Hace algunos años, un grupo de científicos demostró que cuando dos partículas de luz que provienen de la misma fuente, son separadas a gran distancia física y una de ellas recibe un estímulo; la otra también responde de igual manera instantáneamente.
Más de una vez puede habernos sucedido que pensamos en alguien, y esa persona nos llama por teléfono, y también estaba pensando en nosotros; o al sonar el teléfono intuimos instantáneamente quien está del otro lado, o recordamos a alguien que hace mucho tiempo no vemos y nos gustaría encontrar, y entonces cuando menos lo esperamos reaparece o lo cruzamos en la calle. Si estamos atentos, también es algo que podemos observar con claridad en las parejas. Generalmente, de las dos personas que integran la relación, una de ellas es quien está algo más avanzada en consciencia y es quien guía los pasos del vínculo.
En el Universo todo es energía. Nosotros somos una extensión de un campo energético infinito e ilimitado, en una forma física. Los pensamientos son energía en un estado de vibración, que sigue un patrón de frecuencia. Lo que nosotros experimentamos como niveles de consciencia. Por eso, de acuerdo al nivel de consciencia en el que estamos, atraemos y manifestamos lo que vibra a una frecuencia similar; constantemente regresa a nosotros lo que proyectamos sobre las cosas. Nuestra percepción de los aspectos de la vida es el reflejo de las creencias que sostenemos.
¿Cómo funciona esto? Ya sea que pensemos en el pasado, en el presente o en el futuro, estamos enfocando la energía, y emitiendo una vibración que forma un punto de atracción. Es decir que al pensar en algo activamos una vibración y cuanto más sostenemos en nuestra mente ese pensamiento o sentimiento, se convierte en un hábito, creencia o programa; comenzando a manifestarse en la experiencia física acontecimientos que son semejantes. Pensamientos y emociones afectan el campo energético del cuerpo, el cual es nuestra vía de comunicación invisible con el entorno.
Nada en nuestra vida ocurre por accidente, no existe la suerte ni la casualidad. Para cada evento hay un Propósito que trasciende nuestra personalidad, y cuando lo vemos, comenzamos a mirar la vida con los ojos del Alma…Para el Alma, no hay imposibles. Lo único imposible es que el miedo nos dé una experiencia expansiva de la vida. Si dejamos que el miedo, las excusas y la frustración ocupen lugar en nuestra mente, entorpecemos la conexión con nuestro estado de Abundancia. El hábito de la resistencia es lo único que impide alcanzar los verdaderos deseos de nuestro corazón, lo que realmente queremos.
Al observar y elegir definitivamente renunciar esos patrones condicionantes, o resistencias, facilitamos el proceso de manifestación. Cambiamos la señal, nos alineamos con lo que queremos, hacemos lo que sabemos que tenemos que hacer y los eventos comienzan a suceder. Son Decisiones Poderosas.
– Piensa en una pequeña decisión que puedas tomar ahora mismo, y poner en acción esta semana, que iniciará un cambio inmediato en tu vida. ¿Qué resultados tendrás?
– Piensa en una decisión más grande y ¨difícil¨ que generará un cambio remarcable en tu experiencia. Un antes y un después. Una Decisión Poderosa. ¿Qué harás? ¿Cómo lo harás? ¿Cómo podría cambiar tu experiencia al tomar acción en esta decisión?
Tenemos el Poder de volver elegir y crear lo que realmente deseamos ¡Activémoslo!
Agustin Andrade
Autor y Comunicador
www.agustinandrade.com
Extraido de www.institutodraco.com/es