¿Cuál es la verdadera naturaleza de nuestros síntomas, ya sean orgánicos, psicológicos o psiquiátricos?…
Salomon Sellam es Doctor en Medicina y Especialista en Medicina Psicosomática por la Universidad de Montpellier, Francia. «Llevo tratando a pacientes 30 años y lo que he aprendido del ser humano se resume en una frase: ‘El inconsciente nos dirige en todo lo que hacemos, en nuestras acciones positivas y negativas'». Sellam, con 28 libros sobre su experiencia clínica en el análisis psicosomático publicados en Francia, 13 en España y 6 en Italia, creó en Francia el Instituto para la Psicosomática Clínica para formar a profesionales. Ahora está creando en Barcelona la Fundación para la Psicosomática Clínica y Humanista
Llevo 22 años dedicado a la práctica y el estudio de la influencia de la mente sobre el cuerpo, sobre cómo programamos las enfermedades.
¿Cómo?
Hay una historia conflictual que se puede ver en el análisis de la vida de la persona: gestación, infancia y contexto social, espiritual y emocional en el que se construyó la personalidad del individuo.
¿Los conflictos empiezan en el vientre materno?
Y antes. Desde los años ochenta se ha puesto de manifiesto la importancia de la historia transgeneracional, es decir, en la novela familiar pueden haber ingredientes que expliquen una enfermedad de hoy.
¿Y si no sabemos nada de nuestros antepasados? Inconscientemente lo sabemos, y ahí está todo mi trabajo. A partir de la investigación clínica describo, por ejemplo, en mi estudio El síndrome del yaciente, un sutil hijo de reemplazo, las consecuencias transgeneracionales de los dramas familiares como el fallecimiento de un hijo de muy corta edad.
Cuénteme.
Es algo universal que pertenece al inconsciente colectivo: se trata de la reparación automática y transgeneracional de dramas familiares que califico de injustificados e injustificables. Las consecuencias pueden ser médicas, psicológicas o psiquiátricas.
Permítame un ejemplo paradigmático: Salvador Dalí es un caso tipo de hijo de sustitución. Su hermano mayor, también llamado Salvador, murió a los dos años y medio. A la semana del entierro, Salvador segundo se gestó y nació nueve meses más tarde.
Es que ponerle el mismo nombre…
Es más común de lo que piensa. David, un adolescente, padecía esquizofrenia. Investigando descubrimos que había habido dos muertes injustificadas en su familia. En su inconsciente estaba grabado: «No tengo el derecho a vivir mi vida». No lo curamos, pero conseguimos que normalizara su vida.
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Afirma que las alergias no existen.
El alergénico es el testigo de un choque psíquico. Cada vez que el señor Fresa tomaba una fresa revivía inconscientemente el día inesperado que su mujer le dijo que lo abandonaba frente a un plantío de fresas. El cerebro asoció la fresa al choque psíquico.
¿Todos los alérgicos al polen han tenido un trauma psicológico?
Para mí hay un componente psíquico hasta que no se demuestre lo contrario. A mi consulta llegan todos los casos que la medicina convencional no ha conseguido curar.
También ha estudiado usted los amores difíciles, ¿qué ha descubierto?
El hombre busca inconscientemente en su pareja particularidades de su madre y la mujer, a su padre.
Es una vieja teoría.
Lo que yo he descubierto es que, una vez que se han tenido hijos, el inconsciente interpreta la relación como un incesto simbólico y el resultado es la disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales.
¿Cómo prevenirlo?
Sacando a la luz los fundamentos de la pareja. Todo lo que no sale de nuestros labios grita en lo más profundo de nuestra alma… y se convierte en un síntoma.
¿Qué es una relación sana de pareja?
La que se desarrolla en conciencia: sé lo que espero de ti y tú sabes lo que esperas de mí para crecer juntos. Hay tres verbos claves cuando hay problemas con la pareja: hablar, hablar y hablar. Las parejas nunca hablan lo suficiente.
¿De qué tipo de problemas vienen las enfermedades de la piel?
Del contacto de la madre con el bebé. El cerebro del bebé registra que el contacto es seguridad, y cada vez que hay una ruptura de contacto la piel lo manifiesta. Pero el eccema. la psoriasis o el cáncer de piel tienen orígenes diferentes y muy precisos.
Hay gente que apenas come y engorda.
Si ni los regímenes ni el ejercicio físico han funcionado, a grandes líneas podríamos hablar de una inseguridad inconsciente que ha bloqueado el funcionamiento de la eliminación renal y acumulas agua.
¿Y si lo que acumulas es grasa?
Cuando me siento inseguro tengo que hacer reserva y a nivel psicofisiopatológico la grasa es el compartimiento de reserva del organismo. Pero también hay casos muy precisos como el del hijo que es programado como bastón de vejez. Para ser un buen bastón hay que estar fuerte, ser resistente.
