10 Signos de que sufres Agotamiento Emocional

El estrés se ha instalado en nuestra rutina diaria que ya no nos damos cuenta que lo estamos padeciendo. Sólo cuando «explotamos» vemos que estamos agotados mental y físicamente.

Cuando has pasado por un período largo de estrés, ya sea por temas laborales, de pareja, familiares, etc.. es muy probable que hayas padecido de agotamiento emocional. Es importante tener a ralla el estrés por las consecuencias ya muy conocidas que pueden tener en nuestra salud física y emocional.

Hay mucha sintomatología relacionada con el estrés emocional: A veces nos sentimos cansados, otros sin ganas de de hacer nada, quizás te sientas susceptible e incluso con ansiedad. Pero cuando sientes que has perdido el control, que al mínimo estímulo saltas y que estás en continua alerta, llena de adrenalina  y acabas el día completamente exhausta y sin energía, entonces es muy probable que estés padeciendo agotamiento emocional.

 

Aquí te presentamos los puntos que puedes ir analizando para comprobar si sufres de agotamiento emocional:

1-Te levantas cansada incluso después de haber dormido 8 horas.

Tu sueño no es de calidad, sientes que necesitas más descanso. Vas a la cama muy cansada, te cuesta dormir y cuando te levantas sigues igual de cansada.

2-Te enfadas con facilidad

Has perdido la paciencia y te enojas por cosas sin importancia.Tu tono de voz se eleva sin que puedas controlarlo.

3-Sonríes cada vez menos

No encuentras alegría en cosas que antes te la daban. En vez de sonreír haces cara de cansada o de enfado

4-No tienes motivación

No te sientes motivada por nada. Ya no encuentras placer en la lectura, o en tus actividades favoritas.

5-Lloras con más frecuencia

Te afectan más las noticias tristes, las películas o algún comentario o relato de algún conocido.

6- Tu vida social es nula

Ya no te seduce la idea de quedar con amigos o familiares y cuando estás con ellos sientes que no conectas, ni encajas.

7-Tus niveles de ansiedad son elevados

La música alta, el tráfico, sitios cerrados, incluso hacer la compra se convierte en una actividad que te genera un alto nivel de estrés.

8- Te sobresaltas con más frecuencia

Estás en estado de alerta constante y el sonido del teléfono, el timbre de la puerta, etc., te hacen saltar.

9-Falta de concentración

Te cuesta concentrarte y recordar las cosas. Sientes que vas lenta en tus pensamientos y respuestas debido al cansancio extremo que sufres.

10-Te sientes fracasada

Sientes que por más que te esfuerces no estás a la altura de las situaciones. Sientes que no haces nada bien.

 

Sobretodo si sientes que estás estancada, sin esperanzas ni motivación debes intentar cambiar tu situación para que no llegues a caer en una depresión.

Buscar el origen de tu agotamiento emocional te ayudará a ponerle fin. Puede estar en tu entorno familiar o laboral. Analiza lo que puedes cambiar para que no te siga afectando más. En alguna situación podrías tomar decisiones drásticas cómo cambiar de trabajo, si éste es el foco de tu problema, o quizás con unos simples cambios  como pedir ayuda a un familiar o amigo, contratar personal que te ayude en casa, etc. puede ser la clave para que tu estado cambie  No dudes en buscar ayuda profesional si ves que el estrés te está afectando demasiado físicamente o emocionalmente.

 

Redacción Instituto Draco

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Perfeccionismo: Como te afecta

EL perfeccionismo ha sido muy valorado sobre todo en el ámbito profesional. Una persona perfeccionista se cree que es una persona enfocada al detalle, que le gusta hacer las cosas bien y por ende es una persona de éxito, pero no es así.

El perfeccionismo, y la forma de pensar que éste conlleva, te puede convertir en alguien vulnerable a todo tipo de problemas:

– Estrés en el trabajo o en los estudios.

– Oscilaciones del estado de ánimo, como tristeza o ansiedad.

– Soledad y grandes dificultades para establecer relaciones estrechas Y cercanas.

– Frustración, rabia y conflicto en las relaciones personales.

– Dificultad para sacar conclusiones positivas de las críticas, de los fracasos o de los errores.

– Tendencia a aplazar las obligaciones y dificultad para pasar perseverar las tareas desagradables.

Seguro que a ti se te ocurren más consecuencias negativas del perfeccionismo. Es el momento de hacer hincapié en qué perfeccionismo no es lo mismo que una ambición bien entendida. Qué tipo de perfeccionismo que nos puede traer consecuencias negativas, se observa en personas aceleradas, estresadas y constantemente infelices consigo mismas, con sus logros y con su relaciones con los demás.

 

Existen muchos tipos de perfeccionismo. A continuación tienes una lista, será interesante que te fijes en qué tipo de perfeccionismo es un problema para ti:

Perfeccionismo físico: creo que debo tener unas bonitas vacaciones o una figura perfecta para ser atractivo e interesante.

Perfeccionismo conductual: siento que sería espantoso cometer un error, fracasar o no alcanzar mi objetivo en los estudios o trabajo.

Perfeccionismo de apariencia: creo que debo impresionar a los demás con mis logros, mi talento o con mi inteligencia para que me quieran y me respeten. Estoy convencido de que los demás me despreciaran si fracaso, hago el ridículo o cometo un error.

Perfeccionismo emocional: me avergüenzo de los sentimientos negativos que me hacen sentir vulnerable, como son la soledad, la depresión, la rabia, la ansiedad o la angustia. Creo que debería mostrarme siempre feliz y controlar mis emociones.

Perfeccionismo de la autoestima: me siento inferior aquellas personas que son más inteligentes, atractivas o exitosas.

Perfeccionismo relacional: pienso que las personas que se quieren no deberían discutir o pelearse nunca.

Perfeccionismo afectivo: me resulta difícil mantener relaciones afectivas duraderas porque las personas no son nunca lo suficientemente buenas. Me preocupan las imperfecciones ajenas.

Perfeccionismo de expectativas: me altero cuando las demás personas no están a la altura de mis expectativas. Me enfado o me disgusto en exceso cuando se atrasa el tren, cuando no avanza el tráfico o cuando las personas no me tratan con el debido respeto.

Perfeccionismo con tendencias obsesivas: creo que mi hogar o mi oficina deben estar siempre impolutas. Dedico un tiempo excesivo revisando, limpiando u organizando.

¿Te sientes identificado con alguno? ¿Se te ocurre algún otro tipo de perfeccionismo?

Irene Morales

Coach Espiritual 

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Cómo bajar el cortisol y eliminar el estrés

Estamos viviendo un momento donde muchos de nosotros estamos sufriendo estrés y ansiedad por el futuro. El confinamiento, los cambios en nuestra forma de vivir y la incertidumbre hacen mella en nuestra salud.

