Estrategias para manejar el estrés escolar

El retorno a la presencialidad total es sin duda un anhelo y un objetivo prioritario de las comunidades escolares. Durante los últimos dos años escuchamos a muchos docentes decirnos que echaban de menos el contacto físico con los estudiantes. Sin embargo, ahora que estamos en ese escenario, parecen haber bastantes dificultades. Volver a acostumbrarse a un colegio “lleno” de estudiantes, con la amenaza permanente de contagio y la efervescencia de niños, niñas y adolescentes que vuelven a reencontrarse en el espacio escolar, es un tremendo desafío.

 

Si en tu comunidad escolar estás viendo que el estrés sube, docentes cansados, estudiantes hiperactivos y equipos desgastados, entonces, te recomendamos darle prioridad a una planificación que tenga como foco el bienestar. Esto no significa dejar de darle importancia al aprendizaje académico, por el contrario, es la mejor inversión que puedes hacer para promover ambientes seguros y adecuados para la recuperación escolar. El estrés es el enemigo número uno de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

 

La pandemia ha sido un evento traumático para toda la humanidad, y esto es algo que es importante reconocer, para poder aceptar con compasión lo que esté ocurriendo en la comunidad escolar. Es normal y es adecuado que las personas estén reaccionando como lo hacen. Pero ¿cómo se puede ayudar a la comunidad a manejar el estrés y los efectos del trauma?

 

Proponemos a las comunidades escolares enfocarse en este objetivo durante el inicio del año escolar. Lo que inviertan en este momento para construir capacidades de autogestión emocional y prácticas de cuidado, tendrá un enorme impacto en el aprendizaje académico y en las relaciones dentro la comunidad en el corto plazo, y en la vida futura de las y los estudiantes en el mediano y largo plazo.

 

Estas capacidades de autogestión emocional y prácticas de cuidado se aprenden practicándose, y por lo tanto, requieren que primero los adultos las conozcan y las usen de manera personal. Hay muchas estrategias que puedes sacar de la Bitácora para el Autocuidado Docente, material entregado por el MINEDUC a todos los docentes del país, y que también está disponible en formato PDF.

Establecer tiempos de pausas activas o guiadas, en las que se hagan ejercicios de respiración, juegos o reflexiones en torno a temas no académicos. Que cada reunión tenga un inicio o un final significativo, que implique un ejercicio de autoconciencia o de conexión con otros. Hay prácticas tan sencillas como empezar una reunión planteando preguntas que conectan. ¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas? ¿Qué país te gustaría visitar? ¿Con quienes vives? ¿Cuál es tu hobby favorito? Al intencionar estos momentos las personas tienen un espacio de conexión a nivel personal, sin entrar en una intimidad inapropiada, se favorece el que se conozcan más y aumenta la confianza, lo que se traduce en un aumento del trabajo colaborativo.

Otra idea es tener un mural de gratitud, en el que se van dejando mensajes de gratitud y todos pueden leerlos. Esto se puede hacer a nivel de adultos y también en la sala de clases.

Por último, es fundamental aprender a parar cuando haya situaciones caóticas o estresantes, cuando se tiene la sensación de que se pierde el control. Que sea válido y valioso el detenerse, reconocer lo que está sucediendo y buscar una forma de volver a recuperar la calma. Es la mejor manera de manejar el estrés y es un modelaje fantástico para los estudiantes.

 

Pero todo esto será muy complejo si no se planifica y si no se incluye en dicha planificación a docentes, asistentes de la educación e incluso los mismos estudiantes. Si inviertes hoy en bienestar, tendrás mejores resultados de aprendizaje y una comunidad fortalecida.

 
 
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Estonia: integrando aprendizaje y bienestar.

Un pequeño país está acaparando atención mundial por sus excelentes resultados en las últimas mediciones PISA que realiza la OCDE. Una nueva Finlandia, dicen algunos, por el impresionante avance tanto en competencias académicas como en niveles de bienestar de los estudiantes. Este último punto es muy destacable, ya que hay países como Corea del Sur, Japón o China; que consistentemente muestran buenos resultados académicos, pero con la misma consistencia, muestran estar al debe en relación al bienestar psicológico de sus estudiantes.

