Cómo tratar con personas dominantes o mandonas

¿Quién no se ha encontrado alguna vez con una persona autoritaria, mandona, en su vida? Creo que todos hemos tenido que lidiar con este tipo de personas ya sea en nuestro trabajo, círculo de amigos e incluso en nuestra propia familia.

Amigos que son los que siempre proponen los planes de fin de semana y no paran hasta que todos en el grupo lo apruebe, compañeros que te suelen preguntar si has acabado tus tareas y te las corrigen sin ser tus jefes directos, familiares que controlan con quién hablas, sales y te dicen qué hacer en tus relaciones amorosas.. ¿te suena verdad? Todos tenemos una persona dominante en nuestras vidas.

Sus comportamientos de superioridad complican mucho la relación con ellos. Pero en muchas ocasiones no podemos huir de estas personas y tenemos que aprender a tratarlas y a convivir con ellas.

Entre los comportamientos que tiene una persona mandona o autoritaria tenemos:

 

1-Suelen ser personas muy controladoras

Una persona con este perfil suele ser una persona que establece metas y objetivos, tienen ambición y madera de líder. En su afán de cumplirlos se olvidan del respeto a la opinión de otras personas y llegan a irritarse si no se está de acuerdo con ellos. En trabajos de equipo se auto propone para encargarse de tareas siempre con el fin controlar a los otros.

 

2-Dan consejos que nadie le ha pedido

Una persona dominante cree que todos desean  sus consejos o recomendaciones incluso si les has dicho que no los necesitan. Tienen una gran valoración de sí mismos, se sienten superiores y en este sentido  aflora su arrogancia que suele intimidar a otras personas que suelen alejarse de ellos.

 

3-Se sienten el centro de atención

Son muy malos oyentes.Cuando se encuentran en una conversación buscan la manera de que todo se centre en ellos. No son capaces de escuchar a otros por mucho rato y roban la atención en cualquier conversación, interrumpiendo para poder tomar el control y que todo gire en torno a ellos.

 

4-Llevan el control de lo que haces por ellos

A las personas dominantes les gusta llevar un control de todas las cosas que ellos han hecho por ti y las que tú has hecho por ellas. Si no se sienten contentas de lo que tú has hecho, te acusan de no haberlo hecho. Juegan a  culpabilizarte para que te sientas mal y acabes haciendo lo que ellos quieren.

 

5-Te presionan 

Son expertos en presionar a los demás en hacer cosas que no desean. Tienen el don de la palabra y suelen manipularte para que hagas lo que ellos quieren. Creen que su visión es la correcta y sienten que todos deberían hacer lo que ellos dicen.
6-Toman todas las decisiones

Se enfrascan en tomar todas las decisiones sin contar con los demás. Para ellos la opinión que cuenta es la suya propia. No preguntan pues para ellos es una pérdida de tiempo. Si por casualidad te da tiempo decir tu opinión, la persona dominante enseguida le quitará valor y continuará con su discurso. En este aspecto denotan una falta de respeto y de tolerancia hacia los demás.
7- No admiten sus fallos

Una persona dominante nunca admite sus fallos. Se sienten inseguros y para ellos es una muestra de debilidad. Al tener una imagen distorsionada de sí mismos no son capaces de entender que sus comportamientos no son los correctos.
¿Cómo puedes lidiar con una persona dominante?

Es importante que aprendas a relacionarte con este tipo de personas porque nos las encontramos a diario. Pueden ser nuestros jefes, compañeros, algún familiar cercano, etc..

En este último caso es necesario que pongas límites para evitar conflictos o que se dañe la relación.

Mostrarte positivo puede ser de gran ayuda pues las personas dominantes suelen ser negativas y transmitir esa negatividad. En tí está lograr mantenerte positivo sin dejar que pasen por encima tus opiniones o deseos y alejarte amablemente llegado el caso, siempre defendiendo tu posición.

Recuerda que de toda relación se aprende. Las personas dominantes tienen mucho conocimiento y siempre desean compartirlo. Aprovecha estos momentos para aprender algo interesante o útil para ti.

Si después de todo te resulta difícil y estresante la relación con una persona dominante deberás considerar alejarte. En el caso de un familiar cercano esto es complicado pero deberás pensar en tu salud mental y física y valorar qué es más beneficioso para ti.

