Ante la Urgencia que hacer?

La mayoría de la personas, sino todas, no consideran acudir a consultar con un dentista una situación particularmente grata. Lo cual, sin duda, tiene sus motivos y justificaciones.  Lo que es importante contarles a nuestros pacientes actuales es que tanto los procedimientos como las sensaciones y sobre todo el manejo del dolor tienen otra formas hoy, mejorando sustancialmente la experiencia de los pacientes. Sin duda, y me incluyo, los que recibimos odontología hace mas de 20 años en nuestras bocas tenemos justificado el miedo al dentista.

Pero hay situaciones que hacen inevitable la visita al dentista, la temida “Urgencia Dental”.

Básicamente las urgencias las podemos dividir en dos grupos:
1) Dolor
2) Problemas que afectan la estética

En el primer grupo se consideran  desde los traumatismos, pasando por las infecciones terminando  incluso en pacientes de ortodoncia a quienes se le suelta un bracket y el “alambre” se les entierra constantemente en la mejilla.

En el segundo grupo se cuentan los desprendimientos de obturaciones, caída de dientes de prótesis, fracturas de prótesis, desprendimiento de dientes provisorios entre otras situaciones que hacen que el paciente vea comprometida la estética, particularmente de la zona anterior de la boca.

Es necesario que los pacientes entiendan que los servicios de urgencia usualmente cuentan con especialistas enfocados hacia la resolución de problemas quirúrgicos, infecciones o trauma, mas que a los problemas ligados a la estética, y que en esos servicios, especialmente los de cirugía Maxilofacial, usualmente no  cuentan con todos los implementos necesarios por ejemplo para realizar una restauración de alta estética en el sector anterior.

Lo otro que es importante destacar es que no se sorprenda si el dentista lo mira feo cuando le pregunta “¿cuando comenzó el problema?” y usted contesta “bueno el dolor me partió hace 3 meses y la tapadura se me cayó hace un año”. La consulta de urgencia oportuna soluciona muchos problemas.

En el caso del trauma, es decir, caerse, pegarse, abrir estúpidamente una cerveza con los dientes, quebrarse un diente con el borde de un vaso el tratamiento suele ser entre comillas simple. Evaluar, tomar Rx, ver en parte del trauma dental está clasificada la lesión causada y resolver.

En el caso del trauma donde el diente se sale completo el tiempo y el manejo de los padres o el involucrado es crítico. Los dientes se pueden reimplantar, pero la primera media hora es clave. Si se logra encontrar el diente no se debe tomar por la raíz, se debe lavar suavemente y colocar en un frasco o contenedor que lo mantenga hidratado, leche es lo mas usual para transportarlo, puede ser suero fisiológico (aunque no creo que sea algo común en un refrigerador).

En el caso de las infecciones también lo oportuno de la consulta es clave. La mayoría de las personas creen que la reacción alérgica a la anestesia es el evento más grave o que causa más muertes en la odontología. Me preocupan mucho más las infecciones de nuestro territorio y su diseminación. Si la infección no se controla oportunamente puede difundir a otros territorios comprometiendo la salud general del paciente y muchas veces, requiriendo su hospitalización.

Siempre es recomendable acudir a instituciones o dentistas de confianza, infelizmente muchas veces el mayor problema que se nos presenta es arreglar lo que resultó de la maniobra de urgencia.

Ante la urgencia estética, ojalá que esta ocurra en horario hábil, porque honestamente encontrar un dentista que haga lo necesario un domingo es difícil. Y si ocurre en un horario maldito ojalá que las medidas que se tomen sean correctas y permitan consultar a su dentista con tranquilidad después.

Como siempre, las urgencias son muchas veces inevitables, uno no puede prever si un paciente se va a caer o le van a pegar. Ante esas situaciones el tiempo de reacción es clave. Y la tranquilidad para reaccionar también.
Las infecciones son muchas veces evitables, también consultando oportunamente y controlándose periódicamente.

El secreto de una buena odontología está en el correcto diagnóstico y tratamiento de mantención y prevención de la salud.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

www.brightclinic.cl

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El secreto: Mantención y Controles

Ya hemos conversado en columnas previas de la importancia de un buen diagnóstico para indicar un correcto tratamiento. Hemos insistido en el control de los factores de riesgo que inciden en el éxito o el fracaso de nuestros tratamientos. Hemos explorado un abanico más que interesante de opciones y herramientas de las que disponemos para tratar correctamente un paciente.

Una pregunta muy válida que podríamos hacernos es “y luego qué”?

 

Una de las claves del éxito de un tratamiento de cualquier naturaleza es el período de mantención y control.

 

Esto porque la boca funciona como un modelo de trauma a repetición perfecto. Imagínense que en la explanada del parque O’higgins se hiciera todos los días la parada militar, con tanques, caballos y todo. Bueno la boca es eso, el solo hecho de comer hace que los dientes reciban un impacto sin duda por debajo de lo que se necesita para romperlos, pero acumulativo.
Dependiendo del riesgo previamente evaluado antes de tratar al paciente es que uno determina cuantas visitas debe agendar el paciente por año para su mantención.
Un paciente con bajo riesgo deberá asistir una vez al año a control. En este usualmente se podrían solicitar algunas imágenes y programar control de higiene de rutina. Esta medida en este tipo de pacientes será suficiente para que todo lo que se ha hecho se mantenga de buena forma en el tiempo.

