“Tú hijo no habla mucho, debe ser porque como trabajas fuera de casa está poco estimulado”. “Ya, es un capricho que tengo …” contesté.
El sentido de culpabilidad que te persigue, personal y socialmente, cuando trabajas muchas horas fuera de casa es un mal común que se multiplica cuando, además, vives en el extranjero sin soporte familiar y todo el mundo da por hecho que debes renunciar a tu carrera.
Las mujeres asumimos la carga mental y pensamos mucho más durante el día en aspectos domésticos así que, cuando no conseguimos que todo sea perfecto, surge el sentimiento de frustración… Y si, se te olvidan cosas, no puedes ir a todas las infinitas actividades del cole y a veces incluso, al dejarlos por la mañana, te das cuenta de que no les has lavado la cara gracias al bigote acusador del colacao.
¿Nos considerarán nuestros hijos peores madres? Yo digo que no. Una madre con una carrera sin renuncias es un excelente modelo para sus hijos, yo opto por no sentirme culpable, por disfrutar de todas las facetas de mi vida y, cuando llego a casa, intento estar para ellos con los 5 sentidos y escucharles, contarles cuentos, hablar de nuestro día y reírnos juntos.
No permitas que nadie consiga que te sientas culpable por la forma en que eres madre hashtag#conciliacion hashtag#corresponsabilidad
Extraido de: Blanca Rodriguez Lainz | LinkedIn