El cortisol es una hormona que habita en nuestro cuerpo y se la considera la hormona del estrés. Esta sustancia, producida en las glándulas suprarrenales, puede dispararse de múltiples formas. En Instituto Draco queremos darte algunos consejos para bajar el cortisol y reducir el estrés en tu cuerpo.

 

6 signos que muestran demasiado cortisol en tu cuerpo

 

– Aumento de peso

El cortisol incrementa el apetito y nos hace desear por comida dulce, rica en calorías y carbohidratos. Tenemos que apostar por la comida sana, una dieta rica en verduras e intentar controlar la ansiedad por la comida.

– Piel seca

Un alto nivel de cortisol en tu organismo deshidrata la piel y por ello la piel se ve sin brillo, seca y pueden aparecer arrugas.

– Resfriados

El sistema inmunológico se ve afectado y es más propenso a las enfermedades, no es extraño resfriarse continuamente y estar más débil de lo habitual.

– Depresión

El cortisol nos puede volver más irritables o ansiosos pero si los niveles de cortisol no bajan en mucho tiempo es posible que las enfermedades como la depresión aparezcan en tu cuerpo.

– Bajo apetito sexual

La líbido se ve perjudicado cuando tenemos el cortisol muy alto, afecta a los dos sexos produciendo impotencia sexual e irregularidades menstruales

– Insomnio

Un alto nivel de cortisol puede privar entrar en las fases de sueño profundo, alterando su calidad y sintiéndonos fatigados al despertar.

 

¿Cómo bajar el cortisol de manera natural?

Deja la cafeína

La cafeína está presente en el café, el té o, incluso, en el chocolate negro y hace que suban los niveles de cortisol de forma abrupta y los mantiene durante horas. Esto se traduce en estar nervioso durante más tiempo y de golpe. Lo ideal es dejar la cafeína y cambiarla por otro tipo de bebidas.

 

Mantén una buena higiene del sueño

Es importante dormir 8 horas al día y acostarse siempre a la misma hora preferiblemente, acostarse entre las diez y las doce de la noche, ayuda en estabilizar los niveles de cortisol.

 

Relaciónate con los demás

Las relaciones sociales, siempre que estén basadas en la amabilidad y la comprensión, son una fuente de apoyo y, además, suponen cambios a nivel hormonal.

El afecto, especialmente mostrado en forma de abrazo, ayuda a la liberación de oxitocina y, a su vez, reduce el nivel de cortisol.

 

Relájate

El cortisol está relacionado con el estrés y la ansiedad, por ello es importante conocer las múltiples maneras que tenemos para relajarnos como el Yoga o la meditación.

La meditación es una estrategia bastante útil para reducir la ansiedad y el cortisol.

El Mindfulness es una práctica sencilla y eficaz para reducir la ansiedad, ya que resulta útil para inducir cambios a nivel hormonal en el encéfalo.

 

Come alimentos ricos en vitamina C

La vitamina C es una sustancia que ayuda a segregar dopamina y a reducir el estrés.

Algunos alimentos ricos en vitamina C son cerezas, fresas, espárragos, tomates, arándanos, mandarinas, patatas, frambuesas, coliflor, melón, mango, kiwi, guisantes, piña.

 

Practica ejercicio

El ejercicio siempre es una muy buena opción para poder disfrutar de un gran bienestar.

Hacer deporte ayuda a regular los niveles de cortisol, lo cual se traduce en una reducción de la ansiedad. Además, el ejercicio físico hace que se libere serotonina y dopamina a nivel cerebral, sustancias también relacionadas con un bienestar emocional.

 

Bebe agua 

Mantenerse bien hidratado garantiza mantener a raya los niveles de cortisol. La deshidratación hace que el cuerpo se ponga en tensión, haciendo que se sufra estrés.

Nunca está de más llevar uno botella de agua encima. Bebiendo la cantidad adecuada de agua evitará estar cansado y de malhumor, lo cual contribuirá a ser más productivo.

 

Aprende a respirar

Es importante aprender a respirar correctamente para mejorar tu estrés y ansiedad, cuando respiramos bien y dejamos ir todos los que nos preocupa nos liberamos de nuestros miedos.

 

Organízate el tiempo

Un estilo de vida desorganizado es la principal causa de vivir constantemente estresado. Es por ello que resulta algo verdaderamente necesario el intentar poner orden a nuestras vidas.

Organizarse el tiempo, cumplir con los plazos y tratar de tener unos horarios más o menos bien establecidos otorgan a nuestras vidas de estructura y, por lo tanto, hacen que la incertidumbre sea menos frecuente.

 

Come alimentos ricos en fenilalanina

La fenilalanina es un aminoácido que ayuda a segregar dopamina, que ayuda a disminuir las ganas de comer carbohidratos y azúcares y por tanto, ayuda a eliminar el estrés. La fenilalanina se encuentra sobre todo en alimentos proteicos como los lácteos, huevos, carnes rojas, pescados y algunos cereales integrales.

 

Averigua qué es lo que te preocupa

Todo el mundo tiene sus preocupaciones, con las cuales convive y, en la medida en que puede, trata de hacerles frente. Para mejorar nuestra salud, podemos tomar dos estrategias. La primera sería la de tratar de despreocuparse, especialmente si es algo que no podemos cambiar. Sin embargo, si es posible combatirlo, busquemos qué es exactamente y enfrentémonos a ello.
Come alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3

Estos disminuyen la activación de las glándulas suprarrenales, ayudando así a bajar el cortisol naturalmente. Los ácidos grasos Omega 3 se encuentran en alimentos como los aceites vegetales, en el pescado y los mariscos.

 

Toma adaptógneos como la Ashwagandha

La ashwagandha es una planta procedente de la medicina tradicional hindú. En los últimos años se ha estudiado la efectividad de esta planta sobre el control de los niveles de cortisol, llegando a la conclusión de que, posiblemente, sea eficaz para reducir estos niveles y, consecuentemente, reducir el estrés.

 

Desprenderse de las relaciones tóxicas

Ya sea con una pareja, amigos o incluso en familia, a veces tenemos la mala suerte de establecer una relación tóxica, la cual, claramente, es foco de estrés y de subida del cortisol.

Si se tiene una relación en la que abundan los conflictos, las malas palabras y el maltrato, de cualquier tipo, se está en una relación tóxica. Si después de intentar averiguar qué ocurre y cambiar la relación no se puede lo mejor es desprenderse de ella.

