¿Te gustaría multiplicar exponencialmente tu productividad y lograr más en menos tiempo?
Sí estás acá, probablemente tu respuesta es… ¡Siii! Sin embargo, también te habrás dado cuenta que esto te pasa más de una vez:
Tenés un plazo, una fecha límite, que se aproxima. Pero, en lugar de hacer tu trabajo, estás mirando cada 10 minutos tu correo electrónico, haciendo scrolling en Instagram o Facebook, viendo algún video en YouTube, o mirando una seguidilla de capítulos de una serie en Netflix.
Honestamente, sabés que deberías estar trabajando en esa cosa importante, pero ¡no tenés ganas de hacer nada!
Eso mi querido amigo o amiga, es un hábito que disminuye tu capacidad de concentrarte, tu productividad, y se llama procrastinar. La procrastinación afecta tu productividad, como la criptonita lo debilita a Superman. Si, es así de peligrosa. Drena tu energía, te resta poder personal y sus consecuencias son letales para tus metas y sueños. Sin embargo, superarla es fácil si te haces consciente de ella, y entrenas tu atención. Así que no lo demoremos más: acá te enseño 7 maneras de ponerle fin.
1. Quebrá ese trabajo difícil en 4 o 5 partes.
Una las razones por la que procrastinás es porque, inconscientemente, encontrás la tarea demasiado abrumadora o difícil. Así que quebrarla en pequeñas partes, te permite centrarte en cada una secuencialmente. Es decir hacerlas una por una.
Pronto se verá tan simple que tu conversación interna sobre esa tarea, sonará muy parecido a «¡Es tan simple que podría hacerlo ahora!»
2. Terminá primero las cosas difíciles
Esa tarea más grande, la más importante (y la más pesada), la que probablemente quieras dejar para después si no haces algo al respecto ahora… ¡Esa es la que hace la diferencia! Así que hacela primero, abalanzate sobre ella. Una vez que hayas hecho esa tarea más importante, tu día fluye mucho mejor.
Otra de las razones por la que probablemente estés procrastinando, es porque te acostumbraste a trabajar mejor bajo presión. Entonces, ¿qué hacer cuando no fijaste fechas límite para tus proyectos? ¿Qué hacer cuando sos tu propio jefe y no hay nadie que te ¨ponga presión¨?
3. Determiná plazos y celebrá hacerlo a tiempo
Eso. Usa un marco de tiempo para completar tus proyectos y acciones. Programar fechas de inicio y cierre permite acelerar los procesos y tu éxito. Establecer fechas límite obliga a tu cerebro a reducir el enfoque debido a la urgencia de la fecha límite.
Ahora, una cosa importante para que tengas en cuenta: Fijar una fecha límite genera un poco de estrés, por eso la mayoría de la gente lo evita, pero ese tipo de estrés es el que precisas para concentrarte más en hacer lo que debes hacer.
¡Y…. date un premio si lo terminas a tiempo! El premio no deber ser necesariamente una cosa material, podrías aplaudirte, felicitarte, o usar mi manera de celebrarlo… Chocolate 100% cacao ¡Te lo ganaste campeón!
4. Activá tu modo imparable
Utilizá un temporizador para establecer una cantidad de minutos específica en la que no harás más que trabajar. Fijá unos 25 minutos, elimina todas las distracciones (teléfono, páginas web, redes sociales, email), y ponete en ¨modo imparable¨.
Trabajá de manera enfocada, sin detenerte durante ese tramo de tiempo, y observá lo que sucede. Lo más probable es que empieces a tomar ritmo y sigas trabajando a un ritmo muy elevado incluso una vez pasados los minutos que fijaste. Llegarás a tal nivel de enfoque que ¡no querrás parar!
5. No lo hagas perfecto ¡HACELO!
Si estás esperando el momento perfecto, las circunstancias perfectas, los recursos perfectos, las personas perfectas, o no querés completarlo hasta que hayas ¨perfeccionado¨ tu proyecto… en realidad estás procrastinando, lisa y llanamente. Simplemente ¡HACELO!
6. No apagues incendios
Es bastante frustrante ver que la mañana se pasó volando, y aún no hiciste las cosas importantes. Podés implementar un reseteo de tu día a la 1 PM. En ese momento evaluá cuánto lograste, cuánto progresaste en las tareas y proyectos del día. Recordate las prioridades, y si aún te están esperando en la agenda, abordá lo más importante. No apagues incendios.
Y en relación a esto es importante que conozcas un principio que se llama Principio del 80-20 o Principio de Pareto. El principio de pareto dice que sólo el 20% de tus esfuerzos producen el 80% de tus resultados.
