Mi hija está haciendo un diplomado de fitoterapia (el uso de las plantas o extractos medicinales para usos terapéuticos) y en él le enseñaron algo que me hizo pensar.
Se planteaba, odiando yo un poco las tipologías, que habían dos maneras de enfrentar la vida o estados emocionales que nos hacen mucho daño.
Una de ellas tiene que ver con el estar pegados en el pasado sin ser capaz de aprender del dolor, lo cual traído hacia el presente genera melancolía en las personas que lo experimentan. De ahí incluso se podría derivar la depresión y otros cuadros que nos muestran nuestra dificultad para soltar y liberarnos de lo que ya pasó.
Otra forma que está exactamente en el otro polo, es la gente que vive proyectada hacia el futuro y en lo que tiene que hacer, lo cual inevitablemente lleva a la formación de angustia dentro de nosotros. Siempre cuando anticipamos, vamos a anticipar en negativo y eso siempre provocará tensión y miedo que se expresará como panza apretada, respiración cortita y mucho suspiro.
Al escuchar ambas visiones, lo primero que me pasó fue preguntarme a cuál de los dos grupos pertenecía yo, que seguramente es lo que usted está haciendo ahora. Yo descubrí que tengo cierta tendencia a ser más anticipadora y por lo tanto a la angustia aunque me dió gusto descubrir que he crecido mucho y no estoy pegada en ninguna de las dos. Intento vivir conectada al presente solamente y me funciona.
La mayoría de las personas, sin embargo oscilan entre uno y otro polo dependiendo de lo que están viviendo y la solución para no caer en ambos polos es la conexión con el presente.
Este acto que debiera ser tan natural y sano, es muy difícil de lograr porque la vida nos lleva permanentemente hacia atrás o hacia adelante.
La respiración es la primera forma y más fácil para regresar a lo inmediato que por lo demás es inevitable, y que me trae a todo lo presente que es donde no hay pasado y tampoco futuro y por lo tanto no hay angustia.
Un segundo ejercicio para volver a trabajar el presente, es preguntarse ¿dónde estoy y que estoy haciendo? Esa simple pregunta me trae a lo de ahora con mucha fuerza y desde ahí puedo conectarme conmigo y centrarme en mi, para seguir haciendo mis actividades diarias.
El pasado ya pasó, y el futuro no ha llegado y aunque suene fácil decirlo, la única energía que me permite avanzar es la de ahora y eso me ayuda a sanar y aprender de lo vivido y a trabajar desde la voluntad por un futuro pleno y feliz.
Quizás es bueno jugar a ver qué tendencia tenemos, o si oscilamos entre ambos para no ser felices, pero quizás lo más importante de este aprendizaje es lo importante que es conectarse con el “ahora” y desde ahí sanar y avanzar.
En el mundo que vivimos todo está centrado en ayer y mañana, y el hoy que es lo único que de verdad tenemos, pasa como un ser invisible que no percibimos.
Ojalá podamos trabajar en el donde estoy y que estoy haciendo y aprendamos a tomar conciencia de la respiración que es la mejor conexión de que estamos vivos.
Un abrazo y hasta la próxima.
Escrito por Pilar Sordo – Psicóloga
Extraído de www.pilarsordo.cl