Pensamientos, Emociones y Respiración para tu bienestar

La respiración refleja fielmente nuestro estado psíquico. La reacción más común a las experiencias emocionales muy fuertes consiste en restringir la respiración. Los sistemas de defensa del cuerpo tratan de impedir cualquier experiencia dolorosa, tanto física como psíquica.

El cuerpo hace esto para evitar que se recarguen los diversos sistemas. La respiración se vuelve más corta y superficial hasta que casi se detiene por completo. Si se experimenta una amenaza física o emocional muy fuerte, este mecanismo de cierre puede resultar sobrepasado. En tales casos, la persona puede comenzar a hiperventilar espontáneamente.

Si observamos, hay una relación directa entre los pensamientos-emociones y la respiración. Cuando ocurre algo que nos disgusta el corazón comienza a latir a mayor velocidad, suben las pulsaciones, el cuerpo necesita una mayor cantidad de oxígeno para funcionar, y se acelera el ritmo respiratorio. Otras veces, pensamos en algo que nos preocupa o en una situación de tensión, y la respiración se detiene o entrecorta.

En cambio cuando estamos enfocados en emociones como la apreciación, alegría, gratitud, calma, la respiración se hace suave y natural.

Existen ocho emociones básicas que experimentamos, cuatro primarias y cuatro son secundarias. Las primarias constituyen procesos de adaptación y son: Ira, Alegría, Miedo y Tristeza.

Y las Secundarias: Amor, Sorpresa, Vergüenza y Aversión.

Las situaciones en las que hemos sentido dolor, tensión o miedo, como también aquellas de serenidad, alegría y gratitud, están almacenadas y conectadas en la mente subconsciente, en forma de constelaciones de memoria. Componen un sistema de ideas y emociones, que influyen directamente en la capacidad de respirar de manera correcta, la personalidad, creencias, la forma en que percibimos el mundo y el modo en que nos relacionamos. Las más traumáticas corresponden al momento del parto y el nacimiento, cuando salimos de un ambiente cálido, en el que nos sentimos seguros, completos y contenidos, hacia un mundo de formas separadas y baja temperatura. Luego se corta el cordón umbilical y debemos comenzar a incorporar el aire por cuenta propia. El nacimiento biológico genera una intensa carga emocional capaz de fabricar ansiedad, agresividad y sensación de urgencia.

Muchas de estas memorias, se activan durante situaciones en las que reaccionamos de manera exagerada o tenemos un síntoma físico. Aunque en el presente, la persona se vea en una situación que despierta su ira, no percibe que se trata de una reacción a hechos pasados, ya que estas emociones se relacionan con algo que jamás ha entrado en su conciencia.

Teniendo todo esto en consideración es evidente que podemos utilizar el como respiramos para conseguir nuestro bienestar. Esto es posible con la respiración consciente. ¿Te animas a probarla?

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Agustín Andrade 

Autor y Comunicador

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De la Emoción al Sentimiento

¿Alguna vez te has parado a analizar cómo te sientes ante alguna situación? Incluso, si es una situación repetitiva que te molesta y no sabes por qué se repite? Muchas veces te sientes incómodo/a sin ni siquiera saber realmente la emoción que estabas sintiendo.

A continuación, te paso un listado de emociones que pueden ayudarte a ponerle nombre a cómo te sientes:

FURIOSO: enojado, resentido, preocupado, irritado, molesto, fastidiado, indignado, enfurecido.

ANSIOSO: preocupado, angustiado, nervioso, temeroso, miedoso, alarmado, asustado, atemorizado, intranquilo.

AVERGONZADO: ridículo, acomplejado, aturdido.

CULPABLE: abochornado, responsable, malo.

DESESPERANZADO: desanimado, pesimista, desesperanzado.

SOLO: abandonado, solitario, rechazado

TRISTE: deprimido, bajo de moral, infeliz, decaído, decepcionado, dolido.

ESTRESADO: abrumado, quemado, tenso, presionado, nervioso, trabajo en exceso.

