Aunque la familia y la cultura influyen grandemente en nuestra manera de ver el mundo, nadie nace con conocimientos o creencias implantadas, el aprendizaje se va dando a lo largo de la vida según nuestras experiencias personales y, al final del camino, nadie más que nosotros tiene el poder para decidir qué florece y no en nuestra mente.
El crecimiento físico del ser humano se desarrolla por etapas hasta que llega un momento en el que todo deja de crecer. A diferencia del cuerpo, la personalidad, la cognición y el Yo no tiene límites, es lo que llamamos crecimiento personal y se define como el conjunto de actividades y decisiones que nos conducen a hallar los elementos ideales para sentirnos bien con nosotros mismos, desarrollar nuestras habilidades y fortalezas, y convivir armónicamente con el entorno.
Aunque el crecimiento personal es parte inherente del ser humano, no ocurre por inercia ni mucho menos sin esfuerzo alguno; crecer interiormente solo es posible cuando nos permitimos afrontar los obstáculos y transformar el sufrimiento. Tampoco es un proceso que ocurra de un día para otro, sino más bien el resultado de un largo camino de aprendizaje que toma años recorrer hasta descubrir la mejor versión de nosotros mismos.
¿Por qué es importante el crecimiento personal?
Muchas veces olvidamos lo importante que es trabajar nuestro interior con el mismo ímpetu que dedicamos a construir una vida exterior sólida. Nos preocupamos por cómo nos vemos físicamente más que por el modo en que nos sentimos; nos vamos estancando en la rutina y perdemos la habilidad para disfrutar de la vida, apreciar las cosas que realmente importan y hacer oídos sordos a la crítica malsana.
Todos deberíamos establecer, como prioridad número uno, hallar la fórmula personal para una vida plena y evitar que los problemas se conviertan en una excusa para ser infeliz. El crecimiento personal facilita (y, a veces, posibilita) comprender las pautas para una experiencia humana enriquecedora, un paso por la tierra lleno de dicha y esperanza.
A través de la decisión de crecer interiormente, somos conducidos a obras de arte que cambien nuestra visión del mundo, libros e historias que nos inspiran a abrazar una causa, gente positiva que se convierte en modelo a seguir, amigos que nos tocan el corazón como si fueran hermanos y viajes increíbles que nos llevan a enamorarnos perdidamente de la vida.
La esencia del éxito personal
El éxito es una consecuencia, no un accidente; por ende, es producto de las decisiones que tomamos para mediar y contribuir a nuestro camino de crecimiento personal.
Ser exitoso no tiene nada que ver con el dinero o la acumulación de bienes materiales, sino con habernos encontrado a nosotros mismos de forma honesta y sincera, alcanzando un estado de paz, aceptación y amor propio innegociable.
A continuación, tres pistas para entender mejor de qué se trata el éxito personal y cómo el crecimiento interior es su principal jardinero.
1. Eres capaz de trabajar por ti mismo el autoconocimiento
Has llegado a una etapa maravillosa de la vida en la que no temes dirigir la mirada a tu interior para descubrir aspectos de ti mismo que quizás nunca habrías imaginado.
La vida moderna dificulta contar con espacios de introspección que permitan echar un vistazo a las ventanas del alma, pero ser capaces de desconectarnos del mundo diario para dedicar tiempo a nosotros mismos es una clara señal de crecimiento y éxito personal.
Algunas prácticas introspectivas que han demostrado ser eficaces son la meditación, el ejercicio o dar un paseo a solas. Cualquiera de ellas puede proporcionarnos las condiciones necesarias para potenciar nuestro autoconocimiento y conectarnos con nuestras emociones.
2. Te resulta más sencillo manejar y superar los bloqueos
Un bloqueo es cualquier barrera personal (física o emotiva) que nos impide hacer algo o explotar al cien por ciento nuestro potencial.
Todos atravesamos bloqueos en algún punto de la vida, nos sentimos paralizados, incapaces de lograr nuestras metas y terriblemente lejos de las soluciones que tanto deseamos encontrar. Aunque sea difícil hacer a un lado la frustración y la impotencia, debemos saber que el primer paso para superar cualquier bloqueo es darse cuenta de su existencia, aceptar su origen y reconciliarnos con él.