 

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Cómo dejar de preocuparse

¿Te preocupas demasiado? ¿Siempre tienes pensamientos repetitivos en la cabeza? Ocuparse es útil, preocuparse no. La preocupación te bloquea y no te ayuda a encontrar soluciones y resolver problemas. Un exceso de preocupaciones acaban con nuestra energía, nos debilitan y aumenta nuestra ansiedad. Tenemos que dejar de preocuparnos tanto y tomar acciones para buscar soluciones a nuestros problemas. Dejar que la vida nos vaya llevando por el camino, al final el universo siempre trae cosas mejores.

 

¿Por qué me cuesta tanto dejar de preocuparme?

 

Cuando sufrimos preocupación crónica nuestros pensamientos de ansiedad son alimentados por nuestras creencias limitantes. A veces creemos que de tanto pensar nos vamos a volver locos, que no podemos aguantar tanto estrés, la preocupación es peligrosa porque cuando entramos en el círculo vicioso de nuestros pensamientos perdemos el momento de disfrutar del presente.

Intentamos adelantarnos a los problemas, pensar demasiado en ellos para saber hacer como hacerles frente pero no es así. Tenemos que fluir con la vida y centrarnos más en el presente, el futuro vendrá sí, pero no tiene porque ser peor que el momento presente. Tenemos que abrirnos a la esperanza y pensar que pueden venir cosas mejores: una familia, un mejor trabajo, solvencia económica…

Una vez que se descubre que preocuparse es el problema y no la solución, se puede recuperar el control de la mente preocupada.

La preocupación crónica es un hábito mental que se puede superar entrenando el cerebro para mantener la calma y para ver la vida desde una perspectiva más positiva.

 

10 tips para dejar de preocuparte por todo 

 

Respira profundamente 

 

Respira, siente la vida, vuelve al presente cuando estés pensando en un problema e intenta pensar en positivo.

 

No te agobies piensa en soluciones

 

No te pongas nervioso ante los problemas, eso solo te paraliza. Cuando sientes que tienes un problema busca una solución y no pienses tanto. Busca nuevos caminos, oportunidades, alianzas y cree en tu poder para reinventarte.

 

Aprende a reírte 

 

Reírse de uno mismo y de la vida nos hace disfrutar más del presente. Dale un toque de humor a las preocupaciones y supera tus temores. En realidad, estamos aquí para aprender y pasarlo bien.

 

Enfréntate a tus miedos 

 

¿Quieres dejar de preocuparte por todo? A veces uno no puede hacer nada. Cambia tus creencias limitantes y tu inseguridad por pensamientos positivos que alimenten tu ser

 

Mejora cómo te afectan las críticas 

 

Las emociones son contagiosas, y los que nos rodean nos afectan mucho más de lo que a veces somos conscientes.

En muchas ocasiones nos rodeamos de personas tóxicas que nos transmiten sus malas energías y su negatividad, lo mejor es alejarse de ellas.

Cuando consigamos descubrir quienes son las personas que nos generan ansiedad es importante intentar pasar menos tiempo con ellas.

Por otra parte, elegir a las personas en las que confiamos nuestros pensamientos es algo delicado. Busca personas positivas que te ayuden a ver las cosas desde otra perspectiva y disfruta tu tiempo con ellas.

 

Disfruta de tu vida 

 

Tenemos un tiempo limitado para crecer y disfrutar de los nuestros. Las preocupaciones quitan vida, envejecen y lo que es peor, bloquean tu capacidad para disfrutar, construir un propósito o una pasión que te motive e impulse hacia la realización  personal.

Presta atención a lo que te gusta hacer, a tus hobbys, cualidades y  todo aquello que te produce bienestar personal.
Ten un momento para preocuparte 

 

Dedícate sólo 10 minutos a preocuparse por tus problemas, tan solo 10 minutos y el resto del día ábrete a las cosas bonitas. Debe ser el mismo todos los días  y con suficiente antelación para no causarte ansiedad justo antes de acostarte.

Durante el periodo de preocupación, aprovecha y revisa tu «lista de preocupaciones» y reflexiona sobre ellas. Posponer las preocupaciones es eficaz porque rompe el hábito de concentrarse en ellas en el momento presente sin que hay lucha para suprimir el pensamiento o juzgarlo.

 

Trabaja con tus pensamientos

 

Los pensamientos negativos bajan tu energía y provocan que aparezcan emociones corrosivas para tu salud, así que lo mejor es resetear la mente

Se trata de dejar la frecuencia de las preocupaciones y conectar con pensamientos más optimistas para elevar tu nivel de energía.

 

Practica mindfulness

 

El mindfulness nos hace conectar con el presente, nos devuelve un poco de felicidad a nuestras vidas. Mediante las técnicas de relajación encontrarás calma emocional y mental.

El estrés y la ansiedad desaparecen progresivamente aplicando a tu vida técnicas que te ayuden a conectar con tu equilibrio emocional.

 

Escribe tus pensamientos 

 

Cada noche antes de acostarte escribe que te ha ocurrido durante el día y en qué has pensado. Redactar en una libreta todo aquello que te preocupa.

Una vez escrito en el papel, el problema queda fuera de nosotros y podemos contemplarlo con otra perspectiva.

 

El bienestar está más cerca de lo que crees, tan solo tienes que creer en ti.

 

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Ejercicio de Respiración

Hoy os proponemos un par de ejercicios simples para desestresarnos y estar más presentes.

Cada día nos preocupamos y nos ocupamos más por nuestra salud. Hacemos ejercicios, cuidamos nuestra dieta, probamos diferentes técnicas, etc, etc. Pero quizás nos olvidamos de una muy simple y que hacemos inconscientemente: La Respiración.

¿Qué beneficios tiene la Respiración Consciente? Aquí te damos unas pistas:

  1. -Nos ayuda a la pérdida de peso
  2. -Nos oxígena los órganos
  3. -Nos ayuda a desintoxicarnos
  4. -Nos ayuda a relajarnos eliminando así el estrés
  5. -Alivia el dolor
  6. -Nos da claridad mental

¿A qué no te imaginabas que algo tan simple te podía aportar tanto? ¿A qué esperas para practicarlo?
-Respiración consciente: siéntate 5 minutos y concentra tu atención en la respiración. Intenta no pensar en nada más que no sea tu respiración. Deja ir tus pensamientos, tus problemas y proyectos del día, sólo respira. Enfoca tu atención en como entra el aire a tus pulmones y como sale por tu boca. Pon todos tus sentidos en este momento.

-Observación consciente: Elige un objeto, una planta, y dedícate a observarlo por 2 minutos, como si fuera la primera vez que lo vieses. Concéntrate en su forma, color y únete a la energía que desprende. Siéntete en armonía con él y tu entorno.

Si lo haces a diario poco a poco verás como serás capaz de realizar estos ejercicios con más facilidad y si eres de los que piensas que no puedes meditar, Sorpresa!! ya Meditas!!

