a la antigua”. Pero había un dato que no manejaban y yo creo me encargaba de aclararlo.

El hecho de elegir donde trabajar depende también de cierto autoanálisis, de saber quién es uno.
Recuerdo que tenía compañeros técnicamente brillantes y muy estudiosos, pero con habilidades sociales limitadas lo que hacía que no prosperaran sus emprendimientos en solitario. Y a su vez compañeros sin mayor habilidad ni conocimientos que les iba muy bien porque tenían ese “ángel” de encantar a las personas que terminaban siendo sus pacientes, independiente del resultado final.
Y obviamente estaban quienes tenían vocación y cariño por el sistema público y tenían un trabajo en consultorios u hospitales.

Hoy eso cambió pues el mercado en su máxima expresión se metió en la profesiones médicas, de forma tan irreversible como preocupante.
Los que tenemos nuestras propias oficinas con un equipo de trabajo consolidado somos cada vez menos.
Cuando estudié odontología habían con suerte 5 facultades en el país, recién Talca había abierto su facultad. Hoy algunos años después hay 38 facultades repartidas por el país y el escenario es distinto.

Creo firmemente que los pacientes tienen el derecho a saber.
Saber que sistema de salud les corresponde, saber en que está la profesión hoy, saber sus alternativas de tratamiento, saber quien lo va a atender, saber cual es el pronóstico de lo que tiene. Como les digo a los pacientes, no es nuestra labor decidir ni convencer al paciente de realizarse o no un tratamiento sino más bien acompañar en la decisión apoyando al paciente e informándolo bien.

Pero hay un detallito, ¿como se hace medicina de verdad, basada en la evidencia sin desmerecer la experiencia, de forma consciente y ética si la regulación viene de un mercado que está colapsado?.
La “consulta gratis”

Siempre he dicho públicamente que la odontología como profesión no se vendió al mercado, se regaló. Hace más de treinta años, cuando ni siquiera era necesario, algunos creativos para competirles al resto empezaron a regalar la primera consulta. Esto no tan solo determinó una forma de proceder en términos de marketing sino que definió el perfil que tiene la profesión hasta hoy, un perfil eminentemente técnico. El dentista regala su tiempo en lo que es más difícil, el diagnóstico. Y como es regalado se hace rapidito para ojalá “encontrarle hartas cositas que hacer al paciente”. ¿No les parece un incentivo un poco perverso por decir lo menos?.
“Como le voy a pagar si no me hizo nada”.
No por nada lo que vemos hoy y desde siempre son pacientes sub diagnosticados y sobretratados.
Piénsenlo bien, en algún momento el dentista tiene que pagar sus cuentas, por tanto si no se cobra consulta, no se cobran Rx, se regala la limpieza (pero al final del tratamiento cuando debiese ser lo primero) cuando recibe su sueldo?.

El sistema de salud

La odontología es o pública o privada. Y por privada me refiero a que NO está cubierta por ninguna Isapre.
Las isapres encontraron un nicho más que atractivo en esto de los dientes, por tanto abrieron sus centros dentales y ofrecieron un 50% de descuento como beneficio.
La pregunta es ¿50% respecto de qué?.
La gracia de ser políticamente incorrecto es que hay cosas que ya no me guardo y una de esas es que mi querida profesión se transformó en un Sushi.
O ¿alguno de ustedes ha pagado la supuesta tarifa completa en el dentista?.
El arancel del Colegio de dentistas es de “recomendación” es decir es una referencia para poder valorizar las acciones dentales en términos concretos. La mayoría de los dentistas trabajan… al 50% de ese arancel.
El tema es que cuando un dentista trabaja para alguien, ese alguien le cobra un porcentaje de su producción, antiguamente esto era un 50% (lo mas usual). El problema era finalmente que en muchas instituciones  algunos dentistas inflaban sus presupuestos para después dividir por dos.

Hoy la gran disputa no es por precio (aunque sigue siendo un factor relevante en el mercado). Hoy la disputa es “quien tiene a los clientes”. El que tiene al cliente manda y pone la reglas. Por tanto grandes centros de atención masiva o por volumen concentran pacientes atraídos por ofertones y una cantidad de publicidad enorme. Y esto, ser “dueños” de los pacientes, les permite fijar las reglas, como por ejemplo pagar 4 mil pesos al dentista por hacer una tapadura, cuando el centro igual cobró entre 35 y 45 mil al paciente. Lo gracioso es escuchar dentistas defender el sistema que los explota, como un síndrome de Estocolmo.