 

Realmente; ¿conoces los motivos de estos sentimientos negativos? Algunas personas creen bajones anímicos se deben a las hormonas o a la química de nuestro organismo. Evidentemente hay algo de cierto esta teoría. Medicaciones como son el litio y los antidepresivos pueden resultar bastante beneficiosos para determinados problemas emocionales, lo que indica que los procesos químicos de nuestro cerebro juegan un papel importante en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Otras personas piensan que su estado anímico se viene abajo debido a cosas negativas que le suceden en su vida. Y otras, se sienten incompetentes e inferiores, y se deprimen por ello. Algunas otras se vienen por las dificultades con las que tropieza en sus carreras profesionales o relaciones personales. Noche de nosotros pasamos nuestra autoestima en el éxito alcanzado en el trabajo y en nuestras las relaciones con los demás; y cuándo perdemos nuestro puesto de trabajo o nos abandona una persona querida, nos sentimos desolados.

Todas estas ideas tienen un punto de verdad. Pero todas esas teorías tienen un gran inconveniente: nos convertimos en víctimas de unas circunstancias que escapan de nuestro control. Pero en este tema quiero que empieces a familiarizarte con una idea relativamente simple: no nos trastornamos por las cosas que suceden, sino por la visión que tenemos de las mismas. Dicho de otra manera: las cosas negativas que nos suceden no son los causantes de nuestras emociones negativas. Las emociones negativas surgen por la forma en que pensamos acerca de todo lo que nos sucede. Entonces, nuestros sentimientos tienen su origen siempre en nuestros pensamientos y en la forma como pensamos de las cosas, más en los sucesos propiamente dichos. Determinados tipos de sentimientos tienen su origen en determinados tipos de pensamiento.

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Pensamientos Distorsionados

Cuando te sientes emocionalmente afectado, los pensamientos que hay detrás suelen ser ilógicos y distorsionados.

Te pueden parecer reales, pero no lo son.

A continuación, te presento un listado de los pensamientos distorsionados más comunes. Es posible que tengas tendencia a utilizar más alguno de ellos. Observa si te ves identificado con alguno:

 

PENSAMIENTOS DISTORSIONADOS

Filtraje: esta distorsión se caracteriza por lo que se llama visión de túnel: sólo se ve un elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo el evento queda ensombrecido por dicho detalle.

Pensamiento polarizado: es la tendencia a percibir cualquier cosa de forma extremista, sin términos medios. Todo o nada, blanco o negro.

Sobregeneralización: es la tendencia a generalizar en todos los ámbitos de la vida, en esta distorsión se produce una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de evidencia (no me han cogido en el trabajo, nunca me cogerán en un trabajo digno) . Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida.

Interpretación del pensamiento: Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los demás. En la medida que su pensamiento interpreta, también se hacen presunciones sobre cómo está reaccionando la gente a las cosas que la rodean, particularmente cómo están reaccionando los demás ante uno mismo.

Visión catastrófica: Cuándo una persona es catastrófica, para ella una pequeña vía de agua en un barco significa que seguramente se hundirá. Estos pensamientos a menudo empiezan con las palabras «y si…».

Personalización: Es la tendencia a relacionar algo del ambiente consigo mismo. Por ejemplo, una madre deprimida que se censura cuando ve algún signo de tristeza en su hijo. El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y valorarse a sí mismo.

Falacias de control: Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y externamente controlada, o omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor. La persona que se siente externamente controlada, se bloquea. El polo opuesto de la falacia del control externo es la falacia del control omnipotente. La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos.

Falacia de justicia: Se basa en la aplicación de las normas legales y sociales a los caprichos de las relaciones interpersonales. Se expresa a menudo con frases condicionales: «Si me quisiera, no se burlaría…».

Razonamiento emocional: En la raíz de esta distorsión está la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Si se siente como un perdedor, entonces tiene que ser un perdedor.

Falacia de cambio: El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de los actos de los demás. La persona supone que cambiará si se la presiona lo suficiente. La esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades. Por el contrario, las estrategias para cambiar a los otros incluyen echarles la culpa, exigirles, ocultarles cosas y negociar.

Etiquetas globales: Se trata de generalizar una o dos cualidades en un juicio global, con lo cual la visión que se tiene del mundo es estereotipada y unidimensional.

