La estética dental, ¿mito o realidad?

 

Son numerosos los espacios donde la imagen de la persona se ve fortalecida por una amplia, radiante y blanca sonrisa.

Como si fuese un signo de bienestar y juventud, la sonrisa es una carta de presentación evidente para las personas en la forma como se relacionan con el entorno.

Las estadísticas en ese sentido no son particularmente favorables a la “estética” dental. Una gran arte de la población no se siente conforme con su sonrisa, ha perdido más de una pieza dental o tiene tratamientos que no le satisfacen.

Dicho esto es muy entretenido entrar a describir un poco en que estamos hoy en términos de mejorar una sonrisa. Las posibilidad se han tornado casi ilimitadas respecto de las alternativas de las que disponemos para arreglar los problema que puede presentar una sonrisa.

Hoy es posible digitalizar el plan de trabajo y hacer simulaciones tanto virtuales como reales de lo que se quiere lograr en el paciente.  Incluso podemos hacer un “test drive” del resultado que se espera para que el paciente vea el cambio que se pretende lograr.

Como en todas mis columnas previas insisto en la necesidad de un correcto diagnóstico, ya que la falta de control de factores de riesgo del paciente hará que cualquier tratamiento por más simple que sea, fracase.

Podríamos clasificar el tipo de tratamiento desde lo menos invasivo hasta lo más invasivo.

Ejemplo de esto son los blanqueamientos. Estos se indican antes algunas alteraciones de color de los dientes, los que por diversos motivos pueden ya sea estar oscuros o de tonalidades irregulares o moteadas (ejemplo clásico la fluorosis y los problemas de tinción por antibióticos). Existen diversos métodos para blanquear el diente, la mayoría,  si los productos a usar son de buena calidad no debiesen dar problemas mayores. En mi caso prefiero el método de blanqueamiento tradicional con cubetas que el paciente usa en su casa para hacer un clareamiento gradual, seguro y con muy poca sensibilidad.

Ahora, si la alteración de forma de los dientes es pequeña se pueden realizar pequeñas correcciones con resina compuesta. Una resina de buena calidad y correctamente trabajada permite lograr un resultado sorprendente en términos visuales. Un ejemplo bastante clásico de este tratamiento son las correcciones de ángulos de dientes o el cierre de espacios entre dientes, llamados diastemas. Lo destacable de este tratamiento es que hasta este punto es muy poco lo que se debe desgastar los dientes.

Luego viene el capítulo que está muy de moda hoy: las cerámicas. Estas se llevan usando por largos años en la odontología. Han ido mejorando tanto sus características ópticas como sus propiedades, llegando a un punto de estado del arte donde se abre un sinfín de posibilidades de tratamiento. Desde un laminado cerámico delgado como un lente de contacto hasta una corona propiamente tal donde se reemplazo la estructura visible completa del diente.

Hoy no es raro ver por televisión personas con dentaduras que rayan en la perfección. Eso si, algunos creemos que  la naturalidad pasa por imitar las imperfecciones inherentes a las personas, las que nos definen como seres únicos.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

www.brightclinic.cl

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