Serán de conocimiento de todo papá o mamá las despertadas de un hijo a medianoche, con encendida de luces, visitas al baño y desveladas por más de media hora…. Los niños sienten miedos y de eso quisiera contarles hoy, de los miedos infantiles, los niños perciben esta emoción desde muy temprana edad, para bien o para mal, es señal de que están comenzando a experimentar la realidad del mundo en que viven, pero no necesariamente significa que sea la realidad de su mundo inmediato.
Los miedos infantiles son normales, especialmente entre los 3 a 7 años, etapa en que la imaginación y el egocentrismo son rasgos preponderantes en la que Piaget llamó etapa Pre Operacional. Es por eso que la imaginación por un lado nos permite jugar con objetivos inanimados atribuyéndoles cualidades propias de los seres vivos; y el egocentrismo les ayuda a aumentar su actividad consciente de que es posible jugar de ese modo con tales objetos con los rasgos de personalidad que ellos deseen asignarles; por ende, estas características les estarán ayudando a construir monstruos, animales y brujas que no existen y que les causarán estos miedos infantiles de los que les comento. Por esa razón es que se recomienda, tanto que nosotros como adultos cercanos, no exageremos los peligros que algo o alguien nos puede causar, porque estaremos sin querer, creando un caldo de cultivo para que aquellos personajes lleguen a aparecer en sus sueños o en su vida cotidiana, interfiriéndoles su bienestar, a ellos que andan tan vulnerables a crearlos y creerlos.
Hay. por ejemplo, niños que se despiertan por las noches. La oscuridad les detona sus miedos y la etapa que están viviendo hace lo suyo. Pero los miedos no sólo se suscriben a la hora del dormir, sino que también afectan la vida consciente, dado que diariamente los podríamos ver revisando muebles y closets antes de irse a la cama, evitarán quedarse solos y en ocasiones, disimularán su temor para no parecer exagerado, hay menores que constantemente preguntan dónde está la mamá y se ponen nerviosos preguntando cada vez con más intensidad si se saben solos.
Es importante aclarar que los miedos infantiles no sólo podrían deberse a la etapa del desarrollo que viven, sino que podrían ser parte de algún episodio nefasto que hayan pasado, el cual también modificará su comportamiento y somos los padres los que debemos tener ojo e intuición para reconocer cada variación en su conducta. En el caso que el cuadro sea intenso, vale decir se prolongue el mes entero de manera diaria, y que su vida se vea afectada por tristeza o inseguridad y desconfianza extrema se deberá acudir a un Psicólogo infantil, sin embargo en esta columna quisiera sólo avocarme a los miedos producto básicamente de su imaginación y de la edad entre 2 a 6.
Quisiera compartir algunas medidas que les podrían ayudar a calmar los miedos de sus hijos:
-Conversar acerca de lo que sueña, al día siguiente o en el mismo momento del desvelo y tratar con ellos de llegar a la causa de sus miedos.
-Ayudarlo a calmarse dándole un abrazo y un beso.
-Utilizar una luz tenue en su dormitorio mientras duermen y dejar la puerta semi abierta.
-Hacer un recorrido juntos en familia por los lugares donde el niño o la niña crea que podría esconderse un monstruo o ser malo.
-Jamás negarle su temor, hacerlo sentir muy comprendido de lo que está viviendo.
-Manifestarles mucha confianza en que nada pasará. Mostrarse seguros frente a ellos.
-Evitar las pantallas y programas con dibujitos que tiendan a la maldad, violencia o mal trato en todas sus formas.
-Darles un baño con agua tibia, en un ambiente de relajo encendiendo velas en difusor con olor a lavandas y realizando una oración al Ángel de la Guarda en el caso de cada familia.
-Ir al baño antes de acostarse y no cenar demasiada comida, eso les hace dormir mal.
-Mantener su pieza ordenada, con sus juguetes más apreciados a su alcance.
-Leerles cuentos, y así estar con ellos hasta que estén a punto de caer dormidos.
-No subestimar sus temores ni mucho menos comentarlos a otros ridiculizándolos.
-Utilizar terapia Floral para equilibrar la emoción en cuestión.
Les enumero además algunas señales que nos podrían estar avisando que nuestro hijo o hija siente temor:
-Estar atentos a las temáticas de las historias y dibujos que producen de manera espontánea cuando juegan.
-Revisar la presión con la que escribe o toma el lápiz, si denota una postura tensa al trabajar.
-La falta de apetito y la distracción constante.
-Si sueña pesadillas por más de un mes seguido.
-La revisión constante de rincones o muebles donde podría esconderse alguien al punto que esa revisión ya le esté afectando su vida.
-Sobresaltarse cuando oye un ruido intenso e inesperado, rompiendo en llanto la mayoría de las veces.
-Los desvelos continuos.
Espero les sea útil confirmar que los miedos son transitorios cuando son al dormir y que tenemos muchas acciones a la mano para disminuirlos. La comprensión y la seguridad es fundamental.
Mamá de dos hijos.
Psicopedagoga, Profesora Básica y Terapeuta Floral
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