En vez de volver a la normalidad, construir otra mejor

Hace dos días me escribió una lectora preguntándome algo que me sorprendió. En un mensaje privado me confesaba que estaba muy cansada del aislamiento social y me interpelaba con la siguiente pregunta: «¿Tú crees que aprenderemos algo?». No pude por menos de contestarle con un timbre de sorpresa en mi voz hecha escritura: «¡¿Cómo que si aprenderemos algo?! La pregunta formulada en futuro cancela el aprendizaje, que siempre se da en presente continuo. En una pandemia como la del coronavirus estamos aprendiendo a cada instante porque la situación es tan inédita, tan global y tan voluble que no ceja en enseñarnos novedades que nos obligan a instruirnos en ejercicios valorativos permanentes». Al enviar la contestación caí en la cuenta de forma súbita de que hace justo un mes escribí y publiqué aquí un artículo con el mismo título que la pregunta que me acababa de punzar. El viernes 27 de marzo compartí en este Espacio Suma NO Cero el texto ¿Aprenderemos algo de todo esto? (ver). Quizá un mes más de confinamiento me ha hecho tomar sencilla conciencia de que hablar en futuro del aprendizaje de esta crisis sanitaria y su adosada crisis económica sea tener una muy mala consideración de nosotros mismos. Para evitar equívocos a mí me gusta recalcar la diferencia entre enseñar y aprender. Enseñar es brindar información útil con el propósito de entregar herramientas para que la persona que la recibe perfeccione su autonomía y su emancipación. Aprender es la acción personal con la que alguien adquiere esa información, la metaboliza y la convierte en conducta, luego en memoria, más tarde en hábito y finalmente en disposición afectiva para utilizarla de una u otra manera según la enorme variabilidad de las situaciones con las que el hecho de existir le confrontará. Con cada nuevo amanecer la vida reparte infinitas enseñanzas, pero aprender pertenece en exclusividad a cada uno de nosotros.

Las primeras semanas de la cuarentena se podía escuchar el suspiro de muchos confinados anhelando volver pronto a la normalidad. Aquellos ingenuos y ya lejanos días se viralizó una máxima que desde una mirada alternativa cuestionaba ese deseo: «No queremos volver a la misma normalidad que nos ha traído hasta aquí». Dicho de otro modo, pero en la misma dirección: «No queremos volver al mismo sitio como si no hubiésemos aprendido nada de todo lo que acerca de nosotros mismos nos está enseñando la pandemia». La normalidad no debería ser el regreso a un sistema productivo que ha ensamblado vida con empleo (cada vez más escaso y cada vez más precario), y que para sobrevivir necesita gente insatisfecha que consuma bulímicamente mercancías con las que contrarrestar esa insatisfacción y mantener intacta la pervivencia del propio sistema productivo, que además tiene el deber capitalistamente genético de incrementar los márgenes de beneficio con cada nuevo ejercicio. En La sociedad de la decepción, Gilles Lipovetsky explica muy bien esta lógica. Entenderla es comprender el papel del miedo y la frustración en los imaginarios sociales. La producción y la financiación como ejes de la vida humana necesitan sobreexcitar el deseo permanentemente, vincular ideas de bienestar a ideas de consumo, embeber la identidad del sujeto con la dimensión laboral, concatenar la felicidad con la acumulación de bienes y capital. Es un círculo que no se puede detener y que con cada nueva rotación se ve obligado a aumentar el frenesí del deseo y sus daños indisolubles para la extracción de plusvalía: la explotación, la deshumanización, el deterioro de los tiempos afectivos, la depredación del planeta y de todo de tipo de vida alojada en él, la decepción crónica de las personas. La enfermedad del covid-19 y su epidemiológica capacidad de contagio nos ha obligado a confinarnos y a detener esta rotación. No hacerse o no estar haciéndose preguntas nucleares durante este largo confinamiento es mucho más grave que no aprender algo. Es estar críticamente muerto.

Ayer leí el opúsculo En tiempos de contagio, de Paolo Giordano, el escritor que alcanzó notoriedad con su libro La soledad de los números primos. Debe de ser de las primeras publicaciones serias en torno a la enfermedad del covid-19. Frente a la exhortación de querer volver a la normalidad, Paolo Giordano sugiere en su ensayo todo lo contrario: «aprender a habitar la anomalía». Este aprendizaje supone aceptar varias cosas. El autor cita el salmo 90 para resumirlas: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría». Nada más leer esta petición me acordé del lamento de Baltasar Gracián cuando en El arte de la prudencia se preguntaba de qué sirve que el entendimiento avance si el corazón se queda atrás.  En las reflexiones azuzadas por la pandemia hay varias formas de traer sabiduría al corazón. Aquí van unas cuantas: Pensarnos como comunidad. Repensarnos como sujetos interdependientes. Releernos bajo fines de vida nuevos. No olvidarnos nunca del por qué y para qué como preguntas insorteables para la construcción del sentido de lo humano. Sabernos tan vulnerables que es apremiante cuidar y ser cuidados. Aprovisionarnos de bondad para coordinar los gigantescos bucles de dependencia mutua que forman el espacio político en el que se despliega la convivencia. Sentimentalizarnos para que el otro me concierna y su sufrimiento me haga sufrir. Quizá la más importante de todas las medidas para acercar un poco de sabiduría a nuestro corazón es con la que Paolo Giordano concluye el opúsculo, que compendia todas las que he enumerado aquí: «No permitir tanto sufrimiento en vano». Volver a lo que el discurso hegemónico ha bautizado como normalidad sería contravenir por completo esta sensata invitación.

José Miguel Valle.  Escritor y filósofo

Imagen portada : Obra de Ohgigue

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Reinventarse

Creatividad, reinventarse, pensar fuera del molde, buscar nuevas maneras….son solo algunas de las palabras que giran y giran en mi cabeza sin cesar. Y es que esta nueva realidad nos pega a todos desde nuestras distintas veredas y nos exige movernos hacia lo nuevo y a ratos tan desconocido.
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Lo que hacías hace un mes hoy lo haces distinto. Hemos tenido que reinventarnos en nuestra manera de trabajar, de comunicarnos, de hacer ejercicio, de estar en familia o lejos de ella. Y es en esta reinvención donde hoy intento poner mi energía….que a ratos…. no puedo negar….se va a la zona del miedo y me va dejando estática, pensando en que ya no tengo lo de antes y que lo nuevo no sé como hacerlo o como enfrentarlo.
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Pasan los días como si fueran semanas y las semanas como si fueran meses, me ha costado esto de ser creativa y de redireccionar mi energía hacia un nuevo lugar que de frutos. Todo lo conocido se desvaneció y con ello todos los planes. Lo cierto es que hoy todo es incierto y a ratos me esta costando lidear con eso. Y aunque sé que hay que ir un día a la vez y que necesitamos poner nuestra energía en el hoy, no puedo negar como a ratos esa energía también se desvanece.