Esto significa que no sólo precisas tener en claro tu estrategia para realizar tus metas, sino que esa estrategia debe ser la correcta, para que tu trabajo sea más efectivo, es decir usando tu tiempo, recursos y energía en las cosas importantes que realmente producen resultados y te acercan a tus metas.
7. ¡Actuá!
Al final, todo se reduce a tomar acción. Podrías hacer unos planes geniales, pero si no los ejecutás, no llegás a nada, porque nada va a suceder. Sea lo que sea que debas hacer, porque es prioridad para que progreses, te guste o no te guste, hacelo, o que alguien lo haga para vos ¡Tomá acción!
Ahora, la pregunta es… ¿Tenés que implementar estos 7 hábitos… todos juntos… hoy? No. Empezá por uno o dos, los que más precises en este momento, y recordá hacerlos hasta que se conviertan en algo automático.
Agustin Andrade
Autor y Comunicador
Extraido de Instituto Draco
Read more“Un volantín o cometa vuela más alto, cuando sabe utilizar eficiente y eficazmente el viento en contra”
Antes que todo y con el objetivo de familiarizarse con lo que entiendo bajo “Pensadores Transversales”, sugiero leer el siguiente resumen de titulares en este artículo del blog:
Mis 20 Reglas de “Pensamiento Transversal de Negocios (PTN©)”
En muchos de mis comentarios he aludido la importancia de abandonar los caminos trillados, porque las innovaciones reales nunca emergen en la corriente principal o de moda, sino siempre al borde de la acción cotidiana. En charlas y conferencias me han preguntado frecuentemente: :”¿Cómo puedo obtener eso, una idea que desafía el status quo y la posicione de tal manera, para que resuene?” Obviamente, esas personas que me han preguntado eso mismo o en un sentido similar, a menudo también han experimentado con sus buenas ideas, como se puede correr contra la pared y pegarse fuertemente en la cabeza, con jefes que tampoco respaldan o apoyan.
Cuando era muy joven, impacientemente quería que las cosas sucedieran rápidamente, pero sobre todo, si creía que mi idea era buena, trataba de imponerla con toda mi fuerza argumentativa. Al principio fracasé muchas veces, con los años, cada vez menos.
Como siempre fui ocurrente, inquieto, investigador, explorador, comencé a aplicar los criterios del “Pensamiento Transversal”. A partir de ello, aquí van mis consejos no solicitados:
1. ¡Los “Pensadores Transversales” desarrollan un concepto!
Una buena idea desde el fondo de tu mente o un destello de inspiración, son muy pocos. Si abres la boca, debes dedicarle un poco de tiempo a la discusión y la preparación de tu idea. ¿Cómo se puede describir la idea de manera coherente, convincente, reflexiva y creíble? ¿Cómo puedes dejar en claro que todo es más que sólo un voladero de luces?
Las buenas razones no son suficientes, porque las personas no son sólo racionales. Entonces: ¿La idea marca una diferencia emocional? ¿Hace que los clientes o empleados sean más exitosos o más felices? Y por último pero no menos importante: ¿Proporciona algún beneficio tangible, por ejemplo, al ahorrar tiempo o dinero o al ganar clientes?
2. “Pensadores Transversales” buscan aliados al interior de la organización
Los luchadores solitarios pierden visibilidad o los hacen a un lado. Un grupo – en ciertos casos también uno informal – es mucho más fuerte y más visible. También es bueno saber que tienes aliados por la misma causa y que no tienes que luchar solo. Los inevitables reveses también son más fáciles de procesar. Por lo tanto, vincúlate por las redes sociales con colegas de la organización, lee blogs que posean empleados de ésta, sale a comer o súmate a las comidas en el casino de la organización, sobre todo con personas interesantes… Y así sucesivamente: gana para tus círculos a personas de ideas afines a tu alrededor. Otra idea: tal vez estos aliados no necesariamente tienen que ser colegas. ¿Qué tal crear una innovación con un cliente o un proveedor inteligente?
3. “Pensadores Transversales” crean prototipos
Esto significa mostrar lo más rápido posible que la idea no es una fantasía, sino que tiene potencial. Entonces ganas defensores y difundes la idea en la organización. Al trabajar con prototipos, aprendes más rápido y de manera realista. Eso es crucial, porque las grandes victorias a menudo vienen en pequeñas porciones. Y a veces las pequeñas victorias llegan incluso en forma de derrotas rápidas.
4. ¡“Pensadores Transversales” cosechan frutos que cuelgan cerca del suelo!
Los conceptos se pueden criticar y desmembrar o incluso desintegrar, pero no los logros. Es por eso, que las pequeñas victorias de corto plazo son tan importantes. Prueba lo nuevo y ve lo que funciona. ¡Eso ayuda! No importa cuán grandioso sea tu concepto, algunos primeros pequeños logros son inmensamente convincentes. Esto trae consigo mayor credibilidad y sorprende a los escépticos.