Redacción Instituto Draco

Fuente: powerofpositivity

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 Extraido de www.institutodraco.com

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Qué pasa con los niños cuando sus padres se separan

Los padres no alcanzan a imaginar las consecuencias que dejan en sus hijos al separarse. En cifras de matrimonios celebrados, en España el 60 % de ellos se han divorciado; en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra lo ha hecho el 50 % y las cifras continuarán elevándose con el paso del tiempo. Más allá del trasfondo –muchas veces violento– que genera una separación, en quien menos se piensa es en los hijos.

En la obra “El inesperado legado del divorcio”, publicada en el año 2000 por Judith Wallerstein, importante figura, escritora y psicóloga estadounidense, se arrojaban las siguientes cifras, que en aquel momento fueron contundentes. Las conclusiones determinadas acerca de los hijos de divorciados, fueron alarmantes. El 25 % de los niños no había terminado el preescolar o colegio, lo que hacía más crítico el desarrollo del infante. El 60 % de hijos de separados, había tenido que entrar en tratamiento psicológico debido a las secuelas del hecho. Antes de cumplir 15 años, el 50 % ya había tenido problemas con el alcohol y las drogas debido a su interferencia en el ámbito emocional.

Además, el 65 % tenía relaciones conflictivas con el padre, sumando que solo el 5 % había recibido asistencia económica importante por parte del mismo. Al cumplir los 30 años los hijos, solo casi el 30 % había podido casarse, a consecuencia de la imagen con la que crecieron. Por si fuera poco, del total de hijos (ya adultos) casados, el 50 % había decidido divorciarse y legar lo mismo a sus hijos. En estos datos, aunque la psicóloga aclaró que se denotaban variables, eran más las constantes que se evidenciaban. Nada alentador para una sociedad que cada vez creía menos en el compromiso.

¿Cómo reaccionan los niños con la separación de los padres?

La psicóloga y terapeuta familiar, Jennifer McIntosh, determinó que el 60 % de niños menores de dos años presentará “problemas de relación”. Esto, debido a la inestabilidad de hogar temporal a la que son sometidos cuando los padres rotan el cuidado y atención en el hogar. A largo plazo, los hijos presentarán “niveles alarmantes de inseguridad emocional”, además de tener incapacidad de “regular emociones fuertes”. Alternar residencias generará un desorden de las necesidades primarias que pueden afectar incluso habilidades motoras y de coordinación en el niño.

Para el doctor José Antonio García Higuera, psicólogo consultante en el Centro de Psicología Clínica y Psicoterapia de Madrid, España; se presentan diferentes efectos a nivel emocional y social en los hijos de padres divorciados. Entre ellos podemos encontrar:

  • Bajo rendimiento académico.
  • Dificultades a la hora de socializar con su entorno.
  • Trastornos como depresión, miedo, ansiedad, etc.
  • Problemas de conducta.

Además de los efectos mencionados anteriormente, dependiendo de la edad del hijo, se presentarán diferentes comportamientos a raíz de la separación:

Entre 2 y 6 años de edad:

  • Creen que son culpables de la separación por no haber terminado sus alimentos o por no cumplir con sus labores escolares. Su capacidad imaginativa los lleva a tomar una responsabilidad muy imaginativa.
  • Piensan que se van a quedar solos y/o los van a abandonar. En esta etapa de sus vidas, sus padres representan el universo completo y creen que si sus padres ya no están juntos, se olvidaran de el/la niño/a.

Entre 7 y 13 años, la más difícil según los psicólogos:

  • Son conscientes de que existe un problema porque lo sienten pero no sabe cómo y qué hacer con esa sensación.
  • Piensan que sus padres pueden volver a estar juntos y con diferentes tipos de actos, presionan a sus padres a que lo intenten. En ocasiones, estos actos genera un sentimiento de fracaso y llevan a otros problemas a los padres.

Durante la adolescencia:

  • Experimentan miedo, soledad, depresión y culpa por la situación.
  • Proyectan esta situación en sus propias vidas; piensan que también fracasarán en sus relaciones como sucedió con sus padres.

¿Cómo ayudar a sus hijos en el proceso de divorcio?

Muchos niños y adolescentes sienten perder al tipo de familia que habían imaginado en algún momento. Durante o después de esa sensación, los invade el sentimiento de pena por extrañar a su progenitor y todos los momentos que pasaron juntos bajo el mismo techo.