Me encantaría tener todas las respuestas, pero estar viviendo esto implica no tenerlas y tratar de ir encontrándolas en el camino. Hoy desde un lugar menos enérgico o positivo escribo estas líneas….porque soy una convencida que tenemos que darle espacio a estas emociones para entrar a ese siguiente estado. No es fácil dejar lo viejo para poner energía a lo nuevo. El cambio implica tiempo, reflexión, pérdidas, miedos y dudas, y no pasa nada si a ratos también le damos espacio a ellas, no pasa nada con ser humanos, no pasa nada con sentirse sin ganas, no pasa nada con conectarse con la angustia, no pasa nada si nos damos permiso para estar en pausa.

Para reencontrar esa energía, creatividad y flexibilidad, necesitamos pasar por estos días que la resistencia y el miedo al cambio ganan. Si negamos estos sentimientos más estancados nos quedamos. La vida viene con lo dulce y lo amargo. Podemos quedarnos en lo amargo un rato para aprovechar lo dulce.
Existen miles de maneras de vivir.

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María José Lacámara – Conoce más AQUI

joselacamara@gmail.com

Instagram: @joselacamarapsicologa

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Conoce la razón por la que las personas pierden interés en ti

Sucede con bastante frecuencia que, cuando conocemos a alguien nuevo y las cosas marchan bien de pronto todo termina y luego de este corto tiempo te preguntas qué fue lo que salió mal. Pudiste notar que, el interés en ti por parte de esa persona murió; poco a poco se fue mermando, apenas sin darte cuenta. ¿Qué paso? No logras entenderlo. En las siguientes líneas te proporcionaremos algunas de las posibles razones que han suscitado la muerte súbita de una relación. También, te daremos algunas sugerencias para evitar que esto vuelva a sucederte. ¡No te lo pierdas!

Muchos términos se han acuñado para explicar de lo que se trata esta experiencia. Cuando se pierde el interés en ti, puede llegar a ser un golpe bajo para el ego, sin embargo, más allá de esto es importante conocer lo que está sucediendo con nosotros para propiciar esta clase de reacciones en los demás.

Poca confianza y baja autoestima:

Esta termina siendo una de las razones más comunes que propician la pérdida de interés en ti. Quizás, la persona con la que estés saliendo no soporta las inseguridades y las muestras de una autoestima pobre. Si reflejamos miedo y nos presentamos inseguros ante los demás, seguramente terminarán rechazándonos o aprovechándose de nosotros. A su vez, esto origina que no seamos dignos de confianza por parte del otro: la confianza cuenta mucho al considerar a una persona como interesante. Todos conocemos a una persona que si bien no destaca en su atractivo, presenta muchas opciones para citas. La razón de ello es que, es una persona que atrae con la confianza que emana y su encanto personal.

Las inseguridades pueden no ser obvias al principio, sin embargo, entre dos personas que empiezan a salir y a conocerse, después de varias citas, puede que una de ellas cambie de opinión y termine irremediablemente, perdiendo el interés en ti.

Una manera de prevenir que una persona pierda el interés en ti por falta de confianza, es presentando un perfil de seguridad, en el cual hagas relucir tu alta autoestima. La idea es sentirse cómodo consigo mismo y sobresalir de acuerdo a las virtudes que tengas. Si la inseguridad es física, entonces, tienes que llevarlo a la aceptación; ejercitarse para mejorar lo que más se pueda el aspecto y el cambio de look siempre ayuda. Si la inseguridad se basa en el trabajo, solo queda cultivarse profesionalmente hasta obtener el nivel deseado. Hay que mantener siempre un objetivo en mente y jamás dispersarse.

Mostrar demasiado interés en el otro o parecer desesperado:

Algunas personas buscan de forma desesperada una relación. Son infelices por sí mismos y anhelan que alguien pueda pasar la vida con ellos. Aquellos que puedan percibir esa característica en ti, perderán rápidamente el interés alejándose irremediablemente. En cambio, una persona plena no necesitará de alguien para sentirse completa, esto será parte de su encanto y atraerá a los demás como un imán.

En caso de que te encuentres en esta situación, debes aceptar la idea de permanecer soltero el resto de tu vida. Cuando aceptamos la soledad, perdemos el miedo a estar solos. Disfrutamos de nuestra propia compañía y justo en ese momento, estamos preparados para compartir con otra persona. Una vez te sientas cómodo/a con la idea, podrás estar listo para socializar con alguien de una manera más saludable. Al principio, puede resultar bastante difícil aceptar esa posibilidad, sin embargo, te llevará a una reflexión sobre lo que realmente representas como individuo y por ende a un crecimiento personal. Entonces, cuando llegue el momento indicado esa persona especial entrará en tu vida y podrás mostrarle sin miedo lo que eres: sin miedo a que pueda perder el interés en ti.

Por lo general, las personas que se muestran muy desesperados y carentes de cariño no tienen relaciones duraderas, sus expectativas en relación al otro son muy altas; por lo cual terminan desencantándose muy rápidamente. De igual forma, si estás comenzando una relación y muestras demasiado interés en la otra persona, puede que la acoses. Esto terminará por hacer que la otra parte pierda ese interés en ti y que había dado luz verde para continuar.

A veces simplemente no es el momento indicado:

Si ninguna de las dos razones anteriores es aplicable, entonces, significa que esa persona perdió interés en ti porque sencillamente no era el momento adecuado o no eras la persona correcta para ella. No hay una manera exacta de saber qué es lo que está pasando en la vida de alguien más. Puede ser que se encuentre en una relación difícil o está en proceso de superar a un viejo amor, entre otras cosas. La famosa frase: “no eres tú, soy yo”, muchas veces se aplica perfectamente en estas situaciones.

Se puede tener mucha confianza y ser completamente feliz por tu cuenta, además de estar disponible para esa persona, pero, en el caso de que no estén en el mismo camino nada de eso terminará importando y tarde o temprano perderá el interés en ti.

Está bien que no lo entiendas. A veces, no se puede entender todo, ya que muchas cosas de la vida terminan siendo un misterio. Hay que tener fe de que la relación que puedas tener con una persona esté destinada a consolidarse. Pensar que funcionará cuando el momento sea el adecuado para ambos es sano; mientras tanto, puedes invertir el tiempo en ti. Realiza cosas que te hagan una mejor persona: come bien, practica deporte, pasa tiempo con amigos. Son solo algunas de las cosas buenas de la vida que están al alcance de tu mano, sin importar que esa persona no tenga interés en ti. Hay muchas experiencias positivas que te depara la vida.

¿Cómo saber si es muy pronto?

A veces puede que tú y la otra persona estén en un buen momento y estén plenamente listos para comenzar una relación. Sin embargo, luego de un comienzo fuerte e intenso la chispa se puede esfumar y empiezas a notar que esa persona comienza a perder el interés en ti. Este tipo de situaciones ocurren cuando una relación va demasiado rápido, al no tener un rumbo fijo empieza a derrumbarse; muchas veces, el precipitarse puede ser el inicio del fin.