 

También es un sistema educativo que muestra altos niveles de equidad, reduciendo brechas entre estudiantes con distinto nivel socioeconómico, y brindando una atención muy oportuna a aquellos estudiantes que necesitan apoyos especiales. Otro dato que hace este caso especial es que el gasto en educación no ha aumentado significativamente, lo que habla de un buen uso de los recursos y de cambios que tiene que ver con implementar una nueva forma de hacer las cosas. (Ocde, 2018)

 

Al igual que lo ocurrido en Finlandia hace ya más de una década, las mejoras educativas se sustentan en un gran acuerdo nacional, con todo el espectro político, que da cuenta de una visión país compartida, y que permite el desarrollo de políticas de largo plazo.

Los cambios o mejoras siempre tienen causas múltiples. Dentro de las políticas que se han destacado respecto del caso de Estonia, sobresalen: cambios a la formación docente que ha permitido darles una gran autonomía en la toma de decisiones dentro de la sala de clases, así como una cobertura universal de la educación preescolar, que está enfocada en el juego y no en la escolarización. También se ha señalado como factor de éxito la instalación de una cultura del buen uso de la tecnología en la educación.

 

Lo interesante es que nos muestra que es posible transformar las escuelas en lugares donde los niños, niñas y adolescentes aprenden, lo pasan bien y se sienten seguros.


 

Referencias

 

Education GPS – Estonia – Student performance (PISA 2018). (2018). Education GPS. https://gpseducation.oecd.org/CountryProfile?plotter=h5&primaryCountry=EST&treshold=5&topic=PI

 
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¿Cómo encender la motivación de tus estudiantes?

Según una investigación (Deci, E. L., et. al., 1981), las y los docentes pueden impactar significativamente la motivación de sus estudiantes y en muy poco tiempo. En este caso se evaluó el estilo pedagógico de un grupo de docentes dentro de dos categorías: estilo controlador y estilo pro autonomía. Luego, se midió la motivación de sus estudiantes, antes del inicio de clases y después de ocho meses, dos meses y una semana. En los tres casos se comprobó que los docentes por autonomía mantenían o aumentaban la motivación intrínseca por aprender, y los docentes controladores la disminuían.

 

¡En una semana ya se notaban las diferencias entre ambos grupos!

 

¿Que hace la diferencia?

 

Al igual que una planta, la motivación intrínseca, tiene necesidades básicas, que si no se satisfacen hacen que la planta muera o no crezca lo suficiente o no de frutos. De acuerdo a numerosas investigaciones en el campo de la motivación los seres humanos tenemos necesidades psicológicas básicas, que en ambientes donde son satisfechas, nos sentimos más motivados y nos brindan mayor bienestar.

 

Estas necesidades son la autonomía, los vínculos positivos y tener sentido de competencia.

Los docentes por autonomía satisfacen estas necesidades mediante determinadas prácticas pedagógicas y evitando otras que disminuyen el amor por aprender y la curiosidad.

 

En la siguiente imagen te mostramos un resumen de las prácticas proautonomía v/s las prácticas controladoras.

 
 

Te recomendamos en espacial una de estas prácticas para el inicio de año: dar sentido a las normas.

 

Esto es tan sencillo como dialogar con los estudiantes sobre las expectativas que tienes sobre su comportamiento en clases, buscando que te den su opinión, mostrando aceptación de esas opiniones, explicar por qué has pensado en esas normas, preguntarles cuáles cambiarían y que ellos mismos propongan otras normas. Piensa en normas no sólo que los estudiantes deban cumplir, sino también en tus deberes y explicítalos, eso favorece un sentido de justicia. Luego plantea discusiones sobre las consecuencias de no cumplir las normas, buscando que ojalá sean consecuencias lógicas y naturales y no castigos. Y finalmente habla con ellos sobre prioridades y jerarquías, no todas las normas son iguales, hay algunas más flexibles, hay consecuencias más o menos graves, etc.

 

Si bien este proceso puede tomar tiempo, piensa en todas los problemas disciplinarios que te puedes ahorrar, y en todas las capacidades cognitivas y competencias socioemocionales que se estarán desarrollando.

 

Si te interesa capacitar a tus equipos sobre este tema mira el programa Ambientes AVC para la Motivación Escolar que hemos desarrollado en ama+.

 
 

Deci, E. L., Schwartz, A. J., Sheinman, L., Y Ryan, R. M. (1981). An instrument to assess adults’ orientations toward control versus autonomy with children: Reflections on intrinsic motivation and perceived competence. Journal of Educational Psychology, 73(5), 642–650.

