NO quiero trabajar como “hombre”, tampoco dedicarme sólo a los niños

Todas las madres que estamos alrededor de los 30 a 35 crecimos escuchando que las mujeres éramos capaces de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Somos, por naturaleza “multi task” y podemos “caminar y mascar chicle al mismo tiempo”. Con ese cuento es que intentamos seguir con nuestra vida luego de que llegan los niños a nuestra realidad y nos exigimos en todos los frentes. Intentamos trabajar y rendir al máximo, intentamos llevar la casa a la perfección, intentamos seguir sosteniendo nuestra vida social, y al mismo tiempo intentamos ser las mejores madres del mundo y para más remate la valoración social premia este tipo de vida, se nos valora y reconoce cuando nos exigimos así, ¿es realmente posible trabajar jornada completa, ser madre, amiga y amante en estos tiempos que corren?

Yo creo que no. Que intentarlo TODO en este estilo de diseño masculino no se puede y que por eso las consultas de los psicólogos y psiquiatras están llenas, llenas de mujeres que están “depre”, cansadas o con angustia. Porque a las mujeres “súper, súper” se nos van cayendo los hijos, se nos quedan en el camino.

Y, por otro lado, cuando decidimos quedarnos en la casa en dedicación exclusiva a los hijos, a varias nos pasa, que lo que se nos cae es la autoestima y echamos de menos echar a andar las neuronas del otro lado del cerebro. O bien, aunque seamos súper felices cuidando niños, lo que nos sucede es que el bolsillo no da.

¿Será mucho pedir, que nos queramos realizar equilibradamente en todos los aspectos?

En Chile, el mercado laboral tradicional no “premia” precisamente a las mujeres en edad fértil, embarazadas o con niños pequeños (específicamente menores de dos años) cuando en realidad, somos capaces de mucho, somos sensibles, sensitivas, intuitivas y también ejecutivas y resolutivas.

Las mujeres que “no queremos renunciar a nada” -cito textual esta frase tan movilizadora de Nohemí Hervada (recomiendo sus textos) – simplemente no podemos hacerlo en el mercado laboral tradicional chileno, aún no. Faltan leyes, falta teletrabajo, faltan puestos de media jornada, falta flexibilidad, faltan oportunidades laborales que sean capaces de medir el trabajo por resultados y no por horas presenciales… Fíjense, al mercado laboral formal le faltan, precisamente, virtudes femeninas. Nuestro mercado laboral formal está pobre de virtudes maternales.

¿Qué hacer mientras esta situación cambia? El llamado es a crear una realidad nueva, una vida propia, así como somos capaces de gestar, crear vida. Las mujeres somos fantásticas emprendedoras. Hay información, hay fondos, hay muchas oportunidades, hay una para ti, para todas las mujeres que quieren crear su propia maternidad-familia-realidad.

 

 

Daniela Parra

@daniparraperiodista en Facebook

www.themommy.cl

Imagen portada: Diseñado por Freepik

 

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“Teamflación”

El trabajo en equipo, en muchas organizaciones se ha transformado en un fetiche.

Es cierto, en muchas empresas y organizaciones demasiadas personas, especialmente de los niveles táctico y estratégico, pasan más del 50% de su tiempo en actividades y reuniones de o en equipo. Existen diversos estudios que lo avalan.

¡El team lo es todo! ¡Genial!  Claro, por supuesto trae consigo más intercambio, más feedback, más en común, mejores redes, más colaboración. ¡Es que juntos somos más potentes dentro de la nueva “economía colaborativa”, ya no más es sólo «mi» – sino «nosotros», somos una potencia en la inteligencia colaborativa, del pensamiento en redes….obvio!  Es el lugar donde la colaboración y el trabajo en equipo hace todo, para que se cumpla el desafío del team.

¿Será tan cierto?

Definitivamente pienso que no.

De hecho, desde mi posición directiva en los últimos ocho años como Gerente General Corporativo, el trabajo en equipo juega un rol para casos específicos, proyectos acotados y no muy extensos, resolución de algunos problemas.  Pero nunca fue predominante, lo que no significa que en su justo espacio le otorgue su importancia y eficiencia. En mis propias tareas y actividades, sumo como trabajo en equipo todas las reuniones de diversos directorios en que participo y he participado, así como algunos Comités de estos mismos.  Con mis colaboradores directos de confianza, el teamwork estructurado siempre ha sido más espontáneo y esporádico, que estructurado. Raya para la suma, tengo la impresión que un teamwork dosificado dio sus frutos.

Miro y escucho lo que sucede en otras organizaciones, de los más diversos rubros, la cultura del team es el fetiche, como si fuera la madre de todas las competencias medulares.

Pienso que el trabajo en equipo y la “reunionitis”, requieren una fuerte dosis de realismo.

  1. El exceso de trabajo en equipo es ladrón del tiempo.

En realidad, la gran mayoría de los managers y jefes podrían iniciar su semana laboral una semana  antes, ya que cada día está taponeado de reuniones, conversaciones individuales, puestas de acuerdo, conferencias, etc.

“Y de pronto, se me fue la mañana y llegó la hora de almuerzo en donde hay más teamwork de otro tipo, ya que rara vez hablamos algo distinto a trabajo.  Y a la tarde, las presentaciones de proyectos, ufff, una media hora para responder algunos correos, otra reunión, esta vez no programada… Listo, me voy. Noooo…, en la agenda aún está esa teleconferencia. Terminamos, al fin…, mejor me voy para la casa, ya es tarde….”. ¿Les parece conocido a algunos?

Entonces muchos van camino a casa y se dan cuenta que respiraron aire enrarecido en las salas de reuniones, sí, gran parte del día. Eso si, hay que decir que la sensación del “nosotros” está fortificada, pero no quedó tiempo para concentrarse en ciertos temas importantes, para pensar, analizar, idear, crear. Hmmm, poco tiempo, casi nada en realidad. Pero a la vez es cómodo eso de apostar al espíritu de equipo, postergar la auto-responsabilidad. Es mejor compartirla.

A unos pocos le viene angustia, remordimiento, frustración, impotencia. Duermen mal.

