PIONERAS EN EL MUNDO DE LOS NEGOCIOS Y LAS CORPORACIONES

MIS AMIGAS, MIS PARES, NUESTRA LUCHA.

Hace algunos días, una joven profesional consiguió un muy alto cargo en una empresa importante, compitió con varias personas y resultó seleccionada después de un tedioso proceso, al que fue invitada por un head hunter.  Éxito, sin duda, que merece felicitaciones.  Sin embargo, cuando lo contó en su grupo más cercano de amigas quedaron solo los vistos azules en el WS, sin saludos efusivos ni grandes gritos de alegría. Sticker y silencio. Nada[1].

A fines de los 80 éramos pocas las mujeres en cargos ejecutivos altos y eso nos hacía diferentes, debido a las expectativas que tenían en nuestra familia, la relación con otras mujeres y esa necesidad interna que nos inclinaba a pedir disculpas, cuando no lográbamos cumplir los roles asignados a las féminas de entonces; (sin desmerecer) usualmente la casa y los hijos.  Culpábamos al trabajo por no tener más tiempo disponible (¿o era al revés?)

En mi caso, tuve la buena suerte de trabajar mediodía, envidia de muchas, aunque el sueldo era menos que la mitad de lo que recibían mis compañeros y el riesgo de no poder avanzar a cargos altos, agregaba costos adicionales.

Fuimos pioneras y nos atrevimos a cruzar la línea; a llegar tarde y corriendo a la reunión del colegio, a no asistir al tecito de las mamás, a pedir que nos acarrearán a los niños y a ser muy organizadas, todo para recibir satisfacción por ejercer la profesión que estudiamos; de tener éxito, o simplemente saber que se podía. Porque queríamos.

Es cierto que, desde hace años, la mujer ya estaba integrada en el trabajo en aquellos cargos “lógicos” de acuerdo con lo que entonces se entendía por naturaleza femenina; profesora, enfermera, secretaria[2]. En una empresa, las mujeres solo podían aspirar a cargos medios en una organización, siempre postergadas al momento de ascender[3]. Recuerdo casos concretos como el de una amiga a quien no escogieron para Gerenta[4] de Finanzas porque pensaron que no aceptaría, ya que tenía tres hijos pequeños. Nunca le preguntaron. Estaban equivocados.

En este siglo hemos avanzado algo. Las estadísticas señalan que, en 1995 un 10% de los cargos de poder eran de mujeres. El 2018 llegaban a un 20%[5]. Estudios de este año indican que, a nivel de directorios el 12,7% de las personas son mujeres, cifra que se reduce en las empresas IPSA llegando apenas a un 9,7%[6]. El proceso ha sido lento. Las mujeres que no llegaron a cargos altos no lo hicieron porque no hay oferta, no hay credibilidad, no hay interés y porque aún chicas y chicos no alcanzamos a ser realmente pares en este mundo. ¿Será que aún la costilla de Adán sigue marcándonos?

En fin, las estadísticas nos dicen que, en un grupo de 10 amigas, solo 1 ascenderá a un cargo importante en el país. Las otras 9 ejecutivas sentirán alegría por quien lo consiguió y también pena, porque las probabilidades arrojan que perdieron la esperanza de lograrlo. ¿Hacia dónde se inclina la balanza de esta emoción?

Me quiero detener en la relación entre mujeres cuando tenías un cargo alto en la empresa. Hace 30 años, eras la única mujer que entraba a reuniones de ejecutivos y gerentes, los tuteabas y eras una más del grupo, tenías puertas abiertas a la gerencia general, no marcabas horario, no usabas uniforme y tenías tu propia oficina. Te comparabas solo con mujeres profesionales de otras empresas que estaban en tu misma situación; la única en un equipo de varones.  Esto producía incomodidad entre las mujeres de la oficina y no sabían cómo llamarte o en que grupo ubicarte dentro de la sociedad. Surgía el “usted” eventual, mezclado con el diminutivo de tu nombre[7].  Sentías que les eras antipática a todas (os)[8]. ¿cuánto de esto ha cambiado?

En el ambiente fuera del trabajo callabas, nunca decías el nombre de tu cargo,tampoco el detalle de tus tareas o el mundo en que participabas. Callar para encajar. Era como tener un lado B. Luego, dado lo anterior, pocas de tus amigas sabían cuándo te promovían o cambiabas de empresa hacia un mejor cargo. Si nadie sabe, nadie te felicita. Aprendes a tener tus éxitos con mucho esfuerzo, en silencio y solo para ti.

Las explicaciones que yo misma me he dado a esos comportamientos es que resulta más adecuado, al reconocerse como extraña al grupo.  Y de eso se trata ser pioneras. (Mi abuela paterna fue una de las primeras mujeres Farmacéuticas, tituladas en la Universidad de Chile en 1928)[9].

Este año se nombraron mujeres por primera vez, en cargos de importancia nacional; Presidenta del Banco Central y Rectora en la Universidad de Chile.  Esta situación provocó numerosas felicitaciones en las redes sociales y en todos los medios del país.

Pioneras. Diferentes. Extrañas.

Entonces, ¿la regla de las probabilidades es la razón por la cual aquella chica que logró un cargo mejor, un ascenso, no recibió espontáneas felicitaciones desde sus amigas?

El abrazo fraterno entre las mujeres, el sentirse orgullosa de quienes logran un avance en el mundo de los negocios y las corporaciones, probablemente marcará el cambio que se necesita para llegar a la paridad. Sin obligaciones, sin cuotas, solo porque queremos, podemos y estamos felices por aquellas que van marcando el camino.

Marcela Contreras Berrios – Conoce más a Marcela aqui

Foto portada  de Christina @ wocintechchat.com en Unsplash

[1] La mas pura y santa verdad

[2] Me imagino que los enfermeros y los secretarios saben de qué estoy hablando hoy,

[3] Salvo excepciones.

[4] Gerenta. La Rae señala que gerente es nombre masculino y femenino, excepto en Arg., Bol., Chile, Ec., Hond., Méx., Nic., Par., Perú, R. Dom., Ur. y Ven., donde se usa gerenta. (valga la explicación)

[5] Mapa del poder y género en Chile (1995-2018). PNUD. Marzo del 2020.

[6] Modelos de diversidad de género en los Directorios. Fundación ChileMujeres. Organización Internacional del Trabajo. Mayo 2022.

[7] El don y el señor estaban reservados para los varones. Como si no existiera ese sustantivo en femenino para tratarse entre pares.

[8] Ya sabemos que gramaticalmente está incorrecto. (remítase al primer artículo de pioneras)

[9] Permítaseme este comentario.

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