PREDICA CON EL EJEMPLO

A veces me pregunto si estaremos haciendo bien al ir contra la corriente, sin castigos ni presiones, apostando al desarrollo de la inteligencia emocional, de la toma de decisiones conscientes, resiliencia, empatía.

Como toda mamá, me cuestiono, me hago preguntas. Luego veo a mi hijo tratando a un perro que recién conoce con tanto amor, empatía, respeto. Y veo a mi hija de 21 meses caminando por el puerto ofreciéndole su comida a la gente que pasa y me maravillo.

Pero cuando analizo caigo en la cuenta de que, minutos antes, yo les lleve a unos abuelos que estaban sentados cerca nuestro unos bizcochos que había comprado. Me doy cuenta que más allá de los detalles cotidianos, los encuentros, desencuentros, confusiones y a veces los conflictos, nuestros hijos nos ven y nos tienen como parámetro.

Hoy más que nunca, mamá o papá, trabaja en ti mismo, en tu ego, en tu paciencia, en tu tolerancia con los demás, porque tus hijos te están viendo.

Si tu hijo responde con amor, empatía, generosidad, tolerancia, date una palmada en la espalda: lo estás haciendo bien.

Pero también observa cómo maneja sus emociones y pregúntate: ¿cómo reaccionas con las tuyas?, ¿Atacas o discutes fuerte con tu pareja delante de tus hijos?, ¿Gritas cuando estás enojada?, ¿insultas a otras personas en su presencia?, ¿te burlas de otros?, ¿criticas a los demás mientras tus hijos escuchan? Si lo haces, no te castigues pero toma consciencia, aun no es tarde.

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

www.nutrimama.com

mamaminimalista.net/

Instagram: Nutri_mama

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De la Observación a la Salud Radiante

En esta oportunidad la intención es invitarte a que mires dentro de ti, y observar que patrones de pensamientos  sostienes, las emociones que surgen mente-cuerpo, atenderlas   justo en el instante en que ocurren a través de la observación del Instante presente.

El acto de observación del instante presente permite liberarte de estados de pensamientos adictivos nocivos para la salud, psico-emocional y fisico, porque te estás prestando atención, estás siendo consciente del momento, estás siendo consciente de ti mismo, como resultado el pensamiento y la emoción se disolverán, pasando a ser insignificante y se tiene la  opción de experimentar una nueva realidad más creativa, ver soluciones y punto de vistas que antes estaban nublados por la identificación que ocurre como acto inconsciente de acuerdo al momento que se esté experimentando, que al asignarle una connotación que no sea positiva para la vida de quien lo experimenta surgirán pensamientos que le den consistencia a que permanezca en el tiempo y creen una realidad en la vida de quien los piensa que no son óptimas para mantener la salud en un estado deseable, ya que la mente-cuerpo ha de enviar mensajes y aparecerán la emociones que engloba el miedo, al no ser reconocidas, integradas y trascendidas generan  como inicio un estado de  estrés

El acto de observarte te da la oportunidad de estar más presente en tu vida dia a dia, (en el único tiempo que existe, el ahora) significa que ya no se tiene que acumular más dolor, el cual genera sufrimiento por no haber sido atendido en el momento en el que surgió, y estará allí y se mostrará hasta que se tenga un instante de consciencia de su existencia. Al ser trascendido ya no se tendrá que pasar por ese pensamiento-emoción, situación,  una y otra vez, ahora se comprende la emoción, habrán surgido otros sentimientos.

Es así que el acto de la observación por sí mismo te devuelve a un estado de equilibrio, donde el acto de reconocerte surge la oxigenación del cuerpo y la disipación de los pensamientos dejando a la mente en una especie de vacío, calma y quietud recuperando la estabilidad emocional, porque las mitocondrias del cuerpo producirán serotonina (el bien llamado el neuro trasmisor de la felicidad) y es allí donde las células y el sistema inmunológico se alinean para dar luz al cuerpo y el equilibrio perfecto.

Ahora desde ese centro de equilibrio,  desde ese instante presente donde la paz se vuelve aditiva, podrás crear nuevas ideas, nuevas experiencias y diferentes aventuras, a través de sueños y programaciones conscientes que le darán un tinte diferente a tu vida  y por ende una salud radiante, porque estarás creando desde un nivel de conciencia más elevado.

Licda, Marisabel Rodriguez. 