En muchas ocasiones, la atracción física es tan intensa que la pareja siempre quiere permanecer junta y al momento en que están separados, empiezan a mantener una comunicación constante, que puede ser expresada en mensajes de texto constantes o llamadas. Cuando esto sucede se puede caer en una conducta nociva, por no decir obsesiva, ya que, la falta de espacio en una pareja puede terminar en una ruptura, pues ambas partes se agobian y se cansan. Si mantienes ese patrón, corres el riesgo de que pierdan el interés en ti más pronto de lo que crees. Saber discernir si es muy pronto para entregarse completamente es la clave del éxito de una relación; es mejor ir sin prisa, pero sin pausa.

Recuerda…

Hay que ser cuidadosos sobre la progresión de una relación, incluso, cuando apenas se está empezando una nueva. Aunque, las cosas marchen bien, siempre hay que tener presente que el equilibrio es importante. No hay que descuidar a amigos y familiares, pues ellos son una parte importante de tu vida. De igual forma, otros aspectos de tu vida no deben olvidarse mientras estés en una relación amorosa con alguien. Para que no haya pérdida de interés en ti, debes fomentar la amistad con esa persona; las relaciones más duraderas son aquellas que se fundamentan en la amistad, distribuir bien la pasión y la compañía es necesario. Hay que asegurarse de que haya cosas en común entre ambos, más allá de una mera atracción física y pasional.

Si sigues los consejos que te hemos presentado en estas líneas, no tendrás de qué preocuparte. Como se dijo con anterioridad, las personas tienen muchas cosas en su mente, las cuales, tal vez nunca podrás comprender. Recuerda que, cada individuo es un mundo. Una persona que no te da la misma prioridad que tú a él o a ella no vale la pena. Si no hay interés en ti, invierte ese esfuerzo y tiempo en algo mejor. Existen señales que indican que tu pareja no te valora y jamás lo hará.

 

Extraido de: Editorial Phronesis

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ME DA MIEDO QUE LAS COSAS NO ME SALGAN COMO YO PIENSO

Me escribía una lectora hace poco diciéndome que no se atrevía a hacer lo que quería porque tenía miedo de que las cosas no salieran como ella pensaba.

Miedo a que las cosas salieran mal…

Es un tema muy interesante así que vamos a hablar de eso: qué hacer cuando tienes miedo de que las cosas no salgan como tú piensas.

Lo primero que hay que tener claro que es que no tenemos una bola de cristal y no sabemos si las cosas van a salir como queremos y pensamos.

Nadie puede saberlo.

Por tanto, esperar hasta estar segura de que todo va salir como quieres, de que nada va a salir mal es irreal. Lo único que vas a conseguir es seguir esperando mientras el tiempo pasa sin que hagas nada…

En realidad las preguntas que nos podemos hacer es:

¿De verdad quiero intentar esto?

¿Me hace ilusión, me apetece probarlo, me arrepentiría si no lo probara?

Esas son las respuestas que necesitas saber.

Que estés segura de que merece la pena probarlo, porque si no te quedarías con el gusanillo y te preguntarías toda la vida el famoso “¿y si lo hubiera intentado?

Claro está que eso no quiere decir que te lances a lo loco.

Una pregunta importante es:

¿Qué pasaría si de verdad no sale como tú piensas o quieres?

Si es algo que te da mucho miedo puedes plantearte con qué recursos cuentas y hasta cuándo te puedes permitir intentarlo.

Cuánto dinero, tiempo, esfuerzo e ilusión estás dispuesta y puedes emplear en probar.

Y, sobre todo, asegurarte de que ya solo el hecho de intentarlo va a merecer la pena para ti.

No te centres en el resultado final que esperas, tienes que estar emocionada también por el camino que te espera.

Como dice el famoso poema de Kavafis:

Itaca

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.

Porque nadie sabe cómo acabará todo pero si disfrutas del proceso sabrás que ha merecido la pena.

Por no hablar de las nuevas oportunidades que irán apareciendo y lo que crecerás tú como persona, ya que este tipo de cambios y experiencias nuevas nos aportan más de lo que pensamos…

Así que cuando empieces a pensar en si no va a salir como tú quieres, pregúntate:

¿Qué es lo que quiero? Qué resultado espero?

¿Es realista?

¿Tengo los recursos (dinero, tiempo, energía, ganas) que necesito o me tengo que preparar algo más? (Pero no uses esto como excusa…)

¿Si no sale como quiero qué voy a hacer, algún plan alternativo?

¿Me hace ilusión, me emociona?

¿Qué pensaré de aquí a unos años si ni siquiera lo intento?

Eso te ayudará a decidir porque por mucho que pienses y le des vueltas siempre necesitarás una parte de locura, de lanzarte, de dar el primer paso.

 

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CÓMO HACER LO QUE TE GUSTA SIN TENER REMORDIMIENTOS DESPUÉS

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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.

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CHILE DESPERTÓ: LA OPORTUNIDAD DE UNA LUZ EN LA SOMBRA

Ha sido una semana extremadamente dura de digerir, de mirar y de vivir. Cargada de emociones difíciles como la angustia, la tristeza, la rabia, la incertidumbre y el miedo. Una semana con un tinte oscuro que no conocíamos. Porque si bien conocimos y vivimos un terremoto el 27/F que nos hizo reconstruir un país en el suelo, no conocíamos como se sentía un terremoto social. Una crisis en donde lo que se destruyó, fue destruido por nosotros mismos y donde lo que hay que reconstruir hoy es mucho más profundo que casas caídas, porque hoy la reconstrucción nos incluye a nosotros como personas formando un país distinto.

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Hoy necesitamos reconstruir lazos, detenernos a reflexionar y mirar al otro. Necesitamos lograr mirarnos como los seres humanos imperfectos que somos para actuar desde el respeto y amor al otro aún en su imperfección. Necesitamos aprender y buscar mayor equidad, justicia, cariño, amor, respeto, humildad y empatía…..pero sin destruirnos entre nosotros.  Respetar la mirada distinta del otro y poder compartir lo que nos hace crecer, no lo que nos violenta. El odio genera más odio, la violencia más violencia, la intolerancia más intolerancia….y esta semana ha sido una semana cargada y desbordada de imágenes y mensajes que muestran nuestra peor cara.

Los últimos días han sido una invasión de imágenes violentas, de mensajes deshumanizados, de peleas políticas, de escuchar con ira lo que el otro piensa, de ver mensajes y audios que generan pánico, de miradas polarizadas cargadas de odio. Como en toda crisis hemos podido ver la luz y la sombra. La luz de un pueblo que se une por ser mejor, más justo, más unido y equitativo, y al mismo tiempo la sombra de ver como en la necesidad de gritarlo tan fuerte para ser escuchados, nos encontramos con una violencia extrema que sin darnos cuenta nos daña profundamente.

