Cuando sos mamá primeriza muchas veces crees que la dinámica del día a día va a ser siempre igual, simplemente porque al ser tu primera experiencia con la maternidad no sabes si las cosas van a cambiar o en qué momento y esto puede ser desconcertante y hasta agobiante.
En medio del agotamiento cotidiano todas más de una vez nos hemos preguntado: ¿Hasta cuando voy a dormir tan poco?, ¿Hasta cuando voy a tener que cargarlo todo el día?, ¿Cuándo voy a recuperar mi brazo derecho?, ¿Cuándo se acabarán los berrinches?, ¿Hasta cuándo cambiaré pañales?, ¿Cuándo dejará de ser tan complicado que coma?, ¿En qué momento dejará de querer teta todo el tiempo?
Cuando tenés más de un hijo estas preguntas ya no regresan, porque una de las lecciones más importantes que nos regala la maternidad es la de concientizarnos que TODO PASA, y pasa mucho más rápido de lo que pensamos…
De golpe y porrazo tu hijo no querrá que lo cargues todo el tiempo porque preferirá investigar mientras camina, dormirá de corrido, armará frases complejas, dejará los berrinches, irá al baño solo, le correrá la cara a la teta, se irá a la cama solito, preferirá los brazos de papá, dejara de decir palabras en su propio idioma, jugará un rato largo mientras vos haces tus cosas, ya no creerá en los reyes magos, se lavara su plato solito.
Si lo ponemos en perspectiva la niñez es tan corta que aunque hoy te sientas agotada, quieras tirar la toalla con la teta, estés de mal humor por dormir tan poco, te mate el dolor de espalda por el colecho y el porteo o te encuentres sola llorando por otro berrinches incontrolable te digo: AGUANTA, DISFRUTA, APROVECHA CADA MOMENTO y es que en la maternidad los días son ETERNOS pero los años muy cortos…
Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: nutrimama.com
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
Instagram: Nutri_mama
Ya vas a poder, date tiempo.
Es válido sentirse desbordada, cuando nos convertimos en mamás la realidad nos cambia y no precisamente de la manera idílica con la que habíamos fantaseado en el embarazo. La realidad de la mamá los primeros años es DURA y CRUDA y debemos darnos el tiempo para florecer y el espacio para llorar o hacer catarsis.
Hay algo que aprendí ya con 5 años de mamá y es que el cuerpo se adapta. Los humanos nos hemos adaptado por milenios a diferentes alimentos, climas, ambientes, nuevas enzimas, al punto de modificar hasta los genes. Adaptarnos es algo que hacemos muy bien, pero requiere de TIEMPO!
La oruga no se hace mariposa de la noche a la mañana pero pasa que en esta “sociedad de las prisas” no nos dan ni nos damos el tiempo de adaptarnos a la maternidad a nivel fisiológico, emocional, laboral, anatómico, cerebral.
Así que te pido nueva mamá: se paciente contigo misma y con tu camino, rodéate de gente que te tienda una mano, aleja a quienes solo critican y CONFÍA EN EL PROCESO. Te abrazo
Por Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
Instagram: Nutri_mama
Si crees que este artículo puede serle útil a alguna mamá o papá, compártelo!
Copyright © Todos los Derechos Reservados (safecreative.org)
Imagen: Cielo
Read moreEntre palmeras, música de fondo, playa y calorcito escribo estas líneas, para un día de la madre especial, único y probablemente irrepetible. Hoy en mi día no estoy con mis niños, yo y mis amigas decidimos escaparnos para celebrarlo juntas. Juntas en una comunidad que se quiere, acompaña y apoya en este camino de la maternidad. Hoy no estoy con mis hijos, sin embargo estoy con mi tribu, con esa que me mira sin juicio, con esa que me quiere con mi voz fuerte, mi aceleramiento, y mis locura.