A otros no les importa mucho o incluso nada. Duermen mejor.

El hablar con los demás e intercambiarse, ahorra el esfuerzo e inhibe la motivación, para que se deba pensar en profundidad, sistémicamente, tratando de ver un poco más allá… Lo que viene entonces, lo conocen muchos: para poder dedicarle tiempo y con calma a algo razonable, el trabajo y el laptop se van para la casa. Pero dicen que es bueno para la familia, que mejora la calidad de vida y con ello la productividad…, me refiero a eso de trabajar en casa. Conozco demasiados casos que eso es una falacia, un auto-engaño.  Pero: ¡ahora si somos productivos, ya que al fin se puede estar solo, pero me llegó la medianoche…, el cansancio me supera!

  1. El trabajo en equipo puede fomentar el desarrollo del instinto gregario.

“Tormenta de ideas” en el equipo es un buen punto de partida, para que el grupo llegue a mejores ideas y soluciones. El pensar en conjunto es más productivo que pensar solos, dicen… Muchos estudios psico y sociológicos comprueban que muchos equipos tienden al instinto gregario, al conformismo. Quienes piensan demasiado distinto, son catalogados como rupturistas, intransigentes y finalmente expulsados por los anticuerpos del team. ¡Debes ser capaz de alinearte con el espíritu del team, como una buena oveja!

¡No inflemos ni sobrevaloremos el espíritu y el trabajo en equipo!

  1. Trabajo en equipo, no necesariamente significa el mejor resultado.

“La reunión se alarga y alarga, es tarde, tengo hambre, miro el reloj y sólo quiero una cosa: irme a mi casa”. A los demás les sucede lo mismo, también están pegados en sus asientos queriendo terminar. Pero se requiere un resultado, una solución, decisiones. Y muchas veces el resultado es un montón de tasas de café vacías y malolientes, sumadas las galletas que nos hacen engordar. Pero ya, hay que llegar al menos a un común denominador que todos puedan aceptar. Uff – logrado. Quien ponga en duda la decisión, traiciona al colectivo. ¿El mejor resultado? ¡Demasiadas veces no!

¿Es ello lo mejor para la empresa?  ¡Claro que no!

¿Consume demasiados nervios y energía? ¡Claro que sí!

Por ello sugiero que los directivos evalúen si es tan productivo y eficaz mantener una “teamflación” en la organización. Sólo en dosis razonable, sólo lo que sea eficaz. Es más, pienso que en sus competencias de liderazgo debiera desarrollarse la capacidad de auto-administrarse ese tiempo personal, crear las condiciones para los demás y también, ser coach de aquellos que les cuesta desprenderse de esa «teamflación».

Es necesario que todos, pero en especial las gerencias y jefaturas sean rescatadas, para que puedan dedicar tiempo a espacios libres, para pensar y trabajar solos, sin teléfono, sin visitas y una vez por todas agender cada vez más reuniones consigo mismos. Ahí comienza la auto-responsabilidad de verdad, la auto-disciplina, para lograr mejores resultados, tomar mejores decisiones y generar soluciones eficaces para los clientes, incluso los internos..

¡Los invito agendar una mini-reunión con ustedes mismos, para reflexionar solos, no “en el team”, acerca de estas líneas!

 

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

texto extraído de www.gevert.com

Foto portada: Diseñado por Freepik

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Cómo conseguir trabajo sin enloquecer en el intento

La reinserción laboral no es nunca fácil. No importa si perdiste tu trabajo por una reestructuración, si eres mayor de 40 años o si estás reinsertándote en el mercado luego de un período de licencia. No te pierdas estas poderosas sugerencias de como conseguir trabajo sin estresarte.

Isabel (no es su verdadero nombre) es una ejecutiva de marketing que ha trabajado en varias de las más grandes corporaciones multinacionales. Ciudadana norteamericana, originaria de Argentina, vivió en Arkansas por muchos años y se mudó varias veces siguiendo oportunidades de crecimiento. En uno de sus últimos destinos, Brasil, las cosas no funcionaron como ella esperaba y se vio forzada a renunciar. De pronto, Isabel se vio a los 40 años, con su hijo y su madre varada en un destino al cual sólo había aceptado viajar por lo que representaba para su carrera.

Podría haberse deprimido. Pero por suerte la pregunta “cómo conseguir trabajo” no se le cruzó por la cabeza porque sabía que era una chance para explorar sus intereses y de usar su creatividad.

Cómo conseguir trabajo después de los 40 (o a cualquier edad!)

Isabel que mantenía una amplia red de contactos, se conectó con cada uno de ellos y les contó su situación. También les mencionó le interesaba un puesto en una multinacional en Estados Unidos. Sin embargo aprovechó el momento para indagar más allá de lo conocido. Se abrió a escuchar y esto la benefició de varias maneras:

  • Descubrió oportunidades que no había considerado
  • Afianzó relaciones que se mostraron más dispuesta a ayudarla
  • Descubrió nuevos campos de interés que le permitieron ampliar sus horizontes
  • Salió de su zona de comodidad y aceptó otros proyectos en tanto encontraba su puesto ideal

En gran medida, el secreto de cómo conseguir trabajo sin volverte loca durante el proceso es actuar como si fueras una exploradora curiosa. Cuanto más preguntes y escuches a los demás, más información tendrás para hallar un empleo que te haga feliz.

Como conseguir trabajo frase motivadora de Mariela Dabbah

Cómo conseguir trabajo: Tácticas específicas

Pocas tácticas son más valiosas que fortalecer tu red de contactos para no tener que contestar nunca más la pregunta de cómo conseguir trabajo. Lo ideal es que asumas el networking profesional como un deporte de todo el año. Pero si actualmente te encuentras sin trabajo y no has mantenido tus contactos en los últimos meses (o años) este es el momento de empezar.

Networking 24/7

Como conseguir trabajo - Imagen de brujula

Es decir, en todos lados, todo el tiempo. Desde la fila en el banco, hasta el gimnasio. Desde el partido de fútbol de tu hijo hasta la vecina de butaca en el cine. Obviamente la idea no es iniciar la conversación contándole a un extraño que estás buscando trabajo. No. La idea es establecer relaciones a partir de pequeños intercambios cotidianos. Ampliar tu círculo, conocer gente que conozca gente. Por algún lado hay que empezar.