 

En paciente con riesgos mayores uno debe agendar citas más seguidas, particularmente en dos tipos de pacientes: Los bruxómanos, quienes aprietan de forma desmedida los dientes (sea por el motivo que sea) y los que pacientes que padecen enfermedades de las encías.
El paciente que presenta desgastes de sus dientes requiere un control bastante estricto procurando que su boca no sufra desgaste rápido, o si este se produce, corregirlo rápidamente. Usualmente estos pacientes requieren el uso de reposicionadores o estabilizadores mandibulares (planos de relajación) para el control del apriete. Recordemos que el bruxismo no se cura, sino que se maneja.

Respecto del control de las enfermedades de encías y huesos estas siempre tienden a recurrir por tanto es imprescindible que el paciente esté siempre en terapias de mantención donde no se hará el tratamiento de nuevo sino que se repasarán zonas de difícil acceso e higiene.

 

En el caso de los implantes, es lo ideas consultar dos veces por año, tomar radiografías para ver que todo esté funcionando bien y los implantes estén trabajando correctamente dentro de los limites normales de fuerza e higiene.

Estas medidas de mantención y control además tienen una característica importante para todos nuestros pacientes: son de bajo costo.

 

La idea es lograr que el paciente tratado no se tenga que tratar nuevamente por lo mismo sino mantener lo que ya se hizo. En esos casos podríamos decir que la odontología curativa habrá sido un éxito.

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Un viejo temor de una gran mayoría

 

Si la odontología es por es esencia un poco intimidante hay tres palabras que superan con creces la generación de ansiedad en un paciente: Muelas del Juicio.

Lo que para cualquier dentista representa un hito en la vida de sus pacientes, para la mayoría de los pacientes representa por lo menos alguna historia que escuchó de un amigo o un familiar con tintes épicos.

Vamos, en esta columna, a tratar de levantar ese velo de maldad y dolor que rodea a las temidas muelas del juicio, terceros molares o piezas 1-16-17-32.

¿Son funcionales las muelas de juicio?

En la mayoría de los pacientes que uno ve la evolución ha determinado que ya no se come con las muelas del juicio a tal punto que en algunos pacientes simplemente no están dentro de la fórmula dentaria, es decir “de fábrica” vienen sin ellas. En otro grupo de pacientes estas se encuentran dentro del hueso pero no expuestas hacia la boca como el resto de los dientes.

¿Es necesario sacarlas siempre?

Aquí nos encontramos con diversos puntos de vista. Como todo en la vida la respuesta es “depende”.

Existen distintos escenarios:

Paciente tiene las muelas correctamente posicionadas y sanas, una higiene impecable y sin problemas de espacio uno puede decidir dejarlas sin problemas.

Paciente tiene las muelas afuera pero con caries y en una zona donde es difícil limpiar mi recomendación es sacarlas pues para nosotros los que “rehabilitamos dientes” es una zona de difícil acceso para hacer obturaciones en la cara posterior de la muela que le sigue, la que suele cariarse producto de la muela del juicio.

Paciente con la muela dentro del hueso pero en mala posición o tocando el segundo molar que le sigue. Debe extraerse pues el riesgo que la muela del juicio perfore o dañe el molar siguiente es alto.

Paciente con la muela dentro del hueso rodeada son contacto con el segundo molar. Puede decidirse control con radiografías una vez al año ya que no implica riesgo para el paciente.

¿Qué exámenes son necesarios para diagnosticar una muela del juicio?

El examen estándar para terceros molares es una radiografía panorámica. Esta permite ver la muela completa además del contexto en que se encuentra.

En caso que uno sospeche cercanía con el nervio mandibular, en el caso de las inferiores, se recomienda pedir una tomografía para tener una visión en tres dimensiones de la zona. Recordemos que las radiografías convencionales son planas y las estructuras por las que pasan los rayos se encuentran superpuestas, es decir 2 D.

¿Todos los pacientes se hinchan con la extracción?

No. La respuesta es individual. Dicho esto hay cosas que inciden en el postoperatorio.

Extracciones más trabajosas o difíciles suelen hincharse un poco más, es decir depende mucho de la posición de la muela, si hay o no que cortar un poco de hueso o partir la muela para sacarla. Todas estas son maniobras correctas e indicadas para las distintas situaciones clínicas que pueden darse.

Y sin duda que las manos que hagan la extracción deben ser idóneas. Por ejemplo si alguien me pregunta si yo le puedo sacar las muelas del juicio mi respuesta es que evalúo el caso y  lo refiero con alguno de los dos cirujanos maxilofaciales de nuestro equipo, quienes se demorarán el mínimo tiempo posible en realizar una intervención eficiente y limpia. Por lo demás uno puede prever la magnitud de la intervención y prescribir los remedios necesarios para minimizar las consecuencias.

 

Y como siempre, lo principal es un correcto diagnóstico de cada caso en particular, una debida explicación al paciente ahorra una cantidad importantísima de estrés.

 

Dr. Patricio Doñas N. DDS MS

Cirujano Dentista – Rehabilitación Oral

Universidad de Chile – Universidad de París

Director Bright Clinic Chile

www.brightclinic.cl

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