CEO Centro de Integración y Trascendencia

https://www.facebook.com/reconoceintegraytrasciende

Extraido de Instituto Draco

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Algunos beneficios de la práctica del Mindfulness

Si todavía no estás practicando Mindfulness regularmente hoy te recordamos algunos beneficios que se obtienen ser consciente de los pensamientos y emociones, lo cual nos permite poder manejar nuestras respuestas ante las circunstancias que la vida nos presenta. 

1. Ser consciente de tus pensamientos y emociones promueve el bienestar.  El Mindfulness nos facilita la introspección, la apertura, la reflexión y la aceptación de uno mismo. Recientemente en el campo de la psicología, se está comprobando que el desarrollo de la atención plena  se correlaciona significativamente con la satisfacción vital y el bienestar general. El Mindfulness por supuesto no es un concepto nuevo; ha existido en el budismo durante más dos mil seiscientos años. Lo que las investigaciones modernas han hecho es comprobar   que esta “autoconciencia mejorada” disminuye el estrés y la ansiedad y, a su vez, reduce el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades relacionadas con el estrés, la depresión y fortalece el sistema inmune.

2. Puede mejorar tu memoria de trabajo. La memoria de trabajo es el sistema de memoria que almacena temporalmente la información en nuestro cerebro para su posterior recuperación y procesamiento futuro. Se han realizado muchos estudios que sugieren una fuerte interrelación entre la atención y la memoria de trabajo. Van Vugt y Jha (2011) llevaron a cabo una investigación que involucró llevar a un grupo de participantes a un retiro intensivo de mindfulness de un mes de duración. Estos participantes se compararon con un grupo de control que no recibió entrenamiento de mindfulness. Todos los participantes de ambos grupos primero realizaron una tarea de reconocimiento de memoria antes. La segunda ronda de de reconocimiento de memoria fue realizada por todos los participantes después del retiro. Los  tiempos de reacción fueron mucho más rápidos para el grupo que había recibido entrenamiento de mindfulness. Estos resultados sugieren que Mindfulness produce mejoras en la calidad de la atención, particularmente en relación con la calidad de la información y los procesos de decisión, los cuales están directamente relacionados con la memoria de trabajo. 

3. Aumenta el nivel de felicidad.  Nuestro cerebro está dividido en 2 hemisferios: izquierdo y derecho. Se ha demostrado que nuestro cerebro tiene una gran actividad en el córtex prefrontal derecho (parte frontal del cerebro) cuando estamos deprimidos y ansiosos. Por otro lado, nuestro cerebro tiene una gran actividad en el córtex prefrontal izquierdo cuando estamos contentos y enérgicos. Parece que esta proporción de actividad de izquierda a derecha muestra nuestro nivel  de felicidad a nivel cerebral. Investigaciones de Richard Davidson y Jon Kabat-Zinn muestran que solo 8 semanas de práctica de mindfulness diario de 1 hora producen un aumento significativo en la activación del lado izquierdo en el cerebro y este aumento se mantiene incluso después de 4 meses del programa de entrenamiento (Davidson , Kabat-zinn et al., 2003). En resumen, este hallazgo demuestra que la práctica del Mindfulness, incluso a corto plazo aumenta significativamente nuestro nivel de felicidad, medido incluso en términos físicos. 

4. Reduce la región de estrés  del cerebro.   Cada vez que nos estresamos, la amígdala (centro de las emociones en el cerebro límbico) toma el control. La amígdala es una región clave que responde al estrés en nuestro cerebro y desempeña un papel importante en situaciones de ansiedad. Se sabe que la actividad alta de la amígdala se asocia con depresión y trastornos de ansiedad también (Siegle et al., 2002). La buena noticia es que la práctica de Mindfulness en realidad puede reducir el tamaño de la amígdala y aumentar nuestro umbral de reactividad ante el estrés. Investigaciones recientes muestran una conexión entre la práctica de la meditación a largo plazo y una disminución del tamaño de la amígdala (Taren et al., 2013). Los estudios muestran que podemos cambiar la forma en que reaccionamos ante situaciones estresantes y mejorar nuestro bienestar mental y físico. “Hay una conexión entre la práctica del Mindfulness a largo plazo y un tamaño reducido de la amígdala” ¿Cuánto tiempo deberíamos practicar mindfulness? Según Davidson, uno de los neurocientíficos  más más relevantes en este campo de investigación,  incluso 1.5 horas de práctica de Mindfulness llevan a cambios estructurales en el cerebro.