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¿Como podemos digerir todo esto? ¿Como podemos seguir adelante? ¿Como seguimos conviviendo con la angustia, el miedo a la incertidumbre y la frustración al no ver cambios concretos?.  ¿Por dónde empezamos?.

  1. Reconocer y aceptar nuestras emociones: No podemos negar nuestras emociones, parte de vivir la crisis como una oportunidad, viene de poder abrazar esas emociones que nos nos gusta sentir, para reconocerlas y que ellas mismas nos impulsen a hacer un cambio. No escondamos nuestros sentimientos debajo de la alfombra, mirémoslos y dejemos que nos remueva esta crisis, que solo así podremos hacernos cargo. No podemos olvidarnos que estar expuestos a un estado de alerta provoca en nosotros cambios: síntomas, cansancio extremo irritabilidad, hostilidad, rabia, pena. Tenemos que hacernos cargo de ellos si queremos realmente sanarnos, para poder sanar al otro y finalmente sanarnos como sociedad.
  2. Reflexión: démosle un sentido a esta crisis, para que realmente aprendamos de ella y sea una oportunidad de crecimiento tanto personal como grupal. No puede ser que de la sombra no nazca la luz y la union. Nuestros hijos, amigos, padres, compañeros de trabajo y nosotros mismos tenemos que comenzar a vivir con más empatía y más consciencia social. Si esto no te remueve ¿entonces que?. No sigamos esperando catástrofes para reflexionar y movernos al cambio.protesta1
  3. Empatía: logremos mirar más allá de nuestro metro cuadrado. Miremos el sufrimiento o dificultades por las que pasa todo aquél que me rodea en la vida. Solo así lograremos reflexionar y digerir todo lo que ha ocurrido. Necesitamos urgentemente que aparezca la empatía y la mirada genuina y generosa hacia el otro. La empatía sana.
  4. Actos de bondad: sueño con que no necesitáramos ser removidos para ser solidarios. Podemos ser solidarios todos los días, y sostenerlo en el tiempo, no solo porque esto hace feliz, ayuda al otro y ayuda a construir una sociedad  más altruista, sino porque también nos permite mejorar aunque sea con un granito de arena la vida de otro ser humano, esa debería ser razón suficiente. Esta comprobado que una de las cosas que más alimentan nuestro bienestar emocional es darse a otro de manera gratuita. La bondad indudablemente sana al otro, a nuestra comunidad y a nosotros mismos. No perdamos esta oportunidad en esta pasada.
  5. Mirar nuestras necesidades y pedir ayuda si lo necesito: para poder ayudar al otro necesito estar bien emocionalmente, es hoy donde necesitamos también velar por nuestro autocuidado. Si no logro cuidarme y mirar que es lo que necesito para estarlo….cuidar al otro, empatizar, reflexionar y hacer actos de bondad será imposible. Mirarnos en nuestras necesidades significa saber que es lo que me hace bien y mantenerlo: ir a la plaza con mi hija, escuchar música, no ver tanto las noticias, estar menos conectada en redes sociales para estar más conectada con el que me rodea, hacer deporte, dormir las horas que necesito, etc. Si somos capaces de mantener lo que nos hace sentir bien, seremos capaces de tener la generosidad de ver al otro y salir a su encuentro.

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De esta crisis NO podemos NO salir fortalecidos…al menos ese es mi sueño. Lo que si necesitamos tener claro, es que esto solo ocurrirá en la medida que seamos capaces de decantar y reflexionar esta avalancha de información, para que podamos abrazar el sufrimiento que esto nos ha provocado a TODOS. Solo desde ahí podremos prepararnos para una cambio más profundo y constante en el tiempo. No aprendamos a ser empáticos para luego olvidarnos, no aprendamos a valorar lo que somos para luego mirarnos en menos, no aprendamos a escucharnos para luego hacer oídos sordos a las necesidades del otro, no aprendamos a amar para después odiar de nuevo. Porque si solo aprendemos por un momento, nada de esto habrá valido la pena. Que esto cuente  y sea significativo en nuestras vidas y en la de nuestros hijos o de aquellos que nos rodean. Que todo lo que estamos viendo y viviendo logre  generar una cambio profundo y sostenido en el tiempo. Si nosotros cambiamos, entonces los que me rodean cambian y podemos soñar por un Chile mejor y más justo.  Porque finalmente eso es construir comunidad, sociedad y país. ¡Chile con más luz y paz lo hacemos todos!.

María José Lacámara – Conoce más AQUI

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Recupera tu Bienestar con los puntos de acupresión

La acupresión es una técnica ancestral que procede de la cultura oriental. Según esta cultura la enfermedad o los dolores se originan por una alteración del flujo de energía (Qi) y que fluye a través  de nuestro cuerpo por los canales que llamamos meridianos. Estos bloqueos de energía serían los que dan paso a las enfermedades.

Esta sencilla pero potente técnica la puedes practicar en tu casa para aliviar tus malestares. A continuación te presentamos los puntos de acupresión más importantes:

1- Figura RENZHONG DU

Este punto está en el surco nasolabial. Masajea este punto si tienes dolor, rigidez en la zona lumbar, desmayos, si pierdes el conocimiento repentinamente, hinchazón en la cara o simplemente para relajarte antes de ir a domir.

2-Figura SHENMEN HE

Está debajo de la articulación de la muñeca. Ayuda a vencer el miedo, calmar el espíritu, tonificar el corazón. Calma la irritabilidad, palpitaciones, insomnio, manías.

3-Figura GUAYUAN REN

Se encuentra en la línea media del abdomen, a unos 4 cm debajo del ombligo. Se usa para regular los dolores y ciclos menstruales. También para regular la digestión, orina excesiva nocturna, insomnio y diarrea

4-Figura ZUSANLI MA    

Se encuentra a 3 cm debajo de la rodilla  justo en el hueco que se forma cuando se dobla la rodilla, por la parte externa. Sirve para mitigar dolores de de barriga, en caso de vómitos, tos, asma, hipo, estreñimiento, dolores articulares en la parte de la rodilla o piernas.

5-Figura  ZHONGWAN REN                

Está en la parte superior del ombligo, a unos 4 cm en la línea media del abdomen. Es muy útil para el dolor estomacal, falta de apetito, náuseas o regurgitación ácida.

6-Figura  HEGU LI   

Se situa en el montículo que se crea cuando se acerca el pulgar al índice. Combate  el dolor de cabeza, de cuello, dolor en los ojos, en las muelas. También para la hemorragia u obstrucción nasal.

7-Figura SANYINJIAO SP      

Se encuentra en la parte inferior de la  pierna, a unos 4cm por encima del hueso del tobillo. Sirve para el dolor abdominal, menstruación dolorosa o irregular, impotencia, alteraciones motoras, parálisis de las extremidades inferiores, dolor de cabeza.

8-Figura TAICHONG LE                

Se encuentra en el dorso del pie, en el hueco que forma la union de los primeros y segundos huesos metatarsianos. Masajear en caso de mareos, vértigos, retención de orina y dolor de piernas.