Honestamente encuentro difícil que alguien que se siente mal pagado, y con una presión sobre su producción y su tiempo importante pueda hacer su trabajo de la mejor forma. Ojo sacarse un 4, nunca ha sido bueno, es en el mejor de los casos aceptable o en buen castellano mediocre.

 

Lo más barato

Uno de los pilares de la salud de retail en el caso de la odontología, es hacer creer al paciente que todos los dentistas somos iguales y que lo único que importa es el precio. Es tan fuerte el marketing dental que efectivamente se logró meter esa idea en la cabeza de un gran número de pacientes que buscan lo más barato sin siquiera saber contra que se está comparando lo “barato”.

 

La fórmula

Cuando a uno le “venden” un tratamiento dental existen varias formas de ganar dinero sin que el paciente lo sepa. Puesto que casi siempre los descuentos tienen un “letra chica”.
Existen valores “no afectos a descuento” como el derecho a pabellón, algunos insumos como implantes y los laboratorios dentales. En este terreno he visto de todo en 16 años de profesión. Desde pabellones que no son tal, implantes de baja gama cobrados a precios absurdos y laboratorios dentales que aparecen en el presupuesto más caros que los honorarios . Total… el paciente no sabe y no entiende.

El paciente debiese entender todo el plan que se le propone, los motivos de este y el pronóstico que tiene.
No les suena extraño que mucha gente deja que alguien realice un procedimiento dentro de la boca sin saberse siquiera el nombre de quien lo está tratando?.

La publicidad dental suele ser siempre con letra chica y usualmente con componentes por lo menos reñidos con la ética.
Es pensar que tenemos clientes y no pacientes, y vender tratamientos como si fueran frutas y verduras, aunque en realidad uno sabe cuando una manzana está podrida.

Creo que es responsabilidad de todos informarse e informar de que se está tratando todo esto, como funciona, que alcances tiene, que incentivos perversos tiene y un largo etcétera.

Lo más impactante resulta ser al final, que quienes decimos de que se trata el “negocio” con todos sus componentes nos arriesgamos a ser criticados salvajemente por otros dentistas.
¿Me importa?
No.

Cuando uno jura al graduarse, lo hace bajo el principio de nunca dañar la salud y de proteger a su enfermo, quienes son el centro real de nuestro quehacer.
Quizás debiésemos hacer ese acto de humildad necesario de entender que esto no se trata de nosotros, sino de nuestros pacientes y bajarnos del pony de arrogancia en el cual nuestras mismas casas de estudio suelen ponernos al ingresar a la carrera.

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

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Los exámenes complementarios, SI son necesarios.

Estamos en un mundo donde pareciera ser que quien porte una bandera tan potente como única, tiene ganado un espacio de opinión, donde es validado ampliamente aún sin tener ni un pergamino o credenciales que mostrar que lo transformen en interlocutor válido para ciertos temas.

 

No quiero decir con esto que las personas no deban opinar, ni que usen redes sociales para comunicar lo que se les antoje. Si puedo atreverme a decir que en ciertos temas, cuando se puede afectar la salud de otra persona por mala información, hay que ser precavido en lo que se publica, y sobre todo el lector debe estar consciente de los alcances y la validez de lo que está leyendo.