 

Con el tiempo, los padres terminarán aceptando y adaptándose a la nueva situación, y entenderán que deben estar tranquilos y conformes con la decisión que ambos han tomado.

Estas son algunas formas de ayudar a su hijo a superar el disgusto provocado por el divorcio:

  • Fomente la sinceridad y la comunicación: los niños necesitan saber que sus sentimientos son importantes y que ambos se los tomarán en serio.
  • Legitime sus sentimientos: conocer los sentimientos y las sensaciones de su hijo le dará un parte de tranquilidad. Es importante siempre darle ánimo para que exprese todo lo que siente. También permita que el niño sepa que está bien estar contento, aliviado o emocionado sobre el futuro.
  • Mantenga los detalles de la separación bajo control: procure que cuando esté hablando del tema con sus allegados, proteja su intimidad y evite que sus hijos estén presentes. Siempre maneje una relación tranquila, respetuosa y civilizada con su expareja, sobre todo cuando interactúen delante de su hijo.
  • Busque ayuda: el apoyo es muy valioso durante este momento. Intente relacionarse con personas que hayan superado esta situación, busque información en internet, ayuda con su médico o terapeuta, o incluso un grupo de apoyo. El hecho de buscar ayuda para usted, le permitirá sentar un buen ejemplo para su hijo sobre cómo adaptarse de forma saludable a los cambios importantes.

 

 

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Perdonar a Nuestros Padres: El Primer Paso de la Crianza Consciente

Cuando nació mi primer hijo mi marido, que ya tenía varios años de papá, me dijo que cuando empezó a leer sobre crianza lo primero que tuvo que hacer fue trabajar en algunos asuntos pendientes con sus propios padres. Nada más real y acertado. No es posible entablar una relación saludable con nuestros hijos si arrastramos rencores con nuestros padres, porque tarde o temprano estas emociones negativas llegarán a ellos de una u otra manera o les afectará en la relación con sus abuelos inculcándoles prejuicios inconscientemente.

Muchas familias que se acercan a consultarme me cuentan que ponen distancia con sus progenitores cuando los hijos empiezan a crecer, porque se sienten monitorizados, sienten que se les critica su estilo de crianza continuamente o no quieren repetir ciclos tóxicos. Muchas veces experimentamos un pequeño (o gran) resentimiento porque tal vez nuestros padres nos criaron de una forma en la que nunca criaríamos a nuestros hijos y como todo el mundo, con sus aciertos y errores, aunque el problema es la tendencia a enfocarnos en los errores.

Pero, ¿Podemos realmente culparlos? Te invito a reflexionar. Nuestros hijos se están criando en un mundo muy distinto al de nuestra infancia y para nuestros padres esto también fue así. Creo que ellos utilizaban las herramientas que tenían a mano. La información no era tan accesible como ahora, no se obtenía con un “click” implicaba más tiempo y mucha logística. También creo que ellos seguían paradigmas sociales y seculares de la época los cuales no eran tan debatidos como ahora. Por otra parte se transformaron en padres en promedio 10 años más jóvenes que la mayoría de nosotros, eran adolescentes. No quiero imaginar haber tenido un hijo a los 18 años, momento en el cual batallaba con un trastorno de la conducta alimentaria y no estaba, emocionalmente hablando, en mi mejor momento ni con una pareja con la cual hubiera sido fácil o hubiera querido criar hijos. Ellos hicieron lo que pudieron y como pudieron, al igual que nosotros.

Te invito a pensar en cómo fue o puede haber sido la infancia de tus padres. A mi madre, por ejemplo, no la dejaron tomar clases de ballet las cuales ella amaba y la obligaron a tomar piano, ¿Puedo culparla por querer que yo sea bailarina. ¿Puedo realmente culpar a mi papá por no haber sido muy demostrativo cuando a él lo mandaron a estudiar a un internado a los diez años y sólo veía a sus padres los fines de semana y debía tratarlos de “usted”? Cortemos ciclos, seamos valientes.

