Perdonar a Nuestros Padres: El Primer Paso de la Crianza Consciente

Cuando nació mi primer hijo mi marido, que ya tenía varios años de papá, me dijo que cuando empezó a leer sobre crianza lo primero que tuvo que hacer fue trabajar en algunos asuntos pendientes con sus propios padres. Nada más real y acertado. No es posible entablar una relación saludable con nuestros hijos si arrastramos rencores con nuestros padres, porque tarde o temprano estas emociones negativas llegarán a ellos de una u otra manera o les afectará en la relación con sus abuelos inculcándoles prejuicios inconscientemente.

Muchas familias que se acercan a consultarme me cuentan que ponen distancia con sus progenitores cuando los hijos empiezan a crecer, porque se sienten monitorizados, sienten que se les critica su estilo de crianza continuamente o no quieren repetir ciclos tóxicos. Muchas veces experimentamos un pequeño (o gran) resentimiento porque tal vez nuestros padres nos criaron de una forma en la que nunca criaríamos a nuestros hijos y como todo el mundo, con sus aciertos y errores, aunque el problema es la tendencia a enfocarnos en los errores.

Pero, ¿Podemos realmente culparlos? Te invito a reflexionar. Nuestros hijos se están criando en un mundo muy distinto al de nuestra infancia y para nuestros padres esto también fue así. Creo que ellos utilizaban las herramientas que tenían a mano. La información no era tan accesible como ahora, no se obtenía con un “click” implicaba más tiempo y mucha logística. También creo que ellos seguían paradigmas sociales y seculares de la época los cuales no eran tan debatidos como ahora. Por otra parte se transformaron en padres en promedio 10 años más jóvenes que la mayoría de nosotros, eran adolescentes. No quiero imaginar haber tenido un hijo a los 18 años, momento en el cual batallaba con un trastorno de la conducta alimentaria y no estaba, emocionalmente hablando, en mi mejor momento ni con una pareja con la cual hubiera sido fácil o hubiera querido criar hijos. Ellos hicieron lo que pudieron y como pudieron, al igual que nosotros.

Te invito a pensar en cómo fue o puede haber sido la infancia de tus padres. A mi madre, por ejemplo, no la dejaron tomar clases de ballet las cuales ella amaba y la obligaron a tomar piano, ¿Puedo culparla por querer que yo sea bailarina. ¿Puedo realmente culpar a mi papá por no haber sido muy demostrativo cuando a él lo mandaron a estudiar a un internado a los diez años y sólo veía a sus padres los fines de semana y debía tratarlos de “usted”? Cortemos ciclos, seamos valientes.

Pero arrastramos rencores, arrastramos arrepentimientos y dolor, quizás porque faltaron palabras por parte de ellos, quizás porque los tabúes de la época evitaron charlas que nos hubieran ahorrado problemas, quizás porque faltaron abrazos para no hacernos “blanditos” o porque sobraron críticas, retos o palabras crueles para “hacernos fuertes”. No queremos que les pase lo mismo con nuestros hijos, pero así como nosotros no somos los mismos que hace diez o veinte años, ellos tampoco. Aun así algunos aspectos negativos con los que fuimos criados están grabados en nosotros por lo que debemos ser conscientes permanentemente y tenerlos en cuenta para cortar el ciclo, por ejemplo, venir de una familia en la que se gritaba mucho por costumbre o idiosincrasia.

Tenemos que trabajar en los resentimientos y empezar por aceptar a nuestros padres como son, abandonando la idea de cambiarlos a ellos o sus opiniones. En el momento que los aceptamos y dejamos atrás esa guerra de egos todo fluye con más facilidad.

Un fin de semana con más dulces que los habituales, comer con la boca cerrada o tener que pedir permiso para hacer esto o aquello son detalles que NO modificarán la vida de nuestros hijos, quienes pasan muchísimo más tiempo con nosotros, pero crecer con abuelos presentes es una bendición y es también el regalo más grande que podemos hacerles a nuestros hijos. Elige tus batallas.

Como siempre les digo, las palabras mágicas son Perdón y Gracias. Perdonarlos, agradecerles y pedirles perdón a nuestros padres porque nosotros tampoco nacimos perfectos ni teníamos las herramientas que tenemos ahora. Esas acciones son la clave para sanar las heridas con nuestros progenitores y disfrutar su compañía, en esta nueva estampa y desde otro lugar.

Por supuesto que en familia con negligencia extrema o abusos es muchísimo más complicado perdonar, en esos casos yo recomiendo psicoanálisis, meditación y lectura (puedo recomendarte libros)

No podemos cambiar el pasado pero podemos cambiar el presente.

Ana Acosta Rodriguez, Mama Minimalista

Facebook: @mamaminimalista

Fuente: mamaminimalista.net

Ana_AcostaAna Acosta Rodriguez autora del libro “La Crianza Rebelde”

 

Disponible: Europa y USA: https://bookgoodies.com/a/B07ZM8WMXN

LATAM: https://www.editorialbrujas.com.ar/Inicio/Libro/1518

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Salud, Liderazgo y…¿Ciclo Menstrual?

Jamás imaginé la posibilidad de considerar el ciclo menstrual como una oportunidad de auto-conocimiento y liderazgo personal.