 

Autora del artículo: Mónica Esgueva

 

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Criar con respeto empieza por uno mismo

Hay muchos tipos de crianza alternativa en auge, lo cual es muy positivo: la crianza respetuosa o con apego, la crianza positiva, la crianza consciente, etc. Cada una tiene sus puntos centrales los cuales varían,  pero hay un eje en el que todas coinciden y es el énfasis en el desarrollo emocional saludable de los hijos cuyos pilares son el respeto, la empatía, la resiliencia, la atención plena y el respeto a las etapas neurobiológicas y conductuales por la que atraviesan los niños durante su crecimiento y desarrollo.

La única forma de poder abordar estos estilos de crianza es haciendo las paces con nuestra historia personal. La paternidad es una caja de pandora de la que sale una cascada de asuntos pendientes, de sentimientos reprimidos, dominados o dormidos y no queda otra que trabajarlos y superarlos lo mejor que se pueda para poder ser los guías y facilitadores que nuestros hijos se merecen.

Como se dice en la calle: no podemos amar a nadie si no nos amamos a nosotros primero, a lo que yo agrego que no podemos criar a nadie en el respeto si no nos respetamos a nosotros mismos y a nuestra pareja, no podemos criar un niño seguro de sí mismo si todavía nos cuesta tanto amarnos por quienes somos, no podemos criar hijos felices si nuestro concepto de felicidad sigue siendo errado, no podemos criar niño emocionalmente inteligentes si no somos resilientes.

No podemos proyectar nuestra mejor versión de padres si no hemos perdonado a los nuestros por los inevitables errores y les hemos pedido disculpas por juzgarlos tan duramente. Todos estos puntos nos van tocando a lo largo del camino de la crianza y nos invitan a leer mucho, a formar una tribu de pares, a aprender estrategias y herramientas nuevas, nos empujan a auto- analizarnos, nos obligan a ser mejores, a dejar ir.

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La crianza con apego, y especialmente la crianza consciente, nos hacen caer en la cuenta que el trabajo no empieza por los hijos sino por uno mismo y ese es un regalo muy especial que yo no me esperaba. Porque mientras los hijos crecen, crecemos nosotros con ellos, mientras desarrollan su inteligencia emocional quizás con muchos menos vicios que nosotros, somos nosotros los que, trabajo mediante, los vamos alcanzando a ellos a su nivel para ir a la par, para aprender y crecer en el amor, la confianza, la tolerancia, el respeto, la armonía y la creatividad.

Nuestros hijos son nuestra segunda oportunidad de ser quienes siempre quisimos ser pero no pudimos por el contexto, por la falta de herramientas emocionales de nuestros padres, por el adoctrinamiento, por perseguir un falso ideal de felicidad.

La buena noticias es que siempre estamos a tiempo de ser luz.

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez

Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness,  Inteligencia Emocional y Crianza con apego.

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mamaminimalista.net/

Instagram: Nutri_mama

 

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Transformar lo negativo

Una de las preguntas frecuentes que recibo de las personas, en relación al manejo de las emociones, es ¨¿Cómo evitar los pensamientos negativos

Y mi respuesta siempre es la misma: ¨No trates de evitarlos, ni de eliminarlos, y ni siquiera luches con ellos… simplemente déjalos ir, déjalos pasar y pon tu atención en lo que realmente deseas¨. 

Estoy seguro que más de una vez escuchaste o te dijeron ¨que debes tratar de pensar en positivo¨. Aunque suena inteligente, la cosa no va tan así… Porque si bien repetir conscientemente afirmaciones o pensamientos positivos puede ayudarnos a sentirnos bien, si albergamos emociones negativas o ideas limitantes inconscientes y no las dejamos ir, hacemos literalmente un desperdicio de energía.

No siempre la emoción sigue al pensamiento, sino que en muchos casos, nuestro estado emocional sostiene los pensamientos que tenemos. Entonces cuando sintamos malestar, ansiedad o cualquier tipo de tensión, comencemos por reconocer lo que sentimos sin juzgar, sólo observando, respirando y tomando registro. Aceptando, es como damos el siguiente paso para volver a elegir, que emoción y actitud queremos tener en cualquier situación; porque lo único que sostiene los pensamientos negativos, que son energía, son los juicios. Dejar ir con la respiración la tensión que producen los juicios y las ideas limitantes, no sólo nos brinda sensación de liberación y liviandad física y psicológica; además accedemos a un nivel más elevado de conciencia.