5. “Pensadores Transversales” se orientan claramente en el cliente (este puede ser interno o externo)
¿Por qué, con esta innovación o cambio, los clientes internos o externos debieran acudir a ti? ¿Qué te diferencia claramente de otras soluciones para dichos problemas o necesidades? ¿Cómo atraes y retienes a esos clientes? Dale un vistazo a este artículo:
Espíritu productivo: no es un alborotador
Estas cinco estrategias te llevarán a un camino donde casi no puedes ser marginado. Es mucho mejor ser considerado una mente con espíritu productivo, que ser rechazado como un alborotador o “una bala perdida”.
Quizás también encuentres un sexto o séptimo consejo en otras opiniones o lecturas. Pero una cosa es sin duda ninguna alternativa: ¡callarse, jugarse por el lado seguro y no hacer nada! Eso es así, porque se necesitan “Pensadores Transversales Constructivos”, en las empresas, en las ONGs, en las universidades y colegios, en la política… ¡Urgente!
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Ricardo Gevert – Adm. Industrial
articulo extraído de www.gevert.com
Read moreMuchas me han preguntado cómo lo hago para poder cumplir con todas mis responsabilidades y placeres personales, sin caer en el estrés. Les comparto con mucho cariño 10 tips que he incorporado en mi vida y me han funcionado muy bien.
1. Despertar temprano
Para mi la primera clave para tener un día a día productivo es despertar temprano. Me gusta tomarme el tiempo para todo lo que hago, desde la ducha en la mañana hasta para hacer deporte. Es por eso que no me gusta andar apurada, dentro de lo posible despierto de madrugada, así puedo preparar mi desayuno y hacer mi rutina de mañana tranquila y a mi ritmo. También evito los atochamientos, saliendo temprano de mi casa tengo más alternativas de transporte en caso que ande a pie o si ando en auto, puedo evitar los tacos y manejar sin apuro.
2. Decir que no
Algo que cuesta y he aprendido con el tiempo es a «seleccionar mis batallas», como se dice, y esto va desde el ámbito personal al profesional. No me obligo a mi misma a ir a un compromiso social si es que estoy cansada, así como tampoco acepto a cualquier tipo de cliente, soy selectiva en todas mis elecciones y eso me ayuda a valorar más mi tiempo y también a filtrar las opciones.
3. Aprender a delegar
Si hay algo que nos cuesta a las mujeres es delegar. Consideramos que nuestro sello es único en todo lo que hacemos, y sí es cierto, pero hay veces que necesitamos delegar y aprender hacerlo en todos los ámbitos de la vida es muy importante, porque así logramos despejar nuestra agenda personal y tenemos más tiempo libre.
4. Segmentar el calendario por colores
Una práctica que me encanta y me funciona muy bien es segmentar mi calendario en 4 categorías de actividades: Bienestar, Trámites, Reuniones y Tiempo Productivo. El bienestar es todo aquello que me genera placer, como por ejemplo, un almuerzo con amigas, pintarme las uñas, pasear a mi perro, ir a ver a mis abuelos, todo lo que amo hacer también lo agendo. Los trámites se agendan con tiempo y van desde pago de patentes hasta compra de cosas para mi oficina, las reuniones son ineludibles, y por supuesto se agendan y el tiempo en donde tengo que sentarme y dedicar mis horas hombres a trabajar las agendo también, a cada una de estas 4 categorías les tengo un color, lo cual al final de la semana me permite ver el equilibrio entre todos los aspectos de mi vida y así ajustar para la que viene. Esto me ha resultado increíble.
5. Destinarle un tiempo determinado a cada función
A todas las actividades que hago en el día le asigno un tiempo, y me esfuerzo en llevarlas a cabo en ese tramo, en caso que no alcance las vuelvo agendar para otro día, de esta manera trato de tener días equilibrados.
6. No sobrecargarse de tareas
Cada una sabe lo que puede hacer día a día, de acuerdo a las energías, ánimo y estilo de vida, en muy importante en la medida que más nos conocemos, no exigirnos más de la cuenta, porque al final del día nos genera mucho estrés no cumplir con lo que nosotras mismas nos impusimos.
7. Despejar la mente de pendientes
Un ejercicio que hago a diario es que, cuando se me ocurre una idea o me acuerdo de un pendiente, me mando un auto-email, de esta manera despejo mi cabeza de ese pendiente y puedo andar tranquila sin olvidar la ocurrencia.
