Gente Tóxica

Yo no sé si es porque estoy más vieja o porque he desarrollado mucho mi sensibilidad este último tiempo por diversas situaciones, pero estoy casi segura que ha aumentado, y así me lo dice mucha gente, una “casta” de personas que se creen con el derecho de arruinarle la vida a cualquier persona que decide construir su cotidianeidad desde lo positivo y el entusiasmo.

Siempre he planteado y así fue en el estudio de la felicidad que la felicidad es una decisión y que la gente que hoy es feliz no es gente que no tenga problemas porque esos seres humanos no han nacido, ni van a nacer. Ellos se levantaron y tomaron la decisión de ser felices con muchas tristezas en el corazón.

Si ya es difícil tomar esa decisión e intentar ser una buena persona, lo que debe ser un trabajo aún más complicado, resulta increíble tener que además pasar la barrera de un sin número de personas que no se llaman negativos, ni pesimistas, sino que realistas y los cuales con ese argumento pareciera que andan buscando gente feliz, entusiasmada, optimista para “deprimirla” a la brevedad.

Es como si ser positivo(a), sea un signo de ingenuidad o literalmente de “pelotudez” y esas personas se ven con la misión de destruirnos nuestros sueños al menor tiempo posible.

Seguramente, Ud. Que lee esta columna, conoce a muchos y a muchas con estas características que se especializan en lo que yo llamo: anticipar desgracias para todo.

Son boicoteadores de sueños y de buenas ideas y lindos sentimientos. Suponen de que lo bueno dura poco y la felicidad son sólo momentos y la centran fatalmente en la alegría y no en una decisión.

Es difícil intentar hacer reflexionar a estas personas toxicas sobre su forma de operar. Se amaparan en el realismo y es como si eso les diera cierto aval científico para decir lo que dicen.

La mejor forma de tratarlos es haciéndoles sentir que no surte efecto su estrategia y que no logran contaminar nuestras vidas. Evidentemente es mucho más difícil cuando se encuentran dentro de nuestra familia o de nuestro trabajo.

Si los puede evitar, hágalo, sino se puede hágales sentir que con una carcajada se logra más que su cara contracturada o “de culo” y que nada, ni nadie puede obstaculizar la decisión de ser feliz.

Estas personas se protegen a veces en las redes sociales y en otras plataformas para expresar su toxicidad y de verdad creo que han adquirido cierto status intelectual que me parece preocupante y que los ha llevado a “reproducirse” con mucha rapidez.

Ojalá los pudiéramos dejar sin trabajo y desde las casas eduquemos a nuestros niños en el máximo esfuerzo y en la pasión y la búsqueda de sueños. Así tendrán más herramientas para vencer a estos “anticipadores de desgracias” que tanto daño nos hacen a quienes con esfuerzo y con problemas y dolores intentamos aportar desde la alegría, el positivismo y la construcción de sueños.

Entonces primero, propongámonos identificarlos, reconocerlos y desde ahí hacerles sentir desde nuestro testimonio y no desde nuestro discurso que no es buen negocio lo que hacen y que una sonrisa y una ilusión trabajada con esfuerzo es la mejor realidad que queremos construir.

Extraído de www.pilarsordo.cl

 

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