9-Figura  WAIGUAN SJ                     

Se encuentra en el centro del antebrazo a unos 3 cm de la muñeca. Masajea en caso de fiebre, dolor de cabeza, dolor en los dedos, temblor en las manos.

10-Figura  NEITING MA     

Está ubicada en el dorso del pie, entre el 2do y 3er dedo. Es útil para dolor de muelas, garganta, dolor gástrico o fiebre.

11-Figura SHANZHONG REN

Se encuentra en la línea media del esternón, a la altura de los pezones. Es útil en caso de asma, dolor en el pecho, enfermedades pulmonares, lactancia insuficiente, hipo o dificultad para tragar.

12-Figura NEIGUAN PE

Está ubicada en el medio de los dos tendones del antebrazo, a 2 cm de la muñeca. Puedes hacer un masaje en esta zona si hah problemas cardíacos, náuseas, vómitos, dolor, contractura del codo o brazo.

Puedes practicar el punto que te interese más según tus necesidades. Deberás ir calibrando el masaje según los resultados que vayas obteniendo. Si ves que por ti mism@ no logras beneficios no dudes en consultar a un profesional.

Fuente: acupresion.org

Redacción Instituto Draco

Extraido de www.institutodraco.com

www.facebook.com/InstitutoDraco

 

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Las Emociones tóxicas que te detienen

A menudo nos sentimos abrumados por emociones tóxicas de las que no somos conscientes la mayoría de las veces. Nos atrapan y nos manejan como marionetas.

La manera de volver a tomar el control de nuestra vida es haciendo una buena gestión de esas emociones, identificándolas, tomar consciencia de ellas y transformarlas en emociones positivas y potenciadoras que nos beneficien a nosotros mismos y a las personas con las que nos relacionamos.

Las  emociones tóxicas que debes identificar en tu día a día son: 

1-La Culpa: 

Sentirse culpable de una manera permanente hará que te auto castigues o que te dejes manipular por otras personas.

Deberás poner límites y no sentirte responsable por los sentimientos o acciones  de otras personas. Sólo así podrás irte liberando de la culpa.

2-El Apego: 

Si sientes que no puedes hacer nada sin que la otra persona esté presente y si piensas que el otro es más importante que tú y antepones todo por esa persona, olvidando tus propias necesidades, entonces es cuando estarás perdiendo tu identidad. Aferrarse a una persona u objeto sólo te traerá infelicidad. Deberás buscar qué actividades te hacen feliz, dedicarte tiempo y vivir tu propia vida.

Entra aquí para Eliminar tu Apego o Dependencia

 

3-La Ansiedad: 

Sientes ansiedad cuando crees que tienes un peligro cerca de ti y te preocupas en exceso por el futuro, viéndolo de manera negativa. La ansiedad primero ocupa tu mente y luego invade tu cuerpo dando unos síntomas como taquicardia, sudación, etc… Una manera de poder librarte de la ansiedad es intentar mirar que ocurre en ese momento a tu alrededor para que te puedas centrar en el momento presente.

Practica con este ejercicio de Mindfulness: Espacio de Respiración de 3 minutos para eliminar tu ansiedad:

4-El Miedo: 

El miedo es una señal de nuestro cuerpo que nos avisa de un peligro para conservar nuestra supervivencia. Sentir miedo es normal pero vivir constantemente con miedo o el miedo irracional, no lo es. Éste miedo puede llegar a paralizarte y que dejes de vivir realmente, por estar anclado a algo que puede o no ocurrir pero que en realidad no ha sucedido. El miedo lo puedes vencer enfrentándote a él, trabajando tus fortalezas, y dándote cuenta que vivir con miedo no te lleva a ninguna parte.

5-La Depresión: 

Alguna vez nos hemos sentido tristes o de bajón, incluso lo verbalizamos diciendo que nos encontramos un poco “depres”. Pero la tristeza mantenida en el tiempo es lo que nos puede llevar a sufrir una depresión. Superar esta enfermedad es posible. Deberás permitirte expresar aquello que tanto daño o dolor te produjo en el pasado, quizás una pérdida, un duelo no realizado, etc..

6-La Ira: 

Sufrir ataques de ira frecuentes muestra tu incapacidad de autocontrol emocional. Deberás utilizarla para impulsarte en vez de atascarte en peleas y conflictos con las personas con las que te relacionas. Una buena gestión de la ira te ahorrará muchos disgustos.

7-El Rencor: 

El rencor es una de las emociones más tóxicas pues no te deja pasar página y te devuelve una y otra vez al pasado. No te deja avanzar. Te deja estancado en el sufrimiento y en el dolor de una experiencia pasada pudiendo ocasionar malestares y enfermedades.

Utiliza las técnicas del perdón para deshacerte del rencor.

8-Frustración: 

La frustración continua nos puede llevar a otras emociones tóxicas como la ira, la tristeza, e incluso la resignación. En casos extremos puede llevarnos a padecer adicciones.

9-Insatisfacción: 

Sentirse insatisfecho y quedarse estancado en esa emoción hace que no puedas cumplir tus sueños o sentirte realizado. El perfeccionismo es la expresión de la insatisfacción y nos lleva a exigirnos y castigarnos sin poder disfrutar de la vida.

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10-La Envidia: 

Esta emoción hace que la persona prefiera sufrir y pasarlo mal, antes de ser feliz y ver feliz a los demás. Hace que desee lo que tiene el otro y se sienta rabia por los que no ha alcanzado ella misma. Te sugiero que inviertas tu energía en lograr tus propios objetivos y sueños. Centrándote en ti y en tu evolución tendrás las claves para salir de esta emoción tóxica.

11-La Angustia: 

Esta emoción te puede producir malestar, depresión y te mantiene en la queja y el dolor. La angustia se refleja en el cuerpo en forma de dolores de cabeza, de estómago, etc.. limitándote  y condicionándote a cada paso que quieras dar.

12-El Victimismo: 

El victimismo te lleva a la autocompasión y te cierra las puertas para que tomes el control de tu vida y encuentres las fuerzas necessarias para resolver o enfrentarte a las dificultades. Hay personas que usan el victimismo para dar pena y lograr que el otro haga lo que ellos quieren.

13-Los Celos: 

Detrás de los celos está el miedo a perder lo que tenemos. Es una de las emociones más peligrosas y destructivas, relacionada en un alto porcentaje con la violencia de género. La persona celosa suele ser controladora e insegura. Si te concedes el permiso de tener, perderás el miedo a perder y así podrás controlar tus celos.

14-La Vergüenza: 

Es una de las emociones que más nos limitan en la vida. Dejamos de hacer cosas debido a ella. Te aleja de tus sueños y te hace sentir que  no vales. Deberás aprender a dar pequeños pasos para eliminar esta emoción, quitarle fuerza, y que saques todo el potencial que llevas dentro.