 Foto portada:  de Mikhail Nilov en Pexels
 
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Un Nuevo Comienzo: ¿Cómo Capitalizar lo Aprendido en Pandemia?

Es de esperar que este año más y más comunidades escolares retomen las clases presenciales y al mismo tiempo, puedan capitalizar todas las ganancias que se produjeron en estos últimos dos años, quizás los más desafiantes en décadas.

 

¿Qué ganancias son esas?

 

En estos dos años, trabajando con comunidades de todo el país, escuelas rurales y urbanas, liceos, colegios, etc., hemos visto que el aprendizaje socioemocional ha pasado a ser relevante, visto, priorizado como nunca antes. Tanto directivos como docentes reconocen que es fundamental para lograr mejores aprendizajes académicos y mayor bienestar, de niños, niñas, adolescentes y adultos. Se ha visibilizado el rol de la escuela más allá de lo académico.

 

También hay un reconocimiento generalizado de la importancia del bienestar docente y del impacto que tiene el estrés crónico en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Hemos sido testigos de la necesidad sentida de fortalecer los vínculos, y cómo muchas comunidades dicen haber mejorado el trabajo en equipo. Las duplas psicosociales y asistentes de la educación, también han mostrado que su rol de apoyo a los docentes es esencial, y que requieren ser mirados.

 

Más que un retorno a la normalidad, debiésemos pensar en una renovación de la vida escolar, donde el cuidado colectivo sea un eje central en la toma de decisiones. Volver al mismo estado pre pandemia significaría retroceder a un sistema con foco prioritario en lo académico y en la obtención de resultados, sin mucha consideración a la importancia del bienestar psicológico de las personas en los procesos. Hoy podemos tener un nuevo comienzo en las escuelas.

 

De acuerdo a la evidencia, para instalar el aprendizaje socioemocional en los procesos formativos y en el quehacer de una comunidad escolar, hay cuatro elementos o pilares que son clave (Mahoney et. al., 2021):

1° Construir una visión de largo plazo, conocida, compartida y construida con toda la comunidad.

2° Desarrollar el aprendizaje socioemocional de los adultos.

3° Integrar el aprendizaje socioemocional al currículum académico y prácticas escolares, además de tener programas explícitos para el desarrollo de competencias en los estudiantes.

4° Medir el aprendizaje socioemocional de manera continua.

 

Para lograr tener una perspectiva amplia y que incluya la voz de todos los actores involucrados. Fundación ama+ tiene a disposición de las comunidades un instrumento que puede guiar una reflexión inicial para la planificación. Se trata de nuestro cuestionario IASE (Indicadores de una cultura de Aprendizaje Socioemocional) escolar. Es una rúbrica que puede ser contestada por directivos, docentes, asistentes de la educación, apoderados y estudiantes; es totalmente gratuito y online, y se puede pedir un informe con los resultados. También contamos con un cuestionario IASE sostenedor, que está pensado para comunas, servicios locales de educación o sostenedores que tienen varios establecimientos.

 

Parar, reflexionar y planificar es algo que involucra tiempo, en especial cuando se hace de manera participativa; pero los resultados de estos procesos merecen esta dedicación. Se logrará mayor motivación, compromiso y colaboración. Si quieres cotizar una asesoría para la gestión del aprendizaje socioemocional en tu comunidad escolar, en Fundación ama+ podemos ayudarte con el proceso.

 
 

REFERENCIA

Mahoney, J. L., Weissberg, R. P., Greenberg, M. T., Dusenbury, L., Jagers, R. J., Niemi, K., Schlinger, M., Schlund, J., Shriver, T. P., VanAusdal, K., & Yoder, N. (2021). Systemic social and emotional learning: Promoting educational success for all preschool to high school students. American Psychologist, 76(7), 1128–1142. https://doi.org/10.1037/amp0000701

 
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Encanto: ¿cómo liberar a nuestros niños y niñas del peso de las etiquetas?

Una nueva joya de Disney Pixar, Encanto, nos enseña a los adultos sobre el peso que imponemos a los niños y niñas a través de las etiquetas, y lo difícil que nos resulta hablar de lo imperfecto, lo doloroso y nuestra vulnerabilidad.

 

Encanto cuenta la historia de una familia, que podría ser cualquiera, en la que cada miembro recibe un don que lo hace excepcional, salvo una niña, que sufre en silencio la vergüenza de ser la única que no recibió su don. Y su forma de ocultar ese dolor es expresando un falso orgullo por ser parte de la familia más importante del pueblo, y tratando de encontrar una forma de ser apreciada y sentirse valiosa.