Solo así es posible gestar un cambio permanente y dar un paso importante hacia nuestro desarrollo personal.
3. Has logrado aceptar y respetar la diversidad, que ahora reconoces como un ingrediente maravilloso de la vida
Vivimos en un mundo diverso y cambiante. Si percibimos la diversidad como una amenaza y no como una oportunidad de crecimiento, será imposible dar cabida al desarrollo personal.
La estrategia es convivir amablemente con la realidad, aunque no coincida con nuestros valores personales. Esto no significa que debamos estar de acuerdo con todo y con todos, significa: escuchar, valorar lo positivo, estar abierto al diálogo y quedarse con lo bueno.
El desarrollo personal se relaciona estrechamente con la capacidad de aprender cosas nuevas, modificar nuestras perspectivas y cambiar de opinión, siempre que ello contribuya a nuestro bienestar. Estas son posibilidades que permitirán expandir nuestra mente a un mundo nuevo, menos hostil y más próspero.
Extraido de: Editorial Phronesis
www.facebook.com/elartedesabervivir.ph
Read moreEl duelo es una respuesta física y psicológica ante la pérdida; consiste en un proceso universal de despedida que todos atravesamos alguna vez en la vida, independientemente de nuestras creencias y cultura.
Comúnmente hablamos de “duelo amoroso” cuando ponemos punto final a una relación de pareja, pero, ¿sabías que existen también otros tipos de duelo sentimental? Está, por ejemplo, ese duelo que vivimos cuando llega la hora de aceptar que nuestra historia de amor soñada es imposible, o que nuestro afecto no será correspondido jamás.
Visto así, el duelo amoroso no ocurre solo cuando decidimos acabar con un vínculo de pareja “real”, sino también cuando ponemos fin a una “relación imaginaria”.
Tipos de duelo amoroso que no sabías que existían
Por la ruptura que viste venir
Un duelo anticipado es aquel que somos capaces de prever, sabemos que se acerca y una parte de nosotros se alista silenciosamente para la gran despedida. Muchas veces preferimos no pensar en ello, fingimos que todo está en orden y que quizás la ruptura no sucederá realmente.
A menudo experimentamos este tipo de duelo cuando tenemos una pareja con una enfermedad terminal, o cuando alguno de los miembros de la relación planea mudarse de ciudad o país. Son habituales los sentimientos de tristeza, irritabilidad, ira, traición e impotencia.
Por el rompimiento que, en el fondo, hace mucho querías
A veces, puede que tengamos que pesar y decidir entre dos deseos completamente opuestos: poner términos a una relación o continuar con ella. Es entonces cuando hablamos de ‘duelo ambiguo’ o ‘duelo confuso’. La ambigüedad en cualquier situación significa que es difícil precisar exactamente lo que nos molesta y lo que no. Cuando se trata de un duelo, significa que la pérdida es difícil de definir o evaluar, quizás porque no estamos seguros de haber perdido en realidad. Puede suceder que, muy en el fondo, sintamos alivio porque la relación venía causándonos zozobra o angustia.
Por ese ‘Adiós’ que nunca tuvo una ‘Bienvenida’
No hace falta tener una “relación formal” ni mucho menos estable para vivir un duelo amoroso. El duelo abreviado describe una fase de tristeza y dolor real, aunque de corta duración, y ocurre cuando no hay un fuerte apego a la pérdida. Un buen ejemplo son los amores de verano, los romances vacacionales o los amoríos entre personas que laboran temporalmente en una misma oficina.
Por aquel amor tan profundo que te niegas a creer que todo acabó
Es quizás el tipo de duelo más difícil de superar, ya que implica una respuesta automática de supresión del dolor. Las personas que atraviesan este duelo amoroso a menudo ocultan sus sentimientos tras excusas como: “No tengo tiempo para estar triste”, “La vida es como es, no vale la pena deprimirse”, “Soy fuerte, puedo con esto”…
Esta forma de afrontar el sufrimiento es un grave problema porque, si las pérdidas no se procesan, tomarán la forma de dolores de cabeza, dolores de estómago y enfermedades inexplicables, todo consecuencia de la somatización. Progresivamente, este duelo sin resolver nos impedirá avanzar en la vida y nos cerrará las puertas a nuevas relaciones, pues el historial de pérdidas no ha sido procesado.