Eventos & Conferencias

Empieza a asistir a eventos de asociaciones profesionales de las que seas miembro (o a las que puedas afiliarte). A conferencias y cursos de temas relacionados con tu campo actual o futuro. Elige los eventos de acuerdo a quiénes serán los asistentes y los oradores. Llega temprano para conversar con éstos últimos. Participa de talleres y comidas donde puedas interactuar en forma cualitativa con colegas.

Busca oportunidades para presentar

Si quieres conseguir mayor visibilidad y tienes la preparación necesaria, busca eventos en los que puedas presentar. Mostrarte como experta atrae la atención hacia ti. Después de haber presentado en un evento es más fácil hacer networking porque la gente interesada se acercará a hablarte. Para que esto te funcione tu presentación debe ser impactante, original y dejar a la audiencia “queriendo contratarte”.

Como conseguir trabajo- Estás explorando todas tus opciones?

Entrevistas informales

Una de las mejores respuestas a cómo conseguir trabajo es pedir entrevistas informales con personas que estén en posición de contratarte pero que en este momento no tengan búsquedas activas. Puedes usar Linkedin para identificar las personas claves en las empresas que te interesan. Tu objetivo es aprender más de la cultura, sus planes futuros, desafíos, objetivos, etc. Lo ideal es que llegues a la reunión con una serie de preguntas respecto de la organización. En el proceso, te vas dando a conocer. Muchos de mis colegas más talentosos han implementado esta táctica con resultados súper positivos. En varios casos, la empresa creó una posición para acomodar su contratación.

Perfílate para la economía circular

Estamos a medio camino de un cambio de paradigma. De la economía linear a la circular. Es decir, un paradigma en que las organizaciones y países deben pensar sus procesos y diseñar sus productos pensando en el final de la vida de los mismos. En cómo hacer uso de recursos finitos. En el impacto en el medioambiente. Como mujer tienes un “sistema operativo interno” que naturalmente funciona en ciclos y te equipa especialmente bien para esta era. Aprovéchalo. Aprende a posicionarte como innovadora, como profesional ideal para la economía del futuro y ofrecer así un ángulo competitivo.

Como conseguir empleo- No estás sólo buscando empleo, estás creando tu futuro

Involúcrate en organizaciones y proyectos que avancen tus capacidades y visibilidad

Otra forma como conseguir trabajo sin estresarte es manteniéndote activa. Trabajar en proyectos o con causas que te interesan hasta que consigas tu nuevo empleo evita que muestres una brecha de inactividad en tu CV. Es un buen lugar para desarrollar nuevas capacidades. Elige con cuidado asociaciones profesionales u organizaciones no gubernamentales donde participen individuos relevantes para tu búsqueda y ofrécete de voluntaria. También puedes donar tu tiempo en capacitaciones profesionales y recibir así acceso gratuito al evento, a los participantes y a los conferenciantes.

Fortalece tus habilidades blandas

En este sentido, te sugiero que consideres nuestro programa Step Up. No sólo recibirás coaching mensual, aprenderás destrezas blandas como secretos de networking, cómo negociar y proyectar presencia ejecutiva. Descubrirás lo que realmente te interesa y podrás alinearlo con tus metas profesionales. En esta época, no es difícil que ahora no te atraiga lo mismo que hace 5 o 10 años. Hay que tener la flexibilidad y visión para hacer el cambio en el momento adecuado. Al sumarte al Step Up entrarás en contacto con una comunidad de mujeres profesionales que te apoyarán en tu búsqueda laboral.

Step Up Program.You Amplified

¿”Cómo conseguir trabajo” o abrir tu propio negocio?

No dejes de evaluar los pros y contras de seguir trabajando en relación de dependencia versus ponerte por cuenta propia. ¿Podrías abrirte una consultoría sobre algún tema del que seas experta? ¿Tienes colegas con especialidades complementarias con quienes podrían juntarte?¿Hace tiempo que tienes una idea para un producto? Date permiso para explorar estas opciones.

Isabel, nuestra amiga que había perdido su trabajo, decidió ser la agente de una celebridad brasilera a quien conoció por esa época. Una actividad que jamás había hecho pero que le abrió nuevas puertas. ¿La ventaja de haber aceptado el reto de representar a una celebridad cuando su especialidad era el marketing?

  • Nunca perdió las esperanzas de que conseguiría trabajo
  • Mantuvo elevada su autoestima
  • Amplió su red de conexiones
  • Aumentó su atractivo para potenciales empleadores
  • Ganó algo de dinero
  • Aprendió nuevas habilidades
  • Asumió un reto que le dejó un saldo positivo

Pocos meses después Isabel obtuvo una oferta de trabajo en Miami y le pasó la representación de la celebridad a una colega.

Si estás en una situación similar, cuéntanos. ¡Y si tienes alguna táctica que te haya funcionado bien, compártela!

Mariela Dabbah – Coach


 

Extraido de http://redshoemovement.es/blog/

 

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Cómo elegir entre opciones contradictorias (Cuando tus deseos u objetivos chocan)

¿Te ha pasado alguna vez que tienes claro lo que quieres pero se contradice o choca de algún modo con algo que también quieres o que es importante para ti?

Por ejemplo, a lo mejor estás deseando irte un tiempo al extranjero pero… Hay alguna situación familiar que hace que no quieras irte. Y tienes una lucha interna porque quieres las dos cosas.

O quizá tengas en mente hacer algo que supondría un buen empujón a tu negocio pero en realidad no es lo que quieres hacer y no sabes si no quieres o es que te da miedo.

Varias personas me han escrito pidiéndome que escriba sobre esa situación, que a mi también me ha pasado muchas veces, y que puede hacer que te quedes bloqueada o estancada profesionalmente.

Y es que pocas son las veces en que las cosas las tienes claras y todo sucede en el momento que a ti te viene bien o que no hay que hacer algún sacrificio. Pero, ¿cómo elegir? O, mejor dicho, ¿qué elegir?

