Invisibles, seguras, sexys y poderosas. Las ‘hermanas mayores’ quieren ver publicidades con mujeres de 45-60 años para anunciar sus productos

Son el 22% de las mujeres, tienen entre 45-60 años, están en su mejor momento profesional, con  las prioridades claras y más tiempo para ellas. Se cuidan, controlan su futuro, son estratégicas, líderes, comprometidas y pertenecen al universo que toma el 80% de las decisiones de compra del planeta. La Mujer.

Pero son invisibles. Según el Geena Davis Institute on Gender Media; las marcas y la publicidad no las ve. En Estados Unidos son las PrimeTimeWomen y controlan 19 trillones de dólares. Según Marti Barletta, son el target más poderoso y las marcas deben darles protagonismo. Se asocian entre sí para buscar alianzas, están preocupadas por el medio ambiente y por el impacto social y apoyan las empresas con valores. Si la gran empresa no las promociona, emprenden su negocio. Lisa Belkin del NYTimes lo bautizo como la “opt out revolution” en 2003.

Con canas y a lo loco. Son mujeres que lucen su edad mostrando la parte sexy, segura y poderosa del paso del tiempo. Son valientes y asertivas; no les importa caer mal. Nosotras las llamamos las “Big Sisters”; las hermanas mayores. Son nuestro referente, nuestras aliadas, nuestras cómplices.

De la tía Maria a la Big Sister. Pasan de ser las viejas aburridas a las maduras molonas. Las marcas han seducido a estas mujeres tratándolas de marujas, tía Maria o solteronas. Nada más lejos de la realidad. Son absolutamente inspiracionales y modelos a seguir para las generaciones más jóvenes. Quieren marcas que rompan estereotipos, con impacto social, una buena historia que contar y que abanderen la lucha feminista. Buscan marcas que las visibilizen.

Las Big Sisters son las reinas del consumo porque no solo compran para ellas, compran para toda la familia. Quieren ver publicidades con mujeres de 45-60 años para anunciar sus productos, no solo para productos de salud o viajes del imserso, sino también para coches, zapatillas de correr, productos financieros, ropa interior o safaris a África. Como decía Carmen Alborch “somos malas pero podríamos ser peores”.

 

Extraído de: Gemma Cernuda, columnista en El Periódico de Catalunya

gemma
Gemma CernudaCanelles
gemma@peixandco.com
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@peixco

 

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