¿Cuán favorables son las actividades extraescolares?

Al igual que con el tema de las tareas escolares para la casa, las actividades extraescolares también han sido tema de análisis para mi, he consultado con libros y especialistas y les expongo acá algunas opiniones recopiladas y conclusiones a las que he llegado.
Creo que cada niño y cada familia puede tener necesidades y objetivos particulares, como también tiempos y valores fundamentales, sobre esa base es más complejo realizar una pauta de lo que se debe o no hacer respecto de las actividades extraescolares. Personalmente creo que el tiempo libre que tienen los niños en las tardes después del colegio es fabuloso para trabajar la creatividad, el intercambio de experiencias con los adultos de la casa, con el barrio y con los elementos que tiene a su alrededor tan útil para desarrollar habilidades sociales y aprender a relacionarse. He visto cómo los niños se entretienen por horas con un tubo de papel higiénico, cocinando en casa, o jugando a ser jardinero, gracias a este tiempo que les permitió potenciar su creatividad.
Sucede que muchas veces los padres por sentimiento de culpa por estar trabajando lejos de la casa, o simplemente por impaciencia, ponemos a los hijos en alguna actividad que los mantenga entretenidos, ocupados y aprendiendo algo. Pero, ¿es realmente necesario gastar tiempo y plata en ello?
Para hacer participar a un menor en una actividad extraescolar, debemos tener ante todo los objetivos claros como familia del por qué lo vamos a poner en esa actividad extraescolar y no otra. La intención de hacerlo participar es netamente con el fin de progresar en algo en que lo notamos atrasado o por el contrario, donde vemos un enorme talento que hay que potenciar. Tal como señala la Psicóloga y Musicoterapeuta Andrea Fuentes «Es importante explicarle a los niños por qué es importante que vayan a esas actividades, que ellos entiendan que es importante porque los ayuda a desarrollarse, a crecer en lo que a ellos les cuesta, a lograr tener más fortalezas en las áreas que les son más difíciles, que eso les va a ayudar; si el niño entiende eso, le puede dar un sentido mayor a esa actividad y tal vez va a ir más contento» 
Al mismo tiempo, debemos considerar la hora y el tiempo de traslado para acceder a ella, que no quede ni muy lejos ni que sea muy larga, pues corremos el riesgo de llegar con alguien dormido o que durante la actividad esté desatento e inquieto producto de su cansancio luego de haber estado la mitad del día en el colegio.  No olvidemos que cuando tenemos sueño y es especialmente notorio en los niños, lo que primero nos comienza a «fallar» es la atención y luego la precisión y autorregulación motora, por lo que ningún objetivo ni contenido podría ser procesado en esas condiciones y la actividad no valdrá la pena el esfuerzo.
Siento que es muy importante cuidar que la actividad no sea una proyección de lo que nosotros los padres nunca pudimos hacer cuando niños, somos todos distintos, los tiempos cambian y las necesidades y requerimientos de la etapa infantil cambian también. Tal vez en mi generación ir a clases de natación era algo impensado para ser impartida en un colegio, por lo que tenía sentido que yo como niña asistiera a clases de natación, hoy en día ya hay muchos que lo enseñan a sus alumnos en las horas lectivas, por lo que reforzarlo con clases extraescolares podría ser tomado por el menor como una sobrecarga y un sinsentido.
….de las señales que debo poner atención…
Creo que los niños son capaces de demostrar con actos y a través del lenguaje cuándo una actividad le hace sentido y le produce placer participar. Por eso es fundamental como papás estar atentos a todas las señales que nos den los niños ya sea al llevarlos o al verlos regresar de la actividad, debemos conversar con ellos respecto de cuán bien ellos sienten que les hace o podemos ver cuanta angustia les produce el sólo hecho de la proximidad inminente a la actividad. Niños con miedo, fatiga o falta de interés es fácil de detectar.
Es muy diferente intentarlo que obligarlo. Como papás podemos tener convicción que potenciar por ejemplo el nivel de inglés en nuestros hijos es casi una obligación, sin embargo si va contra la felicidad de ellos, debemos respetarlos sin dudar un segundo, crianza responsable debe ser nuestra filosofía permanente, respetar sus emociones y debemos buscar que el niño sea feliz y que viva tranquilo.
Una actividad extraescolar a la semana estaría bien según mi opinión, los colegios hoy en día cumplen con impartirles a los niños gran parte de las competencias que cada área de desarrollo requiere, por lo que más actividades sería generar desconfianza hacia el colegio, los niños no necesitan aprender más, siento que las horas destinadas para la educación formal son suficiente en la gran mayoría de los casos como para quitarle horas al ocio y de tiempo libre tan vitales para su desarrollo integral.
El tiempo libre o de recreación es fabuloso para estimular algunas habilidades que tal vez una Psicopedagoga o una clase de karate también desarrollará, pero pagada! La creatividad, la imaginación, la desinhibición, la fantasía, la comunicación, la observación, la atención, el pensamiento, el manejo de impulsos, aprender a interactuar, a ganar y a perder y normas de conducta por dar algunos ejemplos.

Claudia Pastene Gorigoitía

Mamá de dos hijos.

Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral

Fotografia de la portada: Diseñado por Freepik

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