Respecto de que exámenes se deben pedir, para ciertas condiciones, a qué edad, para que sirven y cuando se indican, hay una suerte de mitología en ambos sentidos de la información.
Esto porque pareciera ser socialmente aceptado que si la Radiografía está informada con algo quiere decir 100% que eso es así. La verdad es que la Rx. es un complemento al diagnóstico y la decisión del clínico que la ve más su experiencia y evidencia que maneje es lo que determinará el tratamiento indicado.
Otro tema es que los equipos radiológicos modernos han avanzado enormemente hasta llegar a dosis de radiación mínimas, por tanto los exámenes de rayos hoy son tremendamente seguros. En el mundo dental además se ha desarrollado de forma muy sólida la Tecnología “Low Dose Radiation”. Esto quiere decir, por ejemplo, que exámenes de mayor complejidad donde antes se requería irradiar muchísimo, hoy no es tan así y se puede efectuar el examen con toda tranquilidad.
Es de manejo complejo aquellos pacientes que tienen ciertas fobias, las he visto casi todas, a los metales, a los cepillos de dientes, a la pasta de dientes, a las tapaduras, a las resinas, al plástico, al titanio, a la radiación.
Para el efecto práctico para cada procedimiento está bien descrito que éxamen es el indicado en primera línea y cual sería el complemento de ese en caso que sea necesario.
Ejemplo, para un diagnóstico de Ortodoncia, el mínimo que se debiese pedir en un caso normal es una radiografía panorámica, un telerradiografía de perfil y una radiografía bite wing. Estos tres antecedentes permiten diagnosticar bastante bien un caso, aunque hoy probablemente el paradigma esté cambiando hacia el diagnóstico y planificación 3d y virtual de los casos.

En el caso de las muelas del juicio, normalmente la Radiografía de primera elección es la Radiografía panorámica  y en caso que se requiera localizar mejor el diente, por vecindad con el nervio y dificultad en ubicarlo correctamente en posición, una tomografía, o exámen en 3D.

 

Para las caries, la Radiografía Bite Wing o de aleta mordida sigue teniendo muy buen rendimiento para la primera aproximación a la enfermedad. Teniendo en consideración que cuanto se informa “caries incipiente” es una lesión de caries que usualmente no debe tratarse de forma invasiva (haciendo un hoyito y tapándolo NO).
En el caso de los implantes dentales, antiguamente se usaron por muchos años las Rx panorámicas. El problema era que esa imagen sólo es una representación 2D del escenario clínico, y el implante tiene una ubicación en el espacio, en téminos simples es necesario saber el ancho del hueso. Las imágenes 3D y la planificación virtual nos han permitido “achicar” en volumen y tiempo intervenciones que antiguamente eran bastante más cruentas.
En resumen, cada éxamen tiene una indicación, todo indica que el mundo de la radiología funciona mucho mejor en formato digital y que los dentistas tenemos herramientas seguras y confiables para generar planes de tratamientos razonables y muy bien calculados.

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

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Foto Portada: Diseñado por Freepik

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Ante la Urgencia que hacer?

La mayoría de la personas, sino todas, no consideran acudir a consultar con un dentista una situación particularmente grata. Lo cual, sin duda, tiene sus motivos y justificaciones.  Lo que es importante contarles a nuestros pacientes actuales es que tanto los procedimientos como las sensaciones y sobre todo el manejo del dolor tienen otra formas hoy, mejorando sustancialmente la experiencia de los pacientes. Sin duda, y me incluyo, los que recibimos odontología hace mas de 20 años en nuestras bocas tenemos justificado el miedo al dentista.

Pero hay situaciones que hacen inevitable la visita al dentista, la temida “Urgencia Dental”.

Básicamente las urgencias las podemos dividir en dos grupos:
1) Dolor
2) Problemas que afectan la estética

En el primer grupo se consideran  desde los traumatismos, pasando por las infecciones terminando  incluso en pacientes de ortodoncia a quienes se le suelta un bracket y el “alambre” se les entierra constantemente en la mejilla.

En el segundo grupo se cuentan los desprendimientos de obturaciones, caída de dientes de prótesis, fracturas de prótesis, desprendimiento de dientes provisorios entre otras situaciones que hacen que el paciente vea comprometida la estética, particularmente de la zona anterior de la boca.

Es necesario que los pacientes entiendan que los servicios de urgencia usualmente cuentan con especialistas enfocados hacia la resolución de problemas quirúrgicos, infecciones o trauma, mas que a los problemas ligados a la estética, y que en esos servicios, especialmente los de cirugía Maxilofacial, usualmente no  cuentan con todos los implementos necesarios por ejemplo para realizar una restauración de alta estética en el sector anterior.

Lo otro que es importante destacar es que no se sorprenda si el dentista lo mira feo cuando le pregunta “¿cuando comenzó el problema?” y usted contesta “bueno el dolor me partió hace 3 meses y la tapadura se me cayó hace un año”. La consulta de urgencia oportuna soluciona muchos problemas.

