NO quiero trabajar como “hombre”, tampoco dedicarme sólo a los niños

Todas las madres que estamos alrededor de los 30 a 35 crecimos escuchando que las mujeres éramos capaces de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Somos, por naturaleza “multi task” y podemos “caminar y mascar chicle al mismo tiempo”. Con ese cuento es que intentamos seguir con nuestra vida luego de que llegan los niños a nuestra realidad y nos exigimos en todos los frentes. Intentamos trabajar y rendir al máximo, intentamos llevar la casa a la perfección, intentamos seguir sosteniendo nuestra vida social, y al mismo tiempo intentamos ser las mejores madres del mundo y para más remate la valoración social premia este tipo de vida, se nos valora y reconoce cuando nos exigimos así, ¿es realmente posible trabajar jornada completa, ser madre, amiga y amante en estos tiempos que corren?

Yo creo que no. Que intentarlo TODO en este estilo de diseño masculino no se puede y que por eso las consultas de los psicólogos y psiquiatras están llenas, llenas de mujeres que están “depre”, cansadas o con angustia. Porque a las mujeres “súper, súper” se nos van cayendo los hijos, se nos quedan en el camino.

Y, por otro lado, cuando decidimos quedarnos en la casa en dedicación exclusiva a los hijos, a varias nos pasa, que lo que se nos cae es la autoestima y echamos de menos echar a andar las neuronas del otro lado del cerebro. O bien, aunque seamos súper felices cuidando niños, lo que nos sucede es que el bolsillo no da.

¿Será mucho pedir, que nos queramos realizar equilibradamente en todos los aspectos?

En Chile, el mercado laboral tradicional no “premia” precisamente a las mujeres en edad fértil, embarazadas o con niños pequeños (específicamente menores de dos años) cuando en realidad, somos capaces de mucho, somos sensibles, sensitivas, intuitivas y también ejecutivas y resolutivas.

Las mujeres que “no queremos renunciar a nada” -cito textual esta frase tan movilizadora de Nohemí Hervada (recomiendo sus textos) – simplemente no podemos hacerlo en el mercado laboral tradicional chileno, aún no. Faltan leyes, falta teletrabajo, faltan puestos de media jornada, falta flexibilidad, faltan oportunidades laborales que sean capaces de medir el trabajo por resultados y no por horas presenciales… Fíjense, al mercado laboral formal le faltan, precisamente, virtudes femeninas. Nuestro mercado laboral formal está pobre de virtudes maternales.

¿Qué hacer mientras esta situación cambia? El llamado es a crear una realidad nueva, una vida propia, así como somos capaces de gestar, crear vida. Las mujeres somos fantásticas emprendedoras. Hay información, hay fondos, hay muchas oportunidades, hay una para ti, para todas las mujeres que quieren crear su propia maternidad-familia-realidad.

 

 

Daniela Parra

@daniparraperiodista en Facebook

www.themommy.cl

Imagen portada: Diseñado por Freepik

 

Post a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*