Es conveniente tomarnos muy en serio los posibles efectos de un duelo reprimido, que pueden acarrear dificultades a futuro en todas las áreas de nuestra vida.
Por ese ‘alguien’ a quien no amabas, pero te hizo recordar a quien sí amaste
¿Alguna vez te has descubierto llorando a cántaros por alguien a quien no querías tanto? El duelo exagero ocurre cuando hay un efecto acumulativo de pérdidas o desengaños amorosos. Quizás, hace 10 años el gran amor de tu vida se marchó sin dar explicaciones, o se casó con otra persona; tú creíste haberlo superado, pero resulta que no. Un día, la ruptura con alguien a quien conociste hace poco te duele tanto como la de hace 10 años, y descubres que aún te sientes abrumado por la tristeza, el dolor y la decepción. Es otra persona la que ahora despides, pero de alguna manera, todo está conectado.
Por esos amores platónicos que solo existen en nuestra imaginación
El duelo exagero aplica también para los amores platónicos o imaginarios. Incluso puede que suframos más por un amor platónico que por un noviazgo real; la razón es meramente psicológica: idealizamos a nuestros amores platónicos, nos convencemos de que no existe nadie mejor en el mundo, y que solo con esa persona podríamos ser felices.
El ciclo sano del duelo
Hay cinco etapas del duelo que fueron propuestas por primera vez por Elisabeth Kübler-Ross en su libro On Death and Dying (1969):
- Negación y aislamiento. La negación es un mecanismo de defensa común que amortigua el impacto inmediato de la pérdida y adormece nuestras emociones. Es una estrategia para escondernos de los hechos y refugiarnos en la esperanza.
- Ira. A medida que la negación se vuelve insostenible, la realidad y el dolor resurgen, así que nos protegemos con la ira. Culpamos a nuestra ex pareja, a su familia, a nuestros amigos… Cualquier objetivo es bueno con tal de poder dirigir nuestra impotencia y frustración a alguien.
- Negociación. La tercera fase nos motiva a hallar mecanismos de conciliación. Para ello, retomamos el contacto con nuestra ex pareja, con la esperanza de poder solucionar las cosas. Es un intento de negociación con el fin de evadir el dolor. Es normal que sintamos también culpa y remordimiento en esta etapa: comenzamos a creer que todo fue nuestra responsabilidad y que debimos haber actuado diferente.
- Depresión. Puede ser de dos tipos: privada y sutil (cuando nos retiramos por un tiempo para asimilar la despedida), o agitada y mediada por el arrepentimiento, donde nos inquieta la idea de no haber pasado suficiente tiempo con el ser amado, no haber sido lo suficientemente entregados o no haber valorado su presencia.
- Aceptación. Finalmente, llega la aceptación, la cúspide del duelo donde somos capaces de mirar atrás y ver lo ocurrido como un obsequio de la vida, un aprendizaje que nos ha convertido en mejores personas.
Todo duelo amoroso es único e irrepetible. Solo quien lo vive puede de dar testimonio de él. Se entiende que el ritmo de aceptación de un evento doloroso varía de una persona a otra; las etapas descritas anteriormente solo sugieren una etiqueta para la infinidad de emociones que se perciben durante el duelo, pero no un orden obligatorio.
Incluso curarnos el alma es una declaración de libertad.
Read morePara mí, ella era la mujer ideal: inteligente, agraciada, físicamente hermosa, sentimentalmente encantadora; la veía como una de esas personas que siempre quisieras tener a tu lado, de esas que alegran tu día con solo estar presente. Conquistarla fue difícil pero con algo de romanticismo a la antigua lo pude lograr.
Era la relación más increíble que haya existido; la gente podía sentir el amor que derrochábamos cuando estábamos juntos.