Pero arrastramos rencores, arrastramos arrepentimientos y dolor, quizás porque faltaron palabras por parte de ellos, quizás porque los tabúes de la época evitaron charlas que nos hubieran ahorrado problemas, quizás porque faltaron abrazos para no hacernos “blanditos” o porque sobraron críticas, retos o palabras crueles para “hacernos fuertes”. No queremos que les pase lo mismo con nuestros hijos, pero así como nosotros no somos los mismos que hace diez o veinte años, ellos tampoco. Aun así algunos aspectos negativos con los que fuimos criados están grabados en nosotros por lo que debemos ser conscientes permanentemente y tenerlos en cuenta para cortar el ciclo, por ejemplo, venir de una familia en la que se gritaba mucho por costumbre o idiosincrasia.

Tenemos que trabajar en los resentimientos y empezar por aceptar a nuestros padres como son, abandonando la idea de cambiarlos a ellos o sus opiniones. En el momento que los aceptamos y dejamos atrás esa guerra de egos todo fluye con más facilidad.

Un fin de semana con más dulces que los habituales, comer con la boca cerrada o tener que pedir permiso para hacer esto o aquello son detalles que NO modificarán la vida de nuestros hijos, quienes pasan muchísimo más tiempo con nosotros, pero crecer con abuelos presentes es una bendición y es también el regalo más grande que podemos hacerles a nuestros hijos. Elige tus batallas.

Como siempre les digo, las palabras mágicas son Perdón y Gracias. Perdonarlos, agradecerles y pedirles perdón a nuestros padres porque nosotros tampoco nacimos perfectos ni teníamos las herramientas que tenemos ahora. Esas acciones son la clave para sanar las heridas con nuestros progenitores y disfrutar su compañía, en esta nueva estampa y desde otro lugar.

Por supuesto que en familia con negligencia extrema o abusos es muchísimo más complicado perdonar, en esos casos yo recomiendo psicoanálisis, meditación y lectura (puedo recomendarte libros)

No podemos cambiar el pasado pero podemos cambiar el presente.

Ana Acosta Rodriguez, Mama Minimalista

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez autora del libro “La Crianza Rebelde”

 

Disponible: Europa y USA: https://bookgoodies.com/a/B07ZM8WMXN

LATAM: https://www.editorialbrujas.com.ar/Inicio/Libro/1518

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El Bullying en la escuela

Se suele pensar que los lugares donde los niños están más seguros son en primer lugar la casa, gracias a la protección de la familia, y luego la escuela, donde hay grupos de niños que son resguardados y educados por profesionales formados para tales niños. Lamentablemente a veces la realidad es otra. La mayoría de los padres trabajan en la tranquilidad de que el hijo o hija está en la casa vigilado por una nana o un pariente y por lo tanto protegido de los peligros que pueden acecharlo en la calle. Sin embargo un televisor, un teléfono o un computador puede,  tomando  la forma de acosadores  de redes sociales,  exponer a los niños a riesgos tanto o más altos que los que podría tener en las afueras de su hogar. La escuela también esconde algunos peligros y esos muchas veces se dan en la propia sala de clases debido a un fenómeno que tal vez no sea tan reciente en el tiempo, pero que ahora tiene un nombre propio:  El Bullying.

 

Según Universia, el bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o, simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir que éstos suelen presentar. El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima. Las causas del bullying pueden ser múltiples. Niños que son víctimas de violencia en sus hogares o por parte de familiares, o bien que han observado esas conductas entre sus progenitores, como aparece en la excelente serie de TV.  exhibida recientemente en HBO “Pequeñas y grandes mentiras”. Sea cuales sean las causas, el hecho es que lamentablemente el bullying escolar parece haberse instalado en muchas  escuelas básicas de nuestro país.

Sin embargo no todo está perdido.  Según el sitio Elige Educar Las escuelas que actualmente han logrado dar un buen tratamiento a este tema para erradicarlo de sus aulas han desarrollado distintas estrategias entre las cuales se destacan las siguientes:

  1. Los profesores y estudiantes reconocen que el bullying y el conflicto no son lo mismo: Un colegio libre de bullying no es un colegio donde no existen conflictos, y los estudiantes están muy conscientes de eso. Saben que en sus aulas igualmente habrá desacuerdos y discusiones, por lo tanto potencian en los niños la habilidad de resolver conflictos y les muestran la diferencia que existe entre éstos y el bullying.
  2. Rompen el patrón de conducta agresiva:Cuando las escuelas y sus docentes identifican a un estudiante que menosprecia, ridiculiza o interrumpe el trabajo en clases, eliminan ese comportamiento intencionando una conversación con el resto del curso sobre la habilidad de mirar las necesidades del niño acosado y hablar del tema.
  3. Algunas escuelas también incluyen la resolución de conflictos como parte de su planificación tanto en su relación con los alumnos como la que establecen con otros miembros de la comunidad escolar ente ellos los padres y apoderados.
  4. Por último, las escuelas que logran erradicar el bullying de sus aulas son las que  construyen comunidad al trabajar con los estudiantes en  valores, practicando  la reparación de conflictos a través de  la comunicación compasiva.(https://www.eligeeducar.cl/profesores-ganan-al-bullying)

Todas estas estrategias pueden ser utilizadas también en el hogar mejorando así la relación entre los miembros de la familia y preparando a los niños para la vida social en la escuela

 

Macarena Urenda Salamanca – Comunicadora Social

 

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7 errores comunes que aniquilan el amor

No siempre el buen porvenir de una relación depende del modo en que nos comportamos con nuestra pareja, también juega un papel determinante la manera en que decidimos no comportarnos, la sabiduría para saber cuándo guardar silencio, la templanza para saber cuándo no empujar, la intuición para saber bailar al son del vals con una gracia tal que dos cuerpos parezcan uno.

Presta atención a los siguientes errores comunes que muchas parejas cometen día tras día sin saber que, a raíz de ellos, se va tejiendo la cuerda que asfixia el amor. Reflexiona sobre cada uno y cúrate de imitarlos para que tu relación de pareja se conserve dulce, solidaria y perdurable.

  1. Dejar que se pierda el contacto emocional

Presencia física no equivale a presencia emocional. Puede que tu pareja y tú pasen tiempo juntos en gran proporción durante el día, pero compartir el desayuno, ir al trabajo juntos o ver un programa de televisión por las noches no hace las veces de tiempo de calidad al menos que sea palpable un intercambio de ideas y sentimientos, ya sea verbalmente o a través del tacto.

La falta de conexión en la pareja produce una sensación de “estar sin estar” que va marchitando poco a poco el amor hasta que la relación se transforma en una mera coincidencia rutinaria entre desconocidos.

  1. Afrontar las discusiones con una postura ofensiva

Las diferencias y roces de la convivencia son completamente normales en cualquier relación, el inconveniente es que muchas personas no saben cómo hacerles frente de manera asertiva y caen en el error de atacar a su pareja, responsabilizarla injustamente por los problemas que atraviesa la pareja o desacreditarla.

Aprende a guardar silencio cuando el enfado te incite a pronunciar palabras que puedan herir los sentimientos de quien amas. Edúcate en el arte de la moderación y evitarás, en apenas un segundo, largas horas de amargura.

  1. Poner “a prueba” los sentimientos del otro

Algunas personas recurren al chantaje para forzar a su pareja a “demostrar” la veracidad de sus sentimientos. Suelen ser individuos con tendencia narcisista, o bien con una baja autoestima y problemas de seguridad que necesitan verificar constantemente el compromiso que el ser amado ha adquirido con ellos para controlar sus niveles de ansiedad, o incluso para definir qué tanto deben aportar ellos a la relación.

Recuerda esto: todo tipo de manipulación, sin importar el grado, supone una violación del derecho individual a la libre toma de decisiones. Ningún amor prospera bajo esas condiciones.

  1. No apoyar al ser amado

Uno de los principios básicos de toda relación estable y feliz es que exista solidaridad entre sus miembros, que cada uno sea capaz de alegrarse por la dicha del otro, o bien acompañarlo en sus horas más oscuras de forma natural, sin empujones, sin exigencias, no porque sea una cláusula de contrato sino porque el idioma del amor también habla de compasión.

Si tu pareja no siente tu apoyo cuando atraviesa un momento difícil, esto dice mucho del estado y potencial de la relación. Todo es tan fácil como entender que donde hay falta de interés, también hay falta de amor.

  1. Ser insistente en errores del pasado

Muchas relaciones se ven sujetas a periodos de oscura calamidad y, sin embargo, son capaces de reponerse y seguir adelante. Ya sea que se trate de una infidelidad, una ofensa o un evento doloroso respecto al cual se acordó un perdón sincero y un borrón y cuenta nueva, salir a desenterrar tumbas cada vez que ocurre una discusión o nos sentimos irritados o angustiados es un golpe bajo que deteriora severamente la relación, ya que no sólo evidencia que el perdón nunca terminó de darse, sino que envía un mensaje claro a nuestra pareja: “Hagas lo que hagas, no volveré a confiar del todo en ti”.

