Cuando uno recibe un paciente en la consulta odontológica normal, debe entender como profesional varias cosas.
Lo primero es que nadie va al dentista por placer, debe ser una de las situaciones más estresantes de la vida cotidiana. Una encuesta relata que, en EEUU, estamos al nivel de “encontrarse con una serpiente venenosa en la selva” en términos de susto.
Por tanto, en mi caso, intento tener una “práctica con vínculo, personalizada”. Darme el tiempo para conversar largamente con mis pacientes y entender el motivo por el cual me buscan. En ese contexto es donde trato de ser parte de la solución y no parte del problema. Es llamativo que a su vez existen distintos perfiles de pacientes. Probablemente no todos calzan con lo que uno propone como modelo de atención.
Como lo hacemos en Bright Clinic?
El paciente es recibido por el dentista que será su dentista de cabecera, luego de preguntar sus motivos de consulta se le solicitarán los exámenes necesarios para su diagnóstico. Se fijarán objetivos, se planificará, se establecerán y comunicarán pros y contras de lo que se propone.
Es un ejercicio muy sano para uno, realizar un diagnóstico completo aún cuando el paciente venga por algo puntual. Lo más difícil de lo que hacemos es tomar la decisión más correcta.
Primum non nocere: lo primero es no hacer daño.
Este es un principio básico para quienes trabajamos en el área de la salud. Para poder responder a este principio se requiere que estemos estudiando siempre. Es fundamental que estemos al día en lo que se está haciendo hoy, y por qué se está haciendo. No es concebible que un paciente hoy día reciba los tratamientos o la forma de ver los casos de hace 30 años. Si bien la obturación o tapaduras, por ejemplo, tienen un fin evidentemente similar al que han tenido siempre, los materiales han evolucionado, los procesos se han minimizado, la indicación se ha restringido.
Hoy hemos definido de otra forma, no me atrevería a decir si mejor o peor, criterios distintos para indicar nuestros tratamientos. El enfoque es mucho más conservador, y en la mayoría de casos requiere menor intervención y más mantención y citas de control.
¿Donde se genera el problema?
El problema es, como dirían algunos amigos míos del área de la economía, de lo imperfecto del mercado. Hoy en día ante la decisión de “tratar” o controlar, muchas veces se opta por tratar, puesto que en centros masivos de atención de clientes, los profesionales son mala pagados o abiertamente no pagados. Supongo que a todos les suena la “consulta gratis”, “las radiografías gratis”, la “limpieza gratis”. La pregunta que les hago es:
Si me “regalan” todas esas cosas, de qué vive un dentista?
La respuesta cae por si misma, pareciera ser que el dentista vive de ejecutar procedimientos. Es decir el “mercado” nos pone un incentivo perverso para encontrar enfermedad aún cuando tengamos la chance de “controlarla y observarla” a lo largo del tiempo en controles periódicos. A nadie le llama la atención que en un gran número de presupuestos vengan siempre 12 caries y por lo menos el doble de “códigos” asociados, y luego un 50% de descuento?
Por eso mi sugerencia es que si tiene un dentista en el que confía no se cambie, no vale la pena. Parte de nuestro trabajo es resolver TODAS las dudas de nuestro paciente, antes de proceder. El paciente, además, tiene derecho a saber cuanto es el valor a pagar de lo que se va a realizar, ANTES de ser ejecutado. En ocasiones podrían existir cambios en el diagnóstico pero eso también se puede avisar, en casos más complejos donde muchas decisiones son intraoperatorias.
Entonces, correctamente indicado un tratamiento y establecidos los tiempos que predeciblemente debiese durar nuestro trabajo, se ejecuta lo indicado. Una vez que el paciente está de alta debiese entrar en régimen de controles periódicos.
Para establecer cada cuanto tiempo debo ver a un paciente básicamente debo establecer su nivel de riesgo.
Una de las disciplinas que ha entendido muy bien este principio de “mantención de los pacientes” es la periodoncia, el especialista en encías quienes indican una agenda de controles anuales para “mantener y no tener que retratar siempre”. Para que cada vez que cuando el paciente venga no sea un reinicio sino un continuo de mantenciones. La ventaja de este modelo de trabajo es que es muy efectivo y de bajo costo.
Hoy en día los criterios de acción frente a cada situación que se nos presenta son bastante claros, pauteados, normados. Si bien la experiencia personal del dentista es muy importante, esta debe tener cierta congruencia con lo que nos dice la evidencia científica.
Por eso nuevamente, el diagnóstico es la clave, la comunicación de ese diagnóstico también. El tratamiento, que es la parte técnica, si duda que debe ser correctamente ejecutado, y la mantención de todo para que dure en buenas condiciones y los tratamientos alcancen su mejor rendimiento en el tiempo es imprescindible.
Dr. Patricio Doñas N. DDS MS
Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral
Universidad de Chile – Universidad de París
Director Bright Clinic Chile
Imagen portada: Diseñado por Freepik
Read moreA partir de un posteo que vi de algún sitio de viralización de información que luego salió incluso en la prensa oficial que decidí escribir esta columna.
