A todas nos ha pasado que cuando se anuncia un cumpleaños parece que es una tragedia en vez de una fiesta. Las velas ya no están en los pasteles y las mujeres mentimos en la edad como un signo de coquetería. Sentimos muchas veces que nos digan que nos vemos más jóvenes es un piropo y nada parece tener sentido.
Yo tengo 51 años y me ha costado mucho llegar a ellos con dolores y alegrías y si me dicen que parezco de 45 , me parece una falta de respeto el que me resten seis años de caminata . Quiero que me vean de 51 y bien con ellos.
Sin duda algo nos pasa con el cumplir años, por un lado hay una idealización de la juventud como la única etapa de la vida donde pasan cosas buenas donde se asume que en ella hay éxito, belleza, dinero y todo eso pareciera que se va perdiendo con el paso de tiempo.
Por otro lado está el temor a la muerte, la única certeza que tenemos y para lo único que no estamos preparados.
Es muy contrastante ver cómo algunos países asocian la vejez a sabiduría, tiempo libre y poder disfrutar de la naturaleza y de los afectos y hay otros en América latina que lo asocian a la pobreza, soledad y enfermedad.
Parece que no estamos sabiendo vivir el presente, que si hoy viviéramos tranquilos, amando a los que amamos y cuidando a los que tenemos que cuidar, mañana, cuando estemos viejos seremos cuidados. Parece que nos cuesta mucho entender el flujo de la vida donde todo lo que sale de uno vuelve a uno de la misma forma.
Si yo doy lo mejor de mi , recibiré cosas buenas y al revés también, pero nos cuesta entender eso.
Disfrutar del paso de los años es nuestra responsabilidad y tenemos que ponerle mucha vida y sueños para envejecer lindamemte.
En la investigación del No quiero envejecer, se probaba que la vejez se produce cuando los recuerdos superan a los proyectos. Mientras haya proyectos y no me quede pegada en el pasado, y esté en movimiento la vejez será de mejor calidad y con mucha mayor salud.
Además, como la medicina nos regaló treinta años y no sabemos qué hacer con ellos, tenemos que preguntarnos lo mismo que nos preguntaban de niños. Cuando éramos niños, nos preguntaban que queríamos ser cuando grandes, ahora en la adultez tenemos que preguntarnos qué tipo de vieja queremos ser y desde ahí planificar cómo hacerlo para cumplir esos sueños.
Envejecer es inevitable y ojalá todas lleguemos a viejas, porque sino, tendríamos que aceptar que nos vamos a morir antes y yo quiero ser llamada abuela y poder envejecer cumpliendo sueños hasta el último día.
Las invito a preguntarse qué Vieja quieren ser y que van a hacer para cumplir sus sueños. Pregúntense donde quieren envejecer, con quien , haciendo qué, porque eso va a determinar lo que tendrán que hacer hoy para ir por más en la vida.
Acuérdense que no hay que quedarse pegado en los recuerdos y siempre hay que tener algún proyecto , da lo mismo si es grande o pequeño, lo importante es avanzar cumpliendo sueños todos los días.
Las invito a envejecer, lindas y sanas, disfrutando de cada detalle y sobre todo de los afectos.
Escrito por Pilar Sordo – Psicóloga
Extraído de www.pilarsordo.cl