En el caso del trauma, es decir, caerse, pegarse, abrir estúpidamente una cerveza con los dientes, quebrarse un diente con el borde de un vaso el tratamiento suele ser entre comillas simple. Evaluar, tomar Rx, ver en parte del trauma dental está clasificada la lesión causada y resolver.

En el caso del trauma donde el diente se sale completo el tiempo y el manejo de los padres o el involucrado es crítico. Los dientes se pueden reimplantar, pero la primera media hora es clave. Si se logra encontrar el diente no se debe tomar por la raíz, se debe lavar suavemente y colocar en un frasco o contenedor que lo mantenga hidratado, leche es lo mas usual para transportarlo, puede ser suero fisiológico (aunque no creo que sea algo común en un refrigerador).

En el caso de las infecciones también lo oportuno de la consulta es clave. La mayoría de las personas creen que la reacción alérgica a la anestesia es el evento más grave o que causa más muertes en la odontología. Me preocupan mucho más las infecciones de nuestro territorio y su diseminación. Si la infección no se controla oportunamente puede difundir a otros territorios comprometiendo la salud general del paciente y muchas veces, requiriendo su hospitalización.

Siempre es recomendable acudir a instituciones o dentistas de confianza, infelizmente muchas veces el mayor problema que se nos presenta es arreglar lo que resultó de la maniobra de urgencia.

Ante la urgencia estética, ojalá que esta ocurra en horario hábil, porque honestamente encontrar un dentista que haga lo necesario un domingo es difícil. Y si ocurre en un horario maldito ojalá que las medidas que se tomen sean correctas y permitan consultar a su dentista con tranquilidad después.

Como siempre, las urgencias son muchas veces inevitables, uno no puede prever si un paciente se va a caer o le van a pegar. Ante esas situaciones el tiempo de reacción es clave. Y la tranquilidad para reaccionar también.
Las infecciones son muchas veces evitables, también consultando oportunamente y controlándose periódicamente.

El secreto de una buena odontología está en el correcto diagnóstico y tratamiento de mantención y prevención de la salud.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

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La Ortodoncia, todo un tema

Hemos visto como el hecho de alinearse los dientes se ha transformado en algo, con los años, cada vez mas popular. Efectivamente el marketing odontológico insiste incansablemente sobre las maravillas de una sonrisa perfecta y blanca color porcelana de retrete.

Hasta ahí todo muy bien, incluso han aparecido masivas ofertas e instituciones que se dedican a realizar tratamientos de ortodoncia a bajo costo ampliando el segmento de personas que pueden acceder a estos tratamientos usualmente reservados para quienes lo pueden financiar (aproximadamente un 5% de la población).

Y bueno, suena muy bien y casi altruista que los costos se bajen y se hagan accesibles, la gran pregunta es “hay alguna letra chica en esto?”. Esta pregunta la trataremos de responder al final de esta breve columna.

Para no profundizar en tecnicismos que me harán parecer inteligente pero que serán incomprensibles para el lector diremos que existen dos tipos de problemas más prevalentes que le llegan a un ortodoncista:
1) Problemas de origen dentario, es decir la falta de alineación y apiñamiento se debe a temas directamente relacionados con los dientes y donde las bases óseas están debidamente alineadas y en posición.

2) Problemas dento-esqueletales donde el problema de base es de hueso, ejemplo más claro de este tipo de condición es el prognata o dicho en jerga “papiche”.
¿Donde reside la diferencia?

 

La diferencia está en que en el primer caso la solución es la ortodoncia y a veces se incluyen algunas extracciones para hacer espacio y el caso luego de un par de años queda resuelto con “todos los objetivos de la ortodoncia” cumplidos. (no solo la alineación) mientras que en el segundo caso la solución real de problema incluye una cirugía correctiva de los huesos que se llama cirugía ortognática.

