Cuando la vacuna COVID-19 ya ha llegado a Chile y un grupo de trabajadores de la salud ha sido vacunado queda mucho por hacer. En lo que respecta a la situación de las mujeres, numerosos estudios muestran el mayor impacto de la pandemia en nuestras vidas. Sin ir más lejos, es sabido que en América Latina el 88% de las mujeres perdió el empleo y no volvió al mercado laboral, según reporta Comunidad Mujer aludiendo que “del millón 837 mil personas que han perdido su trabajo en el 2020, 899 mil son mujeres, el 48,9%”; en el sector de la salud la dotación es mayoritariamente femenina, debe sumarse a ello la sobrecarga del teletrabajo con la inexistencia de regulación de políticas públicas y falta de acuerdos de corresponsabilidad familiar.
Desde marzo del 2020 los gobiernos disponen del documento de ONU Mujeres y COVID-19 con las 5 acciones que pueden adoptar sin demora. Necesitamos más políticas públicas y regulaciones, así como más acciones individuales y colectivas. El momento de actuar es ahora, es una posibilidad para expertas y expertos y miembros de organizaciones de mujeres aportar a una voz independiente, especializada y multiplicadora con enfoque de género.
Así como en la emergencia del EBOLA en Africa Occidental en el 2014 los grupos de mujeres amplificaron el distanciamiento social en las comunidades a través del uso de sus redes y obtuvieron un papel importante en el fortalecimiento de la respuesta a la crisis; en Kenya por su parte las mujeres de la comunidad de Rendille se unieron para proteger sus tierras cuando llegaron los inversionistas y las reclamaron como suyas, la comunidad se unió para encontrar una solución, celebrando reuniones comunitarias, especialmente las mujeres. Querían participar en el proyecto de desarrollo, con las voces de las mujeres en el centro, llevaron a la empresa responsable ante los tribunales, con la esperanza de proteger sus tierras comunales; y así en distintos momentos de la historia han existido coyunturas que suscitaron la organización de ollas comunes, que en su mayoría han sido impulsadas por mujeres, como por ejemplo la organización PorTodas.
Contamos con suficientes experiencias inspiradoras, en Chile hombres y mujeres desde nuestras fortalezas debemos generar nuevas acciones, y podemos ser parte en este tiempo de crisis de la superación de esta problemática que afecta mayoritariamente a la mujer. Con estrategias y la suma de capacidades se podrá hacer frente al retroceso en igualdad de género que anticipan los organismos internacionales, generando al mismo tiempo un movimiento de alto impacto.
No podemos quedarnos de espectadoras, es hora de protagonismo y de atrevernos a ejecutar nuevas y más acciones, ahí en el lugar donde estás y en el rol que ocupas, juntos y juntas será posible hacer frente a este vital desafío.
Carmen Gloria Gorigoitía C.
Fundadora Mundo Mujer®
Experta en Liderazgo Personal
www.mundomujer.cl
Muy buen artículo! Felicitaciones! En lo personal me hace más sentido el “atrevernos a ejecutar” que la huelga feminista.