El titulo decía, “una operación rarísima cambió su vida”, o “mujer se somete a 6 cirugías” o “ se operó la dentadura y quedó irreconocible”. Y luego muestra el antes y después de una chica operada de “cirugía de sus dientes y mandíbula”. La foto es de la misma mujer en más de 100 portales diferentes. Matices más matices menos muestran el caso como una rareza.
Queridas lectoras, y disculpando lo banal de mi lenguaje:
1) Esa cirugía es más vieja que el hilo negro,
2) En chile hay referentes de nivel mundial en el tema.
3) Esa cirugía se ejecuta incluso en el sistema público
Aclarado esto vamos a lo que nos convoca.
El procedimiento mostrado se llama CIRUGÍA ORTOGNÁTICA. La cirugía ortognática es el procedimiento quirúrgico mediante el cual se corrigen anomalías o condiciones de los maxilares que interrumpen su armonía o causan problemas funcionales.
Se describen usualmente 3 tipos de condiciones o clases esqueletales, las que se identifican de la siguiente forma, para no meterme en lenguaje excesivamente técnico:
La clase 1: huesos de maxilar y mandíbula tienen coherencia y armonía.
Clase 2: Mandíbula corta. (ejemplo: los Simpson)
Clase 3: Prognata (ejemplo: Sully de Monsters Inc)
Las causas y orígenes de estas condiciones no vienen al caso de ser explicado. Probablemente con estas palabras clave Dr. Google proveerá amplia información al respecto.
¿Cual es el “secreto” de estos procedimientos?
Una de las claves para este tipo de procedimientos es que en la gran mayoría de los casos combina el uso de aparatos ortodónticos + cirugía ortognática. Estos casos deben si o si ser preparados para su cirugía. Elproceso puede durar aproximadamente 3 años y fracción
Básicamente todo esto nos lleva al mismo punto de siempre: el diagnóstico.
En estos casos, usualmente el paciente consulta primero al ortodoncista, y la regla básica es “no puedo corregir un defecto que es del hueso, usando los dientes”, si uso los dientes “solo puedo tratar de compensar algunas cosas y tratar que quede alineado en la medida de lo posible” (que político que sonó eso). Si el hueso es pequeño, no puedo mover los dientes fuera de él y si lo hago me haré famoso en tribunales y la prensa. (dicho en palabras elegantes)
Ahora bien, el paciente debe tomar decisiones informadas porque efectivamente no es obligación operarse y se pueden seguir caminos alternativos. Es necesario informar el diagnóstico, las alternativas de tratamientos, los pros y contras, los costos asociados y la duración de tratamiento.
Hoy en día a quienes hacemos rehabilitación o especialidades afines ya nos están llegando los pacientes que alguna vez tuvieron ortodoncia y estamos viendo las consecuencias de la compensación. Problemas funcionales, supuesto “bruxismo”, dolores de cabeza, desgaste de los dientes, aparición de recesiones de la encía y un largo etcétera de síntomas que el paciente nunca asocia a su ortodoncia previa.
En mi caso particular me declaro un “Big Fan” de esta cirugía cuando está bien indicada y cuando es llevada por un equipo de trabajo serio y competente. Si le voy a encargar “mi rostro a alguien”, quien me gustaría que ese alguien fuese.
Lo interesante es que todo este proceso que involucra una transformación del rostro lo realizamos dentistas, particularmente Cirujanos Máxilo Faciales en conjunto con los ortodoncistas.
Siendo políticamente incorrecto cuando estos casos son operados por cirujanos plásticos, (sin la participación de cirujanos maxilofaciales y otros dentistas como parte del equipo) y desconociendo el componente funcional y tomando en cuenta solo “la estética”, en mi experiencia los resultados son usualmente desastrosos.
Hoy en día el estado del arte de estos procedimientos nos ha llevado a un punto exquisito de la técnica, un punto donde nuestro actuar es predecible en todo sentido, donde uno puede hacer una proyección de cómo va quedar, planificar la cirugía y todo el tratamiento en forma virtual, y así poder comunicarle al paciente de la mejor forma cual es su real expectativa de resultados.
Básicamente si como dice en el artículo “se sometió a 20 cirugías para ser linda”, o mienten o el que la operó es un psicópata.
Debiese generarnos gran orgullo, y en mi caso es así, que en Chile contemos con equipos consolidados en este tipo de procedimientos. Y me siento honrado de trabajar con varios de esos equipos.
Ahora la esencia del éxito es la misma que les vengo relatando en todas mis columnas: Un correcto diagnóstico, un paciente bien informado, un trabajo serio, una planificación minuciosa.
Considerando el hecho probado que la “cabeza y cuello” es el origen de diversos problemas “globales” como dolores de cabeza, trastornos de la postura y un largo etcétera de síntomas usuales a lo largo del cuerpo, no es un tema menor. Quizás es un buen comienzo para desenrollar el diagnóstico de las causas correctas y que en momento dejemos de tratar síntomas y empecemos a tratar las causas reales de nuestros problemas de salud.
Dr. Patricio Doñas N. DDS MS
Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral
Universidad de Chile – Universidad de París
Director Bright Clinic Chile