Redacción Editorial Phrònesis – www.elartedesabervivir.com
Cuando ciertos indicadores coinciden en el tiempo y denotan comportamientos inesperados que no corresponden a la costumbre de la pareja, la probabilidad de que exista un enredo aumenta sustancialmente. Recuerda bien esta palabra: probabilidad.
No se trata de convertirse en una persona ultra desconfiada e inventarse engaños donde no los hay, sino de mantener una actitud racional frente a los recelos, hablar con la pareja y comunicar la inquietud, sin agresiones ni escándalos. Veamos algunas señales que podrás identificar para evitar que tu relación de pareja caiga en la infidelidad:
- Indiferencia afectiva: se percibe una lejanía y frialdad por parte de la otra persona, las manifestaciones amorosas son cada vez menos y el mal humor aumenta. Esta actitud es sospechosa, sobretodo cuando perdura por mucho tiempo. Si es así, mejor estar solo que esperar “peras del olmo” toda una vida.
- Frialdad sexual: Un bajón en el deseo sexual siempre es preocupante. Si no hay enfermedades físicas o psicológicas que expliquen el desgano, preocúpate. Los altibajos eróticos son normales, siempre y cuando sean esporádicos y no demuestren un deterioro paulatino y constante.
- Preocupación repentina y excesiva por la apariencia física: Obviamente, no se trata de la sana costumbre de ir a un gimnasio y embellecerse. Lo que puede resultar sospechoso es el repentino cuidado por la apariencia física en personas que nunca se habían preocupado su aspecto y, sobretodo, si no se involucra al otro y faltan las preguntas: “¿Te gusta mi nuevo look?”, “¿Qué opinas de mi maquillaje?”, “¿Te gusto más sin panza?”.
- Cambios inesperados de rutinas Si no hay motivos claros y comprobables, los cambios inesperados e injustificados de las costumbres cotidianas no deben ignorarse: almorzar fuera, llegar tarde, trabajar los fines de semana, etc. Por lo general, uno no modifica sus rutinas de un día para el otro sin razones válidas y sin explicaciones. No te acuestas con una persona y te levantas con otra y, si esta mutación ocurre, estás en problemas.
- Llamadas y/o conversaciones sigilosas telefónicas a horas extrañas o inoportunas
- Tres cuestiones a tener en cuenta:
- No se despega del móvil o corre velozmente a contestar,
- Cuando revisas el aparato, misteriosamente no aparecen los números marcados ni las llamadas recibidas.
- Las conversaciones son demasiado largas y nunca sabes con certeza con quién habló.
- Debes actuar cuanto antes si detectas cualquiera de estos comportamientos. Muchos matrimonios se podrían haber salvado si alguno de sus miembros hubiera reaccionado oportunamente a estas señales.
El estrés, las crisis existenciales, la depresión, las enfermedades físicas, los problemas laborales y otros muchos factores, afectan la manera de relacionarse y nada tienen que ver con la presencia de algún intruso o intrusa.
Cualquier dato aislado no es suficiente para generar una duda razonable, sin embargo, en la “Guía práctica para afrontar la infidelidad de la pareja” de Walter Riso, encontrarás más señales e indicadores de la aparición de un o una amante en tu relación de pareja.
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Escrito por: Editorial Phronesis
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