Sé constante y notarás en poco tiempo los beneficios que antes te hemos mencionado. Únete a la Comunidad del Bienestar!

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Conexión entre intestino y cerebro

Nuestro cuerpo está conectado, cada célula, cada órgano están unidos por un hilo, el hilo de la vida. Una de las conexiones más importantes es la conexión entre intestino y cerebro, mente-cuerpo, es infinitamente poderosa.

Es maravillosa porque conecta nuestro organismo, nuestro cuerpo con el entorno en que vivimos. La ansiedad o el bienestar que sentimos pueden tener su origen en el aparato digestivo.

La conexión mente-cuerpo es real y científicos de todo el mundo lo han demostrado, es hora de reconectar con nuestros cuerpos, cuidarlos y empezar a escuchar lo mucho que el cuerpo tiene que contarle al cerebro.

Según el gastroenterólogo y codirector del Centro de Investigaciones Digestivas de los Ángeles, el Dr. Emeran Mayer la conexión intestino-cerebro es mucho mayor de lo que se intuía. Ha realizado múltiples investigaciones y concluye que el malestar físico y emocional que vivimos cuando estamos estresados podrían generarse en el intestino.

 

¿Cómo es la conexión intestino y cerebro?

 

Los microbios digestivos se han revelado como causantes del envío de señales al cerebro a través del nervio vago, el canal que une intestino y cerebro, para generar respuestas que promuevan conductas alimentarias determinadas. Esto ayuda a la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.

Según el Dr. Mayer, el 95% de la serotonina en el organismo se encuentra en el sistema digestivo. Este descubrimiento médico es de gran importancia para los pacientes con los problemas de ansiedad, depresión o  colon irritable.

Estas investigaciones están demostrando que la microbiota intestinal tiene un papel fundamental. Entre otras cosas, en el peso, y más específicamente en los motivos que hacen engordar o adelgazar a las personas.

 

Relación entre la Ansiedad y el intestino 

 

Cuando estamos estresados durante mucho tiempo o sufrimos ansiedad generalizada, el intestino reduce sus funciones para que el cerebro cuente con algo de energía extra. Esto conduce a una situación en la que el flujo sanguíneo se reduce en el intestino. También se da una reducción en la mucosa protectora y es más fácil que las bacterias inflamen el intestino.

Esto puede provocar un cambio en la microbiota intestinal que produce entonces diferentes metabolitos que se envían al cerebro.

 

¿Qué puedes hacer para cuidar tu intestino?

 

Después de leer las investigaciones médicas que apuntan la estrecha relación entre intestino y cerebro parece que podemos actuar desde dos puntos diferentes en el tratamiento y prevención de los estados de ansiedad y de estrés.

 

– Practicar algún tipo de meditación o mindfulness

– Seguir una dieta equilibrada rica en verduras y frutas

– Realizar algún tipo de deporte para relajarte

 

En conclusión, la conexión entre intestino y cerebro es real y es como un pez que se muerde la cola: si sientes ansiedad, eso provoca en el intestino contracciones y secreciones que cambian la microbiota intestinal y entonces esta produce diferentes metabolitos que van al cerebro. Si nos cuidamos, nos relajamos e intentamos ser positivos no sufriremos tanto de dolores intestinales y viviremos una vida plena.

 

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10 Tips para eliminar la ansiedad

La ansiedad es una de las enfermedades más comunes en nuestra sociedad, se calcula que más de 260 millones de personas en el mundo sufren trastornos de ansiedad. Entre los síntomas más comunes están los mareos, la taquicardia, la sudoración, la sensación de ahogo… decenas de síntomas mediante los cuales nuestro cuerpo nos avisa que tenemos que cuidarnos más.

La ansiedad se presenta generalmente en personas que son muy autoexigentes y tienen falta de autoestima, por ello el cuerpo quiere hacerles reaccionar y mostrarles que deben confiar más en la vida y en ellos mismos.

Desde Instituto Draco te traemos 10 tips que te ayudarán a combatir la ansiedad, pero recuerda que lo más importante es confiar en ti y repetirte que podrás vencer esta situación.

 

Practica ejercicio

 

El deporte nos ayuda a evitar el exceso de activación del sistema nervioso y a conseguir un sueño más reparador. Puedes salir a correr, asistir a una clase del gimnasio o simplemente dar un maravilloso paseo por el bosque.

 

Duerme 8 horas

 

Por muchas tareas que tengas que hacer durante el día tienes que cuidar tu descanso. Es vital dormir 8 horas para poder recargar energías. Si a causa de la ansiedad te cuesta dormir puedes tomarte una tila antes de dormir o realizar ejercicios de meditación.

 

Dile adiós a la cafeína

 

El café u otras bebidas con cafeína son estimulantes y pueden acentuar los síntomas de la ansiedad. Lo ideal sería cambiar este tipo de bebidas por infusiones y zumos naturales que no afectan a la ansiedad y aportan más nutrientes.

 

Prueba con los métodos de distracción

 

Cuando sientas que estás muy ansioso intenta distraerte y evitar ese pensamiento. Puedes realizar una parada de pensamiento, pasear, mirar una película… así interrumpes tu pensamiento hasta que pasa la ansiedad. Tienes el poder de controlar tus pensamientos, si no les permites que aparezcan y te fijas en otra cosa no tendrán el poder de influir en ti.

 

Escribe

 

Escribir es terapéutico y nos hace sentirnos liberados. Te proponemos que cada noche antes de acostarte escribas 3 cosas por las cuales sentirte agradecido, aunque no sean cosas muy relevantes. La gratitud puede ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad al enfocar tus pensamientos en las cosas positivas de tu vida.

 

Aprende a decir que no

 

A veces nos creemos que somos superhéroes que podemos con todo y no es así. Hay que saber decir que no. Intenta no aceptar más de lo que puedas controlar. Aprender a decir que no a los demás es una buena forma de controlar tu estrés y hacerte valer.
Pinta mandalas

 

Los mandalas son geniales para relajarte y explorar tu mundo interior. Son un pasatiempo económico y divertido que te mantendrá alejado de tus preocupaciones además, estimulan el hemisferio izquierdo del cerebro y ayudan a aliviar las emociones.

 

Practica Mindfulness

 

El mindfulness es una técnica de meditación que ayuda a centrarse en el presente y a soltar el pasado. Puede ayudarte a combatir los efectos de los pensamientos negativos que inducen la ansiedad.

 

Escucha música relajante 

 

La música nos relaja, nos hace desconectar y olvidarnos de todos nuestros problemas. Cuando estés nervioso ponte a escuchar música clásica o sonidos de la naturaleza verás como empiezas a relajarte.