Culpabilidad: A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Otras personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente.

Los debería: En esta distorsión, la persona se comporta de acuerdo a unas reglas inflexibles que deberían regir la relación de todas las personas. Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son debería, habría de, o tendría. No sólo son los demás quienes son juzgados, sino que también la persona se hace sufrir a sí misma con los debería.

Tener razón: La persona se pone normalmente a la defensiva; tiene que probar continuamente que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones del mundo son justas y todas sus acciones adecuadas. Las opiniones de este tipo de personas raramente cambian porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones. Cuando los hechos no encajan en lo que ya creen, los ignoran.

La falacia de la recompensa divina: En este estilo de ver el mundo la persona se comporta «correctamente» en espera de una recompensa. Se sacrifica y trabaja hasta quedar extenuada y mientras tanto imagina que está coleccionando puntos angelicales que podrá cobrar algún día.

 

¿Te sientes identificado con alguno?

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Irene Morales

Coach Espiritual

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Comunicación Telepática con Animales

Desarrollar la comunicación telepática nos hace sentir más completos, porque estamos recuperando una parte nuestra esencial que teníamos dormida y nos hace experimentar nuestra unión con el Todo.

La puerta que nos abre a experimentar la comunicación es la confianza en nuestras capacidades y el profundo amor, respeto y admiración que sentimos por los animales. En ellos vemos representados cualidades basadas en el amor y la compasión que nos inspiran profundamente. Cualquier trabajo personal realizado en compañía de los animales se hace mucho más ligero y rápido. Su presencia nos toca el alma y nos activa  el camino al despertar.

Nuestra cultura ha dado mucho valor a la parte racional, dejando las otras vías de conocimiento como secundarias o no válidas. Mediante la comunicación telepática desarrollamos la intuición, descubrimos diferentes canales sensitivos que creíamos olvidados y tomamos conciencia de nuestro ser multidimensional.

No hay que intentar racionalizar la experiencia porque no forma parte de la experiencia racional tradicional. Se trata de experimentar y sentir. Y, a través de este sentir, llegar a nuestro propio conocimiento de qué es y cómo funciona la realidad que nos rodea.

La comunicación telepática se basa en el amor y el respeto a los animales. No obstante, por muy buenas intenciones que tengamos, eso no va a certificar que siempre estemos en lo cierto en todas las comunicaciones. Ya que la interpretación racional, nuestro ego y sus patrones de pensamiento intentarán sin duda interferir en ellas.

El proceso de la comunicación requiere mucha práctica, profundización y trabajo personal.  Y, por encima de todo, humildad. Debemos ser responsables y honestos con nuestro trabajo, ser conscientes de nuestros límites y reconocer que nos podemos equivocar. Esto es fundamental. Como practicantes de la comunicación telepática vamos avanzando y perfeccionando cada uno a su ritmo, dependiendo, entre otras cosas, de nuestra paz mental y emocional y nuestra implicación y compromiso con la práctica.

Nuestra práctica siempre avanzará en proporción al avance de nuestro trabajo interior. Es responsabilidad nuestra identificar nuestras sombras y sanarlas, para así poder ofrecer la mejor versión de nosotros mismos sin proyectar nuestros miedos y carencias en la comunicación. Y, sobre todo, sin juzgar.

Debemos tener en cuenta que hablar en nombre de un animal conlleva una gran responsabilidad. Con nuestras buenas intenciones o con las prisas por avanzar podemos causar un daño irreparable a un animal y/o a sus cuidadores.

 

La comunicación telepática es una práctica para el beneficio del animal, no para el beneficio del ser humano. Debemos tener muy claro que una comunicación no tiene como función “adiestrar” o indicar a un animal cual tiene que ser su comportamiento según su humano de compañía. La comunicación tiene como función sentir como se siente el animal, para comprender desde su punto de vista, aprender de él, escuchar lo que él tenga que decir y saber si su cuidador lo puede ayudar de alguna forma.

La comunicación se inicia si hay permiso por parte del cuidador del animal y permiso por parte del animal. El respeto significa también no interferir ni contactar con ningún animal para el cual no se nos haya solicitado o admitido nuestra intervención o presencia.

