AUTOCONOCIMIENTO, primer paso a tu Propósito

“Un viaje de mil millas comienza con un primer paso”

Esta frase de Lao – Tse nos invita a reflexionar: que aunque el camino parezca largo y extenso el primer paso siempre fue el inicio.

¿Cuál es el primer paso que quieres dar hoy?

Si te encuentras en una encrucijada ya sea personal o profesional, el primer paso debes decidirlo en consciencia y para ello conectarlo con tu propósito. Si tu duda es en lo laboral, este sendero te llevará a las respuestas que necesitas.

Cuando pensamos en un comienzo, a veces no nos centramos en ese primer paso, pensamos en solo en la llegada a nuestra meta, o imaginamos y fantaseamos en lo que encontraremos en el camino. Sin embargo, ese primer paso, será fundamental para saber la dirección que le daremos a nuestra esa aventura.

Si lo que buscas es claridad en tus decisiones personales y profesionales, y aún no defines tu propósito, empezar por el autoconocimiento te dará herramientas para comenzar a ver la luz en tu camino y con ello seguridad en lo que comenzarás.

¿Qué es el autoconocimiento?

El autoconocimiento, en palabras simples, trata de conocerse a sí mismo. Saber quién eres y qué te representa. Pareciera fácil, sin embargo, vivimos en un mundo donde el tomar consciencia de uno mismo y saber realmente quienes somos, resulta más difícil de lo que pensamos.

 Quiero compartirte una breve historia para reflexionar

“¿QUIÉN ERES?” Cuento de Anthony de Mello Una mujer estaba agonizando en la sala de un hospital. De pronto, tuvo la sensación de que era llevada al cielo y presentada ante un Tribunal. “¿Quién eres?”, dijo una Voz. “Soy la mujer del alcalde”, respondió ella. “Te he preguntado quién eres, no con quién estás casada.” “Soy la madre de cuatro hijos.” “Te he preguntado quien eres, no cuántos hijos tienes.” “Soy una maestra.” “Te he preguntado quién eres, no cuál es tu profesión.” Y así sucesivamente. Respondiera lo que respondiera, no parecía poder dar una respuesta satisfactoria a la pregunta “¿Quién eres?” “Soy cristiana”, respondió ella. “Te he preguntado quién eres, no cuál es tu religión.” “Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres y necesitados.” “Te he preguntado quién eres, no lo que hacías.” Evidentemente, no consiguió pasar el examen, y fue enviada de nuevo a la tierra. Cuando se recuperó de su enfermedad, tomó la determinación de averiguar quién realmente era y su vida cobró otro sentido…

Pareciera que la respuesta a ¿Quién eres? podría resultar más complicada de lo que pensamos. Sin embargo, la respuesta está en ti, solo falta que le dediques tiempo para encontrarla.

El camino del autoconocimiento no acaba nunca, siempre estaremos descubriéndonos y explorando nuevos límites. El mundo nos invita a ello constantemente, por ejemplo: partes un nuevo proyecto, conoces a una persona nueva, te despiden de tu trabajo, o cuando decides viajar.

Tal vez inicialmente te pueda sonar cansador pasar una vida conociéndose, pero a modo personal, encuentro que es lo maravilloso de la vida. Cada día un descubrir, cada día una oportunidad.

¿Cómo comenzar?

Te recomiendo que para este primer paso tomes un tiempo para ti, comenzar a tomar consciencia de ti mismo, de lo que vives cada día y que puedas registrar objetivamente: tus emociones, sentimientos, reacciones, decisiones, etc. Toda esta información te ayudará a comenzar a contemplar quién eres y te llevará a comprender tu propósito de vida, y también tu propósito laboral.

Necesitarás un cuaderno/diario donde registres tus actividades y puedas indicar las emociones que te acompañaron, las reflexiones que realizaste y aquello que te movilizó a hacerlo. Lo más difícil al inicio será tomar el hábito de hacer estos registros por lo que te recomiendo, poner una alarma al medio día y realizar el primer registro, y otra por la noche para realizar el siguiente y tal vez completar el del medio día.

Con estos dos registros al día y en unas tres semanas aproximadamente tendrás información suficiente para comenzar.

Cuando decidas iniciar tu análisis, revisa e identifica por ejemplo: emociones dominantes, sentimientos, acciones, etc. Reflexiona que dice esta información de ti y hazte las siguientes preguntas:

– ¿Qué siento ahora al identificar estas emociones?

– Cuando reviso mis comportamientos y reacciones, ¿Cómo me veo?

– ¿En algunas situaciones, cambiarías algo?

– ¿Esta es la versión de ti mismo, que te hace feliz?

Si aún es complejo para ti y estás en algún proceso de acompañamiento, mentoría o coaching, comparte esta información con el profesional que te asesora. Con su ayuda podrás tomar distancia y ser más objetivo contigo mismo.

En ti tienes todas las respuestas, y el camino hacia lo que anhelas te está esperando, solo debes entregarle a tu brújula la información necesaria para dar ese primer paso hacia donde quieres ir.

Bon voyage!

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