Crecientemente nos encontraremos con personas entre treinta y cuarenta y cinco años de edad, pero también mayores, que ya llevan un tiempo buscando un trabajo “de acuerdo al nivel de responsabilidad, motivación, desafío y remuneración” que creen merecer. En muchos casos pasan las semanas, incluso meses, en donde crecen la frustración, miedos e inseguridad.
También están aquellos que pasan años catapultados a cargos como empleados, incluso de buen nivel de responsabilidad y renta, quienes en el fondo no son felices con ese trabajo. A ellos se suman jubilados con una mala pensión, así como aquellos que ya ven que ésta se viene encima y ya visualizan que no les alcanzará…
Sin lugar a dudas, la independencia, es decir el emprender de manera autónoma no es para todos. Pero no sólo no es para todos a nivel individual, sino muchas veces como proyecto familiar. Otras veces el proyecto de emprendimiento familiar lo es todo…
Claramente no existe una regla universalmente válida, acerca de quienes están o no “predestinados” al emprendimiento. Lo que sí es válido, es que sobre todo para aquellos casos descritos en el primer párrafo, un camino concreto – aunque fuere paso a paso – puede convertirse en una ineludible y urgente necesidad, donde la ausencia de una solución muchas veces conlleva fracasos matrimoniales y otras consecuencias definitivas, muchas veces irreversibles y nefastas. En esos casos, será muy importante que ese problema se transforme rápidamente en oportunidad.
Si estás en una situación como esa, parte identificando un pequeño nicho en el mercado. ¡Pero pequeño! No pienses tan en grande para una primera fase. Ese nicho debe poseer un problema claramente identificado y definido, pero mal resuelto; o a lo menos, que tú poseas una solución o un camino para llegar a ésta, que los clientes dentro de ese nicho, la perciban como más idónea que la mejor actual.
Tu enfoque debe ser: ¡en ese nicho o micro-nicho debo ser líder! Ese es el inicio. Ese liderazgo, posteriormente te podrá abrir puertas a nichos vecinos, además de ello a mejores márgenes de ganancias, ya que la mejor solución es menos sustituible por competidores y por lo tanto, menos expuesta a guerras de precio.
¿Cómo crees que reaccionen los inversionistas, posibles socios de cooperación o aliados, incluso bancos, si pudieses presentar desde un inicio buenos pedidos, contratos, buenos clientes que paguen sus facturas en la fecha acordada?
En raras ocasiones es posible alcanzar la zona de rentabilidad o ganancias después de un largo período de sequía y fase inicial “lenta pero segura”. ¿Cómo reducir a un mínimo esa fase inicial previa a la rentabilidad?
Hazlo mejor que otros: ¡No produzcas si no hay pedidos! ¡No existen pedidos lucrativos de largo plazo sin “clientes ideales”! Solo si desde un inicio no se regala demasiado dinero a través de bajos márgenes debido a guerras de precio en círculos de clientes donde los productos o servicios sean fácilmente substituibles, existirá la posibilidad real de establecer una empresa verdaderamente competitiva y rentable.
¿Qué debes hacer si decides seguir este camino del emprendimiento propio?
Como ya he mencionado anteriormente, se trata de lo siguiente:
- Primero, encuentra suficientes clientes reales – ideales – y no teóricos para tu emprendimiento y productos.
- Según el producto, servicio o sector, logra acuerdos previos en cuanto a pedidos. Estos productos o servicios deben ser claramente diferenciables para tus clientes, aunque en una primera etapa inicial no los produzcas tú mismo. Atención: aquí se trata de la percepción de tus clientes, no de la tuya. No trabajes en base a tus propios deseos e intereses respecto del producto, sino aquellos de los clientes en ese nicho.
- Recién con ello en la mano, inicia la implementación de la empresa y de la propia producción de un servicio o producto.
Son muy pocos los emprendimientos que parten sin capital, pero con una buena idea por parte del emprendedor original, se pueden dar el lujo de proceder de manera distinta. ¡Por ello estoy seguro que ello también es válido para ti, para tu idea, para tu emprendimiento, tu futuro negocio y medio de subsistencia!
Pero para volver sobre las maneras de buscar la idea, la oportunidad, las siguientes líneas te darán algunos “tips”. Ello no sucederá a través de una iluminación, sino de una observación sistémica: ¡observa al sector que más te atrae!
Tus fortalezas, aptitudes y talentos deben calzar con el “nicho del problema” como una llave en la cerradura. El punto de inicio es tu perfil de fortalezas. Es tu llave y debes hacerla calzar con una cerradura y tendrás varias opciones, pero aún no definitivas.
Tu mayor fortaleza no vale nada, si no hay quien la necesite o esté dispuesto a adquirirla. Debes determinar esa área de negocio o nicho, en donde tus fortalezas alcancen un alto grado de validez. Tus áreas de acción debes determinarlas tú mismo y no dejar que sean impuestas por otros. Muchas personas dejan que sus familiares, amigos y colegas determinen hacia donde guiar su emprendimiento. Ese es el principio de la pérdida de identidad.
Tanto más “angosto” definas el sector, tanto más rápido será tu éxito, tu motivación y acercamiento a ese emprendimiento ideal. Considera: “probar pasa primero por estudiar”. Proceso de prueba y error = riesgo mínimo.
No “mastiques” tus “nichos” durante meses, sino procede rápidamente a la comprobación. Procede de acuerdo a “prueba y error”: realiza un paso en la dirección correcta esperada y aplica tus experiencias ganadas circunscritas a ese nicho. Corrige los errores y comprueba en un nuevo paso adelante. Así limitarás tus riesgos a un mínimo.
Un ejemplo para proceder inicialmente: junta varias revistas actuales de distinta índole (mujeres, hombres, deportes, hijos, salud, negocios, etc.). En muchos artículos de estas revistas se escribe acerca de problemas que existen en ciertos sectores de la sociedad, así como de alternativas como resolverlos. Al leer tales artículos pregúntate: ¿cuál problema (…y por ende oportunidad) se esconde realmente detrás de este artículo?
Por ejemplo, en el área capacitación se habla “como bombo en fiesta” acerca del aseguramiento de calidad. Detrás de ello, se encuentran una infinidad de problemas mal resueltos. ¿Alguno de esos problemas lo sabrías resolver mejor que otros? ¿En cuál sector requieren resolver ese problema más que en otros e incluso, es urgente que lo hagan? ¿Tengo la solución? Si no la poseo: ¿Quién la podría poseer? ¿Podría cooperar con ellos?
De manera muy resumida, la pregunta clave a responder es la siguiente: ¿cuál problema mal resuelto, en qué nicho de mercado, puedo resolverlo mejor que otros, en donde pueda poner en juego mis aptitudes, habilidades, motivaciones y contactos?
Ciertamente aquí no encontraste la receta, sin embargo, espero haberte inspirado a mirar las cosas desde otro ángulo y ojalá, haber contribuido a una potencial oportunidad.
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Clienting Exitoso; (re)construcción y (re)inserción laboral; CASOS;
Ricardo Gevert – Adm. Industrial
texto extraído de www.gevert.com