Ahora bien, no todos los paciente con problemas esqueletales deciden operarse lo que es obvio y a veces toman el camino de solo tratar de compensar usando los dientes algunos rasgos del defecto. Otros pacientes se conforman con “dr. Solo los quiero tener un poco más derechos” obviando los temas de mordida y articulación.
Todo este conjunto de decisiones deben ser tomadas por un paciente que este TOTALMENTE informado de su diagnóstico. Es un derecho y un deber del paciente estar al tanto de su condición, y cuales son los pros y contras, las consecuencias de no hacerlo etc.
Así como también al decidir el paciente debe estar al tanto de los costos de la ortodoncia y la cirugía antes de empezar cualquier maniobra.
¿Por qué?

 

La lógica de ambos tratamientos es totalmente distinta. Imagínese que ud. toma un avión Santiago Arica y en la mitad se arrepiente y decide en realidad que quería ir a Punta Arenas, se puede bajar?.
Tendría que bajarse en el primer destino y sin duda hacer un camino mucho más largo y costoso para llegar al nuevo punto de arribo.
Con la ortodoncia pasa exactamente igual.

Por lo demás los costos de una cirugía de esta naturaleza son altos y el paciente debe decidir, infelizmente, considerando sus reales posibilidades de terminar todo el proceso.

 

Ahora bien, que pasa si un paciente no se opera?.
Acá yo siempre lo planteo de la siguiente forma: Si ud. tiene una cadera mala y no se quiere operar tendría que usar un bastón para caminar. Bueno, en odontología tenemos varios “bastones” que el paciente puede usar para evitar las consecuencias funcionales de no operarse, pues felizmente sabemos que cosas podrán ocurrir en el tiempo y como prevenirlas.

 

¿Existe edad para la ortodoncia?

 

Cada edad tiene algún tratamiento que puede ser evaluado sobre todo en cuanto a si es razonable o no, o si el beneficio que se obtiene es mayor o no. En ese sentido es importante contar con profesionales honestos que velen siempre por el bienestar del paciente y no el personal. (a buen entendedor pocas palabras)

Tratamientos de intercepción de anomalías en niños con dentición temporal funcionan muy bien, ortodoncia en adultos también. En lo personal soy fan de los tratamientos en adultos que me permiten como rehabilitador pedir la corrección de detalles que hacen mi vida difícil al tratar de proponer soluciones predecibles y estéticas que satisfagan la demanda de mis pacientes.

 

Lo interesante de todo esto es que siempre termino en el mismo punto. Valores que no los entrega la universidad si no la casa: la honestidad, la transparencia, la excelencia.
El juego debiese ser un gana gana. El paciente se atiende, se diagnostica, se informa, el dentista hace su trabajo tranquilo y logra los objetivos propuestos, todos ganan. Y claro, un diagnóstico inicial acabado es clave.

Ojo con los contratos leoninos que se firman en instituciones de ortodoncia de volumen. Ojo con el “paciente no tiene derecho a preguntar ni cuestionar”. Yo entiendo que muchas veces la necesidad lleva a los pacientes a centros de bajo costo, eso es humano y razonable, pero eso no debe llevarlos a ceder sus derechos mínimos como pacientes como el hecho de poder preguntar y expresar inquietud, recordemos que en odontología existen básicamente dos tipos de pacientes: los nerviosos y los muy nerviosos y es deber del equipo de salud acompañar al paciente de la mejor forma posible en el proceso.

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

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El secreto: Mantención y Controles

Ya hemos conversado en columnas previas de la importancia de un buen diagnóstico para indicar un correcto tratamiento. Hemos insistido en el control de los factores de riesgo que inciden en el éxito o el fracaso de nuestros tratamientos. Hemos explorado un abanico más que interesante de opciones y herramientas de las que disponemos para tratar correctamente un paciente.

Una pregunta muy válida que podríamos hacernos es “y luego qué”?

 

Una de las claves del éxito de un tratamiento de cualquier naturaleza es el período de mantención y control.

 

Esto porque la boca funciona como un modelo de trauma a repetición perfecto. Imagínense que en la explanada del parque O’higgins se hiciera todos los días la parada militar, con tanques, caballos y todo. Bueno la boca es eso, el solo hecho de comer hace que los dientes reciban un impacto sin duda por debajo de lo que se necesita para romperlos, pero acumulativo.
Dependiendo del riesgo previamente evaluado antes de tratar al paciente es que uno determina cuantas visitas debe agendar el paciente por año para su mantención.
Un paciente con bajo riesgo deberá asistir una vez al año a control. En este usualmente se podrían solicitar algunas imágenes y programar control de higiene de rutina. Esta medida en este tipo de pacientes será suficiente para que todo lo que se ha hecho se mantenga de buena forma en el tiempo.