  1. Dar la relación por garantizada

Caer en la monotonía es un grave error, y suele ser la causa de muchas infidelidades y disolución irremediable de parejas que, en otras circunstancias, pudieron permanecer juntas.

Jamás puede darse una relación por asegurada. Tal y como cuenta una metáfora muy conocida (y certera), el amor es como una planta que debe regarse todos los días para no morir de resequedad. En el plano opuesto, cuando asumimos que el afecto de nuestra pareja ha alcanzado un punto de madurez en el que no cambiará sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer, pecamos de arrogantes e insensibles, algo ante lo cual ni siquiera el amor es inmune.

  1. No decir a tiempo lo que sentimos

Acumular descontentos es la fórmula mágica para matar lentamente el amor. Pronto, deja de tener importancia si nuestra pareja olvidó nuestro cumpleaños o si dejó abierta la ventana de la cocina: cualquier equivocación se convierte en una sentencia de muerte que concluye con un: “No más”, y todo termina “de pronto”, sin razón aparente.

Expresa siempre tus preocupaciones o insatisfacciones en el momento en que las experimentamos, no calles tus sentimientos a propósito para evitar episodios incómodos. Tarde o temprano, la consciencia te pasará factura y sentirás que has estado traicionándote a ti mismo para mantener a flote la relación.

Escrito por: Editorial Phronesis

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Referencias: Guías prácticas de Walter Riso 

 

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Por un Chile más amable: 4 gestos menores para promover la buena onda

Hace uno días vi en Facebook una campaña que promueve lograr que Chile sea un país más amable. Está liderado por un movimiento ciudadano que quiere incentivar a que cada persona aporte con una idea para que nuestro país sea un mejor lugar en donde vivir. Y creo que la iniciativa es excelente porque basta con darse una vuelta en las redes sociales, las calles, las juntas de vecinos y los programas de TV, para darnos cuenta que la amabilidad es una virtud que está escaseandomás que los dólares en Argentina.

Queremos un país mejor, más justo, más empático, solidario y unido. Pero siempre lo queremos exigiendo que “los otros” (el Estado, los políticos, los empresarios, la Iglesia, los periodistas o quien se les ocurra) cambien su forma de actuar. Soy una convencida que el cambio está en nosotros, en pequeños gestos, que aunque parezcan superfluos, pueden hacer una revolución en la manera que tratamos y nos conectamos con los demás.

A continuación, un pequeño listado de cosas muy menores que pueden hacer más feliz el día de los que se topan con nosotros.

Call Center del Amor

Es sábado a las 9 de la mañana. La guagua tuvo reflujo toda la noche y además tembló, o sea te desvelaste 50 minutos. Suena el teléfono, contestas y una voz colombiana te saluda: la tendencia natural es ladrar como doberman de penitenciaría y cortar el teléfono a lo mujer despechada. Pero ¿qué pasa si cuando la telefonista te pregunta cómo estás, le respondes con un cariñoso “bien y tú?”. De seguro descolocas con ese gesto de amabilidad a esa mujer acostumbrada a recibir más pesadeces que arbitro de clásico y sobre la que nadie piensa que, finalmente, solo está haciendo su trabajo. Inténtalo… te sentirás mejor aún cuando no le compres la nueva oferta de telefonía celular. Y además tus hijos verán un ejemplo concreto de cómo cambiar el modo de relacionarnos con los demás. Aunque sean las 9 de la mañana y hayas pasado una noche del terror.

El arte de parar el carro

Ser amable también significa «parar el carro» con talento. Porque quedarse callado frente a un acto de injusticia finalmente nos transforma en cómplices de malas prácticas. Los que se coluden con otros o estafan al socio no partieron por con esos grandes delitos; la deshonestidad se inicia con cosas muy menores. Saltarse la fila, no devolver el vuelto de más, colgarse del cable del vecino o cambiar la etiqueta de ese pantalón que tanto te gustó. Entonces, si vemos a alguien que está cometiendo esas pequeñas grandes faltas, es nuestro deber pararle el carro, pero con maestría. “Señora parece que se equivocó, usted tiene más de 50 años y no creo que esté embarazada. Tal vez deba buscar otro estacionamiento”. Es una parada de carro suave, sin garabatos, pero power igual. Y le permite a esa persona salvar el honor dándole la opción de hacer pasar el asunto por un error; así admitir la falta es más fácil que intentar negarla o ponerse a la defensiva. Les aseguro que la vergüenza será tanta, que dudo que lo vuelva a hacer.