 

Categorizar a los niños y a las personas en general, es un mecanismo frecuente de nuestra mente. Como educadores (padres o docentes) resulta fácil manejar las relaciones desde las categorías. El brillante, la responsable, el flojo, la linda, los populares, los rechazados, la deportista, el payaso, etc. Y también están los invisibles, esos niños y niñas que no destacan en nada especial. Todas estas categorías, aún las positivas, pueden imponer un gran peso durante el desarrollo, generando ansiedad al tratar de siempre cumplir con las expectativas de otros, o desesperanza, al constatar que no hay nada que hacer para poder ser visto de otra manera. Clásico es el relato de muchas personas que cuentan que fueron castigados por algún profesor aún estando ausentes.

 

¿Cómo podemos liberar a nuestros niños de las etiquetas?

 

Una práctica o estrategia que es muy útil para evitar etiquetar es cambiar el lenguaje de los juicios por un lenguaje descriptivo. Por ejemplo, en vez de elogiar diciendo “eres tan inteligente”, describe: “respondiste bien todas las preguntas”. En vez de, “eres tan divertido”, describe: “me alegraste el día con tu humor”. Al evitar el eres, el juicio personal, liberamos al niño o niña de la exigencia de comportarse de una determinada manera todo el tiempo. Así, quien no responde bien todas las preguntas la próxima vez, no pierde su inteligencia, sencillamente cometió un error y está bien.

 

En el caso de una etiqueta negativa, el lenguaje descriptivo no exagera ni catastrofiza las situaciones. En vez de decir “eres tan irresponsable”, describe: “se te olvidó traer los materiales hoy”. Al enjuiciar estamos diciendo que la persona es el problema, al describir decimos que ha ocurrido un problema y la persona puede ser parte de la solución, puede hacerlo diferente en otra oportunidad.

 

Un paso más allá es desafiarse a describir cuando vemos que el niño o niña se comporta de manera diferente a su etiqueta. Así, si “el payaso” de la clase hace una buena (y seria) pregunta en clases, describe: “¡Excelente pregunta! Se nota que reflexionaste sobre este tema”. O si “la buena y conciliadora” tiene un conflicto con algún compañero, en vez de decirle “me extraña que te hayas peleado”, describe: “veo que estás enojada y está bien que puedas defender tu punto de vista, lo importante es hacerlo de buena manera”.

 

Como muchas veces las etiquetas están súper instaladas, y por lo mismo, los niños se comportan frecuentemente de acuerdo a su etiqueta, al principio puede ser difícil, encontrar oportunidades para describir comportamientos contrarios a las etiquetas. Entonces también podemos tratar de generar situaciones que los harán verse de una manera diferente. Un ejemplo muy bonito es de una profesora que se dio cuenta de que una compañera nueva en el curso, muy tímida, estaba siendo molestada por un grupo de compañeras muy “populares”. Llamo personalmente a la “líder” del grupo, le explicó su preocupación, y le pidió que como ella tenía una gran influencia en el curso y era tan sociable se preocupara de integrar a la nueva compañera. Le dijo también que estaría chequeando con ella una vez a la semana como iba todo. Así esta “líder negativa”, asumió el desafío y el maltrato cesó rápidamente. La profesora la elogiaba en cada avance, diciéndole cosas como “veo que has sido muy acogedora”, “te agradezco lo que estás haciendo, es una muestra de tu buen corazón”, “lo que haces muestra una gran generosidad”, etc. así le dio una tremenda oportunidad de verse de manera diferente.

 

Lo interesante del lenguaje descriptivo es que le damos información a los niños con la cual ellos mismos, internamente interpretan y hacen su propio juicio. Elimina los siempre, nunca, hasta cuando, todo o nada, libera a los niños y abre para ellos todas las posibilidades, incluso la de equivocarse. El lenguaje descriptivo es una forma de mostrar que aceptamos a los demás tal y como son, con sus luces y sombras, generando un real sentido de pertenencia.

 
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EDUCACIÓN: ¿Hacia dónde vamos?

Asistí a un seminario, organizado por la Asociación Gremial de Empresas de Tecnologías en Educación en Chile (AGETECH), en el que representantes de los candidatos presidenciales expusieron sobre sus propuestas. Se agradece la instancia porque la educación ha estado prácticamente ausente de los debates y ha habido poca información de los programas para quienes creemos que es uno de los temas más importantes para el progreso de las naciones.