Como ya comente en este artículo, en una situación en la que aparentemente tienes que elegir, primero planteate  si hay alguna forma de combinarlo todo.

Porque muchas veces sí la hay pero no te has parado a pensarlo. Así que dale una vuelta primero a ver si encuentras la manera de compaginar ambas cosas.

Por ejemplo, a lo mejor sí puedes viajar al extranjero y volver de visita a tu casa a menudo y así compaginas ambas cosas.

Otro ejemplo, mis dos prioridades ahora mismo en mi vida son mis hijos y mi trabajo. Ambas son importantísimas para mi felicidad y no podría ser feliz sin ninguna (o, cómo aprendí en el libro “Ser feliz en Alaska” en realidad sí podría ser feliz en cualquier circunstancia, pero pudiendo elegir prefiero tener ambas cosas). Y he tenido que elegir si llevar al pequeño a la guardería, tener más tiempo para enfocarme en mi negocio y hacerlo crecer más, algo que me motiva mucho; o quedarme con él en casa y trabajar menos horas sacrificando en ese caso el desarrollo de mi negocio.

Mucha gente lo tendría claro, depende de tus prioridades y deseos en la vida. Para mi ambos son muy importantes y encontré una forma de combinarlo, contratar a una persona que lo cuidara en casa y así podía disfrutar de él cuando quería y también trabajar.

Este año sin embargo decidí compaginarme con mi marido y no contratar a nadie, lo que implica trabajar menos y estar más tiempo con mi hijo.

Todo depende de tus circunstancias y preferencias. Muchas veces para cada situación hay varias opciones pero nos obcecamos con una o dos y no vemos más allá. ¿Hay alguna forma de que puedas compaginar las dos? Obviamente tendrás que hacer concesiones o sacrificios pero puede que merezca la pena.

Y es que no existe una solución única, universal que te sirva para siempre. A veces algo que te vale una temporada luego ya no te ayuda en otro momento. Por eso es importante SIEMPRE basarte en tu situación actual.

Es una tontería pensar “es que si tuviera más tiempo”, más dinero, más ayuda,… haría tal y cual. Eso da igual, lo que cuenta es lo que tienes ahora y a partir de ahí puedes decidir qué quieres y qué te conviene más en este momento. Y ya verás más adelante si hay que cambiar o puedes seguir así.

Lo que está claro es que la vida no es un camino recto y con visibilidad total. Hay curvas, hay barrancos, hay piedras, hay niebla, hay lluvia y tienes que saber adaptarte y sacar el paraguas si hace falta, parar a descansar si no puedes andar, cambiarte de botas si las que llevas ya no te sirven, pedir ayudar si no puedes tú sola. Lo que haga falta para seguir adelante disfrutando lo máximo posible.

Así que…

1. Parte de tu situación y recursos actuales.

2. Piensa si puedes combinar ambas cosas.

Y si aún así no hay manera y tienes que elegir y sacrificar algo…

3. Piensa qué es lo que de verdad quieres hacer.

Porque suele haber algo que te “llama” con más fuerza, que de verdad quieres hacer. Sé sincera contigo misma, admitirlo no quiere decir que lo vayas a hacer pero por lo menos ten claro qué es lo que tú querrías hacer de verdad.

Y si combinas lo que de verdad quieres, con tu situación actual y la posibilidad de combinarlo, quizá des con la solución y sea más fácil de lo que pensabas.

Y si ni así puedes elegir…

4. Piensa si podrías posponer una de las dos opciones y cómo te sentirías en ese caso.

Por ejemplo, en el caso de mi hijo yo puedo posponer el crecimiento de mi negocio al nivel que quiero, pero no puedo posponer mucho cuidar a mi hijo porque en breve irá al colegio. O a veces puedes posponer ambas opciones pero solo de pensar en posponer X te desanimas y casi te dan ganas de llorar. Eso es una señal…

Es muy importante no solo saber escucharte a ti misma sino darte permiso para valorar y respetar lo que tú quieres, lo que es importante para ti.

Porque tienes todo el derecho del mundo a querer eso y a luchar por ello, no dejes que nadie te convenza de que no es así, por favor.

Es muy importante darte permiso para valorar y respetar lo que tú quieres.

Así que ya sabes si estás en un momento en el que dos opciones, deseos u objetivos se contradicen o chocan de alguna manera, analiza estos cuatro pasos: cuál es tu situación, qué es lo que de verdad quieres, hay alguna forma de combinarlo todo, puedes posponer algo (y cómo te sentirías en ese caso).

Con esto espero que puedas tomar una decisión y seguir adelante con tu vida : )

 

La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera.

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5 situaciones clásicas del primer día de trabajo

Te llamaron y escuchaste la maravillosa frase que te hizo celebrar como si fuese Año Nuevo: “El puesto es tuyo, te esperamos el lunes a las 9.00”. Gritos tras cortar, wasap a todos los grupos (hasta al de la junta de vecinos probablemente) y mucha, mucha felicidad.

El domingo anterior dormiste poco y te desvelaste pensando qué ponerte. Porque fuiste al mall y te compraste con muchas cuotas varias alternativas para ese primer día que te tiene más nerviosa que Jadue encontrándose con un chileno en Miami. Algo que no parezca demasiado formal: “Ni ahí con parecer madrina de matrimonio gringo”, pero tampoco relajado. “No vayan a pensar que soy una discípula de la Paola Olcese”. Todas las inseguridades juntas y aumentadas como todo lo que se puede aumentar a las 3 de la mañana. A las 6 am ya estás en la ducha. A las 7, ya te has cambiado 16 veces de ropa, pero lograste la tenida piola que según tú te hará ver bien, pero no escandalosa ni tampoco candidata a ser descuerada por el resto de las mujeres de la oficina. Porque, ¿han visto cuando llega una nueva a la oficina?Le miran hasta la pieza molar 34 y le analizan con sumo cuidado si tiene las cutículas bien mantenidas o no.