Desde la llegada de la menarquia, creo que para todas nosotras el mensaje es bastante confuso: por una parte, te “felicitan” por ser ya una “mujercita” y por otro lado te dicen “qué incómodo!, ya no tendrás la misma libertad” y por supuesto, muchas tienen malas experiencias, dolores y molestias incluidas, durante los días de sangrado…

Llegué a introducirme en el conocimiento del ciclo menstrual buscando nuevos caminos para aprender a ejercer el liderazgo personal en mi vida familiar y laboral, inquieta por encontrar «alguna fórmula» en la que este liderazgo se pudiera ejercer desde “lo femenino”, incómoda al percibir que muchas veces la mujer tiende a “masculinizarse» a la hora de buscar desenvolverse con éxito en el ambiente laboral, tiende por ejemplo, a ser confrontacional y en cierto modo agresiva pues estas actitudes masculinas pueden interpretarse como “seguridad en sí misma”.

Por otra parte, las mujeres luchan día a día por desapegarse o desentenderse del tradicional rol de “cuidadora del hogar”, sin embargo, observo cómo “lo femenino” es lo que nutre el hogar y le da calidez… personalmente, como esposa y mamá, buscaba alguna forma de equilibrio…

En esta búsqueda me encontré con los libros de dos increíbles mujeres: la Dra. Christiane Northup y Miranda Gray.

La Dra. Northup, médico norteamericana dedicada a la ginecología y la salud de la mujer ha escrito numerosos libros invitando a las mujeres a re-conocer su cuerpo femenino y a convivir con él aceptando con confianza los grandes cambios que sufrimos (como la pubertad, el embarazo, la menopausia) como parte de nuestro ciclo de vida, sin la carga de vivir una «desgracia permanente”, que muchas veces nos acarrea a una excesiva medicalización en cada etapa, para “equilibrarnos». En su libro “Las diosas nunca envejecen” invita a las mujeres que transitan a la menopausia a mirar este proceso con otros ojos: en oriente, las mujeres que inician esta etapa son valoradas por la sabiduría que han alcanzado, no existe el mensaje “ya no sirvo” como inconscientemente es transmitido en occidente, sino ¡todo lo contrario!. Y en su libro “Madres e Hijas” invita a sanar este vínculo para trasmitir a las futuras generaciones una salud plena. Sus libros me aportaron (y lo siguen haciendo) una nueva mirada a la salud femenina y la conexión con el cuerpo que me han ayudado a mí, mi hija y mis pacientes.

Pero sin duda que la magia llegó al conocer la obra de Miranda Gray y su invitación al «despertar de la energía femenina» a través del conocimiento del ciclo menstrual. Miranda Gray reconoce que «lo femenino» por muchos siglos ha sido subvalorado, en una cultura patriarcal, en que lo masculino cobra especial importancia y la mujer está en segundo plano. Se sostiene la idea que la menstruación es incómoda y no deseada. En la antigüedad, las mujeres de ciertas culturas se reunían en “Carpas Rojas” mientras estaban cursando con su período menstrual, era el momento de retirarse un instante para permitirse el descanso y el renacer (película “The Red Tent” disponible en Netflix). Este momento era aprovechado por las ancianas para transmitir la sabiduría femenina, así las más jóvenes recibían las tradiciones y el conocimiento.

Miranda Gray, autora de “Luna Roja” y “Momentos Óptimos de la Mujer» plantea que las mujeres, al igual que la Luna, transitamos por 4 fases de energía durante nuestro ciclo, y que al reconocer estos patrones en nosotras mismas podemos utilizarlos a nuestro favor para cualquier cosa que emprendamos. ¿No te ha pasado que sientes que de pronto estás con una tremenda motivación por concretar alguna idea pero luego de unos días sólo quieres descansar?. Según Miranda, la desconexión de las mujeres con su naturaleza cíclica ha hecho que pretendamos ser las mismas durante todo el mes, y nos frustramos cuando no logramos tener la misma energía todos los días, pero cuando logramos aceptar que nuestra naturaleza es el cambio permanente, y podemos reconocer en nosotras estos patrones (o arquetipos) nos re-conectamos con nuestra naturaleza femenina y volvemos a nuestro centro ¿No crees que puede ser una buena oportunidad agendar aquella “reunión difícil” para alguno de los días en los que te sientes más empática y más segura?, ¿o planificar ese esperado paseo para los días en que tienes más energía en lugar que coincida con la fecha de tu regla?, o bien, si no lo puedes modificar pues ya está impuesto ¿no crees ideal saber qué esperar de ti misma en esos momentos y evitar sobre exigirte? (aprendiendo a ser gentil contigo misma).

Miranda Gray plantea que todas las mujeres somos cíclicas, sin excepción, incluso quienes por alguna razón no tienen útero. ¿La ventaja de las mujeres en post menopausia?, ellas poseen la sabiduría de las 4 energías y pueden elegir ser quién ellas quieran ser, por lo tanto es un re-nacer, es un nuevo comienzo y no el “fin de los tiempos”.

Ambas escritoras nos invitan a re-conectarnos con nuestro cuerpo femenino, a re-conocernos y re-valorarnos de una manera que aporta salud y paz en nuestro interior, la paz que se logra al aceptarnos tal y como somos: MUJERES, a mucha honra.

 

PD: Miranda Gray realiza la «Bendición Mundial del Útero», momento en que miles de mujeres del mundo se reúnen a meditar a la misma hora para ayudar a despertar la energía femenina en el planeta. Próxima Bendición: miércoles 31 de enero 2018, se requiere inscripción previa a través de internet. Más información en: http://www.mirandagray.co.uk/register.html

Sonia Roa Alcaino. Kinesióloga

 

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