15-Rechazo: 

La persona que sufre rechazo emocional es porque siempre busca la aceptación de los demás en cada paso que desea dar. Busca validar sus acciones en las opiniones que los otros tengan sobre ella. Le convierte en una persona hipersensible y débil ante la opinión de los otros. Deberás quererte un poco más, valorarte y darte cuenta que eres un ser único y que cuando te des cuenta que disfrutar de la vida es más importante que las opiniones de los demás, habrás trascendido esta emoción.

 

Fuente: Emociones Tóxicas de Bernardo Stamateas

Redacción y Adaptación Instituto Draco

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Extraido de www.institutodraco.com

 

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¿Buscas culpables de tu enfermedad o desgracia?

Muchas corrientes de pensamiento, encabezadas por el psicoanálisis y seguidas por otras muchas, consideran a los padres como causa, o por lo menos, la vía principal, por donde los programas de pensamiento del ego llegan hasta la mente inconsciente, quedándose a vivir allí hasta que pueden ser detectados (o no), comprendidos, analizados, etc.

Muchas veces mediante largos procesos que duran toda la vida terrenal del cuerpo, llegando a formar parte, como no, del sistema de pensamiento del ego, con el cual éste está fuertemente entretenido. Una visita semanal o quincenal al analista para seguir ahondando en lo que se cree que son las causas de la infelicidad puede constituir, y de hecho lo hace a menudo, en parte importante de ese deseo de ser especial tan importante para la supervivencia del ego. Y al mismo tiempo lo mantiene sujeto a su ocupación favorita: Buscar preguntas y no respuestas. Se me ocurre que la típica imagen del psicoanalista en silencio mientras deja que su paciente se haga preguntas sobre el origen de sus males y su posible solución, sería una magnífica imagen gráfica que nos podría ayudar en la comprensión de ese pasatiempo del ego: Buscar causas en aquello que solo son efectos. Como dice UCDM:

“Sin causa no puede haber efectos, mas sin efectos no puede haber causa….El cuerpo puede curar gracias a los efectos de la pureza, los cuales son tan ilimitados como ella misma. No obstante, toda curación tiene lugar cuando se reconoce que la mente no está dentro del cuerpo, que su inocencia es algo completamente aparte de él y que está allí donde reside la curación. ¿Dónde se encuentra, entonces, la curación? Únicamente allí donde a su causa se le confieren sus efectos. Pues la enfermedad es un intento descabellado de adjudicar efectos a lo que carece de causa y de hacer de ello una causa.”

No niego el valor de todas las disciplinas que el hombre ha inventado para poder “descubrir las causas” y cambiar los efectos que éstas tienen sobre el estado mental del individuo. Pero todas fallan en lo mismo: En realidad solo cambian unos efectos a priori muy perjudiciales por otros que no lo son tanto. Y, por tanto, se sigue conviviendo con la causa, aletargada, pero presente como una bomba de relojería lista para estallar cada vez que encuentra un estímulo emocional que dispara la espoleta. Algo que ilustra maravillosamente Eckhart Tolle en El Poder del Ahora cuando habla del cuerpo-dolor:

“Toda emoción negativa que no enfrentemos y reconozcamos deja tras de sí un rastro de dolor…crea una impronta emocional/energética de dolor que queda almacenada en alguna parte del cuerpo físico/mental.

Todos los vestigios de dolor que dejan las emociones negativas fuertes y que no se enfrentan y aceptan para luego dejarse atrás, terminan uniéndose para formar un campo de energía residente en las células mismas del cuerpo. Está constituido no solamente por todo el sufrimiento desde la infancia hasta la vida adulta… Este campo de energía hecho de emociones viejas pero que continúan muy vivas en la mayoría de las personas, es el cuerpo del dolor.

El cuerpo del dolor no es solamente individual. También almacena el sufrimiento experimentado por un sinnúmero de seres humanos a lo largo de una historia de guerras tribales, esclavitud, violaciones, torturas, etc. Ese sufrimiento permanece vivo en la psique colectiva de la humanidad y se acrecienta día tras día como podemos comprobarlo viendo los noticiarios u observando el drama de las relaciones humanas.”

Y, claro está, padres y madres, calificados como “castradores”, “sobreprotectores”, “ausentes”, “maltratadores”, “torturadores” y un largo etcétera de etiquetas, son a menudo nuestros “culpables favoritos”, a los que les otorgamos interior y exteriormente el papel de villanos en nuestra percepción del sueño. Del despertar del cual nos alejamos cada vez más cuando el cuerpo-dolor reacciona una y otra vez a los pensamientos que refuerzan este guión. “No puedes despertar del sueño si crees que no eres el soñador.”

Si a esto le sumamos esa parte, tan bien guardada en nuestra sombra, del programa que tiene que ver con que “debemos honrar a nuestros mayores”, “cuidarles”, “amarles y respetarles”, etc., ya tenemos la máquina de generar y acumular culpa perpetuamente en marcha.

Y no solo eso: La lucha interna entre la proyección de la culpabilidad en ellos y el deseo de cumplir con las expectativas del programa del buen hijo o hija, mezclado con la cotidianeidad, la convivencia y, por tanto, con la frecuencia de que esas emociones y esas espirales de pensamiento negativo se disparan, retroaliméntadose constantemente, como busca siempre el sistema de pensamiento del ego, hacen que desemboquemos en enfermedades calificadas por la medicina como “crónicas” (puesto que crónico es el pensamiento tóxico que se solidifica en nuestra mente), “incurables” y “terminales” (pese a que no terminan nunca, puesto que la muerte no existe).

Extracto curso Ucdm

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La honestidad en la pareja: por una relación de pareja emocionalmente ecológica

«Érase una mujer que vivía disfrazada de mujer y un hombre que vivía disfrazado de hombre. Cuando se encontraron creyeron esa comedia y formaron pareja. El hombre falso y la mujer falsa, haciendo esfuerzos tremendos, alcanzaron una modorra que llamaron felicidad. El hombre y la mujer verdaderos nunca llegaron a conocerse.”

Con este relato de Alejandro Jodorowsky introducimos este artículo en el que nos planteamos la honestidad de nuestras relaciones de pareja. ¿Nos mostramos como realmente somos o bien nos valemos de máscaras para esconder una realidad que consideramos arriesgado mostrar? El miedo al rechazo, la falta de reconocimiento de nuestro valor, el buscar en la pareja la solución a una vida incompleta, el uso del otro para nuestros propios fines; son algunos de los contaminantes que impiden la construcción de un buen amor. Solo la honestidad hará posible un clima emocional donde nacerá una confianza, que será la base para lograr una pareja emocionalmente ecológica.

Un amor libre de contaminación

Busco a la persona que sea capaz de amar al otro sin castigarlo por ello, sin hacerlo prisionero o desangrarlo; esa persona del futuro que sepa llevar a cabo un amor independiente de ventajas o desventajas sociales, para que el amor sea siempre un fin en sí mismo y no siempre el amor con vistas a un fin.”