8. Al final del día recolectar todo en un solo lugar
Hoy en día son muchos los lugares en donde vamos recopilando información; nuestro celular, email, cuadernos, agendas, post it, pizarras, fotos. El ejercicio que hago todas las noches es ordenar y recopilar todos mis pendientes en un solo lugar, y así centralizar la información.
9. Darle orden de prioridad a las tareas
Una vez que centralizo todo, discrimino entre ideas, proyectos y responsabilidades, de esta manera me quedo con la sensación de que no deje pendientes y puedo proyectar en el tiempo todo lo que quiero y debo de hacer.
10. Notas de audio
Yo soy muy respetuosa con el tiempo de los demás. Antes de hacer un llamado, mando un Whatsapp preguntando si está disponible y, en caso de que no respondan, dejo una nota de audio con el motivo de mi llamado. Por lo general a la hora de almuerzo o medio día tengo varias respuestas que las escucho en tiempos de espera, como por ejemplo en las colas de los trámites, en trayectos de un lugar a otro, o incluso en el baño, así optimizo mi tiempo al máximo.
Periodista, Licenciada en Comunicaciones.
Facilitadora en Innovación Social de la Universidad de Chile
He hablado varias veces de la importancia de saber administrar bien tu tiempo.
Ya sabes que el tiempo se va llenando de obligaciones y actividades y es mejor que seas tú la que decida qué cosas llenan tu tiempo, que es lo que de verdad vale la pena para ti.
No sea que te vayas llenando de obligaciones y al final se pasen los días, los meses, los años y te des cuenta de que no has hecho nada que de verdad haya sido significativo para ti.
Sé que no es fácil y menos cuando una entra en la rutina de querer acaparar muchas cosas, estar en todo y para todos y siempre con una sensación interna de prisa. Pero si de verdad quieres algunos cambios, tienes que ponerte manos a la obra, empezando por tener en cuenta estas seis cosas:
1. No lo puedes hacer todo a la vez.
Si lo intentas, no solo no conseguirás hacerlo todo, sino que te estresarás y dejaras las cosas a medias o mal hechas. Por tanto, es hora de decidir qué vas a hacer. Proponte a partir de hoy mismo hacer menos cosas al día. Probablemente te parezca imposible con la cantidad de cosas que tienes que hacer, ¿verdad? Pero este es un paso imprescindible para aprender a valorar tu tiempo, a priorizar y, de paso, a estar más relajada. Si hoy, en lugar de hacer cuarenta cosas, decidieras hacer solo cinco (por decir un número), ¿qué cinco elegirías? No te queda otra que priorizar…
2. Saca tiempo todos los días para hacer algo que, para ti, merezca la pena.
Ya sea relativo a tus amigos, familia, tiempo libre, desarrollo personal. Si no haces algo que merezca la pena todos los días, al final tu vida habrá pasado sin pena ni gloria, como quien dice.
3. Cuidado con programar cada momento de tu vida, deja tiempo para la espontaneidad.
¿No te pasa que hay semanas que pasan volando y no sientes que hayas tenido tiempo para descansar aunque, de hecho, sí lo hayas tenido? Yo me he dado cuenta de que si todos los días los tengo llenos de actividades sin dejar ni un minuto libre, aunque sean cosas que me gusten, acabo agotada. Necesito tiempo libre de espontaneidad para decidir si me quedo en casa, si voy a dar una vuelta, si leo un libro o lo que sea. Aunque acabe haciendo lo que estaba planeado, pero sentir que tengo la libertad de elegir.
4. Procura no querer hacer tu vida perfecta en un momento.
Es suficiente con empezar poco a poco, con hacer pequeños cambios. Si no, como con cualquier objetivo demasiado grande, te agobiarás y lo dejarás.
5. Ponte en marcha ahora.
Para empezar esos cambios es importante hacerlo cuanto antes y centrándote en el ahora, en tu situación actual. No pienses en ayer ni en mañana, el único momento en el que de verdad puedes cambiar las cosas es ahora. Lo que elijas hacer ahora es lo que impactará tu futuro. Mejor empezar hoy mismo con una acción, por pequeña que sea, que dejarlo para mañana.
6. Cuidado con la indecisión.
La indecisión te mantiene paralizada, hay que aprender a establecer prioridades y a tomar decisiones. Sobre todo a la hora de empezar a hacer cambios. Si no hay decisión, no hay acción. Piensa qué quieres cambiar y por dónde puedes empezar y si estás bloqueada empieza por cualquier cosa, lo importante es empezar, siempre podrás modificar la estrategia luego, si es necesario. Recuerda, no se puede conducir un coche que está aparcado.
Quizá llevar esto a cabo te parezca casi imposible debido a tu estilo de vida actual, pero si no cambias las cosas, seguirán exactamente como están. Elige una de estas estrategias y pruébala, a ver qué tal.
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