 

En paciente con riesgos mayores uno debe agendar citas más seguidas, particularmente en dos tipos de pacientes: Los bruxómanos, quienes aprietan de forma desmedida los dientes (sea por el motivo que sea) y los que pacientes que padecen enfermedades de las encías.
El paciente que presenta desgastes de sus dientes requiere un control bastante estricto procurando que su boca no sufra desgaste rápido, o si este se produce, corregirlo rápidamente. Usualmente estos pacientes requieren el uso de reposicionadores o estabilizadores mandibulares (planos de relajación) para el control del apriete. Recordemos que el bruxismo no se cura, sino que se maneja.

Respecto del control de las enfermedades de encías y huesos estas siempre tienden a recurrir por tanto es imprescindible que el paciente esté siempre en terapias de mantención donde no se hará el tratamiento de nuevo sino que se repasarán zonas de difícil acceso e higiene.

 

En el caso de los implantes, es lo ideas consultar dos veces por año, tomar radiografías para ver que todo esté funcionando bien y los implantes estén trabajando correctamente dentro de los limites normales de fuerza e higiene.

Estas medidas de mantención y control además tienen una característica importante para todos nuestros pacientes: son de bajo costo.

 

La idea es lograr que el paciente tratado no se tenga que tratar nuevamente por lo mismo sino mantener lo que ya se hizo. En esos casos podríamos decir que la odontología curativa habrá sido un éxito.

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La estética dental, ¿mito o realidad?

 

Son numerosos los espacios donde la imagen de la persona se ve fortalecida por una amplia, radiante y blanca sonrisa.

Como si fuese un signo de bienestar y juventud, la sonrisa es una carta de presentación evidente para las personas en la forma como se relacionan con el entorno.

Las estadísticas en ese sentido no son particularmente favorables a la “estética” dental. Una gran arte de la población no se siente conforme con su sonrisa, ha perdido más de una pieza dental o tiene tratamientos que no le satisfacen.

Dicho esto es muy entretenido entrar a describir un poco en que estamos hoy en términos de mejorar una sonrisa. Las posibilidad se han tornado casi ilimitadas respecto de las alternativas de las que disponemos para arreglar los problema que puede presentar una sonrisa.

Hoy es posible digitalizar el plan de trabajo y hacer simulaciones tanto virtuales como reales de lo que se quiere lograr en el paciente.  Incluso podemos hacer un “test drive” del resultado que se espera para que el paciente vea el cambio que se pretende lograr.

Como en todas mis columnas previas insisto en la necesidad de un correcto diagnóstico, ya que la falta de control de factores de riesgo del paciente hará que cualquier tratamiento por más simple que sea, fracase.

Podríamos clasificar el tipo de tratamiento desde lo menos invasivo hasta lo más invasivo.

Ejemplo de esto son los blanqueamientos. Estos se indican antes algunas alteraciones de color de los dientes, los que por diversos motivos pueden ya sea estar oscuros o de tonalidades irregulares o moteadas (ejemplo clásico la fluorosis y los problemas de tinción por antibióticos). Existen diversos métodos para blanquear el diente, la mayoría,  si los productos a usar son de buena calidad no debiesen dar problemas mayores. En mi caso prefiero el método de blanqueamiento tradicional con cubetas que el paciente usa en su casa para hacer un clareamiento gradual, seguro y con muy poca sensibilidad.

Ahora, si la alteración de forma de los dientes es pequeña se pueden realizar pequeñas correcciones con resina compuesta. Una resina de buena calidad y correctamente trabajada permite lograr un resultado sorprendente en términos visuales. Un ejemplo bastante clásico de este tratamiento son las correcciones de ángulos de dientes o el cierre de espacios entre dientes, llamados diastemas. Lo destacable de este tratamiento es que hasta este punto es muy poco lo que se debe desgastar los dientes.

