Pataletas – parte 2 de 2

En mi libro “Apego Seguro: Cómo relacionarte con tu hijo a partir de los 2 años” propongo un diagrama de regulación que consta de 7 pasos.

  1. Regularse uno
  2. Sintonizar con el estado mental del niño
  3. Reflejo del estado mental
  4. Favorecer/permitir la expresión adaptativa
  5.  Calmar
  6. Reflexión guiada
  7. Reforzar

Martín tiene 3 años recién cumplidos. Ayer por la tarde estaban invitados a comer a la casa de los abuelos. Camino al ascensor, su hermano mayor se adelanto y apretó primero el botón. Acto seguido, Martín se puso a llorar y comenzó hacer una pataleta. Como podrán imaginar, él quería apretarlo y ahora ya no podía.

Su madre, que ya iba estresada con la hora, pensó en silencio ¡Lo único que me faltaba!. Respiró profundamente (regularse uno) y se agachó para ayudarlo a calmarse. Se dio el siguiente diálogo:

Mamá: ¿Querías apretar el botón? (sintonización)
Martín: Siiii
Mamá: Y te da rabia que tu hermano lo haya apretado primero ¿Cierto? (sintonización/reflejo).
Martín: Siiii
Mamá: Te entiendo.
Martín siguió llorando y se acercó a su hermano para pegarle. La mamá entonces lo frenó y le dijo “Sé que tienes mucha rabia, pero no por eso le vas a pegar a tu hermano” (expresión adaptativa). Lo dejó llorar un poco y le dijo “ya mi amor, trata de calmarte para que conversemos” y lo abrazó (estrategia de regulación: abrazo). En el auto, ya más tranquilo, lo ayudó aprender de la situación (reflexión guiada).
Mamá: Martín, no estuvo bien que le pegaras a tu hermano. Sé que te dio mucha rabia lo que pasó, pero no por eso le vas a pegar.
Martín: Si sé…
Mamá: ¿Me prometes que la próxima vez que algo te de rabia vas a tratar de controlarte?
Martín: si… pero yo quería apretar el botón.
Mamá: Si sé mi amor… pero él no sabia. Cuando quieres algo tienes que decirlo (reflexión guiada).
Martín: Ya mamá.
Mamá: Te felicito por haberte calmado. Sé que no es fácil y pudiste hacerlo (refuerzo).

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Agustina tiene 3 años y medio. Sus padres están separados hace ya un tiempo, pero este verano se fue de vacaciones por primera vez con su papá. Lo pasó muy bien y llegó muy contenta de vuelta con mamá. Pero en el transcurso de las horas, se puso un tanto irritable.

En la tarde, estaba tratando de ponerse una polera. Y como no podía la mamá la ayudo. Como quería ponerla sola, se puso a llorar y comenzó a hacer una pataleta.

Al verla llorar con tanta intensidad, la mamá se dio cuenta que podía haber una razón de fondo (sintonización), porque en general no llora por esas cosas. Que quizás era por las vacaciones. Entonces le dijo “Amor, ¿fue muy difícil para ti estar sin mamá estos días?” (reflejo). Agustina asintió con su cabeza. Su mamá entonces la abrazó y le dijo despacito al oído “si se mi amor… (pausa)… si tienes penita llora todo lo que tengas que llorar” (expresión adaptativa). Cuando Agustina había liberado gran parte de su estrés, su mamá le dijo “ahora vamos a respirar para calmarnos y poder hablar”.

Ya tranquila, se dio el siguiente diálogo:

Agustina: Es que te eché de menos mamá…
Mamá: Si sé mi amor, yo también. Sé lo difícil que puede ser tener vacaciones con mamá y con papá por separado.
Agustina nuevamente asintió con la cabeza.
Mamá: Que a pesar de que lo pases muy bien, echas de menos al que no está. Te entiendo.

La mamá la abrazó  y le dijo que cuando uno echa de menos a alguien, además de pensar en esa persona o llamarla, puede hacerle un dibujo. Y se prometieron que la próxima vez que se echaran de menos, se harían dibujos (reflexión guiada).

Les quise poner dos ejemplos de pataletas completamente distintas. La primera es clásica: Martín está cansado, no puede hacer lo que quiere y se pone a llorar. Yo creo que todos hemos pasado al menos alguna vez por una situación así. La segunda es menos común. Si bien Agustina se pone a llorar porque quería ponerse la polera sin ayuda, la verdadera razón de su baja tolerancia a la frustración es emocional.

Independiente de cual sea la causa, de cuán intensa sea la emoción o de las características y necesidades idiosincráticas de cada niño, el diagrama de regulación nos entrega una pauta a seguir. No siempre se siguen los pasos en el orden propuesto. A veces incluso no todos los pasos son necesarios. Pero cuando uno los conoce y entiende el sentido de lo que se está haciendo, se vuelven una gran herramientas para ayudar a nuestro hijo a recuperar la calma.

Lo último que me gustaría transmitirles, es la importancia de estar conectados y sintonizados a nuestros niños. Por su desarrollo lingüístico, la mayoría de las veces nuestros pequeños expresan lo que les pasa de manera no verbal y es importante estar atentos a sus señales. ¿Se imaginan lo triste que hubiese sido retar o mandar a Agustina a la pieza tras su pataleta, cuando lo único que necesitaba en ese momento era la contención de su mamá?

Regular no es nada de fácil. Pero vale la pena intentarlo. Espero que les haya servido.

Extraído de www.andreacardemil.cl

Mamá de 3
Psicóloga Infanto-Juvenil
Magíster en Psicoterapia Integrativa
Diploma en Terapia de Juego
Diploma en Manejo Interdisciplonario de las dificultades del Escolar

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