 

Desafortunadamente durante este encuentro se habló mucho sobre libertad de enseñanza, derecho a una educación de calidad, derecho de los padres, y si es más efectivo que el Estado sea el gran sostenedor o si conviene que sean las familias quienes regulen eso. Digo desafortunadamente, no porque estos temas no sean importantes, pero no son lo más importante para avanzar en calidad. Lo más importante, donde se juega la calidad, es en lo que ocurre en la sala de clases, y en los ambientes escolares, y de eso, hace mucho que no se habla.

Curiosamente es donde se ve mayor consenso entre diversos especialistas. La evidencia nos dice que las clases en que los estudiantes son protagonistas (hablan más que los profesores), hay movimiento y conversación, hay vínculos afectivos y espacio para hablar de todas las emociones, los profesores tienen un ambiente profesional estimulante y que apoya su bienestar y hay altas expectativas sobre los estudiantes, favorecen aprendizajes más significativos, el aprendizaje socioemocional y la construcción de comunidades con alto sentido de pertenencia.

 

Pero los cambios en educación son de largo aliento, quizás por eso no son tan interesantes para los políticos. Para un proyecto de largo aliento es fundamental lograr acuerdos nacionales amplios, que involucren a todos los actores del sistema. Desde expertos, sostenedores, docentes, directivos, asistentes de la educación, estudiantes y apoderados.

 

Si bien parece ser que estamos todavía lejos de lograr algo de esa envergadura, aún las escuelas, colegios, liceos y jardines infantiles, tienen algo de autonomía para empezar a cambiar lo que ocurre en la sala de clases. Como estamos cerrando el año, y en muchos establecimientos vienen tiempos de planificación, proponemos una reflexión en tres pasos, respondiendo a tres preguntas cruciales:

 

¿Qué tipo de clases queremos tener en nuestro establecimiento? Tratar de pensar en todo, desde lo más general a los detalles más mínimos. Esta etapa es para soñar, no pensar aún en las barreras. Las imágenes de futuro guiarán las acciones del presente. Revisa este video si quieres ver una clase que integra el aprendizaje socioemocional y el aprendizaje académico.

 

¿Qué tipo de clases tenemos hoy? Usar la mayor cantidad de datos que apoyen los juicios es fundamental. Revisar las brechas, pero también identificar los aspectos más logrados y los recursos con que se cuenta.

 

¿Qué tiene que pasar para ir desde la clase actual a la clase que soñamos? Esta pregunta debe responderse como si estuviésemos construyendo una escalera de arriba hacia abajo. Es decir, imaginar que ya el sueño está logrado, y revisar qué secuencia de acciones fueron ocurriendo en el hipotético pasado, hasta llegar al primer peldaño. Este proceso permitirá tener mucho mayor claridad sobre plazos, condiciones habilitantes, recursos necesarios, etc.

 

Muchas veces existen buenos objetivos en los planes escolares, pero las acciones que se definen no son planificadas en escalera, y generalmente no se ven resultados por problemas de implementación más que de calidad de las ideas. Este proceso permite identificar una secuencia de pasos más fácil de seguir, y en caso de que algo no resulte como se esperaba, se puede corregir ese peldaño y no eliminar toda la secuencia.

 
 

Si quieres tener una reunión para una asesoría de Fundación ama+ en la planificación, escríbenos: fundacionama@aprendizajesocioemocional.cl.


 
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Escuelas de Optimismo

El bienestar psicológico tradicionalmente no ha sido un objetivo explícito y específico en los sistemas educativos. Generalmente las escuelas suelen detectar muy bien a los estudiantes que están con algún problema de salud mental, y pueden derivar y apoyar a las familias, pero en general, no parecen ser conscientes del poder que tienen en la prevención de la enfermedad si se enfocaran en fortalecer ciertas competencias, en especial el optimismo.

Así se puede desprender del primer Reporte de la Encuesta de Habilidades Socioemocionales de la OCDE., un estudio que ya comentamos en entradas anteriores. En este artículo queremos profundizar la fuerte correlación hallada entre optimismo y bienestar psicológico de las y los estudiantes. El estudio midió el bienestar psicológico con 3 indicadores: satisfacción con la vida, bienestar psicológico actual y ansiedad frente a las pruebas o exámenes, además de información recogida sobre aspectos del ambiente escolar y familiar, como incidencia de bullying, relación con los padres, entre otros. Esto se hizo en estudiantes de 10 y 15 años, de 10 ciudades de diferentes partes del mundo.