Y la energía, o el poder, que recuperamos podemos ahora enfocarla de una manera más efectiva en nuestras tareas diarias o nuevos proyectos, también se incrementa la creatividad, el entusiasmo, el coraje y la determinación para tomar acción.
Porque cuando la mente y el corazón trabajan juntos, no hay límites.

 

Agustin Andrade

Autor y Comunicador

www.agustinandrade.com

Extraido de www.institutodraco.com

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La verdadera libertad

Estamos inmersos en una sociedad cautiva. Una sociedad en la que somos dominados y manipulados a través del consumismo, los medios de comunicación, las películas y las series, y ahora también a través de las redes sociales.  A veces lo podemos percibir de forma flagrante. Otras, es mucho más sutil e insidioso, es el poder de la masa que te arrastra sin que te des cuenta y tu te dejas llevar para poder satisfacer el deseo de pertenencia, que decía el gran psicólogo Abraham Maslow.

Todo eso desemboca en un condicionamiento de nuestra mente en función del entorno en el que nos movemos en forma de miedos, ansias, apegos, penas, insatisfacción, frustración… Una espiral de la que nos cuesta muchísimo salir, aún cuando tomamos consciencia de ella. Sobre todo porque nos hemos acostumbrado a convivir con estos monstruos internos que nos llenan de toxicidad y nos van marchitando por dentro sin darnos cuenta de que podemos liberarnos de ellos. Los hemos asimilado como hábitos automáticos y creencias internalizadas basadas en nuestra memoria y nuestra exposición continua a una enculturarización que termina determinando quienes creemos ser. Tomar consciencia de hasta qué punto actuamos de manera automática puede ser inquietante, pero es la puerta de entrada a la liberación.

En Occidente creemos que la libertad corresponde a la esfera de lo externo: poder expresarnos cuando y como nos dé la gana, y poder lograr todos nuestros deseos según nuestro plan. Es una perspectiva muy terciada de la libertad que en realidad nos ata a nuestros anhelos y aferramiento, siempre intentando colmar una copa que no se llena desde fuera y, que por lo tanto genera gran sufrimiento.

La verdadera libertad no proviene de poder llevar a cabo determinadas acciones a nuestro antojo. La verdadera libertad es un estado interno de paz, equilibrio y ecuanimidad que nadie ni nada puede coartar ni otorgar. La verdadera libertad no es consecuencia del dinero, el reconocimiento ni el poder. La verdadera libertad florece cuando cultivamos la sabiduría y el corazón, y así podemos madurar y transformarnos desde dentro.

Autora: Mónica Esgueva

 

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Mindfulness y el estrés cotidiano

Uno puede sentirse estresado mientras hace cola en el súper o en la oficina de correos, conduciendo en medio de un denso tráfico o por una carretera desconocida que cruza un bonito bosque, cuando se acerca una fecha importante o mientras se mantiene una conversación. ¿Te suena alguna de estas situaciones?

Además podemos experimentar una reacción de estrés anticipado, recordando este tipo de situaciones. Por más insignificantes que nos puedan parecer, todas las situaciones que valoramos como estresantes provocan una amplia variedad de síntomas, que van desde la tensión muscular hasta el dolor de cabeza, insomnio, problemas gastrointestinales, problemas en la piel… El estrés sostenido durante un largo periodo de tiempo, puede ser factor determinante para el desarrollo de enfermedades más graves, como las afecciones cardíacas, especialmente cuando nos enfrentamos al estrés con estrategias inadecuadas como el tabaquismo, el abuso de sustancias, la sobrealimentación o el exceso de trabajo.

Según el psiquiatra Víktor Frankl, “entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. Es ese espacio descansa nuestra capacidad para elegir una respuesta. Y en esa respuesta se asienta nuestra libertad y nuestro crecimiento”. Es decir, tenemos la capacidad para aprender el modo en que vamos a responder a las situaciones estresantes.

La conciencia nos proporciona la libertad de elección de nuestra respuesta. La clave está, entonces, en la conciencia. Evidentemente, reaccionar de la manera habitual en la que reacciono normalmente ante una situación similar a la que me acaba de ocurrir, es la manera más fácil de reaccionar, es la manera aprendida. Pero, ¿no te gustaría aprender nuevas maneras y deshacerte de viejos hábitos?

