Consejos para detectar a tiempo el maltrato psicológico en la pareja. ¡No permitas que te pase a ti!
El problema del maltrato psicológico radica en cuando se desestima su dimensión y pasa a verse de forma corriente en las parejas. Es menester reconocer que es una forma de violencia y por más insignificante que sea el acto, genera problemas en el afectado. Comenzar por entender que existe un límite entre la franqueza y la ofensa será determinante para dar un curso a la relación. Aunque tanto victimario o victimaria, así como la víctima, quieran pasar por desapercibidos los actos, las consecuencias siempre serán perjudiciales.
La progresión del maltrato psicológico puede desencadenar en depresión e incluso la muerte del afectado. Pero, para prevenir estas situaciones decidimos traer para ustedes un artículo que les permitirá tomar medidas sobre el asunto. Por supuesto, identificar claramente si estás siendo víctima de este tipo de violencia y a qué solución puedes llegar. Además, estas letras son aliciente para sobrepasar para que te armes de valor y salgas a flote positivamente de aquello que no mereces vivir.
Dar alerta a tiempo
En primer lugar, busca ayuda inmediatamente si la comunicación verbal ha pasado a ser violencia física. No existe ningún motivo para que atenten contra tu cuerpo como consecuencia de determinados actos. Si los golpes, empujones, puños, etc., han hecho parte de los reclamos, es necesario que abandones cuanto antes la relación. De lo contrario, alguna acción inesperada por parte de cualquiera de los dos puede poner en peligro la integridad e, incluso, la vida. Por lo tanto, comunícalo a tu familia y amigos cercanos, e inmediatamente toma medidas sobre abandonar esta relación.
Tu aporte no es tan importante
Cuando se está restando valor a tu aporte económico, lo cual podría estar afectando la relación para ambos. Este es un factor determinante, ya que el estatus económico puede determinar patrones de comportamiento decisivos. En muchos casos, subestimar el desempeño laboral y desestimar las ganancias económicas, derivan en violencia psicológica. Si tu trabajo es infravalorado, además de que esto esté afectado tu desempeño laboral, busca ayuda. Toma medidas sobre el futuro de la relación y decide entre tu bienestar laboral y económico, y el sentimental
Te faltan libertades
Si tus horarios se están viendo controlados, manteniendo una predisposición del tiempo que tardas en determinada acción, presta atención. Puede que tu pareja esté controlando tu horario laboral, a qué hora sales y a qué hora entras, por qué el motivo de llegada a determinada hora y demás. Si esto pasa, tu libertad se está viendo afectada y puede desencadenar en comportamientos que te retraigan. Si esto sucede, toma cartas sobre el asunto y define cómo replantear la situación para el beneficio de ambos.
Te falta al respeto ante los demás
Cuando te hace quedar mal en público y terminas por ser víctima no solo de tu pareja, sino de quienes están percibiendo y apoyando el acto. Esto sucede constantemente entre reuniones de amigos y, en caso más difíciles, en reuniones familiares. Poco a poco, pasarás de ser la pareja de tu novio o novia, a ser reconocido o reconocida como personaje vulnerable ante los comentarios. Esto, debido a que los presentes apoyarán y continuarán faltándote el respeto cuando se den los momentos apropiados. Aprovecha si esto es desestimado por parte de alguno de ellos, denuncia ante los demás y contempla a estas personas a tu favor para desarrollar positivamente el caso.
Abusa de tu ayuda
Atiende a cuando has pasado de ser su pareja a ser su sirviente y te esté usando para el beneficio de sus necesidades. Esto ocurre cuando las labores en el hogar, las tareas personales o las obligaciones laborales han pasado a ser únicamente realizadas por ti. Encuentra el límite entre ser una persona ayudadora, a satisfacer las necesidades que son exclusivamente de tu pareja. Al menos, que las acciones sean compartidas o haya un trabajo equitativo demostrará que vale la pena darle su espacio y qué él o ella puedan actuar por sí mismos.
Extraido de: Editorial Phronesis