La agricultura es un sector esencial y estratégico para la sociedad, así como también es un sector tradicional y que presenta brechas de género que desfavorecen al género femenino. La participación de las mujeres en el mercado laboral ha ido ganando terreno y así lo demuestran las cifras. El último Censo Agropecuario señala que la participación de mujeres en las jefaturas de las explotaciones agrícolas pasó de un 22% al 30%, la mano de obra femenina en los predios subió de un 30% a un 41% y en el trabajo temporal la participación aumentó de un 25% al 34%. Asimismo, según cifras de MINEDUC (2020), en promedio en los últimos 3 años las mujeres tituladas en carreras técnicas y profesionales del agro representan el 57% del total de titulados en esta área del conocimiento. Sin embargo, contrario a esta tendencia, mientras avanzamos en los niveles jerárquicos de las organizaciones la participación de mujeres disminuye significativamente. Según un estudio del Centro de Gobierno Corporativo de la Universidad Católica apenas un 3,5% de los miembros de los directorios de las empresas silvoagropecuarias, son mujeres. Si comparamos estas cifras a nivel país, el año 2020 la participación femenina en Directorios avanzó de un 9% a un 17% respecto al año anterior. Es decir, como sector, estamos muy por debajo del promedio nacional.
Hoy no se conciben organizaciones que no consideren estrategias que aborden las problemáticas de género, ya que es un aspecto que impacta en la sustentabilidad y en sus resultados económicos. Existen muchos estudios que evidencian los efectos positivos que genera la participación del género femenino en los espacios de toma de decisiones, uno de ellos es “Diversidad de Género en la Dirección de las Empresas de Chile” (CGC-UC. 2020) el cual concluye que la diversidad de género en la alta dirección generaría mejores decisiones gracias a la heterogeneidad. Este mismo señala que las mujeres reportan mayores niveles de responsabilidad y de orden, así como de afabilidad y de aversión al riesgo, y que están más dispuestas a considerar las opiniones de los demás cuando toman decisiones. También concluye que la participación femenina está relacionada positivamente con el desempeño de la firma, entre otros.
Una mirada rápida a la conformación de los directorios de los principales gremios del agro del país nos muestra que existen muchas oportunidades para incorporar los talentos femeninos que tenemos en Chile, porque sí hay mujeres. Alcanzar la representación equitativa en género es una asignatura pendiente en los gobiernos corporativos del agro, así como también la visibilización de las mujeres profesionales del sector agrícola preparadas y dispuestas a asumir estos desafíos.
Paula Torres Ordenes – Conoce mas a Paula aquí
Ingeniera Agrónoma MBA
@petorreso
Foto portada de Andrea Piacquadio en Pexels
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