Es importante aprender a desconectar de nuestro piloto automático que nos empuja a viejos hábitos aprendidos, pero que no son respuestas eficientes en la mayoría de los casos. El hecho de ser plenamente consciente de los efectos del estrés en nuestra vida y el modo en que nos relacionamos con él, constituye el primer paso, paso imprescindible además, para la elección de nuevas respuestas y más adecuadas. ¿Te atreves a tomar este nuevo camino?

 

Irene Morales 

Coach Espiritual

 www.IrenePsicoBio.com

Extraido de www.institutodraco.com/es

 

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Entrena tu Corazón

Nuestro cerebro fue ajustado para cierto nivel de experiencia, la que creemos posible para nosotros. Esto ocurre desde niños, incluso sin que nos demos cuenta, y también sostenemos limitaciones y esquemas inconscientes que heredamos del entorno familiar.

Por eso es fundamental mantenernos alertas y presentes cuando observamos que estamos sosteniendo una actitud limitante, un patrón negativo, excusas, fantasías asociadas al miedo; y volvamos a enfocar la atención hacia lo que realmente queremos.

Las creencias primarias revelan la manera como respondemos a las primeras experiencias de vida, y se vuelven una regla para lo que nos ocurre después. No aparecen por casualidad: están basados en premisas y deducciones que en el momento nos parecen lógicas; incluso necesitamos creerlo para confirmar quienes somos o cómo son las cosas, ya que a nuestra mente le gusta tener razón. Es decir que las creencias se refuerzan, y una vez que hemos llegado a una conclusión sobre nosotros mismos tendemos a buscar evidencias que nos ¨confirmen¨ que es así, y a descartar cualquier idea que vaya en contra.

De la misma forma si creemos una idea que es coherente con nuestro Bienestar, tendremos una experiencia positiva que también se refuerza.

Estar alerta a los pensamientos, es un entrenamiento mental. Estando alerta, podemos tomar consciencia de lo que a veces nos decimos muy sutilmente, de los pensamientos detrás de pensamientos, de la historia que se esconde detrás de la historia, ¡esa ilusión que hay debajo de la punta del iceberg! Al darnos cuenta de cómo las creencias dirigen nuestras experiencias, tanto personales como colectivas, podemos comenzar a elegir qué ideas conscientemente sostenemos ya que la mente precisa de creencias, y de acuerdo a la percepción que tenemos sobre toda cosa y persona, es el tipo de relación que sostenemos con ella.

Generalmente cuando experimentamos un conflicto en cualquier aspecto de nuestra vida, esto es producto de la oposición entre un deseo consciente y una creencia o regla subconsciente. Deseamos una cosa o realizar algo, pero inconscientemente creemos lo contrario, o sostenemos una regla con la que nos privamos de ello.

Es como cuando una empresa contrata un nuevo CEO, que trae ideas diferentes y recursos para la evolución de la organización, y los operarios que llevan muchos años haciendo las cosas de la vieja forma, están ¨seguros¨ de que esa la única manera de hacer las cosas. Creen tener razón, por más que no alcancen los objetivos propuestos y el fallo esté a la vista en los resultados. Y se resisten al cambio, a aplicar la estrategia del nuevo CEO porque ¨hace años que vienen trabajando así, ya están grandes para cambiar¨.

Es simple. Cuando nos sentimos ¨atascados¨, hay una idea limitante para desactivar. Para hacerlo podemos empezar por preguntarnos:

¿Qué pienso acerca de esta situación?

¿Cómo me siento al pensar en esta situación?

¿Qué emoción/es se presentan?

¿Qué ¨recompensas¨ obtengo de mantener esta situación tal como está?

¿En qué ganaría si elijo tomar responsabilidad del cambio?

¿Qué puedo hacer hoy, dónde estoy y con los recursos que tengo para dar el primer paso?

Experimentar la prosperidad que merecemos, no sólo se trata de pensar en positivo, sino de creer en un nivel emocional profundo, es decir, tener certeza. En este sentido si esperamos no cometer errores, ya estamos en el primer error. Si estamos atentos esos errores pueden convertirse en valiosas lecciones de aprendizaje que nos llevan a dar un salto en nuestra evolución personal. No miremos a las equivocaciones como algo a evitar, sino más bien como oportunidades, en las que cuanto más aprendamos y más rápido lo hagamos, más simple será entonces encontrar la manera acertada de hacerlo. Muchas veces, las mejores cosas, suceden cuando persistimos, y trascendemos los primeros obstáculos.