Carl Jung expresaba su deseo de hallar una persona honesta capaz de dar un amor en estado puro no contaminado por otras finalidades, en una de las cartas que forma parte de su correspondencia con Sigmund Freud. Después de casi un siglo, ¿en qué punto estamos? ¿Nos hemos acercado o alejado del ideal de Jung? ¿Somos honestos con nuestra pareja?

Lo que se puede prometer y lo que no

En uno de sus viajes por los pequeños planetas, el Principito se encontró con un geógrafo que anotaba en un gran libro de registro montañas, ríos y estrellas.

El Principito quiso registrar su flor, pero el geógrafo le dijo:

—No registramos flores, porque no se puede tomar a las cosas efímeras como referencia.

— ¿Qué significa efímero? —preguntó el Principito.

—Efímero significa amenazado de desaparición rápida.

Cuando el Principito oyó esto, se entristeció mucho. Se había dado cuenta de que su rosa era efímera.”

Antoine de Saint Exupery

El amor perdura mientras no «demos nada por supuesto», no nos dejemos llevar por la rutina y lo cuidemos como la planta delicada que es. Prometemos amarnos toda la vida, pero es poco realista prometer sentimientos ya que estos no dependen de nuestra voluntad. Sí que podemos, en cambio, prometer conductas: Te prometo que alimentaré cada día este amor que hoy siento por ti. Te prometo que si un día no siento amor por ti, te seguiré respetando como persona y procuraré tu bienestar. O en otra línea: Seguiré conviviendo contigo aunque mi corazón y mi deseo estén en otra parte. Te prometo compartir mi salario, mi cuenta corriente y mis posesiones, pasar mis vacaciones contigo, dormir en tu mismo lecho…. Y si bien también es posible faltar a dichas promesas, puede ser más honesto hacerlas que la actual fórmula matrimonial: “Te amaré hasta que la muerte nos separe.

«Lo que Dios ha unido que no lo desate el hombre», la fórmula con la que se cierra el ritual religioso del contrato matrimonial pierde sentido. Hombres y mujeres pueden decidir libremente separar sus caminos cuando estos divergen, se llega a un conflicto irreconciliable o cuando el hecho de continuar juntos sea un atentado para la propia integridad o dignidad. Salvar la relación como sea deja de ser el objetivo porque la relación de pareja no debería ser una finalidad por sí misma sino una elección de crecimiento personal y conjunto. Cuando se convierte en una fuente de sufrimiento y desequilibrio, será preciso «desatarla». Dos personas con el alma rota nunca formarán una pareja amorosa, por más casados que estén. Salvar una pareja a costa de uno mismo es una elección destructiva. El éxito de la fórmula «pareja» no depende del contrato matrimonial sino de la capacidad de mejora personal, generosidad y conductas amorosas de las personas que la forman.

El matrimonio es un contrato que firmamos, el amor es un sentimiento que sentimos y que no cabe en ningún tipo de contrato ni seguro. En la actualidad vivir en pareja ya no supone la obligación de llegar al límite a la hora de resolver los problemas de convivencia, ni tampoco tener que «aguantar» determinadas actitudes deshonestas, egoístas, faltas de respeto o violentas. Sin  amor ni crecimiento personal ¿Qué justifica vivir en pareja?

Cuestión de confianza

La confianza es un sentimiento imposible de imponer. Exigir: Tienes que confiar en mí, es algo absurdo por imposible. ¿Qué idea tenemos sobre la confianza? ¿Qué acciones nos generan confianza y cuáles desconfianza? La confianza es una construcción difícil de levantar y muy fácil de hundir pero, al mismo tiempo, es la llave que permite acceder al otro. No nace por lo que decimos sino por lo que se desprende de la acción coherente. Una persona que mantiene equilibrado su eje mente-emoción-acción genera confianza.

— ¿Confías en tu pareja? —se preguntó en un curso a varios participantes.

—Totalmente —dijeron la mayoría.

— ¿Tenéis alguna posesión en común?

—Una casa, un apartamento, una cuenta bancaria… —fueron algunas respuestas.

—Entonces, si confiáis plenamente en ellos, mañana vais al notario y ponéis todas vuestras posesiones comunes a su nombre.

— ¡Ni hablar! —fue la reacción general.

Lo curioso es que confían a su pareja todo su capital emocional y comparten con ella la responsabilidad de la educación y cuidado de sus hijos, pero no la consideran lo suficientemente íntegra y honesta como para que sea justa a la hora de repartir los bienes comunes en caso de separación. La desconfianza surge del desconocimiento de uno mismo y del otro. Esta ignorancia genera inseguridad en el propio criterio en la elección de la pareja con la que se comparte la vida.

Sobre la fidelidad, la lealtad y la honestidad

Mi táctica es ser franco

y saber que sos franca

y que no nos vendamos simulacros

para que entre los dos

no haya telón ni abismos. Mario Benedetti”

Fiel: persona que es capaz de respetar un compromiso realizado en libertad. El compromiso es una obligación contraída por una promesa o por la palabra dada. La fidelidad no es un sentimiento, sino la actitud y la conducta que tomamos ante una realidad, a partir de un compromiso previo.

Fidelidad no significa amor aunque lo acompaña. Significa coherencia con uno mismo, honestidad hacia el otro, respeto y lealtad. Solo si somos capaces de ser fieles a nosotros mismos podremos serlo con nuestra pareja.

En la órbita de la fidelidad se mueven la confianza, la lealtad, la honestidad, la honradez, la coherencia y la sinceridad. Ser leal significa guardar la fidelidad debida, ser incapaz de traición. Ser honesto y honrado significa evitar acciones desleales y engaños. Ser sincero significa evitar la simulación y mostrar nuestro pensar y sentir centrándonos en la coherencia con nuestra realidad.

¿A qué y a quién somos fieles? ¿Se debe guardar fidelidad a cualquier precio? ¿Es posible ser fiel a otra persona si, para serlo, dejamos de ser fieles a nosotros mismos y a lo que sentimos?

Fidelidad, ¿a qué y a quién?

En una comunidad espiritual, el maestro hizo llamar a uno de sus discípulos y le anunció:

—Con todo el cariño debo decirte que he decidido pedirte que te vayas de aquí.

—Pero ¿por qué? —preguntó el joven extrañado.

—Por fidelidad.

— ¿Por fidelidad?

—Sí, por haber sido extraordinariamente fiel —explicó el mentor.

Indignado y dando gritos, el discípulo protestó:

— ¡Esto es increíble! Es la primera vez en el mundo que expulsan a alguien por fidelidad.

—Por tu fidelidad —dijo el maestro— durante muchos años. Tu fidelidad al embuste, la holgazanería, la irritabilidad, la descortesía, la negligencia y la vanidad. Nadie ha sido tan fiel como tú, amigo mío.

Relacionamos ser infiel con la infidelidad sexual, con el incumplimiento de la cláusula de exclusividad y menos con el hecho de ir «a escondidas», mentir o engañar.

