«El ejemplo corrige más que una reprimenda», así decía una cita que leí el otro día, y me parece tan acertada que me inspiró a escribir lo que les quiero comentar.
Los buenos y malos modales se aprenden en casa, eso es un hecho, por lo que no sería raro escuchar a nuestros niños utilizando los mismos diálogos y formas parecidas de relacionarse con sus pares que a lo que ven en casa. Si un niño reta constantemente o uno comparte dulcemente todo lo que tiene, será por lo que está acostumbrado a ver y oír en casa. Mis hijos cuando conversan entre ellos usan palabras que sin duda son sacadas de los diálogos que tienen conmigo y me da risa pues esas palabras no son muy infantiles y claramente deben venir de hasta tres o cuatro generaciones atrás, modos que yo repetí de mi mamá y ella de la suya.
Me parece súper importante que los padres tengamos la capacidad de ser receptivos y estar atentos a los comportamientos de nuestros hijos y estar chequeando y redireccionando los modales que sean necesarios; algunos habrá que reforzar y repetir, algunos otros premiar y otros explicar, pero para todos ellos necesitaremos de mucho tiempo y constancia, es un proceso que toma años hasta que les nazcan de manera natural.
Para ello les sugiero unos cuantos puntos a tener presente:
- Ser un ejemplo SIEMPRE; si usted va a enseñar no se olvide de practicar.
- Los malos modales generalmente suceden por falta de entendimiento de lo que se está pidiendo, o por el sueño o hambre que pueda tener un menor; o por la falta de congruencia en el actuar de los adultos que le rodean; o por falta de reconocimiento de sus avances o por descuido que de lo que los hijos escuchan cuando nosotros no estamos cerca.
- Hay que tratar de ser papás súper constantes y pedir ayuda al entorno familiar para que los niños reciban refuerzos de los modales que se les quieren inculcar; mientras más personas se los señalen, más diversas serán las formas de transmitírlos, y en consecuencia mejor será el aprendizaje de éstos.
Imagino cuántas veces todos los padres que ahora leen habrán tenido que repetir «¿cómo se le dice a la señora que te regaló esa galleta?«, o «¿cuál es la palabra mágica?«, o «si me dices la palabra que te falta yo te acerco el juguete..«, así es, porque a los niños debemos enseñarles y repetirles los buenos modales por años, es una tarea larga que dará frutos lentamente, hay que tener paciencia y disfrutar mientras vivimos el proceso, no hay que desesperar ni criticar al o la menor de que no aprende nunca! o que es porfiado, no, es niño y aun no ha incorporado realmente la necesidad de comportarse asi; hay que creer en ellos, transmitirles esa confianza en sus capacidades y felicitarlos ante los pequeños logros que vayan teniendo en estas materias.
- Ser congruentes, no podemos decirle al niño que respete su turno si nosotros como adultos nos interrumpimos, o pedirles comer toda la comida del plato si nosotros no lo hacemos, o que no se griten o hablen con garabatos entre los amigos y hermanos si nosotros después lanzamos una palabrota con los amigos o al tipo del auto de al lado; a los niños no se les escapa ninguna!!
- Expliquémosle a los niños lo que esperamos de ellos y por qué es tan importante que nos hagan caso con los modales que le enseñamos en tal o cual situación, de esa manera se evitará una pataleta y malos modos en una reunión social si ya sabe lo que se espera de ellos.
Evitemos un mal comportamiento de nuestros hijos producto de un niño con sueño o aburrido, es una gran solución salir preparados de casa con juguetes, comida, lápices y libros, siempre les parecerán más entretenidos esos juguetes fuera de casa.
- Tolerar la frustración es una gran ayuda para evitar un mal momento y posterior porfía y malos modos de un hijo, ayudémosle a dejar ir la rabia, acompañémoslos en su frustración, calmemos el ambiente, no lo saturemos de normas y acordemos con ellos la mejor forma de resolver el problema.
Mamá de tres hijos.
Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral
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