¿Cómo preparar un desayuno energético según la macrobiótica?

El desayuno significa como su nombre indica, perder el ayuno. Nos acabamos de despertar de un reposo en el que nuestro cuerpo ha regenerado sus células y estamos dispuestos a afrontar un día lleno de actividades y emociones.

En la práctica de la macrobiótica los cereales integrales son un alimento esencial que nos da dirección y estabilidad en la vida. Además nos aportan energía de forma duradera y son ricos en minerales y vitaminas. Como son hidratos de carbono de liberación lenta, son esenciales para una dieta equilibrada. Se recomienda que los cereales que elijamos sean integrales y ecológicos.

image1El arroz redondo integral es una de las mejores alternativas para comenzar ya que es uno de los mejores alcalinizados de nuestra sangre (tiene la misma combinación que nuestra sangre: 7 partes de potasio por una de sodio) y es de los arroces más nutritivos que existen.

Es el único que conserva todos los beneficios gracias a que en el proceso de refinado, no se le ha eliminado su cascarilla, conservando así la mayor parte de vitaminas (principalmente vitaminas del grupo B y E), proteínas y minerales (sobre todo magnesio, calcio, potasio y fósforo). Es uno de los arroces más empleados dentro de una dieta y alimentación sana.

Según la macrobiótica, un desayuno completo debe estar compuesto por cereal integral y una bebida en forma de té Kukicha, infusión o sopa de miso. Para llegar a este cambio en el desayuno, hay personas a las que les puede costar poco y acostumbrarse con rapidez, y para otras en cambio, puede ser más lento y difícil.

Es muy importante que nos quedemos satisfechos y disfrutemos con cada comida, sólo así podremos enfocar nuestra mente en lo que nos depara el día y no con el pensamiento puesto en las ganas de comer constantes. No debemos de olvidar la importancia de masticar mucho la comida, esto es clave para una buena digestión y asimilación de nuestros alimentos.

Os propongo el cambio a un desayuno macrobiótico, considerando qué tipo de sabor estamos acostumbrados a ingerir en la hora del desayuno (salado, dulce,…) y así cambiarlo por una alternativa parecida:

  • Para personas con la costumbre de comer galletas:

Proceso de cambio hacia el desayuno ideal: galletas sin azúcar – grano – muselina – copos de avena con pasas y melaza o granola – crema de arroz con frutos secos.

  • Para personas con la costumbre de tomar café:

Proceso de cambio hacia el desayuno ideal: té negro con bebida vegetal – té solo – café de cereales – té kukicha – sopa de miso o caldo de verduras.

  • Para personas con la costumbre de comer tostadas de pan:

Proceso de cambio hacia el desayuno ideal: pan integral de levadura madre – granola – muesli – copos de avena con pasas y melaza o grano – crema de arroz con frutos secos.

Si estamos acostumbrados al sabor salado en el líquido, sustituirlo por sopa de miso.

Si estamos  acostumbrados al crujiente de la galleta, comer galletas sin azúcar, grano o un alimento crujiente alternativo en el periodo de adaptación a la crema de cereales.

La crema de arroz es muy rica y sencilla de preparar (abajo receta) y es importante que a la hora de servirla tengamos en cuenta que se puede preparar con diferentes ingredientes (frutos secos, pasas, semillas, granola, compota de manzana, canela,…). Lo interesante es que vayamos haciendo nuestra propia combinación hasta que cada uno encuentre la que más le guste, y nos acostumbremos a las texturas.

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* RECETA DE CREMA ARROZ INTEGRAL

  • Ingredientes:

arroz integral, alga kombu (un cuadradillo, del tamaño de un sello), sal de mar.

  • Elaboración:

Lavar el arroz y dejar a remojo durante mínimo 1 hora.

En olla a presión (una parte de arroz por 2 de agua): primero 10 min a fuego alto, luego 30 min a fuego mínimo sobre una placa difusora. Dejar que el vapor salga por si solo, quitar la válvula, destapar la olla, y trasladar el arroz a un recipiente de cristal, cerámica o madera.

En olla común (una parte de arroz por 5 de agua); primero 10 min a fuego alto, luego 2 horas fuego mínimo sobre una placa difusora. Destapar la olla, y trasladar el arroz a un recipiente de cristal, cerámica o madera.

Maider Sorasu Alcubilla – Cocina Macrobiótica

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¿Qué es la macrobiótica?

Macrobiótica significa Macro: Grande; Biótica: Vida = Gran Vida. Conseguir a través de la alimentación una vida más larga y saludable que nos permita conseguir todo aquello que nos propongamos.

La Macrobiótica realmente es una filosofía de vida donde además de tener en cuenta la forma de alimentarnos, también son esenciales otros hábitos de vida saludables como el ejercicio físico, la meditación, el contacto con la naturaleza,… Por lo tanto, es muy importante llevar un modo de vida en contacto con la naturaleza respetando a las personas y a los animales.

Es una forma de vida consciente y saludable que se ha practicado desde la antigüedad por personas de culturas y orígenes muy diferentes.

Su práctica requiere de una buena base teórica para poder entender cuáles son sus principios, y una parte práctica o vivencial para aprender qué debemos comer en cada momento.

La práctica de la macrobiótica nos permite conocernos a nosotros mismos y ofrecernos aquello que necesitamos en cada momento para sacar el máximo partido de nuestra naturaleza.

Aprender a alimentarnos de forma consciente, eligiendo qué es lo que necesitamos, cuándo y cómo vamos a preparar nuestros platos, nos va a permitir que logremos un resultado que tiene un valor incalculable: sacar todo nuestro potencial.

A pesar de que lo olvidemos a menudo, la sangre (y por consiguiente toda la nutrición de las células, los órganos y el sistema nervioso) se genera a partir de lo que comemos. Somos literalmente lo que comemos. Cada una de nuestras células está influida por la calidad de la sangre que las nutre y ésta, a su vez, se genera a partir de lo que comemos cada día.

En mi opinión, la respuesta a la mayoría de nuestros problemas de salud la tenemos debajo de la nariz tres veces al día: en el desayuno, la comida y la cena.

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Por ello, cuando decidimos que queremos comenzar un cambio de hábitos que incluye un cambio en la alimentación, vemos que hay muchas teorías ¿cuál de ellas es la buena? ¿quién tiene razón? En realidad, muchas formas son válidas; la clave está en encontrar aquella que se adapte más a tus necesidades.

Uno de los principios de la macrobiótica es “No creo, experimento”. No te creas nada, nadie tiene la verdad, el único modo de encontrar tu “larga vida” es experimentando y creando tu propia realidad. Los resultados prácticos son la mejor y más clara manera de saber si lo que estamos haciendo es adecuado o no.

Desde mi experiencia personal, cuando comencé con la macrobiótica, me fascinó aprender y sobre todo experimentar que los alimentos que elegía tenían en mí un efecto a nivel global: mi energía aumentó, mi mente estaba despejada, mis emociones se volvieron más estables,… la lista de beneficios es muy grande, y cada uno notará efectos diferentes.

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Pero cualquier cambio en la forma de vida de uno requiere un esfuerzo personal, y una decisión profunda para llevarlo a cabo, por eso, mediante los talleres que propongo quiero daros las herramientas y acompañaros para que podáis conseguirlo.

Vivir la Gran vida es sencillo si aprendes a hacerlo paso a paso. Ahora es el momento para comenzar el camino hacia las metas y vivir realmente la vida que deseamos!

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Maider Sorasu Alcubilla – Cocina Macrobiótica

Primer Taller:

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