Este último tiempo entre las semanas previas al parto de mi hija y el mes posterior que ya lleva de vida, ha sido revolución en casa y en mi vida, ha habido cansancio y también ha sido hermoso conocernos entre las dos cada dia más y mejor; sin embargo el costo ha sido alto al pensar en los días y minutos alejada de mis otros dos hijos pequeños.
Mi círculo cercano me ha brindado una incondicional ayuda, pero los abrazos de la mamá son irremplazables especialmente cuando se es pequeño, para qué decir los abrazos de un hijo, ay como se extrañan…, las risas y los juegos y acercarme a todo ese mundo de gritos, amigos, tierra, autitos y juegos inventados entre los 3.
Pero me he dado cuenta este tiempo que toda esa ausencia afortunadamente puede ser recompensada por los siempre bien ponderados detalles.
Los detalles hacen la diferencia como dice el conocido dicho popular, y más aun si son detalles que provienen de mamá.
Cada noche les doy de cenar, les cocino, les alisto su ropa del día siguiente y les preparo el pijama antes de dormir, como si fuera un mantra para que la casa, y la familia, pase a fase noche..
Cada noche de la vida los beso y arropo antes de irme a dormir sin que ellos siquiera se den cuenta.
Cada mañana les preparo su colación y los despido al desayuno antes de que partan al colegio.
Nadie mas que yo sabe cómo y cuánto se mueven por las noches porque sé perfectamente cómo se quedaron dormidos, también conozco los horarios en que sienten necesidad de ir al baño y por las noches soy la primera en oír sus llantos cuando tiene pesadillas y ahí estoy de pie a veces antes de que me llamen..
A pesar de esos detalles que practico casi religiosamente les he parecido de alguna manera ausente este mes…y continúa.
Nadie mas que su mamá les compra en silencio esas cremas «mágicas» para las boqueras, picaduras, tos, insomnio, ansiedad, etc… encargadas a lugares lejanos para que se sientan mejor.
Nadie mas que yo sabe lo bien que les hace dormir, el hecho de leer un cuento que se los remuevo de lugar cada cierto tiempo, para que no se lo repitan, para qué decir el efecto amoroso que les provoca un cuento leído por su papá o su mamá, terminado con un beso y envuelto en spray de eucaliptus para que los haga soñar plácidamente….
Y así son infinitos los detalles que podría seguir anotando en esta lista, y que me hacen feliz de sólo recordarlos.
Hoy entendí que los detalles incondicionales fueron hechos cuando un hijo llega a la vida de una. Gracias por darme la oportunidad de poder hacerlos diariamente!
Esa y mil cosas más, mis hijos han venido a enseñarme, bastó esa lección para dejar de sentirnos distanciados…
Hijos míos, los atesoro con toda mi alma.
Mamá de tres hijos.
Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral
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