Este párrafo es muy femenino lo sé (los hombres a lo más deben planchar la camisa), pero bueno, la que lo escribe es una mujer y no es fácil desprenderse de eso. En todo caso, hay cosas transversales del primer día que la mayoría vive y por muy chorizo que se sea no pueden negar:

1. Llegar 45 minutos adelantados

Obvio que la ansiedad y el terror a llegar tarde por un taco, un accidente, un tsunami en Santiago o lo más inverosímil que puedas imaginar te hizo salir ULTRA adelantado. Y ahí estás… Si tienes auto,haciendo hora jugando Candy Crush para matar los nervios. Si no lo tienes, caminando por el barrio con más calma que Mahmud Aleuy dando una entrevista, como si esa fuera una costumbre necesaria y fundamental en tu vida. Todo mientras te haces el cool.

2. Recibir todo lo que te ofrezcan

Odias el café, te cargan las galletas de vino, jamás usarías un mouse para el computador y aborreciste el cuello de polar institucional que te regalaron de bienvenida. Pero ahí estás tú, tomando café con más entusiasmo que colombiano, masticando galletas de vino a uno por hora para no tener que comerte otra, haciendo doble clic con emoción con el mouse y con el cuello de polar bien puesto aunque en el edificio haya calefacción a 23° grados. ¿Por qué? Porque eres el nuevo. Simplemente por eso.

3. Aprenderte de memoria la página web de la empresa

Te pasan tu computador y ¿lo peor? Está ubicado de esa manera que todo aquel que pasa por tu oficina ve la pagina en la que estas navegando. Entonces olvídate de LUN, Ali Express, Cyber Day y ni hablar de Facebook. Obvio que pasas las 8 horas sentado (porqueel primer día uno no tiene nada, al menos útil, que hacer) y ahí estás, leyendo hasta las noticias del 2004 que aparecieron en la página de tu nueva pega. Ya revistaste la celebración del 18, el Día de la Secretaria, la jornada motivacional y la visita de los hijos de los funcionarios a las oficinas. Ya tienes un PHD en la Misión y Visión de la empresa y hasta te empezaste a entretener con la Memoria Institucional del último año.

4. No almorzar

Uno de los aspectos más estresantes del primer día de pega es el ítem almuerzo y peor aún si eres mañoso. ¿Con quién me voy a sentar? ¿Seré como Screech de “Salvado por la Campana” (o una especie de Millhouse) sólo con mi bandeja en una mesa deshabitada, mientras al lado se ríen estruendosamente? ¿Y si hay fritos de coliflor?, ¿Y si el postre es jalea con frutas? NO SEÑOR.

Es un día de demasiadas incertidumbres como para agregarle un punto de tensión más. Entonces cuando llega esa compañera buena onda (que no sabes si en verdad lo es genuinamente o porque nadie la pesca y ve en ti LA posibilidad de tener una amistad) te invita al casino, tú mientes con descaro y sin cargo de conciencia: “Pucha es que justo hoy tengo que hacer unos trámites para cerrar algunas cosas con mi pega anterior” y te salvas mejor que Orpis en Tribunales. Corte. Te vas al Mc Donald’s más lejos que encuentras en la ciudad, y escondido te comes un mega combo con todo lo que la palabra felicidad pueda incluir.

5. El festival de frases intrascendentes

¿Habrá un día que se hablen más frases clichés e intrascendentes que el primer día de pega? “Se pasó el frío que ha hecho”, “Qué bonita la sala de reuniones”, “Hace cuánto que trabajas acá”, “El metro a las 6 de la tarde es terrible”, “Y de qué edad son tus hijos” (sumado a unawwww cuando ves la foto en el escritorio), “Faltó el Mago Valdivia en el partido” y un eterno loop de frases que tratan de romper el hielo y evitar esos silencios incómodos que después de un año nos importan un pepino en la misma pega.

¿Y qué viene después?

Después de un año llegamos al menos 10 minutos tarde, odiamos a la que nos invitó a almorzar y tenemos coimeada a la señora del casino para que nos rellene el plato, revisamos la página del banco y Glamorama al mismo tiempo, nos repetimos la chaqueta que ya casi usamos como uniforme y a nadie se le ocurre ofrecernos un café porque todos saben que sólo tomamos té.

Y también tenemos amigos nuevos a los que hemos aprendido a querer, hemos ido a asados entretenidos en dónde nos damos cuentas que el jefe sí era bueno para hacer pebre y hemos incluso llorado (en el caso de las mujeres probablemente) más de una vez por algo que nos emocionó. En definitiva hemos construido vínculos.

Pero si llevas más de un año y aún no has experimentado esto último… actualiza tu CV ahora. Esa pega definitivamente no es para ti.

¿Cómo fue tu primer día de trabajo? ¿Qué otras cosas hiciste durante esa eterna jornada?

Magdalena Cárcamo – Periodista

Fuente: www.eldefinido.cl

 

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Volemos alto: ¡somos tan buenos como nos lo permitimos!

Para quienes no lo conocían como yo, hasta que leí lo que les relato de manera resumida más abajo, George Dantzig fue un profesor, físico y matemático estadounidense, reconocido por desarrollar el método simplex y es considerado como el «padre de la programación lineal». Es decir era un tipo bueno para los números, una bestia para la estadística como mi concuñado Carlos, pero más allá de ello, poseía una inteligencia lógica y capacidad de razonamiento fuera de lo común.

Un día que Dantzig llegó tarde a clases en la Universidad de Berkley, observó dos tareas de estadística anotadas en la pizarra por parte del profesor. Supuso que eran tareas para la casa. Mientras las copiaba, pensaba acerca de lo difícil que eran de resolver.

Efectivamente, por varios días salió vapor de su cerebro, pero finalmente entregó los resultados al profesor. Poco después se enteró acerca de la razón por la cual el profesor había abierto tanto los ojos: no era una tarea. Había resuelto dos tesis de la estadística, que no se habían demostrado hasta entonces. Es decir, aún eran consideradas sin solución.

Duda: ¿si hubiese sabido que eran dos tesis supuestamente sin solución, habría Dantzig encontrado el resultado? – No lo sabremos nunca. Sin embargo sí sabemos, que en la mayoría de las personas, al saber que no existe una supuesta solución, provoca que ni siquiera lo intenten.