Luego viene el capítulo que está muy de moda hoy: las cerámicas. Estas se llevan usando por largos años en la odontología. Han ido mejorando tanto sus características ópticas como sus propiedades, llegando a un punto de estado del arte donde se abre un sinfín de posibilidades de tratamiento. Desde un laminado cerámico delgado como un lente de contacto hasta una corona propiamente tal donde se reemplazo la estructura visible completa del diente.

Hoy no es raro ver por televisión personas con dentaduras que rayan en la perfección. Eso si, algunos creemos que  la naturalidad pasa por imitar las imperfecciones inherentes a las personas, las que nos definen como seres únicos.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

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Un viejo temor de una gran mayoría

 

Si la odontología es por es esencia un poco intimidante hay tres palabras que superan con creces la generación de ansiedad en un paciente: Muelas del Juicio.

Lo que para cualquier dentista representa un hito en la vida de sus pacientes, para la mayoría de los pacientes representa por lo menos alguna historia que escuchó de un amigo o un familiar con tintes épicos.

Vamos, en esta columna, a tratar de levantar ese velo de maldad y dolor que rodea a las temidas muelas del juicio, terceros molares o piezas 1-16-17-32.

¿Son funcionales las muelas de juicio?

En la mayoría de los pacientes que uno ve la evolución ha determinado que ya no se come con las muelas del juicio a tal punto que en algunos pacientes simplemente no están dentro de la fórmula dentaria, es decir “de fábrica” vienen sin ellas. En otro grupo de pacientes estas se encuentran dentro del hueso pero no expuestas hacia la boca como el resto de los dientes.

¿Es necesario sacarlas siempre?

Aquí nos encontramos con diversos puntos de vista. Como todo en la vida la respuesta es “depende”.

Existen distintos escenarios:

Paciente tiene las muelas correctamente posicionadas y sanas, una higiene impecable y sin problemas de espacio uno puede decidir dejarlas sin problemas.

Paciente tiene las muelas afuera pero con caries y en una zona donde es difícil limpiar mi recomendación es sacarlas pues para nosotros los que “rehabilitamos dientes” es una zona de difícil acceso para hacer obturaciones en la cara posterior de la muela que le sigue, la que suele cariarse producto de la muela del juicio.

Paciente con la muela dentro del hueso pero en mala posición o tocando el segundo molar que le sigue. Debe extraerse pues el riesgo que la muela del juicio perfore o dañe el molar siguiente es alto.

Paciente con la muela dentro del hueso rodeada son contacto con el segundo molar. Puede decidirse control con radiografías una vez al año ya que no implica riesgo para el paciente.

¿Qué exámenes son necesarios para diagnosticar una muela del juicio?

El examen estándar para terceros molares es una radiografía panorámica. Esta permite ver la muela completa además del contexto en que se encuentra.

En caso que uno sospeche cercanía con el nervio mandibular, en el caso de las inferiores, se recomienda pedir una tomografía para tener una visión en tres dimensiones de la zona. Recordemos que las radiografías convencionales son planas y las estructuras por las que pasan los rayos se encuentran superpuestas, es decir 2 D.

¿Todos los pacientes se hinchan con la extracción?

No. La respuesta es individual. Dicho esto hay cosas que inciden en el postoperatorio.

Extracciones más trabajosas o difíciles suelen hincharse un poco más, es decir depende mucho de la posición de la muela, si hay o no que cortar un poco de hueso o partir la muela para sacarla. Todas estas son maniobras correctas e indicadas para las distintas situaciones clínicas que pueden darse.

Y sin duda que las manos que hagan la extracción deben ser idóneas. Por ejemplo si alguien me pregunta si yo le puedo sacar las muelas del juicio mi respuesta es que evalúo el caso y  lo refiero con alguno de los dos cirujanos maxilofaciales de nuestro equipo, quienes se demorarán el mínimo tiempo posible en realizar una intervención eficiente y limpia. Por lo demás uno puede prever la magnitud de la intervención y prescribir los remedios necesarios para minimizar las consecuencias.

 

Y como siempre, lo principal es un correcto diagnóstico de cada caso en particular, una debida explicación al paciente ahorra una cantidad importantísima de estrés.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

www.brightclinic.cl

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