 

Toma una clase de Yoga

 

El Yoga tiene el poder de unir el cuerpo y la mente. Practicar yoga con regularidad mejora tu estado de ánimo, ya que reduce los niveles de cortisol, la presión arterial y el ritmo cardiaco.
Hay muchas cosas más que puedes hacer para mejorar la ansiedad pero lo más importante es intentar cambiar el pensamiento y ser más positivo, valorar más las cosas y agradecer lo que la vida te ofrece.

 

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Los virus en la BioEmoción

Vivimos en una sociedad donde reina el estrés y todo se tiene que hacer con prisas. El problema viene cuando forzamos a nuestro cuerpo a vivir sin tranquilidad y atraemos los virus. ¿Sabías qué cuando estamos estresados bajan las defensas de nuestro cuerpo?

Desde Instituto Draco os queremos explicar las emociones que hay detrás de los virus y unos consejos para sentirnos mejor ante esta pandemia ¡Allá vamos!

Según el Dr. Hamer, gran médico y estudioso de la nueva medicina, los virus como el COVID-19, son los que reparan el daño que nosotros le hacemos al cuerpo cuando alteramos sus funciones. Con nuestras emociones modificamos el cuerpo, el cerebro tiene la capacidad de controlar los órganos y producir cambios en ellos.

Cuando estamos muy estresados o preocupados nuestras defensas bajan y es más fácil coger cualquier enfermedad, por eso es esencial mantener la calma y relajarnos ante cualquier situación desagradable o estresante.

 

Los síntomas: 

 

Los síntomas principales del Coronavirus son la gripe y la neumonía. Según la Biodescodificación, la emoción que existe detrás de la gripe es el estrés en términos de sospecha, estamos sospechando de la vida y no confiamos. En la fase de estrés de la enfermedad las fosas nasales se tapan y en la fase de reparación aparecerá la mucosidad para limpiarnos. La neumonía ataca a los pulmones y la emoción que predomina en el cuerpo es el miedo, el miedo a morir.

Si sufrimos estrés y miedo a sufrir el virus es posible que aparezca la gripe, ya que nuestras emociones la van a provocar para liberarnos de ese estrés. Nuestro cerebro no está preparado para sufrir tanto estrés, no es natural, tenemos que aprender a relajarnos y a confiar en nuestro cuerpo.

 

El bloqueo emocional: 

 

Según Lisa Bourbeau, el bloqueo emocional de toda infección representa un signo de fragilidad en el área relacionada con la parte del cuerpo afectada.

La persona enferma se deja invadir fácilmente por pensamientos, palabras o gestos provenientes de los demás, que no le convienen y que le queman. No reconoce su fuerza ni su capacidad de autoafirmación. La infección también puede producirse en la persona derrotista o pesimista que dice: «¿Qué más da?» y que no pelea. Se dice que algo o alguien infecto es especialmente repugnante. ¿Te acusas de ser repugnante o innoble en este momento?

 

¿Qué conflicto me niego a reconocer?

 

Las infecciones según Jacques Martel están relacionadas con la frustración frente a la vida. Estamos cansados, desesperanzados y nos sentimos faltos de amor. Con las infecciones la vida quiere mostrarte que tu vida ya es maravillosa y tienes que valorarla.

Según Louise Hay, las infecciones aparecen cuando estamos enfadados o fastidiados con la vida y la vida como es muy sabia, nos hace ver que no hay motivos para estar enfadados sino que tenemos que sentirnos felices por lo que tenemos.

 

Consejos para evitar los virus:

 

1- Mantén una actitud optimista ante el virus y piensa que puedes controlarlo, solo es miedo.

2- Mantén hábitos de limpieza para sentirte mejor, limpia la casa y tu cuerpo para atraer buenas energías.

3- Evita hablar del tema para que no te contagien el pánico

4- Distraete con tu familia y amigos

5- Ayuda a tus seres queridos a mantener la calma y a tener un pensamiento positivo

6- Practica tus aficiones para sentirte mejor

7- Olvídate de la ansiedad y el pánico por estar en casa, valora que tienes una casa maravillosa.

8- Realiza mindfulness para eliminar el estrés

9- Descansa y come adecuadamente

10- Agradece a tu cuerpo su fortaleza y valóralo

 

Así que ya sabes, mantén una actitud positiva, relájate y valora la vida tan maravillosa que tienes ¡Esto también pasará!

 

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Amanda: ¿por qué sufres tanto con esa decisión?

A partir de una situación en particular que ya describiré, me referiré a las decisiones verdaderamente difíciles que todos hemos tenido que enfrentar muchas veces en nuestras vidas. Pero, que una decisión te resulte en realidad difícil, probablemente no tiene que ver con miedos, inseguridades o asociado a temas valóricos o éticos, sino frecuentemente debido a pensamientos erróneos.

A continuación, describiré con bastante detalle la situación laboral de Amanda, la cual irremediablemente terminará en una toma de decisiones.

Desde hace un tiempo a esta parte, principalmente gatillado por situaciones laborales, las cuales también repercuten en su vida personal, Amanda pasa por diversos estados de ansiedad, angustia, estrés, confusión, decepción, frustración, impotencia y enojo. También ha vuelto a tener problemas de insomnio, o al menos de poco dormir, a pesar de la medicación que utiliza de manera no tan constante. El baile tropical que tan bien le hace, lo deja, retoma y vuelve a abandonarlo. El senderismo y otras actividades que le desocupan la mente de sus preocupaciones, tampoco las realiza de manera perseverante. Logra distraerse un rato, viendo algunas series o películas en Netflix casi a escondidas para no sentirse culpable, sumergida en su fiel acompañante de tantas batallas e intimidades: su teléfono celular. Hace rato que no dedica suficiente tiempo a unos buenos libros, y le encanta leer. También le gusta conversar, pero no mucho en aquellas reuniones sociales donde deba mostrar demasiado de su intimidad.

No sólo sus ojeras la delatan, también momentos de mal humor, el que no es parte de sus rasgos de carácter, ya que es más bien realista, seria y serena, características propias descritos para Virgo por los astrólogos. Eso sí, viene equipada con variadas altas inteligencias y una dulzura de carácter muy especial. No demasiado a menudo su autoestima anda por los cielos.

¡Es que no tiene tiempo para nada, ya que además de su trabajo, posee al menos otras cinco agendas que incluyen hijos, esposo, cosas que fallan en la casa, familia restante, amigos, entre otros, que implican otras preocupaciones y ocupaciones!

