Deja de complicarte la vida

 

Nos pasamos la vida buscando la felicidad, soñando con el equilibrio y la plenitud y, muchas veces, somos nosotros mismos quienes nos ponemos piedras en el camino para conseguirlo.

¿Cuántas veces nos ponemos trampas, excusas malas y hacemos que lo fácil parezca muuuuuy difícil?
 A nuestro cerebro no le gustan nada los cambios, así que cada vez que nos planteamos un avance, nos devuelve un rosario de excusas, y encima, nuestras creencias nos limitan a la hora de dar pasos.

Me da mucha rabia ver como algunas personas se quedan trabadas en estos pensamientos y no consiguen aquello que tanto desean y que podrían alcanzar con facilidad.

Como es un asunto con el que trabajo con frecuencia con mis clientes, y es algo que de verdad me preocupa, he profundizado en ello y elaborado un pequeño “ranking”,  la mayoría de nuestras limitaciones parten de estas ideas:

– “Tengo que hacer lo que se espera de mi”

– “Para tener una vida digna, hay que trabajar muy duro”

– “Solo hay un modo de ser feliz”.

– “Los demás primero”

– “Si tienes éxito es porque algo malo has hecho a alguien”

– “Para ser buena persona debes decir sí a todo”

– “Es imposible vivir holgadamente haciendo lo que te gusta”

– “Hay que estar siempre bien y no quejarse”…

Si te fijas, es muy curioso como se contradicen entre ellas.

Muchas personas han conseguido hacerse expertos en el arte de complicarse la existencia a base de creencias como estas, creencias que solo consiguen alejar de sus vidas las mejores sensaciones y la felicidad (entendida al modo de cada uno).

Y de repente, un  día descubres que estos pensamientos que llevas repitiendo tanto tiempo tal vez no sean ciertos, puedes cuestionarlos, y tal vez, descubras que son infundados y falsos. Porque todo lo aprendido se puede desaprender.

Aquí te dejo algunas ideas para conseguirlo:

1.- Hay cosas que no podemos cambiar, otras si.

¿Qué es lo que no podemos cambiar? Hay elementos del exterior sobre los que no tenemos demasiado control, por ejemplo, un atasco, o situaciones que se nos plantean en la vida, por ejemplo, una separación.

¿Dónde podemos actuar? En qué hacemos con lo que nos ocurre. Si vamos en el coche nos encontramos con un atasco, tenemos dos opciones: enfadarnos, tocar el claxon… o bien aceptarlo y aprovechar el momento para escuchar música o simplemente pensar.

Es decir, lo que en realidad nos afecta no es lo que ocurre, es lo que hacemos con lo que nos ocurre. El talante con el que lo enfocamos. Y es una elección personal. ¿Qué te compensa mas?

2.- Aprende a decir NO.

Decir No es, en primer lugar, una necesidad de orden práctico porque difícilmente podremos organizar nuestro día a día si accedemos a cualquier petición que se nos presente.

Por otro lado, el decir “no” es una forma de reafirmar nuestra personalidad y respetar nuestras propias necesidades.

Cuando una persona alcanza sus objetivos, muchas veces habrá dicho “no” a propuestas que no encajaban con sus deseos, ideales o valores.

Algunas veces no nos damos cuenta de que decir “no” es compatible con ser querido y agradar a otras personas.

Cuando nos resistimos a dar una negativa, estamos anteponiendo los deseos de otras personas a los nuestros. Esto puede provocar en nosotros frustración y llevarnos hacia la infravaloración ¿O esta actitud proviene de allí? ¿Causa o efecto?

Recuerda que cuando nos sentimos frustrados y enfadados, se generan una gran cantidad de sustancias (como el cortisol y la noradrenalina) que perjudican nuestra salud en general, porque uno de sus efectos es que bajan el nivel de nuestras defensas.

3.- Ponte en valor

Deja de “machacarte” por tus errores y empieza a valorar todo lo bueno que eres haces.

¿Sabes recibir halagos? Muchas veces somos muy buenos reconociendo los méritos de otras personas pero no sabemos asimilar lo positivo que otros encuentran en nosotros. Un craso error.

¿Cuando alguien te dice que eres buena el algo respondes con un “no es para tanto”, “cualquiera lo podría hacer” etc.?

¿Qué hay detrás de esto? Tal vez la falsa creencia de que si aceptamos un cumplido nos estamos poniendo un poco “subiditos”, “nos lo estamos creyendo”, cuando en realidad, nos estamos privando de un regalo que nos hace la vida y otras personas, con el consiguiente sentimiento de frustración y de “no valer”.

¿Qué podemos hacer?

Pues simplemente, dar las gracias: Cuando alguien te diga algo bueno de ti misma o de lo que haces, di simplemente “gracias”. Tal vez tengas de seguir con un “pero es que…”, descártalo.

Disfruta aceptándote y valorando todo aquello que haces especialmente bien. Con el tiempo se convertirá en un hábito que te ayudará a reforzarte y a sentirte mas segura de ti misma y con mayor energía para afrontar nuevos retos.

Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.

Sobre la autora:

Isabel Gómez, es Consultora y Coach Profesional en Éxito en Femenino www.exitoenfemenino.com .

Licenciada en Ciencias del Trabajo, Master en Marketing, MBA y Emprendedora vocacional.

Isabel mentoriza y acompaña a personas que desean desarrollar un nuevo proyecto profesional desde el desarrollo de sus competencias personales y profesionales hasta la utilización de herramientas de marketing y ventas en el programa REINVENTA TU CARRERA. www.reinventatucarrera.com

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