Supongo que ustedes tampoco son confrontados a diario con problemas o desafíos científicos sin supuesta solución. Pero la predisposición “Si-es-que-fuese-factible-alguien-ya-lo-hubiese-resuelto” si existe en situaciones del día a día, tanto el trabajo como en el ámbito personal.

Esa predisposición no es un supuesto más. Ya son muchos estudiosos que han concluido desde perspectivas sociológicas y psicológicas, que la mayoría de las personas – independiente de las habilidades y fortalezas con que vinieron al mundo – creen firmemente que un problema grande es y seguirá siendo un problema grande. Son personas que poseen una imagen estática acerca de ellos mismos. Dentro de ese marco, intentan navegar lo mejor posible…, muchas veces sin éxito, lo que las lleva a la capitulación o hundimiento.

Pero también existen las personas con una auto-imagen dinámica, quienes piensan que crecer es posible, que es factible lograr cosas con esfuerzo y ejercitando la búsqueda de soluciones a problemas. Parten de la base que los problemas sí tienen solución, que las tareas pueden resolverse, por muy grandes o complejas que sean. Con ello pueden modificar para bien cada habilidad y fortaleza que posean. No se trata de cómo soy, sino de lo que puedo llegar a ser.

Estas auto-imágenes son como dos anteojos, a través de los cuales se interpreta el mundo, su propia vida personal y el trabajo. La anécdota de George Dantzig es un ejemplo de la auto-imagen dinámica: poseía el talento matemático para resolver ambos problemas, pero a la vez el convencimiento que podría resolverlos.

Tengamos presente: ¡nosotros sólo seremos tan buenos como nos lo permitimos!

 

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

texto extraído de www.gevert.com

 

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¿Jefes Edad de Piedra?

Los jefes que no estén dispuestos a reconocer logros extraordinarios de sus colaboradores, tampoco debieran esperar que se produzcan.

Aún sobran jefes, cuya mentalidad pertenece a la Edad de Piedra. Sí, incluso muchos de aquellos mal proclamados como modernos y exitosos. Lo que se debiera entender bajo éxito, es un tema que puede ser tan controversial como la religión y los cultos, la política, la manipulación genética o el aborto.

Todo el mundo sabe que el apreciar y reconocer los logros de los demás, es importante no sólo para el bienestar de las personas, sino también para su valoración. Así es que… ¿por qué son tan raros?

Desde la Edad de Piedra, la mente no ha evolucionado lo suficiente en función del propósito, de motivar a su equipo, sino que en muchos aún sigue pegada en la sobrevivencia entre animales depredadores y feroces.

Imagínense a “Paleolín” que era un optimista de esa era, caminando por un bosque junto a su amigote “Neolín”, que era todo lo contrario, un pesimista. El primero observa de manera relajada las cosas bonitas: el agua fresca del riachuelo, los ricos hongos para saborear, las flores silvestres que llevará a su amada. El segundo está tenso, no confía frente a tanta paz y ante cualquier ruido extraño se exalta y asusta, viendo detrás de cada arbusto una sombra peligrosa.

La predisposición positiva o negativa posee consecuencias: si Paleolín tiene razón, ambos podrán  pasar un gran día en el bosque. En caso que Neolín esté en lo cierto, Paleolín morirá, mientras Neolín aguardará arriba de un árbol hasta que el depredador desaparezca. ¿Cuál de ambos creen ustedes, traspasó sus genes y su predisposición hasta nuestra era?

Esta teórica tendencia biológica hacia lo pesimista, tampoco debe ser nuestro destino y menos aún, una excusa. Muchos jefes aún caen en frases como “no estuvo mal” en lugar de decir “lo hiciste bien”.  Por supuesto es factible burlar la propensión negativa, valorando a sus equipos de trabajo, por ejemplo destacando los logros, dando las gracias, potenciando las fortalezas, propiciando actividades de convivencia no laboral entre colaboradores, actuar de manera íntegra, justa y comprensiva.

Ricardo Gevert – Adm. Industrial

texto extraído de www.gevert.com

 

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Excusa: «la culpa es de los jefes»

 

MUCHOS QUIEREN «DESHACERSE» DE SU JEFE, O DE ALGUNOS JEFES, EN LAS ORGANIZACIONES EN LAS CUALES TRABAJAN.

PERO ENTONCES…, YA NO HAY NADIE EN QUIEN PODAMOS DESCARGAR LAS RESPONSABILIDADES…

 

No sólo donde  hoy trabajo sucede lo que hoy comentaré…. Lo he comprobado una y otra vez en muchas empresas y organizaciones en y con las que he trabajado a lo largo de mis 35 años de vida laboral: es evidente que hay una gran necesidad de muchas personas, en señalar con el dedo «a ese de allá arriba».

Se reitera el hecho de buscar la culpa en los jefes, siendo la manera más fácil de sacarle la vuelta a los problemas reales, sin darle una mirada más detenida y cercana acerca de lo que realmente se trata.  Si cada cual se detuviera y se mirara a si mismo, sincerándose, quizás aparecerían las propias dudas al respecto.  Pero eso es incómodo y podría posiblemente llevar a un reconocimiento de los propios errores. Así es que…, mejor seguimos machacando sobre los jefes, lo que nos otorga un sentimiento de liberación.

¿Liberación de qué? Bueno, de todo el estrés, la presión, las exigencias. Sucede muy rápido, está muy cerca y no sólo hacemos responsables a los jefes, sino también a los colegas, los clientes, el sistema, la economía y quien sabe a quienes más, sin tomar conciencia que quizás nosotros mismos no estamos dando en el ancho…

Pero seamos coherentes. Si no nos gusta el jefe y esperamos su dimisión, o que cambie radicalmente, manifestando que en realidad no requerimos a alguien que nos lidere, dirija, oriente, corrija y controle, mejor demos una mirada que significa eso en realidad.

¡La libertad de la responsabilidad!

Más libertad y espacio. La auto-determinación ha tenido siempre dos aspectos: en primer lugar, la libertad «de algo» y en segundo lugar la libertad «para algo».

