¿Te has preguntado alguna vez por qué tienes la necesidad de tener el último teléfono móvil, o tener más dinero para luego gastarlo en cosas que no necesitas realmente, o desear cambiarte de coche por otro más rápido, etc…??
El obtener cosas materiales y creer que satisfaces tus necesidades te da la sensación de tener más confianza y control. Sentimos una necesidad de controlar todo lo que nos rodea para sentirnos seguros y esto es lo que alimenta la mayoría de nuestros deseos al margen de satisfacer nuestras necesidades más básicas.
Nuestro ego, que suele estar al mando en todas nuestras actividades, puede hacerte sentir relajado y feliz y ver el mundo como un sitio maravilloso o hacerte sentir vacío y hacerte llenar ese vacío con cosas o que te reúnas con personas que ni siquiera son afines a ti, para llenarte temporalmente de satisfacción.
Cuando nos compramos un coche nuevo, nuestro ego queda satisfecho, hasta que pasado un tiempo y no estamos tan ilusionados y nos apetece cambiarlo por otro. Un coche nuevo, un móvilnuevo, un trabajo nuevo, conseguir más dinero, más amor, más ropa, más atención….. y así nos mantenemos en la búsqueda infinita de experiencias nuevas en un intento de acallar esa voz interior que nos dice que seguimos sin estar llenos. Pero para distraer nuestra atención de la sensación de vacío y alejarnos de la soledad, la pérdida y acallar la vocecita interior, nos sumergimos en infinitas actividades como engancharnos a las redes sociales, ver la televisión por horas, ir de compras, comidas, cenas, deportes de riesgo, etc. Apenas podemos disfrutar de lo que conseguimos pues casi de inmediato se abre la puerta a una nueva necesidad de algo mejor. Y el caso es que nunca acaberemos de llenar ese vacío interior con cosas materiales, ni pensamientos ni grandes emociones.
Lo interesante es que esa sensación de vacío es un buen indicador de que no somos felices y que lo que estamos haciendo no soluciona nuestros problemas, que debemos cambiar, que la actividad externa no asegura la paz interior. La gran verdad es que no necesitamos más, de hecho no necesitamos nada. Creemos que necesitamos reunir a nuestro alrededor más posesiones y amistades para sentirnos completos. Pero todo lo que se puede ganar también se puede perder y es esto lo que realmente nos hace sufrir: el temor a perder. El apego de la mente a las cosas y a las personas son la base del sufrimiento humano. Una mente en paz no sufre. Cuando menos actividad mental tenemos, más paz interior sentimos.
Te proponemos un pequeño ejercicio para ver que tal te sientes. Ahora que ha empezado el año, algunos hacemos limpieza de las cosas viejas o que no utilizamos. Intenta deshacerte de cosas materiales, dónalas o regalalas a algún familiar o amigo. Verás que liberarás más espacio en tu casa y podrás experimentar una sensación de ligereza y despreocupación. ¡Ya no tendrás que ocuparte de ellas!! Si ves que te resulta difícil deshacerte de algo, dáte tu tiempo. Da las gracias a ese objeto por el tiempo que te ha acompañado y el servicio que te ha prestado.
Ver aquí ejercicio completo de desapego.
Con un poco de práctica podrás recuperar tu paz interior. Coméntanos que tal te ha ido. Feliz día
Basado en el libro El secreto de la Vida Cuántica
Redacción Instituto Draco
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Extraido de Instituto Draco
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