La comunicación telepática se emplea como un servicio para que humanos y animales puedan restablecer sus lazos y de esta forma tener una convivencia armoniosa y basada en el respeto mutuo.

No podemos mentir a un animal o hacerle falsas promesas si no sabemos a ciencia cierta que lo que decimos se va a cumplir.

 

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Sandra Casas

Técnico veterinario y terapeuta energética

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Autocompasión: Una práctica para el Autocuidado

¿Por qué la autocompasión es una buena estrategia para el autocuidado?

Aunque a algunas personas la palabra autocompasión les puede sonar a tenerse lástima, en realidad es una práctica que tiene bastante evidencia sobre su eficacia como estrategia para mejorar el bienestar (Neff, 2007)

 

La profesión docente y de quienes trabajan con niños, niñas y adolescentes es muy exigente en términos emocionales, y en especial en contextos de mayor vulnerabilidad. Y muchas veces las exigencias del cuidado de otros puede llevar a la sensación de que nunca es suficiente la entrega, o de que hay problemas que afectan a las y los estudiantes de los cuales nada se puede hacer. Estas situaciones pueden ocupar mucho espacio en la mente, a través de pensamientos y emociones negativas, y sobre todo a la creencia de que ser suficientemente bueno o buena en el trabajo. Además, se suman las exigencias personales y familiares. Esto genera mucho malestar y estrés.

 

La práctica de la autocompasión es una estrategia para lidiar con estas emociones y preservar la creencia de que uno mismo es suficiente, de que lo que se hace es suficiente. En realidad sirve para todas esas veces en que nos sentimos criticados, fracasados, tristes, solos o incapapces de enfrentar los desafíos de la vida.

 

Consiste en tres pasos:

 
  1. Dar un espacio justo a las emociones dolorosas. Negar, minimizar o ignorar lo que sentimos no es una buena idea. Para regular las emociones lo primero es reconocerlas, identificando su manifestación en el cuerpo, su intensidad y sus causas. Pero no significa quedarse pegado. Tienes que dejarla ir y pasar al segundo paso.

  2. Reconocer la común humanidad. Cuando sentimos dolor o incomodidad es muy común sentirse solo o sola, creemos que nadie siente lo mismo, o que lo que te pasa te pasa solo a ti. Esto es una ilusión. Todos los seres humanos experimentamos la vergüenza, sentimientos de inadecuación, soledad, frustración. Si puedes reconocer esto, entonces podrás reconocer que no hay nada malo en tí. Eres sencillamente humano.

  3. Hablarte con bondad, tratarte como tratarías a un buen amigo o amiga. Muchas veces somos más críticos con nosotros mismos que con cualquier otra persona. En situaciones problemáticas nos decimos cosas como “no haces bien las cosas”, “nunca terminas lo que empiezas”, “siempre te equivocas”, “cómo pudiste ser tan….”, “nadie te va a entender”. ¿Le dirías lo mismo a alguien querido? Cambia la forma de hablarte cuando aparezcan estas ideas en tu cabeza. “Soy suficiente.” “Me equivoco, pero salgo adelante.” “Soy una buena persona.” “Hago lo mejor posible.”

 

La práctica de la autocompasión es una estrategia que te ayudará a enfrentar con más recursos emocionales los desafíos que se te presentan en la escuela. Estos pasos los puedes hacer en unos minutos, respirando profundo antes de cada uno.

 

Aprovecha estas vacaciones de ponerla en práctica, y si te animas, comienza cada día mirándote al espejo y diciéndote alguna palabra de aliento.

Referencias

 

Neff, K. D., Rude, S. S., y Kirkpatrick, K. L. (2007). An examination of self-compassion in relation to positive psychological functioning and personality traits. Journal of Research in Personality, 41(4), 908–916.

www.selfcompassion.org

  Mas información en www.aprendizajesocioemocional.cl/

 
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¿Tiempo de calidad o simplemente tiempo?