Desde que egresó de la universidad hace ya un cuarto de siglo atrás, casi toda su vida laboral Amanda la ha realizado en una importante asociación gremial, trabajando siempre en comunicaciones, inicialmente realizándolo casi sola en esa área, para luego crecer profesionalmente junto a la organización y la profesionalización. Hoy gerencia el área, posee un importante equipo de personas a su cargo y muchos desafíos y problemas con los cuales lidiar, porque la asociación seguirá creciendo y ello, trae consigo variados cambios y ajustes, no siempre sin dolor para las personas involucradas. En esta última década, la estructura de la asociación no sólo creció y profesionalizó, sino implementó procesos de gestión más propios de la empresa privada.

El anterior Gerente General de la asociación, quien lideró la mayoría de esos cambios estructurales profundos, si bien era orientado a la tarea, poseía un estilo de liderazgo con características transformacionales y “laissez-faire”. Su sucesor, si bien también manifiesta un estilo de liderazgo transformacional, lo materializa con un énfasis mucho más transaccional, a veces autocrático.

El estado de ánimo y con efectos en la salud de Amanda ya descrito anteriormente, es influenciado en buena medida por esta situación en el trabajo: el tipo de liderazgo de su jefe y con ello de paso, la enajenación del espíritu que debiera primar en una institución gremial. Si bien estas características autocráticas ella no las vive tan directamente, sí en su rol, porque afectan a otras personas en el estilo de comunicación, también interna, que trata de implantar su jefe.

Amanda no escribe listas con los “pro y contra”, pero si sopesa y trata de diferentes maneras para averiguar cuál sería la mejor decisión, es más, cuál debiera ser su comportamiento en ello. En su mente busca más opciones y soluciones, pero ninguna de ellas realmente la empuja hacia adelante.

Ruth Chang, una filósofa estadounidense de origen asiático, explica en pocas palabras cómo tomar decisiones difíciles, por qué nuestra búsqueda de la decisión correcta a menudo no funciona. Al menos no surte efecto con un cierto tipo de decisiones.

Ver video:  Ruth Chang

 

Lo que es real, es que hay decisiones donde ninguna alternativa es definitivamente mejor que la otra. Estas son las llamadas decisiones duras o difíciles, donde para una alternativa hay elementos de similar peso a favor y en contra, pero para otra alternativa también. Esas son las decisiones en donde, a pesar de la mejor de las intenciones, no puedes descubrir cuál es mejor.

Y eso no depende de ti, sino generalmente porque simplemente no hay una opción de decisión que sea claramente mejor que la otra. Si una opción fuese mucho mejor que la otra, ya no sería una decisión difícil.

La dificultad aparente para Amanda era que las opciones que había elucubrado en su mente, las valoraba de manera similar, en lo bueno y en lo malo. Las diversas alternativas de decisión representaban valores diferentes, que eran importantes para ella a la hora de tomar una decisión compleja.

Por ejemplo, sentía que tenía una necesidad ética de no abandonar el barco, ya que con los años que llevaba trabajando ahí,  había entusiasmado a muchos marineros, maquinistas y oficiales para que postularan y se subieran al buque. En contrapartida, estaba – en sus ojos – un “antivalor” que representaba el management autocrático, ya que en su forma de ver la vida, atentaba en contra de la finalidad del ser humano: la felicidad.

También la seguridad laboral y aún necesarios ingresos monetarios que requería para su familia chocaba con la libertad de expresar su opinión y postura con lo que sucedía y percibía en la asociación, tanto en el ambiente laboral como en la manera que se desdibujaban crecientemente los principios orientadores de la organización. Sin embargo, si no decía nada, quizás de igual manera podía perder su trabajo, por mostrar flaquezas en otro tipo de decisiones que ella no compartía, pero no exteriorizaba abiertamente, sino sólo en no avanzar o actuar como su jefe esperaba de ella. Así…, había algunos otros valores que estaban en contraposición en una u otra alternativa de decisión, acerca de qué hacer al respecto.

El dilema de Amanda…, sí, ahora sabía que las razones por las cuales le costaba tanto tomar una decisión:

  1. No poseía ninguna opción claramente mejor que la otra. Ninguna de las alternativas que había pensado eran casi igual de buenas o malas.
  2. En cada opción de decisión había algo distinto que para ella era muy importante en su esencia valórica. Y justamente ese valor o principio, no se lo ofrecían otras opciones, las que a su vez incluían otros valores distintos igual de importantes para ella.

¿Entonces…, qué?

Sí, claro, grandioso saber que ello era así, pero tampoco le ayudaba a resolver su dilema.

Ruth Chang dice, que en decisiones difíciles se trata de una pregunta totalmente distinta y determinante en la forma de abordar este cuello de botella:

NO: ¿cuál es la mejor decisión?

SI: ¿qué persona quiero ser?

¿Cómo es que esta pregunta le podía ayudar a Amanda respecto de su difícil decisión?

Amanda pensaba…: “Yo tengo claro qué tipo de persona quiero ser, justamente por esa claridad acerca de mis valores es que estoy en este dilema, esta encrucijada compleja y dolorosa, aunque en mi foro interno a veces igual me encuentro a mi misma demasiado estricta y rígida!”

Si Amanda se volvía a preguntar qué tipo de persona querría ser, sería posible encontrar las razones eran más importantes para ella. Al reflexionar y poner en evidencia lo que ella quería ser como persona, también era factible definir el tipo de decisiones que calzaban de mejor manera con esa persona.

Algunas de las alternativas posibles que pasaron por la mente de Amanda:

  • Exponer muy claramente sus argumentos, con lo cual sería fiel a sus principios y lealtad a los colaboradores, pero confrontando a su jefe.
  • Aguantar así varios años más: a) hasta poseer mayores reservas económicas, tratando de mantener su cargo, adaptarse a los posibles cambios estructurales venideros, e intentar reparar lo mejor posible los eventuales daños, b) con la esperanza que sean muy pocos y se produzca algún cambio de actitud a motu propio de su jefatura, o un cambio de persona en el cargo.
  • Buscar otro empleo y presentar su renuncia una vez que lo tuviese definido:
  • ¿Manteniendo el statu quo?
  • ¿Exteriorizando su malestar y diferencias?
  • Iniciar una actividad de manera independiente
  • ¿De tiempo completo o parcial?
  • ¿Trabajando fuera de su hogar o dentro de su hogar?

Ahí fue donde Amanda tomó consciencia de que en ese momento ya no estaba supeditada a definir cual alternativa era mejor, sino los motivos que eran más importantes para ella en cada alternativa. Y no racionalmente, sopesando los pros y los contras o bien, las ventajas y desventajas, sino decidiendo que persona prefería ser en el trabajo.

En una primera aproximación, Amanda resumió sus motivos en el tipo de persona que ella quisiera ser en el trabajo, definiéndola como una asociación donde los asociados sean el verdadero foco, que el aprendizaje continuo con un enfoque colaborativo sea un desafío permanente, un lugar en que confiemos en el trabajo de los colaboradores, pero a la vez responsabilizándonos de los resultados, promoviendo a la vez un equilibrio entre trabajo y vida personal”.

