Me escribía una lectora diciéndome que quiere atreverse a hacer lo que realmente le gusta pero sin tener remordimientos después por haber dejado lo que está haciendo ahora.
Así que vamos a hablar de ese tema: Cómo lanzarte a hacer lo que te gusta sin tener remordimientos después.
Ya he hablado otras veces de cómo superar el miedo a arrepentirse, que es algo muy común.
¿Y si me arrepiento de la decisión tomada y no hay marcha atrás?
Aquí tienes mi respuesta a eso.
Lo que me contaba ahora esta lectora era que no estaba satisfecha con lo que estaba haciendo en estos momento y quería hacer lo que realmente le gustaba pero sin tener remordimientos.
Y la reflexión para ella, y para ti si estás en esa misma situación, es:
¿Remordimientos de qué?
¿De intentar hacer algo que realmente quieres hacer?
Hace tiempo leí que una enfermera de cuidados paliativos (Bronnie Ware) había preguntado a todos sus enfermos de qué se arrepentían en la vida y esto fue lo que dijeron (aquí tienes el artículo original):
- Ojalá hubiera tenido el coraje de vivir una vida siendo fiel a mis sueños, no a la vida que otros esperaban de mí.
- Desearía no haber trabajado tan duro.
- Ojalá hubiera sido capaz de expresar mis sentimientos.
- Ojalá hubiera mantenido el contacto con mis amigos.
- Me gustaría haberme permitido ser más feliz.
En otras entrevistas también comentan cosas parecidas, las personas nos arrepentimos de lo que no intentamos, de las cosas que dejamos pendientes, no de haber probado cosas.
Otras de las razones que mencionan mis lectores y que quizá se te pasen por la cabeza son:
- Remordimientos por haber empleado dinero o tiempo en otra actividad y ahora dejarla a medias o después de varios años, como si tiraras a la basura tu formación y experiencia.
- Remordimientos porque crees que le estás fallando a alguien.
La cuestión es que esos remordimientos surgen porque piensas que estás decepcionando, fallando o haciendo daño a alguien…
Y en este tema profesional ese alguien suelen ser tus padres o tu pareja.
Recuerda por favor de quién es tu vida.
Quién está día a día haciendo eso que no te gusta. O que te gusta, si cambias de opción.
No son tus padres, no es tu pareja o tu amiga o quién sea.
Eres tú.
Eres tú la que va agobiada todos los días, la que se siente frustrada y no realizada. Tú.
Está bien preocuparse por los demás o contar con ellos pero que determinen así tu vida y tus decisiones es otra cosa.
Eso tampoco quiere decir que te lances a lo loco. Puedes reflexionar, planificar, averiguar todo lo que necesitas y lo que va a implicar ese cambio.
Tampoco tienes por qué dejar lo que haces radicalmente. Puedes decidir terminarlo y luego cambiar. O quizá no, si no aguantas más.
La cuestión es que cuando pase el tiempo y estés recordando tu vida no tengas que decir: “me pasé toda la vida haciendo algo que no quería por miedo a lo que X e Y pensasen“.
“Me habría gustado hacer esto“.
“Ojalá hubiera probado…”
¿No será mejor vivir pensando: “siempre hice lo que quise o al menos lo intenté“?
Y sí quizá alguien se enfade contigo pero si de verdad están ahí para ti al final te apoyarán (y si todo va bien, desde el principio).
Y si no lo hacen… Tú sabrás qué hacer.
Que si dudas de algo sea porque dudas tú, no porque te dejas arrastrar por lo que los demás piensan.
¿No te parece?
Cuéntame en los comentarios qué es eso que estás deseando hacer y qué paso vas a dar para empezar.