TIEMPO….que palabra más esfímera, potente, grande y desconocida. No sabemos con certeza cuánto tenemos y muchas veces tampoco sabemos que hacer con el. Decidimos vivir en piloto automático y repetimos una y otra vez que NO tenemos tiempo.
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¿Realmente no lo tenemos? ¿O más bien no sabemos como valorarlo, ajustarlo, equilibrarlo o vivirlo?.
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Hablamos de regalar tiempo de calidad a nuestros hijos, pareja o incluso a nosotros mismos (que también lo necesitamos), sin embargo nos olvidamos que el tiempo es solo eso…..TIEMPO.
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El «tiempo de calidad» ocurre en un esfuerzo desesperado y a ratos maquinado, para entregar al otro un pedacito de nosotros o incluso regalarnos a nosotros mismos un pequeño momento de autocuidado.
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La realidad es que el tiempo es solo eso, y toda la magia ocurre en la espaciosidad de poder vivir ese TIEMPO. En no olvidarnos que el tiempo a ratos corre rápido y que cada elección diaria es decidir como vivirlo.

Finalmente el tiempo que destino para estar con mis hijos, mi pareja o conmigo misma no debería ser un esfuerzo. Sino el simple acto de disfrutar ese tiempo que se nos ha regalado: ese espacio libre donde ocurre la conexión y el amor con los que nos rodean y con nosotros mismos.
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El tiempo es hoy, es cada día, es cada decisión. No existe el tiempo de calidad, solo existe el tiempo y en su infinitud lo que YO elijo hacer con él.
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¿Dónde pongo las prioridades? ¿Donde y con quién decido estar hoy? ¿Cómo quiero vivir ese tiempo? ¿Cómo hago del tiempo una acción presente para vivirlo plenamente?.
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El tiempo viene y se va, pasa rápido, no sabemos cuando acabará. Y entonces más que pensar en entregar «tiempo de calidad», elige como quieres vivir tu tiempo hoy: presente, consciente y conectado con los que te rodean y contigo mismo.
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Algo si tengo claro: el tiempo es un regalo y como vivirlo una decisión. Decide consciente, decide con amor.
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¿Cómo decidirás vivir tu mágico tiempo hoy?
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María José Lacámara – Conoce más AQUI

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A veces no necesitas un plan, sino simplemente RESPIRAR

Si algo hemos y he aprendido estos últimos años, es que los planes se desvanecen, cambian y se transforman. ¿Cuánto tiempo nos pasamos haciendo planes? ¿Cuánto tiempo nos pasamos fijando metas, objetivos o dibujando mapas?.
Muchas veces se concretan y muchas más se difuminan. La vida nos llena de impredecibles, de vueltas, de caminos y bifurcaciones. ¿Cuántas veces nos detenemos a respirar? ¿Sentir nuestro cuerpo para leer nuestras necesidades? ¿Cuántas veces al día te regalas un respiro profundo que te hace internalizar el momento presente en su magnitud?.
El mindfullnes y la presencia plena no es chino mandarín, es darte el regalo de poner off al piloto automático para poner on a sentirte viv@ HOY.
Es aprender a sentir nuestra respiración y agradecer que estamos aquí y ahora, en nuestro cuerpo y nuestra vida … como venga.
Cada respiro profundo que te regalas es un aire que limpia y te hace sentir viv@. Es atesorar con presencia plena el momento en el que estamos, aceptando toda la gama de emociones y mirándolas pasar como un río que corre.
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Un respiro es regalarnos un espacio para sentir, vivir y mirarnos desde otro lugar.
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Regálate tiempo, y más que nada regalate cada respiro consciente que puedas. Pon off al automático y prende el on, de andar más lento, vivir el momento y sentir la magnitud de un simple y a la vez tan complejo RESPIRO.
Regálate un respiro profundo cada vez que puedas ❤ …. ahí te regalas vida, calma y presencia plena.

María José Lacámara – Conoce más AQUI

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Un Nuevo Comienzo: ¿Cómo Capitalizar lo Aprendido en Pandemia?

Es de esperar que este año más y más comunidades escolares retomen las clases presenciales y al mismo tiempo, puedan capitalizar todas las ganancias que se produjeron en estos últimos dos años, quizás los más desafiantes en décadas.

 

¿Qué ganancias son esas?