 

A nivel general se encontró que el bienestar psicológico disminuye en la adolescencia de manera bastante constante en todas las ciudades, y en especial en las estudiantes mujeres. También el factor socioeconómico aparece como importante, dado que en todas las ciudades y tanto a los 10 como a los 15 años, los estudiantes con mayor nivel socioeconómico tienen mayores niveles de bienestar psicológico.

 

Al mirar cómo las competencias socioemocionales se relacionan con el bienestar psicológico, el optimismo, resultó ser la competencia que con mayor consistencia, relacionándose con el bienestar de las y los estudiantes, tanto a los 10 como a los 15 años, así como en todas las ciudades donde se realizó el estudio.

Surge entonces la interrogante sobre cómo pueden las escuelas promover el optimismo, entendido como una competencia socioemocional que puede aprenderse.

Aunque existen diversas conceptualizaciones del optimismo a nivel académico, hay bastante consenso en aceptar que se trata de una disposición a esperar lo mejor de los eventos futuros. Esa actitud puede estar relacionada a las experiencias vividas (más éxitos que fracasos), al sentido de competencia o autoeficacia (creencia en las propias capacidades para enfrentar los eventos adversos) y a las explicaciones que nos damos de los eventos pasados. En estos tres niveles las escuelas pueden ser contextos especialmente valiosos para forjar el optimismo de sus estudiantes.

 

En relación a las experiencias que viven los estudiantes en la escuela, se debe poner atención a cómo se estructuran los desafíos que enfrentan niños, niñas y adolescentes. Si se quiere poner foco en el desarrollo del optimismo las escuelas deben procurar que cada estudiante tenga más experiencias de éxito que de fracaso. No significa que todos tendrán éxito en todo, el objetivo es diseñar estructuras de desafío que consideren las habilidades individuales, y que existan reales oportunidades de mejora. Muchas veces, se pasa un contenido, se hace una evaluación y se avanza al contenido siguiente. Así, a quienes les va mal en la evaluación, no tienen posibilidad de demostrar un aprendizaje o una mejora. El concepto de desafío óptimo se refiere a un desafío que implica un esfuerzo pero que es realmente alcanzable, con los apoyos adecuados y en un plazo razonable. Esto requiere de mucha creatividad en la planificación de las clases y las evaluaciones, considerando las diferencias individuales de los estudiantes.

El sentido de competencia, que también se relaciona con las experiencias de éxito y fracaso, se puede fortalecer a través de una retroalimentación formativa frecuente, específica y enfocada en las fortalezas de los estudiantes. No sirve el elogio frívolo y desconectado de la realidad, los niños y niñas son demasiado inteligentes para saber cuando un elogio es verdadero. La retroalimentación para mejorar debe darle información necesaria para que aprenda a usar sus capacidades en la solución de problemas y desafíos de clases. Y ese tipo de retroalimentación se sustenta en una total mentalidad de crecimiento de los profesores sobre los estudiantes. Esto es, la creencia férrea de que cada estudiante puede mejorar, en cualquier aspecto que se proponga y la consideración de que el aprendizaje es un proceso continuo y no algo que va a ocurrir instantáneamente.

 

Por último, en cuanto a las explicaciones de los eventos pasados, son relatos internos que se forjan en la infancia y la adolescencia, en gran medida desde los relatos externos que damos a los estudiantes. Las explicaciones que aumentan el optimismo son aquellas que frente a los eventos adversos, minimizan el alcance de estos y la personificación. Por ejemplo, si tuve un mal resultado en una prueba, una explicación optimista sería: “esta vez me fue mal, porque estuve distraída con otro problema y no alcancé a estudiar suficiente.” En contraste, una explicación pesimista seria: “siempre me va mal, soy pésimo estudiante.”

 

Es fácil darse cuenta cómo estas lógicas pueden conducir a comportamientos futuros que favorecen a la agencia en el control de los eventos. La explicación optimista deja mucho espacio de control al estudiante para hacerlo mejor la próxima vez. En cambio la explicación pesimista, profundiza una sensación de desesperanza, de incapacidad de controlar el resultado en el futuro.