Misteriosamente, empezó a cambiar su forma de ser conmigo. No soportaba verme con alguien más; ya fueran amigos, compañeros de trabajo e incluso familiares. Sus reclamos me parecieron inocentes en un principio: los aceptaba sumisamente porque realmente estaba enamorado de ella y no quería perder a tan maravillosa mujer. Con el tiempo, todo fue empeorando, pues no le gustaba que hiciera planes con personas diferentes a ella y en varias ocasiones, tuve que recurrir a mentiras para no discutir con ella. Me sentía decepcionado de la persona que más amaba y el poco interés en cambiar. ¿Por qué no puedo dejarla si ya no es como antes? Esa pregunta me rondaba día y noche. Analizaba una y otra vez si yo había fallado en algo pero todo estaba en orden. Cuando más inmerso estaba en la monotonía, me recomendaron una herramienta que me ayudó a entender que no debía permitir que el amor me ganara. El amor propio siempre debe estar por encima de cualquier cosa y situación; aunque mi amor por ella era inmenso, debía prevalecer el bienestar propio. Luego de hablar en muchas ocasiones sobre el tema y no ver ningún resultado positivo, decirle adiós no fue lo más fácil pero sí lo más sano para mí.
Para finalizar, quiero compartir una frase que aparece en la guía que llamó mucho mi atención, pues describe la forma adecuada de llevar una relación amorosa: «Si suponemos que la vida es más llevadera entre dos, el otro no puede ser una carga. El amor de pareja saludable es liviano, no hay que arrastrarlo, no es una cruz, ni una tortura socialmente aceptada; una buena relación no está hecha a base de sangre, sudor, lágrimas, como todavía piensan ciertas personas».
Y tú, ¿permitirías que tu pareja te dijera qué hacer?
Read more
El amor es el anhelo de salir de uno mismo” – Charles Baudelaire
Aquello del “amor” es complicado, aún más cuando la predisposición personal no permite abrirse a nuevas alternativas de vida. Muchas veces, por prudencia, es preferible dejar que pase lo que tenga que pasar en la relación, antes que fortalecerla a partir de fuertes pilares. Es más, la sociedad nos ha forjado –mediáticamente– una visión del amor, como un sentimiento profundo e inquebrantable que debe vivirse y cuidarse profundamente. Pero, ¿qué pasa cuando se mezclan las emociones con la palabra “amor” y la película toma otro rumbo totalmente distinto?
¿Qué es el amor?, ¿desde qué punto se siente y cómo debe vivirse?, ¿qué implica sentir amor? Bueno, son tantas preguntas, que terminan por cargarlo de una atmósfera muy pesada y difícil de sobrellevar. El hecho es que cada persona lo vive a su manera y experimenta situaciones distintas a partir del mismo. Puede comenzar de forma intensa, o aparecer intempestivamente, o sentirlo pero no reflejarlo, o, tal vez, nunca será necesario abordarlo. Lo que sí debe aceptarse es que siempre aparecerá un sentimiento diferente que identificará lo que se siente por la otra persona.
La concepción del amor se transforma cada vez más con motivo de la globalización de las revoluciones sociales y del pensamiento. Por ejemplo, un punto de partida es el machismo, ya que al concepto y las acciones que se derivan de él, cada vez se afecta más al “amor” en las relaciones. A lo largo de la historia, el preservar la imagen del hombre por encima de la mujer, ha cohibido a ambos de vivir sus sentimientos libremente. El estereotipo del hombre como fuerte, rudo, serio y el de la mujer como débil, sumisa y sentimental; son las principales características. Y ¿por qué el hombre no puede ser sentimental?, ¿por qué la mujer no puede ser recia en su comportamiento?, ¿por qué la mujer es el símbolo de la enamorada, y el hombre el símbolo del enamorador?
De esto también se desprende otro factor, y es el feminismo o el empoderamiento cultural de la mujer en la sociedad actual. Desde el manejo de la economía en el hogar, las pautas de comportamiento, el carácter dominante, entre otros. Esto le ha permitido al amor adaptarse en la sociedad como un sentimiento cada vez más abierto y menos estructurado. Los roles a no están polarizados, lo que reúne el sentimiento tiene mayores libertades y la renovación se adapta cada vez más al concepto.
La clave es identificar qué sentimiento es característico de una persona sobre otra, y esto lo hace la experiencia. Las relaciones fugaces buscan el placer fisiológico, vacían corazones y dejan a la deriva los sentimientos. Esta influencia, cargada de emociones, antes que de sensatos sentimientos, deja a la deriva aquello que representa el amor. Incluso, los especialistas lo declaran como una carga de energía negativa que rompe con la estabilidad emocional de la persona. La conducta se verá afectada, el desempeño laboral, social, familiar, entre otros, ser verán impactados a la hora de descentralizar el amor.