 

En estos dos años, trabajando con comunidades de todo el país, escuelas rurales y urbanas, liceos, colegios, etc., hemos visto que el aprendizaje socioemocional ha pasado a ser relevante, visto, priorizado como nunca antes. Tanto directivos como docentes reconocen que es fundamental para lograr mejores aprendizajes académicos y mayor bienestar, de niños, niñas, adolescentes y adultos. Se ha visibilizado el rol de la escuela más allá de lo académico.

 

También hay un reconocimiento generalizado de la importancia del bienestar docente y del impacto que tiene el estrés crónico en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Hemos sido testigos de la necesidad sentida de fortalecer los vínculos, y cómo muchas comunidades dicen haber mejorado el trabajo en equipo. Las duplas psicosociales y asistentes de la educación, también han mostrado que su rol de apoyo a los docentes es esencial, y que requieren ser mirados.

 

Más que un retorno a la normalidad, debiésemos pensar en una renovación de la vida escolar, donde el cuidado colectivo sea un eje central en la toma de decisiones. Volver al mismo estado pre pandemia significaría retroceder a un sistema con foco prioritario en lo académico y en la obtención de resultados, sin mucha consideración a la importancia del bienestar psicológico de las personas en los procesos. Hoy podemos tener un nuevo comienzo en las escuelas.

 

De acuerdo a la evidencia, para instalar el aprendizaje socioemocional en los procesos formativos y en el quehacer de una comunidad escolar, hay cuatro elementos o pilares que son clave (Mahoney et. al., 2021):

1° Construir una visión de largo plazo, conocida, compartida y construida con toda la comunidad.

2° Desarrollar el aprendizaje socioemocional de los adultos.

3° Integrar el aprendizaje socioemocional al currículum académico y prácticas escolares, además de tener programas explícitos para el desarrollo de competencias en los estudiantes.

4° Medir el aprendizaje socioemocional de manera continua.

 

Para lograr tener una perspectiva amplia y que incluya la voz de todos los actores involucrados. Fundación ama+ tiene a disposición de las comunidades un instrumento que puede guiar una reflexión inicial para la planificación. Se trata de nuestro cuestionario IASE (Indicadores de una cultura de Aprendizaje Socioemocional) escolar. Es una rúbrica que puede ser contestada por directivos, docentes, asistentes de la educación, apoderados y estudiantes; es totalmente gratuito y online, y se puede pedir un informe con los resultados. También contamos con un cuestionario IASE sostenedor, que está pensado para comunas, servicios locales de educación o sostenedores que tienen varios establecimientos.

 

Parar, reflexionar y planificar es algo que involucra tiempo, en especial cuando se hace de manera participativa; pero los resultados de estos procesos merecen esta dedicación. Se logrará mayor motivación, compromiso y colaboración. Si quieres cotizar una asesoría para la gestión del aprendizaje socioemocional en tu comunidad escolar, en Fundación ama+ podemos ayudarte con el proceso.

 
 

REFERENCIA

Mahoney, J. L., Weissberg, R. P., Greenberg, M. T., Dusenbury, L., Jagers, R. J., Niemi, K., Schlinger, M., Schlund, J., Shriver, T. P., VanAusdal, K., & Yoder, N. (2021). Systemic social and emotional learning: Promoting educational success for all preschool to high school students. American Psychologist, 76(7), 1128–1142. https://doi.org/10.1037/amp0000701

