Perfeccionismo: Como te afecta

EL perfeccionismo ha sido muy valorado sobre todo en el ámbito profesional. Una persona perfeccionista se cree que es una persona enfocada al detalle, que le gusta hacer las cosas bien y por ende es una persona de éxito, pero no es así.

El perfeccionismo, y la forma de pensar que éste conlleva, te puede convertir en alguien vulnerable a todo tipo de problemas:

– Estrés en el trabajo o en los estudios.

– Oscilaciones del estado de ánimo, como tristeza o ansiedad.

– Soledad y grandes dificultades para establecer relaciones estrechas Y cercanas.

– Frustración, rabia y conflicto en las relaciones personales.

– Dificultad para sacar conclusiones positivas de las críticas, de los fracasos o de los errores.

– Tendencia a aplazar las obligaciones y dificultad para pasar perseverar las tareas desagradables.

Seguro que a ti se te ocurren más consecuencias negativas del perfeccionismo. Es el momento de hacer hincapié en qué perfeccionismo no es lo mismo que una ambición bien entendida. Qué tipo de perfeccionismo que nos puede traer consecuencias negativas, se observa en personas aceleradas, estresadas y constantemente infelices consigo mismas, con sus logros y con su relaciones con los demás.

 

Existen muchos tipos de perfeccionismo. A continuación tienes una lista, será interesante que te fijes en qué tipo de perfeccionismo es un problema para ti:

Perfeccionismo físico: creo que debo tener unas bonitas vacaciones o una figura perfecta para ser atractivo e interesante.

Perfeccionismo conductual: siento que sería espantoso cometer un error, fracasar o no alcanzar mi objetivo en los estudios o trabajo.

Perfeccionismo de apariencia: creo que debo impresionar a los demás con mis logros, mi talento o con mi inteligencia para que me quieran y me respeten. Estoy convencido de que los demás me despreciaran si fracaso, hago el ridículo o cometo un error.

Perfeccionismo emocional: me avergüenzo de los sentimientos negativos que me hacen sentir vulnerable, como son la soledad, la depresión, la rabia, la ansiedad o la angustia. Creo que debería mostrarme siempre feliz y controlar mis emociones.

Perfeccionismo de la autoestima: me siento inferior aquellas personas que son más inteligentes, atractivas o exitosas.

Perfeccionismo relacional: pienso que las personas que se quieren no deberían discutir o pelearse nunca.

Perfeccionismo afectivo: me resulta difícil mantener relaciones afectivas duraderas porque las personas no son nunca lo suficientemente buenas. Me preocupan las imperfecciones ajenas.

Perfeccionismo de expectativas: me altero cuando las demás personas no están a la altura de mis expectativas. Me enfado o me disgusto en exceso cuando se atrasa el tren, cuando no avanza el tráfico o cuando las personas no me tratan con el debido respeto.

Perfeccionismo con tendencias obsesivas: creo que mi hogar o mi oficina deben estar siempre impolutas. Dedico un tiempo excesivo revisando, limpiando u organizando.

¿Te sientes identificado con alguno? ¿Se te ocurre algún otro tipo de perfeccionismo?

Irene Morales

Coach Espiritual 

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 Extraido de www.institutodraco.com

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