El problema no es el “amor”, el problema es la concepción personal que se le da al sentimiento y cómo se ve este afectado. Lo importante es abrirse a las posibilidades de llenar las expectativas, más allá de satisfacerse individualmente, sino en conjunto. Ya sea el hombre o mujer ideal, predisponerse solo afectará la evolución de la relación y, por ende, el sentimiento. No se puede culpar al amor, por la testarudez de no saber mezclar las emociones con los sentimientos.
Extraido de: Editorial Phronesis
www.facebook.com/elartedesabervivir.ph
Read moreLos celos y la infidelidad guardan más relación de lo que parece.
Siempre será entendible la reacción celosa de una persona que percibe que su pareja está siéndole infiel. Después de todo, la sospecha y la posesión son tan primitivas como la vida, y responden a un instinto evolutivo que busca salvaguardar nuestras relaciones familiares, alejar depredadores y garantizar que nuestras necesidades básicas (vivienda, comida y salud) serán satisfechas.
Los celos son la manifestación de la fuerza bruta de los apasionados, y como tal, si bien puede no dar resultado siempre, brinda al menos alivio a los amantes haciéndoles sentir que están “asegurando el territorio”.
Los celos estimulan patrones de conducta que escapan al sentido común, ya que lo único que importa al cerebro es garantizar la exclusividad sexual y evitar la pérdida de recursos vitales. Para ello, somos capaces de tomar decisiones y medidas que nunca antes habríamos imaginado, como violentar la privacidad de nuestra pareja, controlar sus movimientos y anular su identidad. Situaciones que se pueden evidenciar a través de las historias recopiladas en el nuevo libro de Walter Riso: “Las mayores estupideces que hacemos por amor”.
Por supuesto, no siempre los celos corresponden a un acto de infidelidad real; de hecho, es común que la amenaza sea imaginaria, algo que se vincula especialmente con los celos patológicos y la personalidad insegura.
Curiosamente, existen también casos en que la infidelidad o atracción física hacia alguien externo a la relación desencadena sospechas hacia la propia pareja, un fenómeno que la voz popular denomina: “El que la debe, la teme”, y en el cual la ciencia ha podido profundizar recientemente.
Celos, infidelidad y proyección: cuando nuestra pareja es un espejo
En su libro Rayuela, el escritor Julio Cortázar describe a la perfección la dinámica de la proyección en las relaciones de pareja: “Fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones”.
Aunque suene poco romántico, esta frase nos habla de cómo convertimos al otro en un reflejo de nuestros propios miedos, tendencias y deseos. En el campo de los celos y la infidelidad, un estudio publicado el año pasado por investigadores de la Universidad de Carolina del Sur (Lancaster) y la Universidad de Maryland encontró que las personas tienden a proyectar su deseo o atracción sexual por otros en su pareja, y que esta proyección suele ir de la mano de profundos sentimientos de ira y comportamiento negativo.
El psicólogo Robert Burriss lo explica de la siguiente forma:
Las personas se enojan con su pareja cuando sospechan que él o ella alberga el deseo de tener sexo con otra persona, y sus sospechas son más fuertes cuando ellos mismos fantasean sobre el sexo ilícito. Así que la próxima vez que te veas obsesionado por el interés de tu pareja en otras personas, podrías beneficiarte al mirarte al espejo y preguntarte si tus propias fantasías son las culpables.
La investigación también sugiere que nos proyectamos en los demás cuando carecemos de las herramientas necesarias para hacer frente a nuestros pensamientos, aceptarlos y lidiar con ellos. Desde luego, esto perjudica seriamente la calidad de nuestras relaciones.
La psicología entiende la proyección como “la sombra del Yo”, y la única forma de vencerla es correr las cortinas y dejar que entre la luz; asumir el timón de nuestras emociones y elegir un camino únicamente luego de haber evaluado las consecuencias.
La infidelidad es la principal causa de disolución en una relación de pareja, y, los celos, una causa común de deterioro afectivo y pérdida de la complicidad. La mejor forma de evitar los efectos negativos de ambas experiencias es ser completamente abiertos con nosotros mismos y con nuestra pareja, anteponer la honestidad al miedo y pensar siempre en cómo nuestras acciones pueden afectar nuestra realidad.