 
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Cuesta estar bien

Si todos nos ponemos a pensar en que nos pasa por la cabeza y por el cuerpo cuando estamos bien, nos sorprenderá darnos cuenta de todo lo negativo que ocurre en esos maravillosos momentos.
Basta tener paz y tranquilidad para que una enorme cantidad de personas empiece a sentir miedo e inquietud y esto como consecuencia de muchos pensamientos negativos que nos inundan.
“Será que algo malo me va a pasar”, “ lo bueno dura poco”, “estoy tan feliz que me asusto” y muchas frases más
mandatadas desde la infancia y por supuesto desde la cultura.
Es que nos enseñaron que estar bien era transitorio y estar mal era mucho más permanente.
El conectar con el bienestar pasa necesariamente con el merecimiento de nuestras propias acciones y con trabajar concientemente por mantener lo bien que nos sentimos.
Seguramente tu que estás leyendo la columna, me podrás contestar que estás bien o no, dependiendo de la definición que tengas de ese estado.
Si tienes la definición tradicional que para decir que estamos bien, debemos estar sin problemas, el porcentaje de personas que puede responder que si, es muy muy bajo.
En cambio si tu definición de estar bien tiene que ver con la mirada y la interpretación de tu realidad y que se puede y se debe estar bien, con los problemas, entonces el número de personas que contestará que si, aumenta notoriamente.
Cuando se piensa que el estar bien depende de mi mirada y no de los problemas que enfrentamos, entonces este acto queda en mis manos y en mi responsabilidad y por lo tanto durará lo que dure mi mirada de la situación sin pretender que los problemas desaparezcan.
Con todo lo que estamos viviendo en estos tiempos donde todo parece tan incierto y amenazante de lo que tenemos que ocuparnos es de tener silencio interno para enfrentar las tormentas de afuera y lo que debemos evitar es que nuestra tormenta interior se confunda con lo de afuera y así perder el único control que nos queda, que es nuestra propia actitud.
Es aquí donde está el secreto del estar bien y por mucho tiempo, en el silencio interno y en mirar la tormenta de afuera desde el lugar que podamos con pies firmes pero cuerpo flexible para transitarla y así entender que se puede estar bien si uno coloca distancia, disfruta el presente, y agradece lo que se tiene y no se centra en lo que falta.
Sin duda esto no parece ser suficiente, porque igual nuestra cabeza traicionera nos llevará a aquellas definiciones que nos harán pensar que estar bien es no tener problemas, que el estar bien es transitorio y todo lo que hemos aprendido en esta cultura del sufrimiento.
Estar bien, es una conquista diaria no solo con lo que nos pasa afuera, sino que sobre todo con lo que nos pasa adentro de nuestras cabezas, la cual siempre estará dispuesta a boicotear cada uno de nuestros avances.
Aprendamos a definir estar bien con problemas y no sin ellos, aprendamos y entendamos que estar bien es un tema de actitud y no de realidades adversas y sobre todo sintamos que el estar bien es una conquista que se trabaja un día a la vez y que se puede hacer todos los días para sentir La Paz del trabajo realizado.
Los invito a estar bien, a conquistar ese estado y a no tener miedo de mantenerlo.
 Pilar Sordo – Psicóloga
Foto portada:  de Lucas Pezeta en Pexels
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Escuelas de Optimismo

El bienestar psicológico tradicionalmente no ha sido un objetivo explícito y específico en los sistemas educativos. Generalmente las escuelas suelen detectar muy bien a los estudiantes que están con algún problema de salud mental, y pueden derivar y apoyar a las familias, pero en general, no parecen ser conscientes del poder que tienen en la prevención de la enfermedad si se enfocaran en fortalecer ciertas competencias, en especial el optimismo.

Así se puede desprender del primer Reporte de la Encuesta de Habilidades Socioemocionales de la OCDE., un estudio que ya comentamos en entradas anteriores. En este artículo queremos profundizar la fuerte correlación hallada entre optimismo y bienestar psicológico de las y los estudiantes. El estudio midió el bienestar psicológico con 3 indicadores: satisfacción con la vida, bienestar psicológico actual y ansiedad frente a las pruebas o exámenes, además de información recogida sobre aspectos del ambiente escolar y familiar, como incidencia de bullying, relación con los padres, entre otros. Esto se hizo en estudiantes de 10 y 15 años, de 10 ciudades de diferentes partes del mundo.

 

A nivel general se encontró que el bienestar psicológico disminuye en la adolescencia de manera bastante constante en todas las ciudades, y en especial en las estudiantes mujeres. También el factor socioeconómico aparece como importante, dado que en todas las ciudades y tanto a los 10 como a los 15 años, los estudiantes con mayor nivel socioeconómico tienen mayores niveles de bienestar psicológico.

 

Al mirar cómo las competencias socioemocionales se relacionan con el bienestar psicológico, el optimismo, resultó ser la competencia que con mayor consistencia, relacionándose con el bienestar de las y los estudiantes, tanto a los 10 como a los 15 años, así como en todas las ciudades donde se realizó el estudio.

