La dislexia

 

Es de conocimiento público que se ha dado un sobre diagnóstico de trastornos relacionados con el aprendizaje, ya sea déficit atencional, bullying, dislexia, hiperactividad, síndrome de Asperger, entre otros, atribuyéndole la etiqueta de enfermo a un menor que sólo actúa como tal y que probablemente la causa de su actuar sea mas bien algo emocional y/o atribuible a los adultos que rodean a ese niño o niña, ya sea por ausencia parental, maltrato infantil, mal manejo del equipo de profesores, sistema educacional accidentado, metodología equivocada para ese alumno, como infinitas otras variables, que inevitablemente afectan el proceso de aprendizaje.

Es por eso que en este artículo quisiera hacer una breve descripción de lo que se entiende desde el punto de vista psicopedagógico por Dislexia, para que cada uno saque sus propias conclusiones si es que está o le ha tocado vivir la dislexia desde cerca…o no.

La Dislexia es ante todo una dificultad lectora y no en la escritura. Sucede que repercute en esta última, pero en estricto rigor es una alteración en la lectura.

Es uno de los problemas de aprendizaje mas comunes en el sistema escolar.

Tiene un alto porcentaje de cura, especialmente si es detectada desde muy temprano.

Es una alteración congénita, se nace con ella, de tipo cognitivo, se descarta de plano algún factor socioambiental o emocional, como dije, se nace con ella, porque tiene su origen desde el momento de la formación del feto-embrión, pues son un conjunto de células, en este caso neuronas, que no llegaron correctamente a su destino, específicamente el lado izquierdo del cerebro en el lóbulo temporal, atrás de la oreja. Y con una adecuada intervención se pueden suplir esas habilidades mentales que no se están utilizando, por eso no tiene nada que ver con la inteligencia sino con una forma diferente de enfrentarse al lenguaje.

Con una temprana detección se puede corregir mediante a través de una intervención psicopedagógica.

La dislexia si bien es, a groso modo, una confusión entre letras que se parecen, no es una alteración visual, ni auditiva, ni desmotivación, ni falta de instrucción de la profesora, ni una alteración cerebral grave, ni tampoco una interferencia emocional. Descartado todo lo anterior, el diagnóstico sería entonces una Dislexia, vale decir, un problema cognitivo que consiste en confundir, invirtiendo, grafemas que se asemejan, es poseer una dificultad para traspasar un símbolo gráfico a su correcto significado verbal, además de dificultades de secuenciación y de memoria a corto plazo.

Por lo tanto, si un menor sólo lee lento o, confunde el sonido de letras pero no las intercambia con otras que se parezcan, se podría descartar una Dislexia. O si únicamente tiene un reducido vocabulario tampoco sería motivo para alarmarse, es práctica de la lectura lo que allí hace falta, dado que al parecer no hubo una exposición temprana a los signos gráficos. Por eso es tan importante la educación pre escolar. Ahí se familiarizan con gran parte de los símbolos gráficos y es el lugar donde se podría detectar cierta lentitud para incorporarlos, pre kinder y kinder serviría solo para tener en consideración esa observación de la educadora, pero jamás para diagnosticar Dislexia.

Algo que también podría dar pistas es el tender a alterar, ya sea en el habla o en la escritura, el orden de las cosas, en las categorías de palabras, pues no olvidemos que la dislexia es también una alteración en la secuenciación, por eso todo lo temporal (hemisferio izquierdo) todo lo que es ordenamiento se verá afectado. Lo bueno, es que este sería un factor muy visible y fácil de detectar por una educadora.

La dislexia es un problema de aprendizaje que afecta enormemente la autoestima y autopercepción académica de un menor, en especial porque se detecta en los primeros años de enseñanza, cuando recién está construyendo su personalidad, sus relaciones, su identificación con el medio, y afianzando su lenguaje! Por eso es importantísimo intervenir rápido, y potenciar de inmediato todas las otras fortalezas que tenga el alumno.

 

Claudia Pastene Gorigoitía

Mamá de dos hijos.

Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral

 

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