La dinámica entre los celos y la infidelidad es compleja, y no desaparecerá de la noche a la mañana. El psicólogo y escritor Walter Riso, hace un recuento de diferentes situaciones y testimonios que hablan de cómo los celos han hecho mella en la relación; todo en su nuevo libro: “Las mayores estupideces que hacemos por amor”. Sin embargo, tenemos el poder suficiente para cambiar nuestra percepción y tomar decisiones que contribuyan a nuestro bienestar y paz mental. Recuerda siempre que las heridas del corazón pueden sanar, pero el tiempo no se recupera; decide invertirlo en una vida de gozo y entusiasmo, en lugar de maltratarlo con emociones tóxicas.
Si tienes una pareja que en vez de darte motivos de alegrías te genera angustias y dolor emocional. Si viven discutiendo, si te critica y hace sentir inferior, si te maltrata física o psicológicamente y tú no has sido capaz de poner límites para protegerte, este articulo es para ti. Conoce los consejos que dan las personas que han logrado salir de una relación tóxica.
Puede suceder que aunque nuestra pareja nos genera más sufrimiento que placer, a pesar de que nos maltrata y descalifica nos quedamos atados a esa relación. Nos inventamos razones para no terminar, a veces hasta le justificamos o mantenemos la esperanza de que va a cambiar solo porque nosotros le amamos incondicionalmente. Con frecuencia preferimos sufrir a su lado a la soledad de terminar con esa relación tóxica.
En Phrónesis, entrevistamos a personas que lograron salir de una relación tóxica. Entérate de lo que nos contaron y los consejos que te dan.
Tere, 37 años. Debes poner límites. Hay que saber hasta dónde aguantar por amor.
Llevaba dos largos años viviendo con R. Él bebía demasiado, apostaba y me quitaba mi dinero. Traté de ayudarlo hasta que entendí que es un enfermo. Para salvarme, debía terminar con esa relación o arruinaría mi vida. Un día me agredió fisicamente y vi la gota que derramó el vaso. Ese mismo día me mudé con una amiga y he sido tajante, aunque me duela no lo volveré a ver. ¿Si no soy feliz con una pareja para qué la quiero?
Ariel, 35 años. Primero debes estar tú. No puedes querer a nadie más de lo que te quieres a ti mismo.
10 años de noviazgo, le propuse matrimonio pero ella siempre ponía excusas, su trabajo, su realización profesional. Apenas nos veíamos, era una relación de fin de semana. Ella era fría, estaba de mal humor pero yo me negaba a verlo, era su perro rastrero hasta que me enteré que tenía otro. A las dos semanas de sufrimiento entendí que aunque la amaba no podía quererla más que a mi mismo, rompí toda comunicación con ella. Ahora me siento mejor.
Rosa, 23 años. Me di cuanta que el miedo no es amor
Era mi primer novio formal, 10 años mayor que yo, divorciado. Yo tenía 19 años. Desde el principio me decía hasta como vestirme y a quien podía tratar. Me revisaba el teléfono. No era violento fisicamente pero yo le tomé miedo con el tiempo, me volví insegura. Se lo conté a mi tía y ella me dijo que eso no era normal. Me di cuenta que el miedo no es amor, así que decidí terminar. Busqué ayuda de mis padres y de la policía porque él no me dejaba en paz.
Marian, 38 años. Recuperar la autoestima, buscar ayuda:
5 años de relación y yo sentía que era el último hombre, como si no existiera otro. Mantenía la esperanza de casarnos, claro él tenía que divorciarse primero, algo que nunca haría, pero yo me negaba a verlo. Él se perdía meses, luego regresaba y yo lo aceptaba. No tenía dignidad ni amor propio. Una amiga me recomendó una psicóloga para recuperar mi autoestima. Empecé terapia y a los tres meses lo eché de mi vida. Lamento el tiempo perdido.
Deli, 45 años. Lucha por ser feliz. Nunca es tarde:
Me casé muy jovencita por un embarazo no planificado. Mi marido era un verdadero monstruo, agresivo y amargado. Yo aguantaba, porque estaba enamorada, después por el compromiso de los hijos. Un día me vi con 40 años, mis dos hijos grandes en la universidad y yo a merced de un déspota, me miré al espejo y me sentí todavía joven, hablé con mis hijos y me apoyaron. Decidí divorciarme, buscar un trabajo, independizarme. Ahora soy feliz.