Surge entonces la interrogante sobre cómo pueden las escuelas promover el optimismo, entendido como una competencia socioemocional que puede aprenderse.

Aunque existen diversas conceptualizaciones del optimismo a nivel académico, hay bastante consenso en aceptar que se trata de una disposición a esperar lo mejor de los eventos futuros. Esa actitud puede estar relacionada a las experiencias vividas (más éxitos que fracasos), al sentido de competencia o autoeficacia (creencia en las propias capacidades para enfrentar los eventos adversos) y a las explicaciones que nos damos de los eventos pasados. En estos tres niveles las escuelas pueden ser contextos especialmente valiosos para forjar el optimismo de sus estudiantes.

 

En relación a las experiencias que viven los estudiantes en la escuela, se debe poner atención a cómo se estructuran los desafíos que enfrentan niños, niñas y adolescentes. Si se quiere poner foco en el desarrollo del optimismo las escuelas deben procurar que cada estudiante tenga más experiencias de éxito que de fracaso. No significa que todos tendrán éxito en todo, el objetivo es diseñar estructuras de desafío que consideren las habilidades individuales, y que existan reales oportunidades de mejora. Muchas veces, se pasa un contenido, se hace una evaluación y se avanza al contenido siguiente. Así, a quienes les va mal en la evaluación, no tienen posibilidad de demostrar un aprendizaje o una mejora. El concepto de desafío óptimo se refiere a un desafío que implica un esfuerzo pero que es realmente alcanzable, con los apoyos adecuados y en un plazo razonable. Esto requiere de mucha creatividad en la planificación de las clases y las evaluaciones, considerando las diferencias individuales de los estudiantes.

El sentido de competencia, que también se relaciona con las experiencias de éxito y fracaso, se puede fortalecer a través de una retroalimentación formativa frecuente, específica y enfocada en las fortalezas de los estudiantes. No sirve el elogio frívolo y desconectado de la realidad, los niños y niñas son demasiado inteligentes para saber cuando un elogio es verdadero. La retroalimentación para mejorar debe darle información necesaria para que aprenda a usar sus capacidades en la solución de problemas y desafíos de clases. Y ese tipo de retroalimentación se sustenta en una total mentalidad de crecimiento de los profesores sobre los estudiantes. Esto es, la creencia férrea de que cada estudiante puede mejorar, en cualquier aspecto que se proponga y la consideración de que el aprendizaje es un proceso continuo y no algo que va a ocurrir instantáneamente.

 

Por último, en cuanto a las explicaciones de los eventos pasados, son relatos internos que se forjan en la infancia y la adolescencia, en gran medida desde los relatos externos que damos a los estudiantes. Las explicaciones que aumentan el optimismo son aquellas que frente a los eventos adversos, minimizan el alcance de estos y la personificación. Por ejemplo, si tuve un mal resultado en una prueba, una explicación optimista sería: “esta vez me fue mal, porque estuve distraída con otro problema y no alcancé a estudiar suficiente.” En contraste, una explicación pesimista seria: “siempre me va mal, soy pésimo estudiante.”

 

Es fácil darse cuenta cómo estas lógicas pueden conducir a comportamientos futuros que favorecen a la agencia en el control de los eventos. La explicación optimista deja mucho espacio de control al estudiante para hacerlo mejor la próxima vez. En cambio la explicación pesimista, profundiza una sensación de desesperanza, de incapacidad de controlar el resultado en el futuro.

 

En este sentido, los adultos pueden contribuir al optimismo eliminando los juicios categóricos y catastrofizantes cuando los estudiantes se equivocan o les va mal, aumentando un lenguaje muy específico y descriptivo para mostrar los errores y lo que se debe corregir, y también las fortalezas y los aciertos.

Según diversos reportes, Chile no tiene los mejores indicadores de salud mental, y las consecuencias de la pandemia podrían agravar este problema. El bienestar psicológico de nuestros NNA es algo demasiado importante y debiera ser un foco prioritario de nuestro sistema educativo.

 
 Mas información en www.aprendizajesocioemocional.cl/
 
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