 

En este sentido, los adultos pueden contribuir al optimismo eliminando los juicios categóricos y catastrofizantes cuando los estudiantes se equivocan o les va mal, aumentando un lenguaje muy específico y descriptivo para mostrar los errores y lo que se debe corregir, y también las fortalezas y los aciertos.

Según diversos reportes, Chile no tiene los mejores indicadores de salud mental, y las consecuencias de la pandemia podrían agravar este problema. El bienestar psicológico de nuestros NNA es algo demasiado importante y debiera ser un foco prioritario de nuestro sistema educativo.

 
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Curiosidad: Competencia Clave para el Aprendizaje

“La curiosidad mató al gato” Este dicho tan popular parece no tener relación con las investigaciones que están mostrando cómo la curiosidad puede potenciar el aprendizaje en la escuela y a lo largo de toda la vida.

De acuerdo al primer reporte de resultados dela Encuesta de Competencias Socioemocionales de la OCDE (SSES, en inglés), la curiosidad es la competencia que más se relaciona con el buen desempeño académico de los estudiantes, un hallazgo generalizado en estudiantes de 10 y 15 años, en todas las ciudades donde se aplicó la encuesta e independiente del nivel socioeconómico. Además la curiosidad se relaciona también con las expectativas de educación terciaria. Es decir, los estudiantes con mayor curiosidad tenían expectativas más altas sobre la continuidad de estudios. Si bien estos resultados no demuestran causalidad sino correlaciones, invitan a una profunda reflexión sobre cuánto están las escuelas enfocadas en promover la curiosidad, el amor por el aprendizaje, la apertura a nuevas experiencias, el hacer preguntas y explorar, como parte importante de sus currículums o estrategias pedagógicas.

Esto no parece ser lo usual en las escuelas y en general los sistemas educativos, no sólo en Chile, se mantienen en un formato clásico que pone al profesor como centro y fuente principal del conocimiento, que entrega respuestas elaboradas y estandarizadas y deja poco espacio para las preguntas divergentes o desafiantes o no invita a nuevos desafíos de aprendizaje a sus estudiantes.

Una niña de segundo básico había estado hablando con su mamá sobre los átomos, y justo al día siguiente la profesora de ciencias hizo una pregunta “¿Qué tiene que ver la naturaleza con la electricidad?”. La pregunta era excelente, sin embargo, la niña en cuestión levantó la mano y empezó a contar todo lo que había aprendido conversando con su mamá. La profesora un poco descolocada, le dijo: “No sea tan específica.” Claramente no era la respuesta esperada y la profesora no supo canalizar la curiosidad natural de su estudiante.

En una clase de octavo básico, sobre pueblos originarios una alumna cuenta que tiene abuelos con ascendencia de un pueblo originario pero que no recuerda el nombre y que no era mapuche.. La profesora le contesta, ¿Será Selknam? La estudiante dice que no sabe. Y la profesora continúa la clase. Otra oportunidad perdida que podría haber capitalizado invitando a la estudiante a investigar más sobre sus antepasados.

La curiosidad es una cualidad relacionada directamente con la motivación autónoma por aprender. La motivación autónoma tiene dos formas, una es la motivación que surge del placer de la actividad, o que se conoce como motivación intrínseca. En este caso el estudiante aprende porque le gusta. La otra forma es la motivación integrada, en cuyo caso el estudiante no necesariamente disfruta mucho con el aprendizaje de tal o cual materia, pero entiende su valor, le hace sentido aprender, y entonces persiste y se esfuerza. En los estudios empíricos de los investigadores de la Teoría de la Autodeterminación (E. Deci y R. Ryan), se ha visto cómo este tipo de motivación logra aprendizajes más significativos que la motivación externa, que se refiere a una motivación para obtener notas o evitar castigos, por ejemplo. Desafortunadamente los sistemas escolares, en general, no promueven la motivación autónoma. Hay bastante evidencia de que los estudiantes muestran una disminución constante año a año de su motivación intrínseca desde que entran al sistema escolar (Harter, 1981; Lepper, Corpus, y Iyengar, 2005, Gillet, Vallerand, y Lafreniere 2012).