Según la forma en que percibimos una situación, es decir el enfoque que le damos, la vemos como un problema, o como una lección de riqueza.

Del nuevo libro Entrena Tu Corazón.

Agustin Andrade

Autor y Comunicador

www.agustinandrade.com

Articulo extraido de www.InstitutoDraco.com

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El poder del fuego

En las últimas semanas nuestro país y miles de compatriotas han padecido las graves consecuencias ocasionadas por los incendios forestales. Intencionales o no, hemos visto la fuerza implacable del fuego que lo destruye todo a su paso, generando dolor y pérdidas.

Así también hemos visto como las redes sociales se han “incendiado” por momentos, llenándose de comentarios y juicios basados en el odio, muchas veces infundados, generando una atmosfera de desconfianza, temor y resentimiento.

Si bien la mayoría de nosotros no tenemos los medios para colaborar directamente apagando el fuego de los bosques, si podemos hacer una gran contribución al conocer y manejar nuestro propio fuego interno, para no terminar quemando aun mas nuestras confianzas, que son la base del tejido social que nos sostiene y que permitirá levantarnos una vez más como país.

Todos nosotros, por el hecho de estar vivos, tenemos fuego en nuestro interior. Las experiencias que nos suceden en la vida son las chispas que encienden nuestro fuego. Tenemos una pelea con nuestra pareja: una chispa enciende nuestro fuego. Tenemos un mal día en nuestro trabajo: otra chispa enciende nuestro fuego. Surge un peligro como el de los incendios recientes, y estos son una chispa más que enciende nuestro fuego interior.

En sí mismo, nuestro fuego interno no es el problema, sino lo que hacemos con él.  Manteniendo la analogía con el fuego exterior, podemos decir que el fuego en sí mismo, bien manejado, no es dañino. A lo largo de nuestra evolución como especie, nos ha permitido cocinar, temperar e iluminar nuestros hogares y mantenernos libres del peligro de los animales que nos acechaban. El fuego es constructivo cuando podemos hacerle un debido espacio y contenerlo. Pero cuando el viento sopla muy fuerte, las brasas pueden volar lejos y las llamas pueden crecer hasta provocar un incendio que lo destruye todo. Así también, cuando nos dejamos llevar por el odio, podemos usarlo para dañar a otros, como lamentablemente hemos observado en las últimas semanas.

Hay algo que podemos hacer para evitar que el fuego que tenemos en nuestro interior incendie nuestra vida y la de quienes nos rodean. Si bien, por el hecho de estar vivos no podemos evitar que nos ocurran ciertas experiencias dolorosas (como el dolor de la pérdida de un ser querido, o el perder todas las posesiones en el caso de los afectados por los incendios), ni tampoco podemos evitar que dentro nuestro surja una reacción a ese dolor, sí podemos elegir lo que hacemos con lo que surge en nosotros. No se trata de destruir la energía de nuestras pasiones y sentimientos, ni tampoco de negarla o reprimirla. Se trata más bien de darle un cauce consciente.

Por eso, estemos atentos a nuestro propio fuego interior en esta circunstancia de crisis. Que la chispa de tu dolor no encienda el fuego de tu odio. El odio es un fuego que lo destruye todo, comenzando por el corazón del que lo padece. Si criticamos a quienes supuestamente se han dejado llevar por el odio, e intencionalmente han iniciado estos incendios, no hagamos nosotros lo mismo con nuestra alma.

No se trata de ser ingenuos. Todos sentimos miedo, rabia, tristeza, impotencia. Más aun quienes han sido directamente afectados, y con toda razón. Estas son chispas que encienden nuestro fuego.  Pero si no las cuidamos con atención y conciencia, corremos el riesgo que terminemos quemando lo que más amamos.

Este fuego nos pertenece. Es responsabilidad de cada uno de nosotros conocerlo, cuidarlo y darle un cauce consciente. Es nuestra tarea cuidar como hablamos, como actuamos, a que elegimos ponerle énfasis: a la ayuda oportuna o a la crítica destructiva.

Observemos las chispas que encienden nuestro fuego hoy y no permitamos que arrasen con todo lo que amamos. Cuidar nuestro país también pasa por cuidar nuestro fuego interno y elegir como lo utilizamos.

Bárbara Porter J. Psicóloga Clínica PUC

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