Hace unas semanas tuve la hermosa oportunidad de asistir al Congreso Internacional de Actividad Física y Salud Pública en Bangkok, Tailandia y además de la gran experiencia en muchos sentidos, particularmente me detuve a conocer la invitación de un grupo de investigadores de India que promovían el Mindfulness durante el ejercicio.
En la cultura oriental no se concibe separar el cuerpo de la mente, de hecho los tipos de ejercicios que emergen desde dichas latitudes integran, mente-cuerpo (Yoga, Tai-chi) y me pareció muy interesante la propuesta de trasladar todos los beneficios del mindfulness al ejercicio “occidental”.
Cuando corremos, nadamos, hacemos elíptica, bicicleta, aeróbica, etc. es usual que nuestro cuerpo esté en “automático” y nuestra mente divague a lo largo de nuestro día, los pensamientos van y vienen en torno a lo que ya pasó o lo que tengo que hacer: la mente está en el pasado o en el futuro, no en el presente.
El mindfulness nos invita a la atención plena y si estamos haciendo ejercicio, nos conecta con nuestro cuerpo, con las sensaciones, con la respiración, con cómo mi cuerpo percibe el esfuerzo, cómo trabaja para lograr el objetivo propuesto.
De acuerdo a este grupo de investigadores, aplicar mindfulness durante el ejercicio permite una mejor ejecución de los movimientos, con los que se tendrían mejores resultados. Asimismo se tendría una mayor satisfacción pues hay mayor conciencia de haber realizado la rutina y tendría mejores efectos en la disminución del estrés.
Pero cuando la mente ha estado acostumbrada a divagar, a veces no es tan fácil llamarla al presente.
¿Cuál es el principal elemento a considerar para lograr hacer mindfulness durante el ejercicio?, fue mi pregunta a los expertos. ¿Su respuesta?: poner tu mente en los que estás haciendo ahora, sin comentarios, sin juicios.
Algunos tips:
- Para comenzar, si se te hace muy cuesta arriba, puedes elegir un momento puntual de tu rutina de ejercicio donde aplicar tu ejercicio. Ejemplo: “Aquí estoy iniciando mi rutina, mi cuerpo se siente…” o al final, y te enfocas en tus sensaciones físicas y en la satisfacción de haber cumplido una sesión.
- Enfócate en la respiración: sentir cómo el aire oxigena tu cuerpo ayuda a que tu mente vuelva al centro.
- Busca zonas del cuerpo donde quieras poner atención: si estas corriendo, podrías por ejemplo, concentrarte en mantener tu piso pélvico contraído, o cuidar tu postura general, etc.
Mi invitación ahora es, ya que te das el tiempo de hacer ejercicio, hazlo con conciencia, recuerda lo que te motivó a hacer tu rutina: dormir mejor, perder peso, porque te mereces este espacio personal, etc.
Vivir con más conciencia de los buenos momentos nos hace más felices.
Sonia Roa Alcaino. Kinesióloga
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Read moreEstar presentes es estar al cien por cien. La atención anclada en el Ahora nos hace más creativos.
Solemos ser demasiado tolerantes con las divagaciones de la mente, pero lo cierto es que usar la memoria para mirar el pasado, excepto que recordemos para un fin constructivo, prácticamente es perdernos de disfrutar plenamente la experiencia del Ahora. Incluso a veces miramos el pasado, para definir quiénes somos o qué queremos. Y es imposible que la dirección de la vida sea hacia el pasado, porque en el pasado no hay nada, no hay nadie; como dice Un Curso de Milagros ¨cuando memorias de viejos rencores vengan a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció¨.
Esto no significa que vamos a borrar de la memoria todo lo que hemos vivido, simplemente estemos atentos a no caer en la tentación de entretenernos con lo que ya pasó.
La vida es avanzar, estar presentes y movernos hacia adelante. Incluso cuando escuchamos a alguien es una oportunidad para estar en nuestro estado de presencia y sentir más allá de las palabras. Sentiremos que una conexión más profunda y genuina, se abre un espacio en el que las sensaciones del encuentro se amplifican; podemos incluso experimentar la unidad con las personas, esa comunicación invisible que va más allá de los cuerpos que vemos.
Y a veces simplemente estar presentes, y quedarnos apreciando ese momento, tal como es. Apreciar con la visión, con el oído, con el tacto, con todos los sentidos. Volvernos intensamente conscientes del momento presente y de lo que contiene, incluso cuando estamos realizando las actividades más rutinarias del día y que quizás solemos realizar en piloto automático, cocinar, ducharnos, desayunar, conducir, etc.
Lo que percibimos como tiempo psicológico pasado-futuro, es una línea temporal que la mente fabrica para la experiencia en el mundo físico, pero nuestra realidad está en un no-tiempo, en el Presente. Si estamos disfrutando plenamente el instante presente, estamos tocando las cuerdas de nuestro mejor destino.
Si pudiéramos vernos ahora, con un microscopio cuántico, observaríamos que estamos formados por una infinidad de partículas energéticas que componen un campo ilimitado. Lo que llamamos espacio vacío es en realidad el campo infinito de energía del plano invisible, la fuente de la cual provienen todas las cosas. Sabemos que toda experiencia que vivimos se origina con una idea, y las ideas aunque no las vemos físicamente, estamos seguros que ahí están. Lo mismo sucede con el aire que respiramos.
Entonces cuanto más atentos estamos, menos lugar dejamos para que el pasado interfiera en la experiencia presente. Cuanto más atentos, más energía tenemos para las actividades diarias. Cuanto más presentes, más intuitivos. Estar presentes, es estar despiertos.
Agustin Andrade
Autor y Comunicador
www.agustinandrade.com
Extraido de www.institutodraco.com/es
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