Guardemos la metralleta en Facebook

“Quemaría a todos los político y curas del país”, “Pobres lusers lo del gremialismo, vayan a llorar a la UDI”, “El tata debería haber matado a más comunistas”, “La gorda tiene el país hecho bolsa” son estados de Facebook más comunes de lo que quisiéramos. La gente está muy enojada y ese sentimiento, más que fomentar el espíritu crítico y / o constructivo, lo único que hace es agotar.

Si estamos enojados con la Iglesia, mejor vamos a la Parroquia del barrio a hablar con el cura; si creemos que la política es una basura, ofrezcámonos para trabajar en ella (o al menos levantémonos a votar). Si nos molesta la gestión de la Presidenta, critiquémosla con vehemencia pero sin ofenderla por sus características físicas. Actualizar nuestro estado de Facebook no provoca un cambio real, sólo a esparcir negatividad y mala onda desde nuestra cómoda cama con scaldassono en 3.

5 cosas buenas al día

Acá me siento medio Pilar Sordo, tarjeta Village o Coelho. Pero lo asumo con hidalguía. ¿Qué cuesta decir a los menos 5 cosas buena onda al día? Mucha gente desconfía de la gente simpática como si escondieran una segunda intención detrás. A mí me cae bien la gente que busca un punto en común o resalta lo positivo en ese que no tiene NADA que ver con su manera de ver la vida. Decirle a alguien «Qué bien te ves”, “Gracias por tu comentario”, “Te quedó bacán el postre”, “Te felicito porque ganó tu equipo” son gestos que cuestan cero y que hacen una gran diferencia en la convivencia social. Sé que a muchos les dará monos esto. Pero si cada chileno aplicara la regla de decir 5 cosas buenas al día, tomaríamos menos pastillas, el Bullying no sería tanto tema, los sicólogos tendrían más horas disponibles y mucha gente lo pasaría mejor. Párrafo meloso, dulzón y ñoño, pero en el que creo firmemente.

¿Qué propones tú?

Fuente: www.eldefinido.cl

 

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¿Cómo resolver un conflicto amoroso? Ideas simples y freaks que funcionan

Porque no hay ser humano que se libre de la discusión, pelea o guerra con la pareja, aquí algunos consejos para bajar las tensiones y enfriar el ambiente (para que luego se vuelva a encender).

¿Tuviste un fin de semana belicoso y con tu marido/señora/pololo/polola? ¿Terminaste más peleado que la Democracia Cristiana con el Partido Comunista? ¿Le diriges miradas con más odio que Tomás Gonzalez a los jueces olímpicos? ¿Tienen menos onda que Javiera Blanco con la diputada Sabat?

Ya es miércoles y ha llegado la hora de levantar la bandera blanca… porque ¿se ha visto algo más agotador que una pelea amorosa? Les juro que prefiero escaparme con la billetera de Usain Bolt por la mitad de la calle, que mantener un drama por más de una hora.

Y cual candidata a Miss Chile (no es necesario que me hagan bullying en esta parte del texto) les quiero dar algunas recomendaciones para que se abuenen con su compañero de isapre y vuelvan a ver la vida como una gran postal de tarjeta Village. Acá algunas ideas:

Punto de partida: discreción con los demás

Si quieres arreglarte, en serio lo primero que tienes que hacer es cerrar la boca. Nada le echa más fuego a un conflicto que comentarlo y peor aún, que la contraparte se entere. Una pelea crece cuando se comenta (con esto no quiero decir que esté prohibido pedir consejos) pero en serio, poner en el wasap de curso que estás cotizando a un sicario no es una buena idea.

Primero, porque siempre eso da para cahuines innecesarios y segundo porque el otro SIEMPRE sabrá que lo contaste lo que genera una verdadera guerra civil. ¿Y si estás muy desesperada por hablar? Llama a esa compañera que tuviste en kínder en Cauquenes y que no ves hace 35 años pero que según tú igual es atinada y pídele ayuda. Pero amiga, llamar a la señora del colega del marido para pedirle consejos, te juro que no es buena idea.

