¿Cómo enfrentar el proceso de admisión a los colegios desde la PNL?

Durante los meses de marzo y abril la mayoría de los colegios abren sus procesos de admisión para el próximo año académico. Cada día escucho más papás angustiados viviéndolo. Varias familias lo describen como que ha sido un desgaste emocional (y muchas veces económico). Sin entrar a la polémica de si están bien o mal hechos estos “filtros”, quisiera compartir con aquellos que están inmersos en esta prueba, ciertos criterios y tips que nos brinda la Programación Neurolingüística para enfrentar este tipo de situaciones:

  • Lograr una comunicación fluida entre los padres de qué desean y esperan de sus hijos. Así viene la forma más fácil de descartar o favorecer las opciones que tienen disponibles. No existe colegio perfecto sin embargo cada uno tiene una forma de educar determinada, y al elegir hay que saber que siempre habrá una pérdida, y eso se asume y se revisa si realmente es trascendental para nosotros como padres o si lo puede desarrollar en otra instancia, o si simplemente es algo que olvidamos. Recomiendo escribirlo, para ir revisando si realmente es lo que más anhelamos.
  • Una vez con la lista en mano, ir a conocer las diferentes opciones que tenemos. Ver como son los alumnos más grandes. Imaginarse a sus hijos inmersos ahí. Hablar con profesoras, percibir el ambiente, puede ser un establecimiento cariñoso, exigente, mixto, personalizado, masivo, relajado, y así podría distinguir muchos más tipos o formas de enseñanza. Lo importante es empaparse y visualizarse como familia ahí. Estar atentos a las señales que vamos recibiendo. Además tomar la decisión desde el deseo y no desde la creencia. ¿A qué me refiero con esto? A que muchas veces nos han inculcado desde chicos algo, o lo hemos creído por algo que nos pasó y actuamos desde una frase general que nos comanda. Por ejemplo, “el colegio debe ser mixto sino no saben cómo comportase con el sexo opuesto”, eso es absolutamente algo falso, es imposible que todos actúen de la misma forma, depende de demasiados factores y de lo que a cada uno le ha tocado vivir, por lo tanto, las generalización en nada contribuyen.
  • “No existe fracaso sino malos resultados”. Esta presuposición de la PNL es increíblemente decidora a la hora de cómo uno se toma la vida, en la medida que se cambia la palabra fracaso que es tan fuerte, dura, pragmática, desde un juicio, desde la derrota. Muchas veces hay niños que ni siquiera dan la prueba pues es tanto el miedo al fracaso y la ansiedad de los papás, que el mini candidato no logra relajarse. Sobre todo a los 2, 3 o 4 años los menores son sumamente intuitivos y perciben perfectamente el estrés, por lo que conviene respirar profundamente y tranquilizarse. Esto va bien de la mano con la siguiente frase que es aún más positiva.
  • “Si algo no te funciona haz algo distinto”. Si ya has ido a ciertas entrevistas (esto también aplica para la búsqueda de trabajo) y has recibido puras negativas, cambia la estrategia. Vuelve al punto uno y revisa, seguramente no estás siendo honesto con lo que deseas, recordemos que la PNL promulga atender lo que quieres sin juicio, sin pensar “quiero esto pero hago aquello porque es lo que se supone debo hacer”. Cuántas veces nos vemos entrampados sin poder avanzar y seguimos como “monos porfiados” intentándolo una y otra vez sin lograr resultados positivos. La mayoría de las veces obtenemos malos resultados ya que nos faltaba enfocarnos, decretar y ser honestos con lo que anhelamos de corazón.
  • “¿Qué aprendizaje hacemos del resultado que obtuvimos?” Clave es esto para poder salir a flote, ver el vaso medio lleno, agradecer todo, siempre hay algo de aprendizaje y de bendición en todo lo que nos ocurre, “para poder ver un arcoíris antes hay que ver llover”, eso es muy cierto. Se aprende siempre, en los resultados negativos y positivos, debemos estar más atentos a las enseñanzas para poder crecer.
  • Confiar. Confiar en que todo ocurre por algo. Confiar en que donde sea aceptado será la mejor opción para tu hijo o hija. Confiar en que además, existen segundas oportunidades. Si no fue el lugar idóneo, se puede cambiar y ya! Nada es de vida o muerte en este temido proceso de admisión. Aún no conozco a alguien (quizás hay, sin embargo estoy segura deben ser muy pocos) que no haya podido ser matriculado en ningún colegio.
  • Y como broche de oro, establecer una comunicación amorosa con los niños. Contarles que están viendo colegios. Hablarles de los planes, motivarlos, tranquilizarlos, darles esperanza de que lo van a disfrutar. Sin presión, sí con amor, todo proceso es más amistoso si se verbaliza, se comparte y se toma con naturalidad.

¡Éxito y bendiciones para todos aquellos que están en estos procesos!

Paula Eugenia Fischer Levancini

Coach en Programación Neurolingúística

 

 

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