La mayoría de las personas que esperan una mayor libertad en el trabajo, sólo tienen el primer aspecto en mente: la liberación del jefe molesto, de las limitaciones restrictivas, del paternalismo autoritario, la ausencia de reglas rígidas, liberarnos de la voluntad arbitraria de quienes detentan el poder y de las jerarquías, la liberación de las tareas molestas, aburridas o incómodas, la ausencia de una supervisión constante … ¡Sí, por ahí va la cosa!

Pero lo que a menudo queda en el camino es el segundo tipo de libertad: ¡la libertad de asumir la responsabilidad!

Después de todo, quién quiere más auto-determinación, también debe estar dispuesto a dar la cara por los resultados que logra, en las buenas y en las malas.

Demasiado a menudo se olvida que la auto-determinación y auto-responsabilidad son dos caras de la misma moneda. Y eso trae consigo algo desagradable, incómodo e inesperado, donde no se debiera apuntar con el dedo acusador: «mi jefe lo quería así …», «pero usted me dijo que …», «yo sólo hice mi trabajo «,» desgraciadamente no pude hacer nada, no estaba en mis manos … »

No…, de pronto, el liberado es total y completamente responsable de los resultados obtenidos. Incluso para todo lo que ha asumido y no ha auto-infligido directamente.

Y de pronto, el sabor de la libertad se torna de dulce en amargo.

 

¡Comprometerse!

El precio de la libertad es la responsabilidad. La pregunta es, si el precio vale la pena. Para mí está claro: ¡cuanto más responsabilidad asumimos, tanto más cerca estamos de la vida, tanto más vivos nos sentiremos!

En última instancia, con la mirada puesta en nuestras vidas, la libertad «para algo» significa descubrir por qué queremos vivir, qué tarea es importante para cada uno de nosotros, el camino que deseamos seguir. ¡Nadie, ningún jefe, no un maestro, ningún gurú, ni padres, ni profesores, ni compañero de vida…, contestarán estas preguntas por nosotros!

Suena bien, es loable y digno de todo honor hablar de la libertad, de exigir libertad, de luchar por la libertad… Pero aún más respeto tengo por aquellas personas que realmente viven la libertad. Y eso quiere decir, sacarle el piso a la alfombra de las propias excusas, sin echarle la culpa al empedrado, sin mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Esto significa no sólo estar en contra de algo, sino de comprometerse realmente «para algo», asumiendo todas sus consecuencias.

La libertad «de algo» que todos valoramos y apreciamos, difícilmente será posible sin libertad «para algo», a la que  – erróneamente – a menudo muchos temen.

 

Por lo tanto: ¡Sí, de hecho, necesitamos más libertad en el trabajo!

Y necesitamos líderes y jefes que salgan de nuestro camino y nos otorguen más libertad. Pero lo que al menos necesitamos en la misma medida, son colaboradores que estén dispuestos y comprometidos a llenar la libertad con responsabilidad!

 

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Ricardo Gevert

texto extraído de www.gevert.com

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Felicidad potencial

 

La felicidad está dentro de uno. No es necesario salir a buscarla afuera.

No está en el príncipe azul, en la pareja adecuada, el trabajo deseado, en la belleza, la juventud, el consumo, el poder, la imagen ni el reconocimiento. Lo exterior y extrínseco puede provocar placer, satisfacción momentánea o fortalecer el ego competitivo, pero dificulta conectar con la sustancia interior de la que mana la felicidad.

Felicidad es un estado interior potencial que está esperando ser activado. No hay que hacer nada para crear felicidad. Es un regalo generosamente donado que está esperando ser abierto dentro de cada uno. Lo que necesitamos hacer es saber esto y encontrar una vía, método, práctica o actividad que nos haga conectar con esa felicidad regalada que hay dentro.

Si alguno se considera infeliz, poco feliz o ni feliz ni infeliz es porque no descubrió aún esas actividades conectoras con la felicidad. Cuando se conecta con esa sustancia interior constatamos que la felicidad potencial ya está completa. Nada de lo que hagamos aumentará o disminuirá esa felicidad total, pues es íntegra y una en sí misma.

La felicidad es una característica natural y originaria del ser humano, por derecho de nacimiento, radicalmente democrática y radicalmente liberadora. Lo “extraño” es no beneficiarnos de la dulzura, placidez, amor y luminosidad de esta sustancia y energía interior. Sólo tiene ventajas y no existe ningún costo real.

Esta felicidad completa y potencial es afectiva y cognitiva. Para ser inundado por los beneficios de ese amor interior es necesario corregir las ideas mentales erradas de felicidad. Muchas personas infelices lo son por sus pensamientos limitantes, por ejemplo, asociar felicidad a las circunstancias o el destino, creer que está afuera, que es un bien comprable o que es necesario buscarla. Cuanto daño involuntario han producido los títulos de la película y el libro “En busca de la felicidad”. Instalaron una idea colectiva errada que nos hace sufrir y abordar el bienestar subjetivo con una mirada centrífuga y no centrípeta.

Para ser feliz hay que derribar el mito Disney de la felicidad exterior y las creencias limitantes que derivan de esos cuentos y películas: que para ser feliz hay que ser bello, principesco, delgado, con buenas condiciones materiales, y en pareja, para “vivir felices para siempre”.

No requerimos de una media naranja que nos complete. Somos originariamente completos. El otro podrá facilitarme condiciones para manifestar mi integralidad, pero no lo necesito a él o ella para completarme. El camino de automaestría significa estar consciente que mi actual estado incompleto se comienza a diluir cuando permito que mi yo exterior se subordine al gobierno y las decisiones de mi yo interior.

La felicidad está en el Uno, total, indivisible, invariante, invulnerable y plena. Es imposible mellarla. Se puede irradiar, compartir y expandir. Es completa en sí misma, potencial, totalizante y nos cambia la perspectiva de la vida. Es un modo de pensar, vivir, relacionarnos, trabajar y afrontar las dificultades.

Quienes se orientan en la vida por motivaciones intrínsecas tienen mayor probabilidad de conectar y desplegar el torrente de luz de la felicidad. Cuando consolidamos prácticas y actividades de conexión diaria con esa felicidad intrínseca, la felicidad duradera se comienza a desplegar, haciéndonos cada día menos permeables y vulnerables a la negatividad externa.