Hoy puede ser el día para recuperar tu libertad, hoy puedes romper esas cadenas emocionales que te atan a esa relación tóxica. ¿Qué más vas esperar para hacerlo?
Read more
En un mundo donde las relaciones entre hombres y mujeres cada vez están más convulsionadas y los vínculos cada vez más endebles, ser infiel es un hecho frecuente, que si es bien enfocado puede convertirse en una oportunidad de crecimiento y madurez en la pareja. Ser infiel y sentirse mal es un síntoma de que puedes emprender cambios para construir una relación de pareja más satisfactoria y estable.
La infidelidad en una relación tiene matices que la hacen más o menos grave. Puede tratarse de una aventura pasajera y aun así generar culpa sobre todo si nuestra pareja permanece en desconocimiento de nuestra falta. Un examen de conciencia puede resultar positivo para recapacitar y reconocer que pueden haber aspectos de mejora en tu relación, en dicho caso puedes convertir el hecho en una oportunidad de cambio.
¡Una actitud de rectificación acompañada de acciones concretas te servirá de mucho para resarcir el daño causado!
El poder definir el amor es algo muy complicado, puesto que existen diferentes formas de amar. Estas dependen completamente de la intensidad y a la persona a quién va dirigido. El concepto de amor como algo concreto y tangible es difícil de manejar, sobre todo cuando está fuertemente influenciado por preceptos sociales. En las siguientes líneas, nos centraremos en analizar al amor romántico: un tipo de amor conocido por todos, pues su fama es grande a lo largo de la historia.
El amor es un sentimiento universal, con el cual todos los seres humanos se sienten inspirados. El amor es la motivación necesaria para seguir adelante. Cuando una persona se enamora es feliz. Por otro lado, también puede causar mucho sufrimiento cuando el amor no es correspondido. Es por ello que, mucho se habla del amor y el desamor, al punto que películas, canciones y novelas lo usan como tema principal. Sin embargo, el amor es algo más que eso. Por esta y muchas otras razones hemos decidido traer especialmente para ti todo lo que debes saber del amor y qué no lo es. ¡Sigue leyendo!
¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos enamoramos?
Antes de enfocarnos en la definición de amor romántico, es necesario repasar una serie de descubrimientos científicos. Estos descubrimientos, al menos en occidente, han ayudado a dilucidar lo que ocurre en el cerebro cuando se está enamorado. Algunos resultados consolidan que el amor y el enamoramiento se respaldan por una serie de patrones conductuales que ayudan a intensificarlo. De acuerdo a los hallazgos obtenidos, el amor actúa como una droga para el cerebro de la persona, ya que modifica el funcionamiento del mismo.
Los factores culturales también son importantes. En mayor o menor medida, estos factores son responsables de que ocurran una serie de reacciones químicas en el cerebro, sobre todo en lo que respecta a la sinapsis neuronal. El amor termina alimentándose de las expectativas e ilusiones de la persona, por ello podemos enamorarnos varias veces a lo largo de nuestra vida. Cuando nos enamoramos se liberan grandes cantidades de serotonina, la cual provoca que el estado de ánimo mejore considerablemente cada vez que pensamos en la persona amada.
El amor también libera una serie de neuroquímicos como la adrenalina, esta permite que la persona esté más energizada. Así como la dopamina, que está implicada en la adicción a las drogas, especialmente porque refuerza las conductas placenteras. La cascada neuroquímica, producida por el amor, también puede ocasionar grandes problemas cuando se sufre de un sentimiento opuesto al detonante, como es el desamor. La persona terminará deprimida e inestable emocionalmente.
Sternberg y su concepción del amor
Robert Sternberg es uno de los científicos más reconocidos en el campo del enamoramiento y el amor. Este profesional publicó un libro llamado: Teoría triangular del amor, donde se describen los distintos elementos que componen el fenómeno de enamorarse y las posibles combinaciones de sentimientos al momento de formalizar cualquier tipo de relación.