Por ejemplo, un estudio mostró que un grupo de estudiantes cuya motivación era obtener una buena nota v/s un grupo de estudiantes motivados autónomamente por la materia, obtenían resultados levemente mejores en una prueba realizada inmediatamente después de haber terminado la unidad. Sin embargo, al aplicar otra prueba sobre la misma materia dos semanas después, el segundo grupo (motivación autónoma) mantenía sus buenas calificaciones, en cambio el primer grupo bajaba sus notas considerablemente, indicando que su aprendizaje había sido completamente superficial y sólo útil para rendir una prueba inmediata. (Grolnick y Ryan, 1987)

 

Lamentablemente las notas y las pruebas estandarizadas son utilizadas como fuentes de motivación tanto para los estudiantes como para las escuelas, sin embargo poco aportan a la motivación autónoma porque promueven un foco hacia la obtención de un resultado más allá del conocimiento en sí mismo (Klapp, 2015).

Lo que sabemos es que la autonomía es un gran potenciador de la motivación autónoma ( ¿suena evidente no?). La autonomía implica dejar tomar decisiones, conectar a los estudiantes con sus intereses, elevar su voz, considerar su perspectiva cuando se toman decisiones que les afectan y un currículum que esté relacionado con la vida de los estudiantes. Pero es muy difícil que docentes que tienen poca autonomía ellos mismos para realizar su trabajo puedan lograr ambientes de autonomía para sus estudiantes. En nuestra capacitación Ambientes AVC para la Motivación Escolar, desarrollamos estrategias y habilidades específicas para favorecer la autonomía.

Existe un consenso bastante generalizado de que la educación debe cambiar. Quizás los cambios aún no se producen porque no nos hemos puesto de acuerdo como país en una visión clara sobre el tipo de educación que necesitamos ni menos reflexionado en profundidad sobre los cambios que llevarían a alcanzar esa visión. De este tema queremos conversar con las comunidades en nuestro próximo encuentro gratuito, este jueves 7 de octubre a las 9 am, donde entregaremos los principales resultados del estudio sobre competencias socioemocionales de la OCDE y reflexionaremos a partir de ellos cómo mejorar nuestra educación. Inscríbete.

 
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Celebrar a nuestro docentes cada día.

Un día del profesor más ha pasado. Probablemente muchos y muchas docentes recibieron regalos, agradecimientos, celebraciones, y vaya que lo tienen merecido. Proponemos seguir celebrando la labor docente cada día.

¿Con regalos y desayunos? No, generando ambientes de cuidado para ellos y ellas.

Crear ambientes de cuidado implica una planificación que permita identificar objetivos realistas y ambiciosos a la vez, para lograr que los docentes sientan que pueden realizar su trabajo de manera adecuada, que serán tratados con justicia, que tienen vínculos significativos, que son considerados en las decisiones que les afectan.

Los docentes son el recurso más valioso de una escuela, de ellos depende el éxito en todos los ámbitos del aprendizaje. sin embargo no siempre reciben los apoyos que necesitan y se tienen expectativas idealizadas de lo que realmente pueden lograr. Por supuesto no todas las comunidades son iguales, pero todas pueden mejorar en proveer de cuidado a sus docentes.

Lo primero es tomar la perspectiva de los docentes en este tema. ¿Cómo está tu bienestar? ¿Qué elementos de la cultura escolar perjudican o benefician tu bienestar? ¿Qué apoyo te gustaría recibir?

Es cierto que abrir espacios de participación es algo que normalmente genera temor por la incertidumbre del resultado. Pueden abrirse temas que están escondidos pero no por eso dejan de ser menos reales. Esos problemas seguirán entorpeciendo las relaciones intraescolares, ignorarlos no es la solución. Aprender a generar espacios seguros es un tremendo desafío para los líderes escolares, pero vale la pena el riesgo porque al final de estos procesos el resultado es un mayor compromiso, más colaboración y más confianza.

En ama+ usamos la metodología de la Indagación Apreciativa para promover la participación y colaboración de las comunidades escolares, con estrategias específicas que ayudan a los líderes a potenciar conversaciones importantes, sin caer en la conflictividad sin sentido, sino potenciando el diálogo y la escucha. La IA parte del principio de que siempre hay cosas positivas, recursos y fortalezas, sobre las cuales se puede construir, e identificar esos recursos es esencial para cualquier cambio.

La IA se puede usar de manera grupal o como herramienta para mejorar la gestión individual a través de un coaching personalizado. A través de la IA se logra mejorar la capacidad de escucha, clarificar intenciones y expectativas, desarrollar planes de acción específicos y enfrentar los desafíos alineando las fortalezas.

Escuchar a los docentes de verdad es una buena manera de celebrar su labor cada día.

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