Comunicación en la pareja

Vamos a comenzar a compartir varios artículos sobre la “Comunicación en la Pareja”, para ello me parece imprescindible aclarar algunos conceptos.

El término “Pareja”, señala que ambos están en una situación igualitaria, son dos adultos que deciden compartir sus vidas con proyectos comunes.

“Comunicar” es transmitir un mensaje y éste tiene un sinnúmero de factores que están condicionándolo. Además alrededor del 70% de la comunicación es “no verbal”, de modo que no sólo estamos transmitiendo a través de lo que decimos, sino del cómo lo decimos por medio del tono de voz, del gesto, y de la actitud corporal.

La Pareja está formada por dos personas que se eligieron libremente y que provienen de familias de origen y experiencias de vida diferentes, ni una es mejor que la otra, sólo son distintas. Cada uno de los integrantes de la pareja posee un tipo de personalidad que los distingue, perciben, procesan el mundo que los rodea y tienen experiencias particulares lo que a su vez condiciona la forma de reaccionar frente a un hecho.

El concepto igualitario del término “pareja” no admite el hecho, bastante frecuente de encontrar, en el que uno de sus miembros se comporta como si fuera la madre o el padre del otro. Esta situación a veces es cómoda, pero a la larga provoca dificultades y puede ser la causa que uno o ambos busquen en otro lugar a la “pareja”.

Desde el momento en que se forma una pareja se comienzan a estructurar proyectos comunes, en el que ambos participan y están involucrados, aun cuando las funciones sean diferentes. Es muy importante que en estas áreas exista “transparencia”, hoy en día este concepto es muy valorado a nivel de empresas y si en ellas es importante, ¿cómo va a estar ausente en esta gran empresa que es la estructuración de una familia?. Entendido de esta manera, en una pareja debe haber lealtad y transparencia no sólo en el ámbito afectivo, sexual sino en todo aquello que esté en los proyectos comunes que están forjando, ya que son de ambos.

Cuando cada miembro de la pareja “VE” al otro como un igual, trabajan en equipo por una meta común, se comunican en la toma de decisiones y en este diálogo existe la confianza pues hay respeto y transparencia hay mayor probabilidad de que la comunicación sea abierta, pacífica y positiva.

Lo señalado en los párrafos anteriores son los cimientos para una buena comunicación en la pareja, lo que no significa que no vayan a existir crisis las que se pueden transformar en oportunidades para fortalecer la relación si existe una base firme.

El doctor Humberto Maturana señala que es diferente “Mirar a Ver”, “Oir que Escuchar”.

El mapa no es el territorio”. Seguramente muchas de Uds. han escuchado esta pequeña frase acuñada por la PNL (Programación Neurolingüística) si la llevamos a nuestra vida cotidiana nos señala que “el mapa” que nos hacemos de lo que nos rodea no está señalando precisamente lo que es el territorio y ese mapa no es igual al de la persona que tienes a tu lado. Esto puede ser el origen de muchas incomprensiones con la pareja.

Lo que tú percibes e interpretas es tu verdad, tú realidad. Esta realidad la comunicas verbal o no verbalmente pensando que la otra persona percibió e interpretó lo mismo, ¡Gran error!.

Por lo general cuando nos comunicamos verbalmente emitimos juicios tales como: “esto es bueno o malo”, “no digas tonteras”, “¡qué ridículo!”, “te ves bien o mal”, “eres un irresponsable” “esto es maravilloso” etc… Los juicios son evaluaciones expresadas como aseveraciones indiscutibles, las consideramos verdades universales y no nos damos cuenta que son “mi verdad”.

Si te detienes unos instantes y reflexionas sobre cuántos juicios emites diariamente y te preguntas sin justificarte, ¿por qué lo hago?, pueden surgir algunas respuestas interesantes. Si además añades el cómo lo dices con el gesto y el tono de voz, podrás tener un panorama algo más abierto sobre la forma en que te comunicas.

¿Te sientes más segura, poderosa, empoderada, cuando señalas algo enjuiciándolo? ¿Te sientes teniendo una opinión propia?. ¿Cómo te sientes tú cuando la otra persona te enjuicia directamente? Y ¿cómo crees que se siente el otro cuando tú lo enjuicias?. Pueden surgirte otros cuestionamientos que faciliten tu reflexión.

Y ¿qué puedo hacer con las respuestas sinceras que aparezcan de tu interior?. ¿Cómo cambiar si ya tengo el hábito de enjuiciar en mi comunicación?. Todo cambio requiere esfuerzo, pero el primer paso es “darte cuenta” y el segundo es “querer cambiar”.

Para realizar el cambio e ir disminuyendo poco a poco los juicios que emites después del “darte cuenta” y del “querer cambiar” es comenzar a “asumir la responsabilidad de lo que tú percibes, interpretas y piensas” y ¿cómo lo hago en mi comunicación cotidiana?.

Si te diste cuenta que esa es “tu verdad”, puedes manifestarla diciendo: “Yo pienso……”, “A mí no me gusta que ……..”, “Para mí es importante …….” etc., es decir dejar claro que esa es tu percepción, opinión y pensamiento y que dejas abierta la puerta para que la otra persona exprese su punto de vista que puede tener matices diferentes a los tuyos o ser diametralmente opuesto y eso está bien.

El poeta sufí Rumi en una ocasión escribió: “Más allá de las ideas de actuar bien o actuar mal, se extiende un campo. Allí nos encontraremos”.

No debemos olvidar que todos los que intervienen en una comunicación tienen responsabilidad en ella.

Eliana Zlatar Z.

Consteladora Familiar Sistémica – Practitioner en PNL

www.comprendiendo.cl

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