Según este científico, las tres cualidades claves a la hora de que perdure el amor en una pareja son: intimidad, pasión y compromiso. La intimidad se puede definir como la cercanía que presentan los individuos que componen la relación, representando la conexión entre lo emocional, el afecto y la confianza; elementos que llevados de la mano con el amor garantizan el éxito de una relación.
La pasión puede ser concebida como la energía y la excitación que sienten dos personas que tienen un amor mutuo. Se relaciona con ese fuerte impulso y necesidad de estar con el otro, por lo que, termina siendo una atracción física. De acuerdo a la combinación de estas cualidades se pueden dar diferentes tipos de relaciones. Para Sternberg, el amor más intenso y gratificante es cuando aparecen estas tres cualidades en conjunto.
El amor tóxico no es amor ¡Debemos aprender a identificarlo!
El amor tóxico es un concepto que se ha hecho muy popular en la actualidad. Cada vez es más común encontrar parejas que mantienen una relación basados en esta clase de amor. Muchos de ellos ni siquiera se dan cuenta. El amor tóxico se caracteriza porque presenta una serie de conductas cuya dependencia emocional y control terminan por convertir la relación de pareja en algo dañino. Es por ello que los individuos involucrados terminan por vivir en un completo tormento. ¿Sabes cómo identificar al amor tóxico? ¡Aquí te lo contamos! Presta atención a los siguientes síntomas:
-Dependencia y codependencia emocional:
Esto ocurre cuando uno de los miembros de la pareja presenta una autoestima muy baja. La felicidad depende de la presencia del otro y su mayor temor es encontrarse consigo mismo y estar solo. También se da el caso contrario, cuando a uno de los individuos le gusta que su pareja dependa de él, de esta manera, su amor es condicionado.
-Vida social limitada:
La pareja deja de lado sus amistades y termina por depositar su atención únicamente en su relación.
-Irracionalismo e ilusiones desmedidas:
Es un amor que se ha alimentado por expectativas irreales, lo cual genera una tremenda frustración cuando no se cumplen las expectativas.
Otros aspectos negativos que definen al amor tóxico
-Necesidad de aprobación:
La persona al sentirse vacía busca en la pareja seguridad, estabilidad, amor y comodidad. Espera que cada aspecto de su vida sea agradable para su pareja. De esta manera, se esfuerza para complacerlo y mantenerlo contento a costa de su propia felicidad.
-Posesión, control y celos:
Es un tipo de amor que no es libre en absoluto, ya que uno de los miembros de la pareja interpretará que la otra persona es de su posesión, siente la necesidad de ejercer un control total sobre todo. Los celos, por su parte, deterioran por completo el amor. Todo termina siendo una completa infelicidad producto de los reclamos y desconfianza.
-Manipulación:
Cuando existe el chantaje emocional por parte de cualquiera de las dos personas que componen la relación, debemos aprender a decirle no a un amor enfermizo.
-Falta de comunicación y conflictos excesivos:
La comunicación no termina por ser fluida. Es por ello que, el amor o mejor dicho la relación no termina por ser cordial. La confianza que siempre debe perdurar se pierde por completo y los conflictos están a la orden del día.
El amor y sus curiosidades…
Debido a que en las últimas décadas ha habido una gran cantidad de estudios sobre el amor y el enamoramiento, se ha obtenido nueva información, la cual resulta bastante curiosa llegando incluso, a sorprender a cualquiera. Los datos científicos que se han recabado a lo largo de los años han confirmado, entre otras cosas, que:
–Los pequeños detalles realmente son importantes para mantener el amor. Según lo pudo concluir una investigación realizada por el Economic and Social research Council en el Reino Unido.
-Un estudio liderado por Ronald Rogge ha determinado que las películas de amor son la mejor terapia para aquellas parejas que atraviesan problemas sentimentales.
¡Recuerda!
-Las redes sociales son la primera causa de divorcio, especialmente porque se comprometen muchos sentimientos donde la desconfianza termina degradando el amor. Estos datos fueron obtenidos por una encuesta de la Academia de Abogados Matrimoniales de Estados Unidos.
-Las relaciones a distancia pueden funcionar siempre y cuando haya amor de por medio.
-De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto de Medicina del Comportamiento de la Universidad de Ohio, el amor puede hacer que la persona aumente de peso.
Read more