Hablemos de Seducción

Cuando hace mucho tiempo empecé a estudiar el tema de la seducción, no pensé cuánto cambiaría y para bien nuestra manera de mirarla.

Mi gatillante para empezar a meterme en este tema fueron muchos pacientes de cáncer de mi fundación que me decían todo el tiempo que se habían salido del ámbito seductor por la calvicie y las heridas propias de este tratamiento. Lo mismo me pasó con gente quemada o discapacitada.

En ese momento, y con mucha rabia, pensaba porque hemos como sociedad excluído a muchísima gente de este tema por los parámetros mediáticos y publicitarios de la belleza, donde lo central es pensar que la seducción pasaría solo por el cuerpo y no por cualquiera, sino por aquellos en los que estúpidamente hemos programado nuestras cabezas para llamarlos bellos.

Creo que al hablar de este tema tenemos que entender que la seducción es un proceso interno primero, yo me tengo que seducir en primera instancia a mí mismo o a mi misma.

Para hacer este acto de auto-seducción, tengo que conocerme, aceptarme y quererme. Este es el proceso necesario para desarrollar una autoestima básica que permita que me cuide, y que desde ahí salga hacia afuera a seducir, pero entendiendo que la seducción no pasa por el cuerpo, sino que tiene que ver con mis características de funcionamiento en el mundo. Está más cerca de mi sentido del humor, de la sonrisa, de mi inteligencia, de mi capacidad de esfuerzo y perseverancia con mis sueños que con mis medidas anatómicas o mis músculos circulantes.

Además creo que es importante reflexionar que yo no seduzco igual ahora a mis 53 años, a como lo hacía a los 30 o a los 20 años. Este espacio va cambiando así como cambia mi vida, mis seguridades o inseguridades y voy reduciendo miedos, atributo que solo mejora con el paso del calendario.

Evidentemente la adolescencia es un proceso por ejemplo donde la seducción pasa por el cuerpo, por mostrar, y desde ahí relacionarse con el otro porque con eso se configura identidad, pero con el paso de los años este camino se va metiendo dentro del alma y uno va entendiendo que seducir tiene que ver con el encantar desde lo interno y no desde el exterior.

Otra asociación errada de este concepto, que es en nuestro inconsciente, esta palabra está asociada a lo sexual o a lo erótico, quizás es lo primero que ustedes pensaron al ver este título, pero esto no es así. Todos tenemos que ser seductores siempre. El diario tiene que seducir desde la información que entrega para ser leído, una madre tiene que seducir a sus hijos para que le hagan caso, yo tengo que seducir a la gente cuando le doy una charla, un feriante tiene que seducir a sus clientes para que le compren etc.

Todos tenemos que trabajar la seducción y esto siempre pasa por el autoconocimiento para ver desde qué lugar dentro mío saldrá este acto de cautivar.

En una sociedad tan hedonista ( que busca el placer en todo) y tan erotizada se nos ha convencido que se seduce al otro desde lo sexual y desde lo corporal y eso nos ha hecho mucho daño, no solo porque hace sufrir a mucha gente que se siente fuera del circuito en forma injusta y discriminatoria, sino por que nos reduce la posibilidad de entender que este concepto es hermoso y nos llama a todos y todas a desarrollarlo.

Un buen ejercicio para desarrollar o empezar este camino es en la investigación de “Lecciones de Seducción”, es sentarse frente a nuestra ropa o nuestro closet. Es importante para esto no hacer juicios, ni retarse, solo observar.

Observaremos colores, a lo mejor sólo negro, en el caso de las mujeres podrán ver solo pantalones o faldas dependiendo de la evaluación que tengo de mi cuerpo. En una de esas veo mucha ropa o estilo de ropa que pertenecieron a otra época de mi vida y que ya no uso, tallas que no corresponden y tanta otra información que solo registra el cómo somos y cómo nos sentimos con nosotros mismos (as) y cómo desde esa revisión salimos al mundo a encantar a los otros.

Seguramente algunos esperaban que al hablar de este tema yo diera tips de cómo seducen los chilenos y chilenas pero creo que para llegar a eso primero hay que cambiar el sentido de esta palabra que algunos, los menos, ayuda y a otros les genera mucho ruido interno y a veces dolor por no sentirse dentro de los cánones patriarcales de belleza que todavía, aunque menos, existen.

En general los chilenos y chilenas seducimos desde la preocupación por el otro, por el encanto y por el sentido del humor. Hemos ido entendiendo que lo importante es cómo nos sentimos por dentro y que desde ahí sale hacia afuera lo que queremos entregar. Hoy seducimos desde la salud más que desde la belleza (definida por el marketing), para encontrarnos con una belleza personal y creo que la clave es trabajar por encontrar un “ estilo propio” que me lleve a construir una identidad que cambia a cada rato con las cosas de la vida pero que me debe llevar a construir esta maravillosa libertad de ser quien soy en lo más profundo de esta frase.

Los invito y las invito a seducirse a ustedes, a quererse, a darse tiempo, a mimarse, a descubrirse todos los días, lo que pase con lo de afuera será una consecuencia de este trabajo interno.

 

 

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