Sedentarismo, falta de ejercicio, permanecer sentado o de pie durante un largo período, son algunas de las variables que pueden influir en la aparición de los calambres: contracciones o espasmos súbitos e involuntarios de uno o más músculos. Durante el verano, el calor y la deshidratación se suman a esta lista de factores de riesgo, aumentando la prevalencia de estos dolores. El cirujano vascular de Clínica Vespucio, Dr. Claudio Vallejos, se refiere a las medidas de prevención que debemos adoptar y advierte cuándo es necesario visitar a un especialista.
Los calambres son contracciones involuntarias y sorpresivas que se caracterizan por un dolor agudo en uno o más músculos. Estas molestias aumentan su prevalencia durante el verano, época donde las altas temperaturas dilatan las venas y la deshidratación deriva en pérdidas importantes de electrolitos como magnesio, potasio o calcio. “Aunque resulta difícil definir un grupo de riesgo, la consulta por este problema es más común en mujeres, aumentando con el embarazo, la edad, el sedentarismo y el sobrepeso”, explica el cirujano vascular de Clínica Vespucio, Dr. Claudio Vallejos.
Otros factores de riesgo incluyen tensar o usar en forma excesiva un músculo, comprimir nervios – lo que se asocia a una lesión de la columna vertebral o a un nervio «pinzado» en el cuello o la espalda–, músculos con poca irrigación sanguínea, uso de ciertos medicamentos, trastornos hormonales y la diálisis. “Estas molestias musculares son más frecuentes en adultos que en niños, los pacientes que experimentan síntomas diarios lo suficientemente molestos como para dar lugar a la solicitud de atención médica impresionan estar aumentando”, detalla el especialista.
Según la causa y tipo de molestia, se analizará cuál es el tratamiento pertinente para cada paciente. Si los calambres se producen por un déficit de electrolitos (potasio, calcio y magnesio), es necesario adaptar la dieta e hidratación, aumentando su consumo en forma regulada sin exagerar. Si los dolores se asocian a una insuficiencia venosa, los síntomas se aliviarán con el uso de medias elásticas, la corrección de un eventual sobrepeso, evitando el calor directo.
Prevención
Para evitar estas contracciones musculares, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Elongar la musculatura antes y después de hacer ejercicio.
- Si tiene calambres en las piernas por la noche, estirar los músculos del área afectada.
- Realizar actividad física acorde sus condiciones, de manera progresiva para no estresar los músculos.
- Hidratarse con agua, no bebidas de fantasía. Si realiza ejercicio intenso si la temperatura ambiental es muy alta, las bebidas deportivas pueden ayudar a reemplazar los electrolitos perdidos.
Calambres y várices
En los pacientes con várices e insuficiencia venosa de los miembros inferiores, es común la consulta por calambres, pero la asociación real entre ambos es débil y poco común. “Debemos tener presente que la insuficiencia venosa tiene alta prevalencia, llegando a afectar a un 30- 40% de la población, por lo que no es raro que exista una coincidencia”, advierte el Dr. Vallejos.
Es fácil, además, confundir el calambre con el dolor opresivo y molesto que sienten estos pacientes en las piernas al final del día. Si bien esta molestia es muy común en la insuficiencia venosa, no es un calambre verdadero.
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