«Mi pareja me ha engañado» -dice alguien. Y todos interpretan que el engaño se refiere a una infidelidad sexual. En pocos casos se interpreta engaño como falta de sinceridad o de honestidad en la relación. Pero el engaño no existe si el marco de relación está bien definido y se respeta. Tampoco lo habrá si la comunicación es sincera. Si existe el compromiso de guardarse mutuamente fidelidad sexual y uno desea cambiar esta cláusula relacional, así debe expresarlo al otro, con sinceridad y claridad. Así actúa de forma honesta y permite que su pareja pueda elegir libremente aceptarlo o no. Siempre habrá algún precio a pagar pero, en todo caso, no habrá engaño.

El problema surge cuando, a fin de evitar pérdidas que no se quieren asumir, se engaña al otro en un intento de poseer «lo mejor de ambos mundos». Ahí empieza la deshonestidad, el sufrimiento y la infidelidad. No es lo mismo ser fiel a alguien porque se elige serlo, que serle fiel por miedo a ser castigado o a pagar el precio de ser descubierto. En el primer caso la conducta es coherente y supone fidelidad a uno mismo; en el segundo caso, se es infiel a uno mismo y deshonesto con la pareja.

 Nadie es dueño de nadie

El quid de la cuestión no era que Alice no confiase en Eric, sino que no se consideraba a sí misma una persona capaz de inspirar la lealtad del afecto de otra persona por lo menos durante un período dilatado de tiempo.” Alain de Botton.

Nadie es dueño de nadie. La pretensión de diluirse o mezclarse con el otro está encaminada al fracaso o a la autodestrucción. Ante todo, uno debe ser fiel a sí mismo. ¿Podemos ser fieles si renunciamos a ser quienes somos por comodidad o para evitarnos problemas o dolor? Ser fieles significa actuar de acuerdo a nuestro más profundo sentir y a nuestra ética personal. Y para ser fieles debemos ser valientes y vivir de forma coherente. Alice no puede confiar en su pareja porque es incapaz de confiar en sí misma, su autoestima es baja e ignora su valor como ser humano. Esta relación fracasará si Alice no crece y madura.

De la teoría a la práctica

La exigencia de renunciar a los engaños sobre la propia situación es la exigencia de renunciar a una situación que necesita del engaño.” –  Karl Marx

Curiosamente muchas personas sexualmente infieles no son capaces de aceptar la misma conducta en su pareja. Si bien se sienten libres de mentirle, no aceptan, en ningún caso, ser ellas las excluidas o engañadas.

La experiencia nos dice que puede provocar mayor dolor el engaño emocional continuado que una infidelidad sexual puntual. Esta se puede entender y aceptar mejor que el hecho de que, durante muchos años la pareja haya mantenido una vida emocional paralela y escondida, mostrándose como realmente no era, por miedo a perder su status quo.

Lo que más se recrimina a sí mismo quien ha padecido una infidelidad, es su propia incapacidad para darse cuenta del engaño. Entonces, cuando toma conciencia de ello, puede dirigir la agresividad que siente hacia sí mismo. Al dolor de la infidelidad de la pareja se añade el sufrimiento provocado por su ignorancia, candidez y descuido. Puede sentir que se ha fallado al no haber sido capaz de protegerse y culparse por no haber sabido conservar su relación. Hay quien se odia a sí mismo por haberlo  “hecho tan mal”.

Cuando el espejo se rompe

Cuando el espejo se rompe no sirve de nada pegar los pedacitos. Un espejo así va a dar una imagen totalmente distorsionada del que se ponga delante. Si comparamos la relación de pareja basada en el amor y la confianza, a un espejo, la infidelidad —en todas sus gamas: engaño, traición, deshonestidad, deslealtad— es la ruptura del mismo. Reunir los pedazos de una relación que ha quedado hecha añicos y pegarlos no dará un buen resultado. El espejo queda con tara, nunca más será el mismo.

Ante una infidelidad es preciso tomarnos tiempo para poner orden al caos emocional que se produce y valorar qué sentimos, qué pensamos y qué deseamos realmente en nuestra vida y plantearnos nuestra libertad a la luz del conocimiento interior. Libertad es la diferencia entre dos monosílabos: Sí y NO, dijo Octavio Paz. Si decimos SÍ a nuestra relación de pareja, después de una infidelidad, debemos ser conscientes que el trabajo que nos espera será arduo. Ya no se tratará de pegar los trocitos que queden de la relación, sino de refundir los pedazos rotos con mucho amor. El buen amor tiene la capacidad de volver a alisar la superficie del espejo. Gracias a su poder la imagen que nos devolverá podrá volver a ser nítida y perfecta. Pero esto no es gratis.

Opciones emocionalmente ecológicas 

Nuestro problema más complicado es vivir y nuestra creación más eficaz, inteligente y ecológica es hallar como vivir de forma más sabia y armónica. Actuar de forma honesta y emocionalmente ecológica previene la confusión y el caos amoroso. Algunos  aspectos que proponemos tener en cuenta nuestra cartografía emocional de la vida en pareja:

—Para confiar en otro ser humano primero debemos ser capaces de confiar en nosotros mismos.

—La confianza se asienta en el conocimiento propio y en el de la persona que nos acompaña.

—La fidelidad no es, por sí misma, un valor a defender. Se puede ser fiel a muchas cosas: al embuste, a la irritabilidad, a la descortesía, a la negligencia… cuando nos pidan fidelidad debemos concretar fidelidad a qué y a quién.

—El compromiso y la lealtad es esencial para construir una relación de pareja.

—Hay muchos tipos de engaño, no solo el sexual. El peor de todos es el engaño y la infidelidad hacia uno mismo, fruto de nuestra incoherencia y de nuestra incompetencia para cuidarnos.

—Nadie nos pertenece. Relacionarnos en libertad es la única posibilidad para crecer juntos.

—No hay fórmulas de relación únicas. Cada pareja puede pactar y crear los marcos en los que ambos van a crecer. El diálogo y la negociación constantes mantendrán activa y viva la relación.

—Tenemos el derecho a elegir continuar o cerrar una relación. Elegir lo que nos abre en lugar de lo que nos cierra o nos entierra, elegir caminos abiertos en lugar de lo que nos pone contra la pared es nuestra responsabilidad indelegable. Sabremos que nuestra elección es emocionalmente ecológica cuando la alegría esté presente en nuestra relación.

La pareja no se justifica si no es un espacio donde podemos ser nosotros mismos sin ser penalizados, Porqué al final del camino, de nuestro corazón saldrán todos los nombres que justificarán nuestro paso por el mundo: los de todas las personas que hemos amado de forma honesta, libre y responsablemente. Y esta será nuestra obra.

 Por Maria Mercè Conangla

www.ecologiaemocional.org

www.fundacioambit.org

@EcoEmocional

Extraido de: Editorial Phronesis

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Bibliografia:

Juntos pero no atados. Jaume Soler i Maria Mercè Conangla. RBA bolsillo

La ecologia emocional. Jaume Soler i Maria Mercè Conangla. RBA bolsillo

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