Esta tribu al igual que mis hijos me la regaló la vida, y entonces hoy no solo celebro el día de la madre, sino un día de la madre acompañada por mis compañeras de maternidad….esas que hacen que día a día este camino sea especial, entretenido, acompañado, aconsejado, visto, abierto y respetado.
Y aunque me encantaría estar con mis niños para recibir sus besos pegasos y sus cartas que me sacan lagrima, no puedo dejar de reconocer que estoy plena y feliz con mi elección, con haber elegido pasar este día con mi s compañeritos de plaza, tardes y risas, volcadas a cuidarnos entre nosotras y para nosotras mismas. Se que llegaré a mi casa y tendré los besos pegoteados, abrazos y cartas, pero no tengo la certeza de que pueda volver a tener estos momentos con mi tribu y mi comunidad materna de nuevo. A veces nuestras decisiones no son las más obvias, y permitirnos ser a ratos un poco menos mamás y un poco más mujeres, no es malo….por el contrario, creo que es sin duda el mejor regalo que podemos darnos y darles a los que nos rodean. Que el mundo pare y podamos disfrutarl, solo depende de que nosotros nos detengamos y tomemos las decisiones de aquello que necesitamos, nos hace felices y nos genera bienestar….muchas veces esas decisiones no están en el deber o en nuestros roles, sino en nuestro querer y nuestro ser persona.
Hoy las invito a disfrutar todos esos besos apretados de sus hijos, también las invito a pensar más allá de su rol de madres, que es aquello que necesitan y cuanto de eso están haciendo en su día a día. Paremos nosotras el mundo, para que empiece a girar en la dirección que nosotras queremos y nos hace bien. Sin duda en esa ecuación están nuestros niños, maridos, profesión, familia…..pero ¿qué más podemos encontrar? Busquen los regalos que les dio la vida: amigas, talentos o inquietudes, y escuchenlos porque ahí está también nuestra felicidad. Nuestro bienestar no solo se encuentra en cumplir a la “perfeccion” nuestros roles. Este día de la madre en el que no estoy con mis niños, abrió un campo nuevo en mi mirada y eso no me hace ni más mala, ni peor, ni descariñada….me hace poder vivir y conectarme con una mujer que es mucho más que madre…..con una mujer que es amiga, que se escucha y se respeta….eso me hace sentir plena y esa sensación es sin duda, la mejor mamá que le puedo regalar a mis niños.
Hoy en tu día elige al menos un regalo que te haga sentir mujer….no mamá…. mujer plena que se quiere, se escucha y se respeta.
Feliz día!!!
Read more
Antes de ser mamá tenía muy claro que primero sería mujer y luego madre, que no quería que la maternidad me absorbiera dejando de ser Ana para ser “la mamá de…”. Luego entendí que las cosas son mucho más profunda y están enraizadas y entrelazadas de una manera tan fuerte que era imposible seguir siendo simplemente Ana.
Ya no podía elegir entre ser mujer o madre porque ya era mujer-madre, todo junto. La maternidad es intrínseca, es tan parte de una que no se puede separar, es como querer separar un brazo del cuerpo.
La maternidad implica reformular prioridades, reinventarse y redefinirse como mujer-madre, lo que NO quiere decir que las mamás no tengamos vida propia, sueños propios o que hayamos perdido parte de nuestra esencia, por el contrario quiere decir que hemos sumado y ganado, que la bella oruga ahora tiene alas que la acompañarán hasta el día de su muerte y más allá.
Quiere decir que no importa lo que pase, de ahora en adelante siempre seremos un nuevo ser, aún cuando los hijos ya no estén físicamente nunca podemos volver a ser lo que fuimos porque la metamorfosis fue tan grande y el caos tan bello que siempre serán parte de nuestra historia, de nuestro ser y estar.
Facebook: @mamaminimalista
Fuente: mamaminimalista.net
Maestranda en Psicología Positiva Aplicada y experta en Mindfulness, Inteligencia Emocional y Crianza con apego.
Instagram: Nutri_mama