¿Eso es intimidante?

Tal vez.

Porque si admitimos que no hay una mejor alternativa, si somos honestos y decimos: sólo yo puedo decir que tipo de persona quiero ser. Luego nos hacemos responsables de nuestras decisiones. No la asociación, no la empresa, no la pareja o los padres, amigos, colegas, el jefe.

Eso puede ser un poco aterrador. Porque a menudo queremos pistas claras: correcto, incorrecto, bueno, malo, significativo, sin sentido…

Pero asumir la responsabilidad de estas difíciles decisiones también significa ser libre. Ser verdaderamente libre de dar forma a la vida. Amanda ya no es tan libre, porque perdió esa libertad si persevera en el statu quo, pero, es más, también perdió libertad en su vida personal, no tiene espíritu para bailar, entre otros…

Hoy, mientras escribo este artículo, Amanda aún está procesando sus definiciones muy auto-responsablemente, sopesando sus propios motivos en esta difícil decisión, tomando nuevamente las riendas para seguir dando forma a su vida. Y eso, la llevará la vida que ella realmente quiere llevar.

Tal como Amanda, pregúntate frente a una decisión difícil:

Si elijo la Alternativa A,

… ¿cómo sería mi vida?

… ¿cuánto me gustaría ser esta persona?

… ¿cuánto cambiaría eso mi vida? … ¿Qué persona me gustaría ser?

A medida que avances por cada una de las alternativas, te harás una idea más precisa de si quieres ser esa persona.

Pruébalo. Este pequeño experimento mental quizás te dé el impulso crucial para tomar con éxito una decisión difícil, de tal manera que vivas cada vez más y mejor la vida que realmente quieres vivir.

 

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

www.gevert.com

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Tiempos de violencia social ¿cómo afecta a nuestros hijos? ¿qué podemos hacer?

Como padres, tratar de entender y acompañar a nuestros hijos en las distintas etapas de su desarrollo es normalmente un reto, pero en situaciones de conflicto social, donde la violencia y la angustia se vuelven cotidianas, llenan las calles y se cuelan en nuestras casas, ser padres y madres es mucho más dificil y más importante. En estos momentos de alta conflictividad social, nuestros niños necesitan un apoyo especial.

El ambiente se ha cargado de tensión. Los adultos estamos llenos de ansiedad debido a la violencia, la inseguridad, la escasez, la incertidumbre… la rutina diaria se ha visto interrumpida y nos cuesta mantener la calma. Todo esto es captado por nuestros hijos que nos conocen y que, aunque quizás no entienden qué es lo que está pasando, se dan cuenta de que algo no está bien. Los niños son como esponjas, absorben lo que sucede a su alrededor y eso les afecta.

Los padres y madres tenemos muchas dudas, ¿debemos explicarles a los niños lo que pasa?, ¿cuándo y cómo debemos hablar con ellos?, está más malcriada ¿la debo consentir?, no se separa de mí ¿qué hago? …

Algunos niños o sus familiares han sido víctimas directas de la violencia mientras otros la viven indirectamente a través de los adultos que los rodean, de sus amigos, de la televisíón y de la escuela. Todos, de una u otra manera, se están viendo afectados. En estos momentos es fundamental proteger la salud emocional de nuestros hijos brindándoles el apoyo necesario para enfrentar la situación.

Los niños muestran diferentes signos en momentos de estrés. Saber reconocer y entender esos signos, esas reacciones, así como entender cómo la violencia nos está afectando a nosotros, nos ayudará a acompañar mejor a nuestros hijos en estos momentos.

¿Cómo responden normalmente los niños a situaciones de estrés?

Los niños, al igual que los adultos, muy probablemente  se sienten asustados y amenazados por la situación de violencia que se vive en el país. Eventos traumáticos puntuales o situaciones de estrés continuas trastocan nuestro mundo, dejamos de sentirnos seguros, perdemos el control sobre lo que nos puede pasar. Las reacciones de nuestros hijos se van a ver influenciadas por nuestro comportamiento. Nosotros, y los adultos cercanos a ellos, somos sus modelos, les enseñamos, a través de nuestras acciones, palabras y lenguaje no verbal, cómo interpretar la situación y cómo reaccionar ante ella.

Los niños reaccionan al trauma de distintas maneras. La intensidad de sus reacciones dependerá, entre otras cosas, del nivel de exposición a la violencia a la que estén sometidos. Mientras más cercanos hayan estado o estén a situaciones de conflicto o traumáticas, más probabilidades tienen de que se vean afectados por ellas. Si han sido víctimas o han presenciado eventos violentos su reacción será más intensa.

Por otro lado, cada niño expresa sus sentimientos de manera diferente. La mayoría de las veces se sienten confundidos con lo que está pasando y con sus propios sentimientos y reacciones. Algunos niños reaccionan alejándose sin poder hablar del asunto, otros hablan sin parar de lo que ha sucedido. Hay niños que se sienten tristes y enojados en algunos momentos y en otros, actúan como si nada hubiese sucedido. Las reacciones de los niños al trauma pueden ser inmediatas, pero también pueden aparecer mucho tiempo después.

Los niños, a distintas edades, tienen diferentes niveles de desarrollo emocional. Sus reacciones a situaciones de estrés dependerán y variarán de acuerdo a la edad. Una niña de seis años, por ejemplo, puede mostrar su temor acerca de lo que pasa negándose a ir a la escuela. Un adolescente, por su parte, puede minimizar su preocupación pero volverse irritable, pelear más con sus padres o bajar el rendimiento escolar. Familiarizarnos con las reacciones típicas de los niños y conocer y entender cómo reaccionan nuestros propios hijos ante los conflictos que estamos viviendo, nos ayudará a brindarles el apoyo y la seguridad emocional que necesitan para manejar la situación y disminuir el impacto negativo que ésta pueda tener en ellos.

de 0 a 5 años … niños y niñas en edad pre-escolar

Los niños menores de 5 años no pueden entender bien lo que está pasando a su alrededor y esto, en parte, los protege de la situación de tensión que vivimos. Sin embargo, aún los más pequeños, perciben y absorben la angustia y ansiedad que nosotros tenemos. Sienten que algo no está bien aunque no entienden qué y por qué.

Los bebés y niños en edad pre-escolar reaccionan al miedo y a la tensión que sienten en los adultos cercanos a ellos, son sensibles y responden a la separación y a la pérdida de estabilidad y de rutina en el funcionamiento normal de la familia. La rutina les da seguridad, el caos los pone nerviosos, les afecta. A esta edad, los niños dependen física y emocionalmente de las personas que los cuidamos. Sus reacciones están fuertemente influenciadas por cómo nosotros, las personas que los amamos, en quienes ellos confían y con quienes se sienten protegidos, reaccionamos ante la situación.