Mucha gente padece dolor de espalda.
Cada vértebra tiene una significación particular. Vamos a coger lo más clásico: la quinta lumbar, responsable de la ciática o la lumbalgia que responden a la desvalorización de todos los que están al mismo nivel: pareja (en un 90% de los casos), amigos, hermanos…
La Biodescodificación del Dolor Crónico
¿Si la molestia es cervical?
Entonces el problema es el paso de la mente al cuerpo: personas que tienen proyectos y sueños pero que no consiguen realizarlos o que actúan pero su mente no está de acuerdo con lo que hacen.
Entrevista extraída de La Vanguardia
Redacción Instituto Draco
www.institutodraco.com
www.facebook.com/InstitutoDraco
Extraido de www.institutodraco.com
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Podemos decir que “la enfermedad física, incluidos los desórdenes psicosomáticos, a menudo juegan un papel inesperado para mantener el equilibrio emocional dentro de la familia”.
El surgimiento de esos desórdenes, igualmente, puede utilizarse por el médico o terapeuta como un barómetro de las dificultades emocionales familiares.
El síntoma comunica, es una forma de comportarse en el sistema y cumple la función de mantener en equilibrio el sistema. Resulta útil puesto que es fundamental para entender que está sucediendo en el sistema, define la situación familiar y se integra dentro de las reglas del propio sistema. En ocasiones protege y encubre, y a la vez libera de responsabilidad a quien lo porta. También distrae la atención de problemas mayores en la familia que, de afrontarlos, directamente supondrían un peligro para el sistema. Por otra parte, el síntoma puede otorgar durante su permanencia otro status a la persona que lo expresa, y sobretodo el síntoma da a entender que la situación familiar es insostenible y que requiere de una transformación, de cambios cualitativos de segundo orden.
El objetivo de la terapia familiar no es la eliminación del síntoma sino actuar sobre las secuencias comunicativas defectuosas del sistema para modificarlas, sin restarle importancia a los efectos biológicos que sufre la persona portadora del síntoma, teniendo claro que, mientras subsista la necesidad familiar que le dio origen, el síntoma se mantendrá.
Jackson observó fenómenos clínicos que le hicieron postular la presencia de mecanismos homeostáticos a nivel familiar, más allá de lo intra-psíquico: “En la entrevista familiar conjunta, se observan presiones para mantener como incuestionable la definición de quién es el que tiene un problema y cuál es el síntoma a tratar. Muchos intentos por explorar otras cuestiones o problemas despiertan estas presiones o recelos.”
Esta observación sugiere que el problema es una parte integrante de la vida familiar, un elemento clave para su nivel de equilibrio actual. La resistencia se pone al servicio de mantener dicho equilibrio.
“Cuando un paciente empieza a mejorar, a veces surgen problemas en otro miembro de la familia. Por ejemplo, después de que un señor con problemas de alcoholemia, deje la bebida y se rehabilite, la esposa se deprime. Naturalmente, ello puede aumentar la probabilidad de recaída del miembro que había empezado a mejorar.”
Jackson entiende que el síntoma estaba cumpliendo una función en la dinámica del sistema, y ahora que no existe el sistema se desequilibra, y sólo se estabiliza con la aparición de un nuevo síntoma. Estos mecanismos homeostáticos son la base de la resistencia al cambio, orientada a mantener un equilibrio que no solamente afecta a las enfermedades emocionales, sino también a las físicas.
Esta noción de inercia o resistencia al cambio no es nueva en la psicoterapia, pero la novedad radica en basarla en la homeostasis de la familia como sistema, en lugar de explicarla en función de la dinámica intra-psíquica. Así, las resistencias no son sólo conductas o actitudes del paciente sino que pueden ser interacciones entre cualquiera de los miembros de la familia (o entre ellos y el terapeuta).”
Una mejora o curación del paciente, como vemos en el ejemplo anterior, puede conducir a una fuerte reacción contraria de otros miembros familiares, hasta incluso a la disolución de la familia. Así, el resto de la familia puede que insista en que el paciente identificado sigue realmente enfermo, llegando a graves extremos para probar esto o para hacerlo posible. Ejemplos:
Un marido insistía en que su mujer acudiera a psicoterapia para tratar su frigidez. Tras varios meses de terapia ella se sintió menos inhibida, ante lo cual el marido desarrolló impotencia.
Una joven con anorexia nerviosa fue alentada por su esposo para que acudiera a psicoterapia. Tras un período de tratamientos de expresión personal más bien intensos y peligrosos, ella comienza a tener una mayor intimidad con su marido. El inicial placer del marido ante la respuesta de ella se complica con el desarrollo en éste de una úlcera duodenal.
(Extracto Constelaciones Familiares)
Fernando García
Facilitador Constelaciones Familiares.
www.ferransalud.com
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