Shock emocional

Aquí los orgullosos no juegan… en verdad en ninguna de las ideas que voy a proponer, porque el orgullo hay que metérselo al bolsillo para resolver problemas. Si queremos trabajar en una economía real del conflicto (¿para qué estar peleado dos días si se puede estar 3 horas?) es importante actuar con rapidez y creatividad. El factor sorpresa que descoloca funciona muy bien. La idea es regalarle algo que JAMÁS esperaría de ti… una comida romántica preparada con tus lindas manos considerando que se te quema hasta la sal, una entrada a un concierto de Arjona cuando eres el presidente del fans club de MEGADETH, una caminata al Manquehue tomando en cuenta que un cajero automático es más activo que tú. En definitiva cumplir “Su sueño por un día” y decirle con eso que tal vez es cierto que estuviste a punto de cometer un asesinato el fin de semana, pero que en verdad es tanto el amor que puedes transar tus gustos y hasta corear “Señora de las 4 décadas” con el guatemalteco.

Chulerías públicas

Aquí hasta el más pudoroso se derrite como mantequilla. Porque a todos, incluso a José Piñera, nos gustan las demostraciones de cariño frente a los demás. Se fue con un portazo, te puede hasta haber bloqueado en todas las redes sociales, pero si subes una foto juntos a Facebook y escribes algo como: “Este fue uno de los días más bacanes de mi vida. ¿Cómo no? Si me puse a pololear con el hombre más inteligente, protector, creativo, divertido y guapo (siempre es importante ese ítem) de toda esta angosta faja de tierra”. Lo etiquetas y dale 1 hora… ese gatito volverá. Idem al revés o como sea la pareja. Esto, hasta te ayudará a ti mismo a recordarte lo bueno de la relación y del otro, cuando estás creyendo que es más obstinado que Paris Hilton o Justin Bieber.

Obviamente lo normal es que estas cosas se compartan en un momento bello de la relación, pero mírenlo al revés, también es una buena herramienta para bajar las tensiones. Puede que algunos vomiten con esta recomendación, válido. Y si es tan así, no la apliquen, pero de que funciona, funciona.

Humor (con audios musicales incluidos)

El humor es un gran bálsamo para los encontrones. Si el otro se ríe, ¡la hiciste! Entonces es fundamental apelar al ridículo para evitar caer en Tinder. Ideas hay miles de millones, y queremos que aporten con las suyas, pero algo entretenido podría ser escribir una canción muy freak, dedicada al susodicho/a, cantarla y mandársela por audio de wasap. Un ejemplo podría ser (lo siguiente cántese con entonación Guatón Salinas):

“Necesito que estés conectadooo,

para poder volver a tu ladoooo,

Ojala veas este mensajeee,

porque si no me iré a un largo viajeee

Me dedicaré a llorar por los barrios,

Hasta por tu culpa ser portada de diariooos

Seré famosa,

Y tú habrás perdido a la mujer más hermosaaaaa

No te convieneee oh oh”

Se la canté a mi marido. FUNCIONA. Clínicamente Comprobado.

Decir «ESA» palabra

Esta recomendación es fome. Cliché, difícil, básica y cero freak, pero creo en ella a pies juntillas.

Si nos equivocamos, decirla sin anestesia, con hidalguía, cariño y humildad. Y si pensamos que el otro se equivocó tratar de hacer una autocrítica y pronunciarla por lo que nos corresponda. No sucumbir a ella deja mucho que desear y seguir enfrascado en la rabia después de escucharla… no ayuda. La palabra perdón bien dicha y desde lo profundo del alma es mágica y, sobre todo, hace bien usarla y aceptarla con amor.

Aquí mis recomendaciones para promover más parejas juntas, felices y que sean capaces de resolver sus diferencias con ingenio, alegría y creatividad. Aporte ideas querido lector, porque hay una realidad matemática que dijo el pacifista sudafricano Desmond Tutu y que nos afecta a todos: “El perdón es una necesidad absoluta para la continuación de la existencia humana”.

¿Qué técnicas usas tú para resolver un conflicto amoroso?

Magdalena Cárcamo – Periodista

Fuente: www.eldefinido.cl

 

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