A veces, los niños convierten el miedo y nerviosismo que absorben de su entorno en terribles fantasías, sienten que nosotros o ellos corren peligro, tienen pesadillas donde se pierden, están heridos, los persiguen o les amenaza un monstruo. A veces, buscando una explicación, llegan a creer que lo que está pasando o pasó es culpa de ellos… “si me hubiera portado bien, si hubiera recogido los juguetes, nada de esto habría pasado”.

A estas edades, con frecuencia, los juegos de los niños recrean, una y otra vez, detalles de lo que está sucediendo. Elementos de la realidad, palabras, situaciones o imágenes aparecen en su juego. A través del juego los niños expresan sus angustias, sentimientos y emociones. A través del juego, de la dramatización de los eventos, los niños tratan de manejar y dar sentido a lo que está sucediendo, buscan tener algo de control sobre la situación. En estos momentos, el juego se convierte en su terapia. Jugar es una manera intuitiva de tratar de entender, de expresarse, de cuidarse y de sanarse. Las reacciones de los niños pequeños están fuertemente influenciadas por las reacciones de los padres (o adultos que los cuidan) ante la situación.

de 6 a 11 años … niños y niñas en edad escolar

Los niños en edad escolar, aunque todavía no entienden bien todo lo que pasa, ya perciben y saben lo que significa una amenaza para ellos y para otras personas. A esta edad todavía les cuesta entender ideas abstractas, pero son capaces de comprender explicaciones concretas, sencillas, adaptadas a su nivel.

Ahora no sólo ven lo que les pasa a ellos y a su famila sino que se dan cuenta de lo que pasa más allá de su hogar: en la escuela, en la calle, en su barrio y en el país. Son capaces de considerar puntos de vista diferentes al suyo. Como su forma de pensar sigue siendo muy concreta, les cuesta entender en profundidad situaciones traumáticas y complejas como son la violencia social y política. Si la situación actual en ocasiones es incomprensible y difícil de procesar para nosotros los adultos, para ellos lo es más. Por eso, porque entienden pero no entienden todo, porque captan pero no completamente, los niños de estas edades pueden volverse muy temerosos, confundidos y ansiosos ante lo que está pasando. Pueden sentirse muy angustiados por la amenaza real que significa el que algo le pase a él, a un ser querido o a un amigo.

Sus reacciones pueden ser impredecibles, cambiando de un estado emocional a otro, pueden pasar de ser tímidos y retraídos a ser agresivos; evitar las muestras de cariño o buscarlas, requiriendo en forma constante nuestra atención. Pueden quejarse de dolores físicos, volver a sentir miedos de cosas ya superadas o, como en el caso de los niños pequeños, comportarse como niños de menor edad. Los más jóvenes de este grupo de edad pueden, como los niños pequeños, recrear en sus juegos las situaciones traumáticas que se están viviendo y hacer dibujos de los eventos que les generan tensión.

A estas edades todavía no son suficientemente independientes para hacer algo que pueda ayudar a cambiar las cosas, sentirse más seguros y disminuir sus miedos. Se pueden llegar a sentir inútiles y culpables por ‘no hacer nada’. Todavía dependen en gran medida del apoyo físico y emocional que nosotros les proporcionamos.

de 12 a 18 años … pre adolescentes y adolescentes

Los niños y jóvenes entre 12 y 18 años de edad entienden lo que está pasando. Perciben con claridad las amenazas reales que pueden existir. El mundo de pronto se les presenta como un lugar inseguro y peligroso. Los adolescentes son unos de los más afectados, física y emocionalmente, por la violencia en el país.

Su comportamiento va a variar dependiendo del nivel de madurez. Las reacciones de muchos de ellos serán como las de los adultos, mientras que las de otros serán más parecidas a las de niños más pequeños.

En la adolescencia los jóvenes buscan independizarse, toman sus propias decisiones y se relacionan con personas fuera de su entorno familiar. Tienden a ser idealistas, muchos quieren hacer algo, involucrarse en lo que está pasando. Deseos de justicia y sentimientos de rabia los impulsan a actuar. En estos momentos de violencia política y social pueden verse involucrados en situaciones para las cuales no están preparados emocionalmente. A veces toman riesgos provocando o ignorando el peligro.

Los que han sufrido maltrato directamente, experimentado una situación de violencia, han sido heridos o detenidos, pueden tener reacciones más intensas e impulsivas. Son muchas las emociones que les invaden y no saben cómo manejar lo que les pasa.

Más que en cualquier otra etapa de su desarrollo, los niños pre-adolescentes y adolescentes tienden a ser reservados, a guardarse para ellos mismos lo que sienten y piensan. Lo que sucede en el país, a sus amigos, a su familia les afecta fuertemente pero muchos se lo callan. Esto les puede llevar a desarrollar sentimientos de tristeza, de desánimo y de apatía. Pueden aislarse de sus amigos y de su familia. También pueden tratar de aparentar que ‘todo está bien’, que ‘no les pasa nada’.

Algunos suelen involucrarse en actividades con otros, buscando dar respuesta a los problemas que están ocurriendo. Esta participación, sentir que están haciendo ‘algo’, les ayuda a manejar y canalizar sus temores y su ansiedad.

¿Qué podemos hacer? – Recomendaciones para ayudar a nuestros hijos en estos momentos

Nuestros hijos están asustados y confundidos con lo que está pasando. Nuestra tarea principal es tranquilizarlos, tratar de reestablecer en ellos un sentimiento de seguridad, que sientan que están a salvo, que están protegidos y que son queridos. Que a pesar de los peligros que puedan haber, nosotros estamos ahí con ellos para cuidarlos.

Aunque los niños, por lo general, son muy resistentes, tienen defensas naturales que les ayudan a sobrellevar momentos difíciles, en estos momentos tan violentos y de tanta angustia, necesitan un apoyo especial de nosotros sus padres.

En sociedades que han atravesado conflictos sociales aún peores que los nuestros, se ha encontrado que el factor más importantes que ayuda a proteger la salud física, mental y emocional de los niños son los padres y madres en el hogar.

Nosotros podemos ayudarles a trabajar sus emociones, a fortalecer sus defensas emocionales, podemos brindarles el apoyo y la protección necesaria para enfrentar la situación.

 

El manual ¿Qué podemos hacer? – ayudando a nuestros hijos en tiempos de violencia y conflicto social fue elaborado por Carolina de Oteyza en estrecha colaboración con el grupo de profesionales de Apoyo en Crisis.

Ilustración de la portada – Irene Pizzolante.

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