Los apegos conducen al sufrimiento y te quitan la paz interna. Si te aferras a personas, cosas, etc… estás destinado a sufrir, pues algún día irremediablemente desaparecerán o cambiarán de forma.
Cuando nos despegamos del resultado es cuando las cosas se manifiestan. Pero también debes tener en cuenta que si esperas algo y no sucede debe haber una buena razón para que así sea. Sólo con el paso del tiempo te das cuenta que aquello que no ocurrió tenía su razón de ser.
¿Cómo liberarse de los apegos? Os proponemos un pequeño ejercicio para practicar el desapego:
Comienza pensando en esta pregunta:
¿Alguna vez has perdido algo en tu casa?
Lo más probable es que Sí. Seguramente al principio te desesperas, pero después pasan las horas y lo das por perdido del todo. Al cabo de un tiempo lo encuentras «por casualidad» y te das cuenta que has podido «sobrevivir» sin ese objeto.
Pues te proponemos que cojas cualquier objeto: un libro, una prenda de ropa… y lo des a la caridad. Puedes empezar con cosas que no tengan un gran valor sentimental para ti y luego puedes ir aumentando la intensidad del ejercicio con objetos que signifiquen algo para ti.
Debes ir poco a poco pues el objetivo es que te acostumbres a desapegarte y no que sufras.
Puedes tomar cada objeto que entregas como una victoria, un paso más en el camino a tu liberación de los apegos. También puedes llevar un pequeño diario con los avances que has hecho.
Hay otras técnicas para el desapego que podrías practicar también como la meditación o el Mindfulness. Recuerda que debes avanzar cada día un poco más para ver los resultados.
Además si deseas entrenar tu mente para vivir con libertad, coherencia y libre de bloqueos físicos y emocionales te proponemos el programa de Curación Cuántica con técnicas que te ayudarán a llegar a tu objetivo: encontrar la paz y el bienestar.
Redacción Instituto Draco
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Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un estado caracterizado por la tristeza, la perdida de interés o de placer, de sentimientos de culpabilidad o de baja autoestima, una sensación de fatiga y de falta de concentración. Desde la Bioemoción, este malestar suele ser consecuencia de un conflicto de identidad.
Todo síntoma es la mejor adaptación posible a la presión del medio interno o externo y está allí para ayudarnos a gestionar esta presión. La depresión no es una excepción. Pero ¿cuál es el sentido por el que una persona entra en este estado de ánimo? ¿Por qué su biología opta por esta solución?
¿Cuál es el sentido biológico?
En esta forma de aislamiento, la energía de la persona baja a una frecuencia mas lenta y con ello obtiene más tiempo para bajar la presión interna (DE-PRESIÓN). La depresión es un sentimiento último de desesperanza, es la manifestación pasiva de la agresividad no expresada hacia uno mismo. En este “quitar presión”, nos encontramos con diferentes tipo de bloqueos:
Bloqueo físico: Los principales síntomas de la depresión son la pérdida de interés y de placer en las actividades habituales, un sentimiento de desesperación o de abatimiento asociado a la fatiga o a una disminución de energía, menor capacidad de concentración, indiferencia, desinterés, desánimo, repliegue sobre sí mismo y rumiación mental.
Bloqueo emocional: La persona siente que no puede más, que ha llegado a su límite.
Bloqueo mental: La persona depresiva no quiere ayudarse ni pedir ayuda, por lo que quienes la rodean son los que intentan resolver su problema.
Bloqueo espiritual: Se estanca en el modo HACER (“Tengo tantas cosas por hacer, y tan poca energía…”), en lugar de permitirse SER.
¿Qué conflicto se esconde detrás de estos bloqueos?
Como hemos comentado, la depresión es un conflicto de identidad: ¿Quien soy yo? Los conflictos no resueltos son:
– Conflicto entre lo ideal y lo real.
– Conflicto entre quienes somos y quien queremos ser.
– Conflicto entre lo que tenemos y lo que queremos tener.
¿Qué emoción biológica se oculta?
La depresión es un sentimiento de desesperanza, y suele estar acompañado del sentimiento de culpabilidad, una baja autoestima, ideas y pensamientos negativos recurrentes. Entre estos pensamientos, en habitual encontrar la tríada cognitiva de Beck: este modelo cognitivo consiste en tres patrones cognitivos principales que inducen al sujeto a considerarse a sí mismo, su futuro y sus experiencias, de un modo negativo:
– Ideas sobre sí mismo: La persona se ve desgraciada, torpe, con poca valía. Tiende a subestimarse, a criticarse a sí mismo en base a esos defectos que se ha adjudicado.
– Ideas sobre el futuro: Del futuro solo espera penas, frustraciones y privaciones interminables.
– Ideas sobre sus experiencias: Cree que el mundo le interpone obstáculos insalvables, el entorno le frustra continuamente.
¿Cómo libero esa emoción biológica?
Por lo general la persona depresiva no quiere ayudarse ni pedir ayuda. Se debe hacer una revisión de las creencias de la persona, y ésta debe entender que es un ser único, con valores excepcionales. Que es posible retomar el control de sí mismo y de su vida. Simplemente hay que hacer una elección: luchar o soltar.
Recuerda: la causa probable de la depresión es que uno no se cree con el derecho a sentir, la desesperanza. El nuevo modelo mental que debes adquirir es “Ahora paso más allá de los temores y limitaciones de los demás. Creo mi propia vida.”
Irene Morales
Coach Espiritual
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