Cuando se une una pareja en que uno o ambos tienen hijos con parejas anteriores se pueden producir algunos sentimientos encontrados dado que los progenitores pueden ocupar una posición “bisagra” entre su pareja y sus hijos ya que por un lado está su ascendencia sobre sus hijos y por otro debe ayudar a su cónyuge a lograr un espacio en la nueva familia y para que asuma su autoridad. Este proceso es lento y a veces muy lento ya que mientras el progenitor va cediendo poco a poco espacio y autoridad a la pareja, esta avanza en la medida que crea vínculos con esos hijos de su cónyuge.
Muchos progenitores de Familias Ensambladas experimentan sentimientos de culpa por no haber podido conservar intacta la familia nuclear para sus hijos y pueden volverse sobreprotectores con ellos. Estos sentimientos de culpa pueden ser mas potentes en los padres que no conviven con sus hijos y sí con sus hijastros. Es muy importante identificar “la culpa” para que ésta no monitoree la relación con los hijos ya que pone obstáculos en el ejercicio de la parentalidad.
Los progenitores viudos pueden pensar y sentir :“Todo lo que me queda son mis hijos” y así inclinarse a la sobreprotección.
Algunos progenitores tienen la fantasía de brindar “mejor padre o madre” a sus hijos a través de su nuevo matrimonio cargando al nuevo cónyuge una responsabilidad imposible de cumplir ya que es una expectativa irreal dado que los padres son insustituibles, no existen los “ex – padres”.
Otros progenitores están cansados de ser padres únicos y desean compartir la parentalidad o delegar su autoridad como padre o madre. Esta también es una expectativa irreal y sobrecarga el matrimonio dado que es muy difícil que el nuevo miembro logre con los hijos de su pareja lo que el propio progenitor no logra.
La posición “bisagra” puede hacer que el progenitor se sienta tironeado o atrapado entre los requerimientos de sus hijos y los del nuevo cónyuge, y por mucho que se esfuercen, habitualmente hay alguien enojado con ellos. Por un lado desean proteger a sus hijos, especialmente por el conflicto que les puede provocar el cambio y por otro lado perciben que no lograran la intimidad deseada en el matrimonio a menos que tomen distancia de sus hijos e impongan nuevas reglas.
M. Eliana Zlatar
Consteladora Familiar Sistémica
Ver artículo anterior: AQUI