Cuidar mi felicidad como si mi interior fuera un santuario, conservando la paz a pesar de las circunstancias, permite sostener el Uno que somos.

Como dice Brahma Kumaris, “realizo todo con felicidad. Sentirme feliz depende en gran parte de mi disposición frente a la vida y de mis ganas de que todo y todos funcionen bien. Para que este río fluya con fuerza y abundantemente es necesario estar por sobre los sucesos temporales y triviales. Me sitúo en mi esencia y hago uso del tesoro de la felicidad como un derecho».

 

Extraído del Blog de Ignacio Fernandez

Psicólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile.

Coach Ontológico Empresarial, Newfield Consulting.

Director Departamento de Psicología Organizacional, Escuela de Psicología Universidad Adolfo Ibáñez.

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Qué hacer si quieres dejar tu trabajo y dedicarte a lo que de verdad te gusta

 

¿Te gustaría dejar tu trabajo y dedicarte a lo que realmente te gusta? Me escriben muchas personas agobiadas porque eso es exactamente lo que quieren hacer y no saben cómo.

Personas que son infelices en su trabajo y que se sienten frustradas y bloqueadas porque no ven una alternativa viable. ¿Te pasa a ti también?

Lo que me parece especialmente interesante de estos casos es que hay muchas personas que solo ven una opción, blanco o negro, o sigo como estoy o lo dejo todo y hago lo que me gusta y, claro, ante esa disyuntiva se bloquean, normal. Sin embargo, la realidad puede ser muy distinta y esa es una de las cosas que más me gusta hacer con mis clientes, hacerles ver las distintas opciones que tienen delante y que a veces, por tu estrés o bloqueo, no eres capaz de ver.

¿Cuáles son esas opciones? Por supuesto depende de cada caso, pero tengo para ti cinco recomendaciones.

1. No dejes tu trabajo todavía. No hace falta ser tan radical, a no ser que tengas un buen colchón económico que te permita vivir sin estrés como mínimo un año. Dejar tu trabajo y partir de cero puede significar mucho estrés para ti y afectarte de muchas maneras. Lo recomendable es compaginar ambas cosas, al menos al principio, y si todavía no puedes ni siquiera compaginar porque partes totalmente de cero y tampoco te gusta tu trabajo, cambia la perspectiva y considéralo un medio para conseguir lo que de verdad quieres. ¿Qué puedes aprovechar de tu situación actual? Quizá puedas empezar a hacer contactos, o ahorrar para tener ese colchón económico que te permita en un futuro dedicarte a lo que te gusta, o pagar las facturas y poder tener tiempo para practicar. ¿Qué puedes aprovechar ahora?

2. Ten paciencia. Esto es algo importantísimo y ya lo he dicho más veces: que no puedas hacer algo ahora no quiere decir que no lo puedas hacer nunca (pincha aquí para tuitear esto). Vivimos en una época de inmediatez en la que todo tiene que ser ahora mismo, y porque no pudo ser ayer. Para algunas cosas está bien, pero para otras no y este es uno de esos casos porque te desesperas y crees que tu no vales para eso y que tu vida no tiene sentido y tampoco es eso.

Hay un momento para cada cosa, a veces no tienes que esperar mucho y aveces sí, hay cosas que requieren su tiempo. Que se lo digan a alguien que quiere ser médico o científico, son muchos años de estudios y formación, así que tampoco se puede pretender ahora construir Roma en día.

La cuestión es no rendirse. Si de verdad quieres dedicarte a eso analiza tu situación actual y haz un plan, eso hará que recuperes la motivación y que puedas decidir qué pasos dar para acercarte a tu objetivo. Además, no tienes por qué quedarte de brazos cruzados mientras tanto.

3. Empieza a hacer algo. Este es uno de los errores que más veo, quedarse de brazos cruzados. O todo o nada. Puedes empezar ya mismo aunque sea con algo pequeño, leyendo un libro, haciendo un curso, averiguando cómo vivir de lo que te gusta, lo que sea que suponga un avance. También puedes empezar a hacer lo que te gusta como una afición, aunque no quieras que sea una afición, pero mejor eso para empezar que nada. Eso te mantendrá enfocada, te llenará de energía y quién sabe qué oportunidades te brindará.

4. No esperes a que llamen a tu puerta. Lánzate tú, busca, pregunta, insiste (con educación y con límites, por supuesto). Eso de esperar a que te llamen no lleva a ningún lado. No quiere decir que vayas a encontrar algo ahora mismo, pero aumentará tus posibilidades, eso está claro. Y si no sabes dónde, pregunta, busca. No te escudes en los peros y los “no sé cómo”, recuerda bien: “quien quiere, puede”; y también “quién algo quiere, algo le cuesta.”

5. Escucha lo que te piden. La de veces que he escuchado decir a clientas o lectoras que sus amigos o conocidos les piden que hagan eso que se les da tan bien y ellas… ¡hacen oídos sordos! Hay que aprovechar las oportunidades y escuchar a tus clientes potenciales. Si todo el mundo te pide que le des un masaje y te intentan pagar, no vayas tu y pongas excusas o no cobres. Si te piden tus servicios, ¡dáselos!

Es obvio pero MUCHA gente no lo hace y espero que tu no seas una de ellas. Si quieres ser coach, practica y luego cobra, si eres nutricionista lo mismo. Sea lo que sea a lo que te quieres dedicar, primero hazlo, y segundo, no menosprecies tu tiempo, esfuerzo y talento y cobra por ello. Y si no lo haces, que sea una decisión bien pensada, estratégica; si no, a ponerse en marcha y empezar a hacer cambios.

Así que ya sabes, aplica estas recomendaciones y empezarás a ver progreso, que es lo que de verdad importa que te vayas acercando a tu objetivo.

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La Dra. Aida Baida Gil, coach certificada y fundadora de www.coachdelaprofesional.com se dedica a ayudar a las mujeres profesionales que se sienten estancadas o insatisfechas y que están listas para avanzar profesionalmente, establecerse por su cuenta o redirigir su carrera. Si buscas claridad, motivación, acción y resultados, recibe su boletín gratis en www.aidabaida.com.

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