Química y Espiritualidad

Me divierte pensar en la cara de sorpresa que has puesto cuando has leído el título de este artículo. Química y Espiritualidad?

Realmente la química es “La ciencia central”; es como se define en muchos de los textos que puedas encontrar. Es también la ciencia que estudia la transformación de la materia.

Y la realidad está hecha de materia y una forma de ver cómo se transforma la realidad nos la puede aportar la química, puesto que ella habla de la transformación de la  materia; es decir, de la transformación de la realidad.

A través de la química he entendido grandes procesos internos que tienen lugar dentro del ser humano. Uno de los que más me entusiasma es el que tiene que ver con el equilibrio. A través de la termodinámica y del estudio del equilibrio he podido comprender cómo fácilmente y sin hacer nada se puede cambiar la realidad.

La química me ha enseñado que cuando yo determino como quiero o me quiero sentir,  el mundo gira a mi alrededor para que yo viva ese estado que yo he determinado. Y eso lo hacemos constantemente, de una manera inconsciente. Que interesante comprender el mecanismo para hacerlo funcionar como yo deseo, no te parece?

Pero lo más importante es comprender que, para ser yo mismo, tengo que transmutar la materia. En este caso cuando hablo de materia, estoy hablando de mí mismo, de mí misma. Desde la perspectiva que contemplo la vida,  comprendo que a este mundo, a esta existencia que estamos viviendo, nacemos dos veces.

La primera es cuando salimos del vientre de nuestra madre; pero entonces venimos cargados de las historias de nuestro transgeneracional y proyecto sentido; y directamente sumergidos en la experiencia de nuestra familia, a través de la cual, incorporamos multitud de creencias que ellos ya traen consigo.

Cuando somos conscientes de que no vivimos la vida que nosotros deseamos tenemos la segunda oportunidad de nacer y, es nacer a quienes somos realmente.

Esto tiene mucho que ver con el encuentro con la piedra filosofal de la que hablaban los antiguos alquimistas que permitía transmutar el plomo en oro. Y el oro, es el metal noble por excelencia Su nobleza se manifiesta porque no se altera por el medio ambiente,  no se combina prácticamente con ningún otro elemento y siempre mantiene el brillo. Es conductor del calor y de la electricidad; y es capaz de estar al lado de otros núcleos de oro y de esa forma aumentar su brillo.

En mi etapa como investigadora universitaria dedique mi experiencia en crear polímeros.

Curiosamente entonces explicaba a mis alumnos que un polímero es la unión de varios, o muchos monómeros. Y para que un monómero pueda ser parte de un polímero debe de tener unas determinadas características. La característica principal es que debe tener en alguna parte de su estructura un enlace doble. Así, este enlace doble, o múltiple,  se puede romper y de esa forma se puede unir a otras moléculas iguales, que también han roto ese enlace.

Yo les ponía el símil de una persona con los brazos cruzados. Cuando una persona con los brazos cruzados los abre, puede entonces unirse a otras personas. Esa es la imagen que yo desarrollo; es la de formar un polímero humano. Volver a la unidad.

Rocío Lapuente

Dra. Ciencias Químicas y Especialista en BioNeuroEmoción

http://www.rociolapuente.es/

Articulo extraido de www.InstitutoDraco.com

Read more